Partida Rol por web

NOCHE ♦ SIETE

<<Los errores son inevitables, lo que importa es como respondemos ante estos.>>

El momento de conocer quién caería se acercaba, y con miradas de desconfianza se acercaron unos a otros frente a la pantalla. Solo cinco quedaban, y en unos minutos más, solo cuatro seguirían con vida. 

Los nombres que arrojaron la computadora empezaban a aparecer, 4 eran los nominados entre los cinco presentes, pero dos de ellos se llevaban la mayoría de los votos.

Harold, quién era votado por Samantha y Matt, y este ultimo, quién era votado por CJ.

Un empate a dos votos para cada uno. Y como era de esperar, un desempate era necesario. Pero el sistema nuevamente mostró signos de fallas, puesto el nombre que tomaba por elegido era el del joven drogadicto, atormentado por sus errores, aquel que creció, probablemente, más que ningún otro en el encierro.

Las miradas de rencor hacia CJ podrían aparecer en sus rostros, y la preocupación por aquel muchacho se mostró al voltear sus rostros hacía él.

Con pánico, y sin saber que decir, retrocedió lentamente hasta la pared, como lo habían hecho otros antes. Cuando su espalda tocó el muro, se dejo caer al suelo, doblando sus rodillas, y llevando las manos a su cabeza. Lloró desconsoladamente, mientras golpeaba repetidamente la nuca contra la pared. Lo único que escapaba de sus labios era una interminable serie de "Joder", los cuales seguían casi el mismo ritmo que los "TIT's" de su collar ya activado.

Poco pudieron hacer para evitar lo que venía a continuación. Con pesar en su corazón sintieron el fogonazo en sus ojos, luego el sonido que dejo un molesto pitido en sus oídos, y finalmente... el cuerpo descabezado y sin vida de Matt tirado en el suelo.

Ya solo quedan 4.

Harold no entendía nada. Apartó su mirada de Matt cuando su nombre apareció en el ordenador y se llevo la mano a la frente. 

Cuando el estallido pasó, no miró su cuerpo, sino a CJ. Puedo entender que el muchacho dudase de mí, pero. tú... ¿Por qué votaste a Matt? Era el único del que podíamos estar seguro de su inocencia... ¿Eres tú acaso el secuaz que falta y no ella? Digo, señalando a Samantha. Si eres tú supongo que estamos en tus manos con tus votos dobles.

El anciano mira a Isabella arrugando la frente. Estamos jodidos, niña.

Durante los últimos minutos temo que pueda pasarme lo peor. Miro a unos y a otros, temerosa. Sobre todo a Harold. Sin embargo, cuando los resultados de las votaciones se muestran y el collar de Matt explota, sólo puedo proferir un grito agudo.

Miro a CJ, confusa, sin entender qué coño ha pasado.

- Dime que te han cambiado el voto. - Le digo ignorando al anciano, casi como una orden, mientras mis manos se crispan, conteniéndome para no arrancarle directamente los ojos.

Me quedé helado, sin poder reaccionar. El color de piel pasó a un blanco pálido y abrí mis ojos costernado ante la imagen del joven decapitado. No hubo ningún cambio, eso no era buena señal. Mis piernas flaquearon haciéndome caer de rodillas. Olvidé por completo al resto.

- ¡¡Mierda, mierda!! - Gritaba repentimante ante el error que había cometido mientras golpeaba el suelo con la fuerza originada ante la riba y la frustración. En un acto reflejo cogí el espejo y lo dejé en el suelo. - ¿Para qué mierda tengo esto si no me ha servido para nada?

Después me levanté y miré a un punto fijo, seguro que nos estaban vigilando o algo así.  Y con orden imperioso grité a la nada. - ¡Actívalo! - Gritaba una y otra vez las mismas palabras, veía mis manos manchadas de sangre. - Ya no puedo vivir así, ¡activa el puto collar!.

Ya no quedaba nada de aquel hombre, solo de un individuo que había cedido a la desesperación. Ya no le importaba vivir.

Tras una silenciosa y desesperanzadora tarde, las alarmas suenan, y todos deben de volver a sus celdas.