NOCHE ♦ SEIS
<<El dolor es un recordatorio de que no somos eternos.>>
Una nueva tarde llegaba, tras horas de discusión y silencio. Una intensa lucha de argumentos, cada quién buscando el final de este juego, cada quién intentando hacer lo mejor para todos, quizá con un único fin: Libertad.
Dándose una tregua, sabiendo que llegaba la hora de conocer el resultado de las votaciones, todos se acercaron en silencio, desconfiados los unos de los otros, para conocer el veredicto.
Ninguno se esperaba aquello que mostraría la pantalla de las votaciones, puesto que al parecer, el golpe que Kyle le dio a la maquina el día anterior habría traído consecuencias más funestas que activar todos los collares por un rato. En la pantalla, muchos votos se repetían sin explicación, como si ningún cambio hecho en el registro se hubiese procesado, y cada entrada hubiese quedado grabada en el sistema como votos independientes. Con el conteo de nombres, y las palabras dichas anteriormente mientras discutían, podrían estar seguros que Samantha sería la escogida. Pero otro fue el nominado por un registro corrupto.
Kyle.
El collar de aquel músico se activo, y la alarma en forma de "Tits" repetitivos llenó sus oídos. Una ultima tonada previa a la muerte.
Los miró con profunda tristeza y desesperación, sintiéndose derrotado. La rabia que muchos esperaban demostrase no llegó, muy al contrario, en silencio retrocedió a una de las paredes, sosteniendo su cabeza, respirando agitado mientras trataba de contener las lagrimas.
- Necios... todos van a morir... todos... - Fue lo ultimo que dijo, antes que de sus labios una triste canción empezara a salir, una canción que no sería terminada nunca, puesto quel fogonazo y el ruido de la explosión fulmino su vida antes de llegar siquiera al cuarto verso.
Uno más había caído, y hasta el momento, parecía ser la muerte más triste de todas.
Tras pasarme el último rato haciendo cuentas una y otra vez y rogar al cielo porque Matt utilizase el aparato para salvarme, el resultado de las votaciones no puede sorprenderme más. Cuando el nombre de Kyle aparece en pantalla abro mucho los ojos, incrédula, y miro a todos sin comprender lo que ha pasado. Alguno de ellos ha tenido que cambiar su voto sin decir nada. ¿Matt? ¿Harold?
Cuando el collar de Kyle estalla, una vez más aparto la mirada, pero estoy tan alucinada que no llego a taparme los oídos hasta que es demasiado tarde. El sonido de la explosión me llega fuerte, y mis manos sólo evitan sus ecos. Un pitido se fija en mi cerebro, pero nada importa: estoy viva.
Comienzo a reír con una risa leve, nerviosa, sin poder contener la emoción que siento en este momento, mientras me acerco al ordenador. La explicación es otra que en nada se parece a la que había imaginado, pero tampoco importa. Estoy viva. Resulta curioso que quien aporreó la máquina sea el mismo que ha sufrido las consecuencias.
Me siento aliviada. Sé que probablemente esto sólo alargue lo inevitable, pero yo sólo puedo sentirme así.
Después de revisar las votaciones me apoyo contra una pared, pero soy incapaz de quedarme quieta. Tras sólo un segundo voy hacia la caja de víveres para coger una nueva botella de agua. Me echo la mitad por encima, sin poder creerme todavía la suerte que he tenido, y pego un trago largo de lo que resta.
Mi mente es un torbellino de felicidad, pero trato de no mostrarla demasiado. Probablemente habría quien se la tomase a mal. Me habría gustado realmente que nadie muriese en estas votaciones, pero si he de elegir... una vez más, me alegro de estar viva.
El resultado de las votaciones me sorprende. mi nombre aparece cuatro veces... Cómo es posible? Yo había cambiado mi voto, no votado a otra persona... Esta vez no aparto la mirada de Kyle cuando el aparato del cuello se pone en marcha. Mis ojos llorosos son testigos del fogonazo que, inevitablemente hace que aparte la mirada de Kyle, pero en seguida vuelvo a mirar el cadáver.
-Lo... Lo siento... Yo... Mi último voto era para Sam, pero la había protegido. No tenía que morir nadie hoy, joder! Miro a CJ y a Sam. Si uno de ellos era el asesino que faltaba tenía la victoria casi asegurada. Yo... Solo espero que esto no haya sido nuestra perdición.
Miro al ordenador. Algo había ido mal estas votaciones. Tal vez por el propio puñetazo de Kyle. Esto no tenía que haber pasado...
Me quedo perplejo al ver las votaciones. Mi nombre está en dos listados. ¿Cómo es posible? ¿Hay un error?
Observando con detenimiento puedo comprobar que mi nombre no es el único que aparece varias veces. La conclusión a la que supongo que hemos llegado todos es que no funciona bien tras el golpe que recibió.
En cuestión de segundos el collar de Kyle se encendió. La estrategia del doctor junto con el azar habían dado como diagnóstico su muerte. Miré al músico a los ojos. Esta vez no aparté la mirada, esperando que si necesitaba apoyo lo pudiese encontrar en mi. Su actitud valiente ante la muerte fue muy digna y sentí que sus últimas palabras eran el epitafio de los inocentes que quedábamos.
La deshonrosa e irrespetuosa risa de Samantha me da asco. Se ha vuelto a salir con la suya. Por lo menos podría mostrar algo de respeto, pero supongo que la arpía ya huele la victoria. Miro al doctor con reproche, espero que esté satisfecho, porque si es inocente y consigue salir de ésta, no creo que pueda vivir con ello; aunque a estas alturas, dudo que salga nadie que no sean los dos asesinos.
Me voy a mi celda. No estoy de humor para aguantar esas insultantes risillas de satisfacción ni tengo ganas de escuchar estúpidas disculpas que me parecen vacías.
Harold miró al ordenador con gesto confuso cuando empezaron a salir nombres duplicados en la pantalla. Parecía que el cacharro se había estropeado y el anciano hizo una mueca de disgusto. Tanto progreso y tanta modernidad... Tantos chismes que siempre se rompían en el peor momento...
Aparta la mirada cuando el collar empieza a pitar y ante el fogonazo de después. La canción inacabada del rockero resuena en sus oídos. No sabía si era inocente o no, pero desde luego su final había sido emotivo. ¿Y ahora qué? Pregunta en voz alta, sin saber muy bien a quién dirige su pregunta. ¿Alguien tiene el chisme ese para comprobar si era un secuaz?
Cuando ya no contaba con más sorpresas el destino me mostró cuan equivocado estaba. Creyendo que la abogada caería al igual que muchos antes que ella, un inesperado giro cambia las tornas, y es el roquero quien pierde la cabeza en el sexto día en esta pesadilla. La máquina que era utilizada para las votaciones había resultado dañada, repitiendo algunos votos incluso hasta cuatro veces provocando un empate entre ambos, pero la suerte, estaba de lado de la mujer.
Era una auténtica ironía, ya que quien provocó aquel fallo fue el mismo Kyle, y ahora por eso mismo su cuerpo yacía en el suelo o lo que quedaba de él. No sin antes montar una escena antes de despedirse de todos de forma tan…optimista.Me encontraba sorprendido ante este inesperado final, pero preferí guardar silencio, al menos por ahora. Ya no tenía sentido hacer nada por el momento, al menos hasta que pasara un rato para así asimilar lo sucedido.
Solo nos faltaba averiguar si el caído formaba parte de los secuaces, tenía mis reservas sobre él, pero aun así no estaba completamente seguro del papel que tenía. Pesimisitamente hablando no se puede negar que a este ritmo todos le acompañaríamos sin remedio.
Ahora mismo estaba más centrado en aguantar antes que en encontrar al culpable que parece no existir entre los presentes y sin embargo su presencia es más que evidente. ¿Cuánto tiempo aguantaríamos hasta caer en la desesperación? No conocía la respuesta, y sinceramente, no sabría con certeza cuál de las dos opciones era peor, conocerla o no.
Parece que este asqueroso zulo está en silencio. Me pregunto qué demonios pasa por sus cabezas, si es que pasa algo. Tal vez se hayan rendido.
Me tumbo mirando al techo y me viene a la imaginación la hora asesina, la hora donde nos cazan. Igual sería mejor que el loco del triciclo pusiera cemento en las puertas antes de que sonase la sirena para que no pudiéramos entrar esta noche y las cabezas de todos estallaran como sandías maduras. Así por lo menos el asesino o los asesinos no tendrían oportunidad, ya que parece ser que si alguien sale de aquí serán ellos. Porque... aunque nos han hecho ver que queda uno... probablemente sean dos.
Me levanto y me dirijo hacia Isabella, la loca más cuerda de los que estamos aquí.
-Isabella... ¿has podido comunicarte con los muertos? ¿has podido hacerlo con Kyle? ¿te han dado alguna información que pudiera sernos útil? ¿creen que hay un asesino... o que realmente ayer me atacaron dos y ambos son secuaces? -hago una breve pausa, estoy inundando a la pobre chica con muchas preguntas. Miro un momento al doctor, no sé si el cacharro ese de mirar lo que eran los muertos funciona ni cómo ni cuando, pero espero que nos diga algo pronto, aunque no sé si lo que diga será verdad.
-Kyle dijo que los secuaces no pueden votarse entre sí -digo dejándolo caer. Si muero esta noche, espero que hagan memoria, aunque es muy difícil que salgamos de esta, no estuvimos a la altura del puto juego del psicópata.
Nuevamente las alarmas suenan, y es hora de que todos vuelvan a sus celdas. Mañana será un nuevo día, quien sabe si quizás sea el ultimo.