Partida Rol por web

DÍA ♦ SIETE

<<La falta de lucha lleva a la apatía y al desconcierto. Busca siempre un nuevo objetivo, material o personal, levantate y lucha, muere peleando.>>

Las alarmas suenan tras una tarde más que silenciosa. Era claro que el solo quedar seis de los veinte que llegaron al recinto, había hecho mella de una forma más que clara en sus ánimos. Ya era poco lo que dialogaban o discutían, de hecho, el intercambio de palabras fue lo que menos se escucho ayer, como si todos estuviesen esperando a que la muerte llamase a las puertas de sus habitaciones, reclamando su vida con dolor. Pero uno no guardo silencio. 

Todos durmieron mal, en un principio, por los mismos gritos y golpes que Mike estuvo soltando la noche anterior, los repitió hoy, pero algo había pasado. Mientras intentaban ignorar los gritos y golpes, el fuerte sonido de una explosión de collar les arrebato el sueño de los cuerpos. 

La situación estaba clara a la mañana siguiente, cuando al salir encuentran la puerta de la celda de Mike tirada en el suelo, y a unos metros de ella, el cuerpo del ya sin vida futbolista, con todo en su lugar, excepto por su cabeza, que ahora parecía regada por todas las paredes y el techo, ensuciando todo como lo habían hecho antes las otras cabezas.

Mirándose entre todos descubren que no hay más caídos esta noche, pues es fácil saber que de los seis que quedaban ya solo quedan cinco. 

Un nuevo día. Una nueva oportunidad de acabar con este enfermizo juego. 

Harold se levantó con ojeras y aspecto cansado. El borrico de Mike de nuevo había estado armando escándalo durante toda la noche y el anciano no había podido descansar como necesitaba. Dos noches seguidas eran demasiado para un hombre tan mayor como él.

En cuanto sale de su habitación busca el resultado de la explosión y arruga la frente al ver el cuerpo descabezado del deportista. ¿Lo  habrán atacado otra vez? Pregunto en voz alta, insensibilizado ya contra la muerte y la masacre a la que nos obligan a asistir cada día.

La mente de Harold está espesa por el cansancio, pero sus ojos se pasean por todos los presentes, deteniéndose finalmente en Matt e Isabella. Si Mike tenía razón con Samantha y CJ, ya no podemos ganarlos en las votaciones, como mucho empatar con ellos. El hombre se pasa la mano por la boca, observando de nuevo a todos. Tengo dos ideas sobre lo que sucede. La primera es que no quedan secuaces y el payaso está esperando que nos matemos unos a otros sin más. La otra... Nadie reconoció haber metido a la señorita Harris en la prueba falsa. Y desde entonces nadie ha reconocido que le hayan ofrecido meter en pruebas a otros. ¿Sólo se lo ofrecen a ella? ¿A nadie más le parece muy rara toda esa historia? Harold miró con lástima a Samantha. Ella era una mujer fuerte, le recordaba a su esposa cuando era joven, pero la verdad es que todo lo que rodeaba a esa señorita era muy extraño. 

Harold finalmente se acercó a Matt. Sigo confiando en ti más que en ningún otro, muchacho. Votaré contigo, y espero que Isabella también lo haga, porque si no no tendremos ninguna oportunidad contra ellos dos.

En cuanto abandono la habitación lo hago bastante cansada. Otra vez Mike había estado gritando como un poseso, aunque esta vez la explosión había callado los gritos.

Todo fue más o menos claro al levantarnos. Al parecer el hombre había tenido fuerza suficiente para derribar la puerta. Había que estar muy loco para intentar salir por la noche tras la advertencia de que los collares explotarían, como finalmente había sucedido.

Una vez nos reunimos todos escucho las palabras del anciano y le contesto con voz cansada.

- Pudo ser cualquiera de los que han muerto desde entonces. - Le digo - Y tampoco sabemos si a otros se lo han ofrecido. Lo más probable es que nadie haya querido decirlo en voz alta.

- En cualquier caso he de decir que tengo claro quién es el asesino. Lo tengo tan claro que si cayese estas votaciones y las cosas no cambiasen, me ofrezco para que me linchéis con vuestras propias manos.

- Señor Harold, mi voto es para usted.

- Sé que yo no soy quien acabó con Arthur ni tampoco esa segunda sombra que fue a por Mike. CJ lo confirma. A estas alturas confío plenamente en CJ y Matt por todo lo que han dicho y hecho, y creo que todos tenemos una extraña fe en la inocencia de Isabella.

- Sólo queda usted.

¿Sabe lo que pasa, señorita Harris? Responde Harold, frunciendo el ceño. Creo que Mike y Kyle tenían razón y usted miente sin parar. Esa historia de las dos sombras sólo la defienden usted y su amigo CJ. Mike siempre dijo que sólo había intentado entrar una persona en su habitación. Todas las historias que surgen a su alrededor son demasiado raras, y "casualmente" los que van abiertamente contra usted, como Kyle o Mike terminan muriendo. 

El anciano se encogió de hombros, al fin y al cabo a él ya le daba igual, había asumido que no saldría de este lugar, así que siguió hablando. Pero yo soy perro viejo y ya he tratado en mi vida con muchos leguleyos como usted. Sabe hablar muy bien, claro. Es su trabajo. Y supongo que si usted lo ha decidido, seré el siguiente. Pero antes de eso le diré que no me creo para nada esa historia de la oferta de meter a otros a prueba. Por si a alguien le interesa, creo que se lo inventó para matarnos abiertamente, mientras se ríe de nosotros. Creo que se metió a sí misma en la prueba falsa y que si nadie dice que le hayan ofrecido tal cosa, es porque no existe esa oferta. Creo que siempre ha sido usted.

- Usted será todo lo viejo que quiera. - Respondo entonces despacio, totalmente calmada - Pero sabemos de sobra que sólo queda uno. No tendría sentido que CJ me encubriera. Y sin ese detalle, Harold, toda su teoría se tambalea.

Cuando despierto ya me imaginaba lo que había pasado. Los gritos, y el repentino silencio tras el ruido de la explosión no dejaban lugar a dudas. Mike había muerto. Miro su cuerpo, preocupado. Esto demostraba la inocencia de Kyle... Y la suya propia, claro.

-Joder... Puta! Han muerto dos inocentes y ese asesino sigue entre nosotros, coño! La mirada de Matt se turna entre los cuatro restantes. Se siente agoviado, de toda la gente que estaba al principio ya solo quedan cinco. El cerco se estrecha y el sigue sin saber quien es el responsable. Mira a todos intentando encontrar una explicación a lo que había pasado. Le ha explotado el collar por la noche! Quién de vosotros es!? Contesta cabrón! Has matado a mucha gente y aún eres capaz de seguir mintiendo! Contesta! Contesta! Contesta! CONTESTA HOSTIA!

Se echa las manos a la cabeza y grita lo más alto que puede. No sabe hacia donde mirar a si que se pone a girar sobre si mismo mirando hacia las pareces buscando una cámara.

-HEMOS COGIDO LA INDIRECTA, VALE!? LA CAGUÉ EN EL PASADO Y DESAPROVECHÉ LA OPORTUNIDAD QUE ME BRINDÓ LA VIDA! PERO SI NOS MATAS AHORA NO PODREMOS ENMENDAR NUESTRO ERROR! Haz... Que... acabe... Acabo de cuclillas, con los ojos llenos de lágrimas. Tiene que acabar, no puedo morir aquí. No ahora que he conseguido encontrarle el sentido a vivir de nuevo... Aunque haya tenido que pasar por todo esto.

Al ver a Matt así decido mantenerme al margen. No estoy segura de ser la más adecuada. Sin embargo, cuando el tiempo comienza a pasar y veo que ninguno hace ademán de acercarse me siento en el suelo cerca de él. Hace unos días habría tenido dificultades para hacerlo con naturalidad por el peso del collar, pero a estas alturas me he acostumbrado de sobra.

- Matt. - Le digo, sin llegar a establecer ningún contacto físico para no invadir su espacio. - Tranquilo. Tú sí saldrás de aquí.

¿Pretendes que Matt no vote por ti Samantha?...ahora solo falta que CJ intente consolarlo...camine hacia Matt y se pare frente a él...No dejes que te manipulen Matt, empatizar contigo es su nueva estrategia para que no los votes, pero sabes bien lo que ha pasado...

Mire el cuerpo de Matt sin cabeza, su sangre envolvia su cuerpo y las paredes a su alrededor eran una pintura abstracta de sus propia muerte...

Supongo que estas satisfecha, uno menos que te acusara, ambos...miro a CJ...ambos deben estar contentos, la balanza esta equilibrada..

Desde la muerte del roquero guardé silencio, no tenía nada que decir y mis ánimos no se encontraban en su punto más álgido precisamente. Cada vez éramos menos, y cada muerte afectaba a todos, evidentemente algunos más que otros, eso no necesitaba discusión. Pero se notaba que las esperanzas por salir vivos de aquel infierno eran cada vez menores.

Me encontraba algo lejos del resto, no tenía ningunas ganas interactuar con nadie en aquel momento. Aunque finalmente decidí intervenir  pese a mi clara desmotivación. Rasqué mi barba ya incipiente para hacer desaparecer un molesto picor.  Tenía que admitir que mi aspecto cansado y sucio distaba mucho del primer día.

- No estoy tan seguro…Samantha, en realidad no estoy de acuerdo en ninguna de las dos cosas. – Hice una pequeña pausa, me costaba hablar pero en aquel preciso momento era necesario una exposición. – La muerte de Arthur, ¿por qué? Si no querían que nadie sobreviva a las malditas pruebas solo tenían que hacerlas imposibles. Es que me parece absurdo que se puedan superar y después que te maten, la verdad es que no le veo ningún sentido. Además, tu prueba era extraña, eso sin contar la muerte de Mike, que está bastante claro que no consiguieron someterlo. – Paladee un poco en busca de saliva, necesitaba lubricar mi reseca y maltrecha boca para proseguir. – Una de dos, o solo queda uno y le es sumamente complicado continuar, o algo se nos escapa. Yo no sé que pensar de todo esto. 

Recordé algo de ayer, así que ahora me dirigía a Matt para aclarar un par de puntos que no me quedaron muy claro.

- Matt, necesito preguntarte algo. ¿Por qué no usaste el escáner sobre Kyle? Y si no querías que ayer nadie muriera en las votaciones, el empate no era la solución, aunque el resultado de la máquina fue inesperado, era imposible de preveer. Me pregunto si hoy pasará lo mismo. - El tono que usé era bastante más suave que otros días, apagado más bien, apenas era audible para todos. – Solo lo pregunto, el escáner tiene un uso diario por persona. 

No tenía ganas de discutir, pero aquellas palabras de la morena me hicieron pensar. 

Y para mal.- Le dije a la médium.

Después de intervenir guardé silencio, en espera de ver como se va resolviendo todo.