Partida Rol por web

Su mano roza mi cara, no debería haber hecho eso, pero ella hace lo que le parece, mis alertas se disparan, saltan automáticamente, me encargué de contratar un buen equipo de seguridad, exagerado dirían algunos, no te fíes de ella, eso aparecía escrito en el monitor de seguridad, mi dedo jugueteaba con la posibilidad de pulsar el botón de borrar mensaje.

Devuelvo la sonrisa, en un gesto que parece casualmente estudiado, crear un clon y que mate por mí, que se manche las manos para ayudarla, para ayudarme a mi, había conseguido entender lo que decía, suerte que hablo antes de acercarse demasiado, controlar el pulso, las reacciones de la cara, puedo hacerlo, ir por libre no es una opción, pero ir con ella tampoco me lo parece. No me parece bonito ir por libre, es un juego del que no se las reglas, o más bien en el que no las hay tu poder de ases no te asegura ganar, en este tipo de partidas, la gente sacaba comodines de todos lados.

Ahora los veía bien, me buscaban, eran verde mar, estaba seguro que si te bañabas en ellos, las algas que le daban su color te atraparían, enredándote, y sin embargo, parecía que mi barco iba a tener que navegar por sus aguas, temía la tormenta.

- Juega conmigo entonses... Sé el "joker*" de ésta baraja... - susurró ella, pasando lentamente la mano sobre el brazo, el mismo cuyo hombro hubo empujado - Tienes una pareja de corasones... Pero el resto tienen escalera de picas... Nesesitas más cartas... ¿Lo entiendes en tu idioma, chulo**? - esbozó una sonrisa, bajando por un momento sus ojos verdes a tus labios, y de nuevo a tus ojos... - No seremos malos compañeros... Trataré bien al muñequito que me des, verás que sí...

Gran parte del problema era quien me enseñó este idioma, ¿cómo era posible que aún lo fuera?, en realidad no es ella, sino lo que representa, mira su mano cuando me acaricia, entrecerrando los ojos, la fina camisa no era suficiente abrigo contra ella, su acento, sus susurros, sabía lo que hacía, sin lugar a dudas, jugaba rápido y bien.

Pero algo había aprendido, por supuesto, es lo mínimo, cogí su mano, devolviendo la sonrisa, acariciando su dorso con la yema de mis dedos, a la altura del pecho, su mirada, fugaz, la primera apuesta, verlo sería la jugada fácil, Te entiendo, si nos descubren te mataran, yo solo soy una ilusión, era obvio que lo sabía, pero yo sólo buscaba una distracción para acerca su mano a mis labios, y besarla de forma suave, apenas un ligero roce donde antes estuvieron mis dedos, no hay que arriesgar, un jugador prudente, pero no asustadizo.

Con la mano libre, aparto uno de sus rizos, acercando mis labios a su oído No preguntaré nunca como los has tratado ahora soy yo quien cambio el sentido de mi sonrisa, mucho más parecida a la de ella, aún sujetando su mano y su pelo cuando me alejo para seguir manteniendo esa mirada.

Puso el oído cuando le susurraste, sonriente.

- Perfecto... No te preocupes por las maletas... - seguía mirando la ciudad, pero no apartaba la mano de entre las tuyas - Entonces... ¿Dejas por aquí mi muñequito y te llevo a donde debes estar...?

Nueva York, me enamoré de ella cuando llegué aquí, al principio sentía como si fuera infiel a mi patria, digo siguiendo su mirada, seducidos mis dedos por el tacto de su piel, jugueteando, pero luego, descubrí que era dos tipos de amores diferentes, como el de una madre y una amante, ambos únicos y compatibles estaba hablando demasiado, yo no solía hacerlo, por lo menos no de estas cosas.

Ahora fui yo quien coloque mi mano en su cara, obligándola a mirarme, A lo mejor se enfada se le llamas muñequito, te advierto que no son de fácil carácter, aunque eso no parecía un problema para ella, sin soltarla uso mi don, mi maldición, mi poder, mi habilidad, como quiera que se llame, y dejo una parte de mi a su disposición, mejor así, mucho mejor.

Algo me dice que será un viaje diferente, le sonrío una vez más, Apostaría fuerte a que pocas cosas a tu lado son comunes, no preguntaré, estoy seguro de eso, y acaban de subir la apuesta mínima, la cosa empezaba a ponerse complicada, me descubrí aún con su mano entre las mías,

De nuevo volvió a mirarte de soslayo cuando comparaste los amores por Malta y Nueva York, ladeando una sonrisa y accediendo de buena gana a la obligación de ponerse cara a cara contigo. Mostró una risa cristalina y unos dientes como perlas al oir lo de los muñequitos...

- No hay problema. Me gusta ver a los chicos guapos enfadados y poniéndose difíciles... - levantó una ceja cuando apareció el clon - Sobre todo por partida doble... - Se giró al clon recién crado sin apartar la mano de entre las tuyas, incluso acariciando el dorso de tu derecha con el pulgar - No tardaremos mucho... Quédate por aquí, muñequito... - le guiñó el ojo y de nuevo se hizo hacia el original, echándole un brazo sobre los hombros como un una pose de baile, aprobechando esas manos cogidas - Has apostado fuerte, casi ganas... Pero tenías que haber sustituído el "pocas cosas" por la carta de "ninguna" - ahora el guiño era para tí - Te dejaré abandonado delante del templo de Isenhall... Pregunta a quien veas por ahí... Pasarás frío, pero eso es bueno... - de nuevo esa sensación de mariposas en el estómago... De nuevo el desconcierto...