Partida Rol por web

Al lanzarme y empezar a atacar a la Valquiria, con cada segundo que pasaba mi emocion iba subiendo mas y mas. ¿Que clase de velocidad y tecnica es esta? No habia enfrentado jamas algo como esto, pues siempre que lo evadia me llamaba, esperando de que le atacara con exito, pero, por mas tajos que hiciera o la tecnica que empleara, simplemente es el hecho de que tiene mayores habilidades que las mias. De reojo observe a Souma que le habia pedido su ayuda en esta batalla, pero tal parece de que tambien tiene sus propios problemas de los cuales encargarse, asi que definitivamente estoy solo en esta batalla. ― ... Tsk... ― Comente con frustracion, mientras mostraba una sonrisa forzada. Es muy fuerte, pero este no es el tipo de batalla que hubiera querido con alguien tan poderoso, o de por si, con esta bella señorita. Sus contra-ataques eran no tan faciles de evadir, pero obviamente solo esta jugando conmigo mientras mi compañero ya se empieza a desgastar, no puedo seguir con esta batalla por mucho tiempo, incluso la espada de hielo ya esta empezando a perder su filo debido a sus ataques, no gozo de mucho tiempo. ― Y tu una mujer con mucho pecho y poco cerebro. ― Dije despues de su comentario sobre mi estilo, en verdad no me agrada luchar contra las mujeres, ni mucho menos hacerles daño, pero esta situacion no conoce mucho sobre ese tipo de ideales, justicia o moralidad. Su porte demostraba que era una mujer bella, pero sadica. Al observar esto mismo asi como su verdadero ser, no pude evitar poner un rostro mucho mas serio y determinado, esta mujer definitivamente es tan malvada como aquel hombre que planeo esto, es... -!Maldicion¡

Me tuve que hacer a un lado de manera que casi no lo lograba, pero cuando observe ese tremendo ataque volar, iba justo hacia donde Yuki, en donde me quede en blanco obviamente, pensando lo peor. Aun asi, Arabelle logro muy bien detener el ataque, al coste de retroceder debido al impacto y estamparse en contra del muro. Ese ataque las hubiera matado a ellas, sin duda alguna. Regrese mi vista completamente indignado y molesto al observar aquello, asi como su manera de burlarse. ― Veo que finalmente empiezas a mostrar tu verdadero rostro, sin duda es lastima de que alguien tan bonita como tu sea asi, y este en el bando equivocado. ― Me preparo nuevamente, esta vez no puedo retroceder. Debo de asesinarla de un... ¿Un golpe? No, obviamente deberia de hacerla sufrir, algo en mi interior palpita pidiendo ver su sangre y sufrimiento, pero, no puedo. ¿Por que darme lujo de hacer eso? Mi mision no es matarla a ella, su presencia solo es un obstaculo para nuestro verdadero objetivo, no tengo tiempo para luchar tanto con ella, rapido, firme, y preciso. Buscar un corte que le vaya a extinguir la vida completamente. 

Observe la rafaga que venia hacia mi, asi como pude notar esa abertura. ¿Que debia de proceder? No puedo evadirlos todos seguramente, no si no soy el que solo se la pasa defendiendo. Debo de extraer mucho mas la tecnica, la mayor ofensiva es una buena defensa tambien, por lo que cargo hacia adelante, completamente concentrado en cada ataque de las rafagas moviendome de lado a lado, rodando, saltanto, pero obviamente buscando la manera de avanzar sin dejarme abrumar por sus rafagas. Al cortar la distancia y acercarme finalmente, busco el ataque final, un solo corte en plan de embestida hacia sus puntos vitales, aun si fallo, no voy a dejar que quede impune. 

Eso era, aquella abertura; podías verla claramente. Tus piernas, moviéndose ágiles y con fuerza hacia quien era tu enemiga, pero que también era una hermosa mujer. Eso no importaba ya..., ¿verdad? Tu furia era mucha. Esa mujer, rubia y de cabellos ondulados estaba corrompida; podrida por dentro. Disfrutaba de hacer daño, no merecía piedad alguna. Detrás de aquella erótica mirada color ámbar había maldad infundada en nada.

No hay honor alguno en atacar a alguien que no puede defenderse y ella lo había hecho.

Esquivaste el ataque de la maga; todo pareció pasar en cámara lenta. La ráfaga de energía pasó muy cerca de tu brazo, advirtiendo así el calor que desprendía y quemándote un poco la manga de tu traje.

La punta de tu espada helada pareció brillar ante la vista de tu objetivo. Atacar su corazón sería imposible; su pecho estaba cubierto por la robusta armadura que, ante una espada de hielo, era como la gran muralla china frente una bola de cañón. La maga abrió los ojos, con temor, mirando fijamente el filo de tu espada y percatándose de hacia dónde se dirigía ―Esa... velocidad ―era probable que no te hubieses dado cuenta, pero te habías movido a una velocidad increíble. Por un momento fue así, tomando esto por sorpresa a la maga quien, tratando de esquivar tu ataque, deshizo su hechizo. Sin embargo...

GOUTH

Antes de que tú mismo te dieses cuenta, habías empalado a la maga con tu espada de hielo. La hoja atravesaba su cuello, cosa que hizo que por la herida sangre a presión empezase a salir de su cuello, manchando tu cara un poco. En el rostro de la maga quedó plasmada una mueca de espanto, antes de que sus ojos perdiesen todo el color y de su boca empezara a salir una gran cantidad de sangre.

El círculo en sus pies se desvaneció al mismo tiempo que su vida, haciendo que cayera de bruces al suelo, dejando un ruido seco tras de sí. Tu espada se retiró de su herida en la caída: había sido un corte limpio. Ya, en el suelo, un charco de sangre se formó bajo el cadáver de la maga que yacía boca arriba; muerta de una forma brutal... pero sin dolor, ¿no? La última cosa que había visto la maga antes de morir... fue tu mirada.

La espada de hielo que sostenías del mango había perdido todo el filo, además de que estaba astillada. Era un arma inservible. 

Habías acabado con tu enemiga de una forma brutal. ¿Eso... era suficiente, no?

Por el otro lado Souma había acabado con el otro mago, quien estaba clavado a una pared con múltiples flechas de hielo. Souma aún tenía sus alas extendidas, pero estaba en el suelo, con una gran herida en el torso. Yacía boca arriba y respiraba con mucha dificultad. Su herida no parecía ser demasiado profunda, pero si lo suficiente para que eso fuese doloroso.

¿Cómo ibas a seguir? Tu espada estaba inservible y Souma... ¿podría hacerte otra? ¡Al diablo que Val se encargase del viejo Vapula? ¿Por qué no matarlo con tus propias manos? Ver su sangre, sus ojos con miedo. ¿Por qué no? ¡Era tu retribución por haberle hecho daño a Yuki! Y por haberte subestimado. ¿Podías no? ¿Por qué no? ¡A nadie le importaba! Solo a ti...

Lo habia visto, era una linea delgada. Mis ojos estaban preparados, mis manos tambien, asi como mi misma alma sabia de que no iba a pasar nada al matarla, ella era un lobo vestido de oveja, imagina cuantas vidas ha tomado alguien como ella a lo largo de su vida. Esa linea delgada que habia perseguido era del color rojo, como su sangre. Mis ojos se afilaron mas, moviendo mi cuerpo de una manera extraña, se puede decir que practicamente acabo de obedecer mi mayor instinto, que era el acabar con ella de una manera rapida. Esquivar sus rafagas, por mucho que me hubiera dolido, habia tenido frutos. 

Habia seguido esa linea, convirtiendo mi voluntad en fuerza, me prepare al avanzar sin vacilacion, no sin antes despedirme. 

― Muere por tus pecados, monstruo. 

Le habia atravesado la garganta en un abrir y cerrar de ojos, logrando ver aquella mirada de una persona que va siendo absorbida por el mismo purgatorio, el lugar donde pagara sus penas. Su cuerpo cayo completamente inerte, mientras observaba como la sangre empezaba a adornar el piso, con un aspecto desagradable. ― ... Soy un hombre de palabra. ―  Comente, agitando mi espada y limpiando los restos de sangre. Esta espada debido a esa batalla esta simplemente desgastada, por lo que volteo a ver a Souma herido, pero victorioso al igual que yo. Doy un leve suspiro y intento recuperar el aliento, mientras camino hacia el. ― Lamento dejarte solo tanto tiempo... ― Con una sonrisa leve en el rostro y siempre manteniendo la espada. Me acerque a ver su herida, que parecia ser dolorosa. ¿Que puedo hacer? En el momento, empiezo a quitarme el saco, quedando obviamente con la camiseta interior. En eso mismo, desgarro parte de la camiseta dejando obviamente destrozado el smoking, y dejando mi pecho al descubierto, pudiendose notar una gran cantidad exagerada de cicatrices alrededor de mi cuerpo, como cortes, magullones, cicatrices leves pero bien marcadas, y de esa misma tela empiezo a hacerle un torniquete improvisado a Souma alrededor del abdomen, necesito parar su hemorragia. ― Aguanta el dolor por ahora, Souma. ¡No hemos terminado, necesitamos seguir avanzando, vamos, reune fuerzas! ― Comente dandole apoyo a mi amigo mientras hacia el torniquete. Despues de dejarlo ya firme, le hice un buen nudo y espèro de que le ayude a mantener un mejor balance y a que no se desangre. No puedo pensar en derrotar solo a Zev Vapula, supera increiblemente todas mis habilidades aun cuando mi alma resuena por su sangre, no puedo perdonar a un monstruo tan terrible como el. Necesito la ayuda de Souma, necesitamos terminar esto juntos, cueste lo que cueste para que Belphegor logre su cometido, ¡No podemos darnos por vencido! ― No importa si no puedes invocar otra espada, sigue avanzando, esta vez a mi lado. Tu me cuidas mi espalda, yo te cuido la tuya. ¡Vamos, Souma! ― Y con mi mano izquierda intente levantarlo, mientras que con la derecha apretaba el mango de la ya arruinada espada, aun si no tiene filo o se rompera en algun momento, ¡Podre hacer de que muera esta espada junto a algun enemigo! Hare todo lo posible, pero... 

No podemos darnos por vencido aun. 

Cuando llegaste y socorriste a Souma insistió en que estaba bien, a pesar de que su herida empezaba a chorrear sangre a borbotones.

―Vamos, Suki ―intentó sonreír despreocupadamente, pero el dolor le hizo hacer una amarga mueca―... No... estoy tan mal. Es solo un... ¡Joder! ―chilló de dolor cuando le hacías el torniquete― Tú estás más jodido que yo. Esto es solo... un rasguño ―dejó descansar su cabeza en el suelo mientras se mordía los dientes, luchando contra el dolor―. Eres fuerte..., Suki ―sonrió ante tu proposición levantando su torso entre apagados quejidos―. No puedo dejar que te maten; al final somos amigos, ¿no es así? Esta noche... ―te tomó de la mano, levantándose con tu ayuda, entre más quejidos acallados― Tenemos una cita en el club de caballeros. Yo tampoco puedo morir aquí; por favor... no empieces sin mí.

Hizo que sus alas se agitasen y volvió a elevarse a unos pasos del suelo. ―Ya tendré tiempo para disculparme contigo después.

Más sin embargo, algo los sacó del momento tan emotivo. Un revuelo estaba formándose en donde Yuki yacía. Yume y Arabelle estaban peleando contra los magos, pero estaban siendo rodeadas. Yume creó un círculo en el suelo... sin embargo estos eran distintos a los de poder demoníaco y magia. El círculo con grabados extraños brilló. Pilares enormes emergieron del suelo, golpeando a los magos menos ágiles que no pudieron esquivar el ataque.

Arabelle por su parte parecía manejar muy bien los poderes demoníacos, estaba derrumbando a varios magos con sus bolas de energías, que resultaban ser muy pequeñas, pero con mucha potencia. Sin embargo, ella parecía resentir el golpe que había sufrido contra la pared.

Yuki... por su parte... Yuki había dejado de convulsionar. Eso era... ¿bueno... o malo? Había perdido mucha sangre.

Los demonios jóvenes habían logrado barrer con gran cantidad de magos y unos cuantos de los demonios más viejos, pero... también gozaban de muchas perdidas. El parorama no pintaba nada bien para los demonios jóvenes, ya que los magos seguían y seguían apareciendo.

¿Y Val? ¿Dónde se encontraba? Cuando advertiste aquel cabello blanco tan característico pudiste notar que estaba sobre su cabeza. Su cabello bailaba a un ritmo muy violento, así como sus ropas... a pesar de que no había viento alguno en el lugar más que las ondas expansivas de las explosiones. Su cuerpo se estaba recubriendo de un brillo blanco, extraño. Poco a poco tomaba más y más intensidad.

Al ver esto Souma se agitó.

―¿¡En verdad piensa hacerlo!? ―la grave expresión en su rostro no daba buena espina... ¿en verdad haría el mismo ataque qué-...― ¿¡En verdad piensa morir así!? ―Souma apretó los puños con fuerza, mientras reprimía un agudo grito, incapaz de parar la determinación de su amigo.

Val abrió los ojos; desbordando una impresionante presión en todo su cuerpo. Pudiste sentirla. Fue una sensación muy parecida a la que desprendía el viejo Vapula; esa sensación de que tus entrañas están siendo machacadas... ¿miedo? Aquel brillo blanco se desbordaba de todo su cuerpo, como un vaho de frío.

Antes de que siquiera pudieses advertirlo... Val se lanzó en dirección al viejo Vapula.

Los magos que se atravesaban en su camino eran quemados por algo; probablemente por su desbordante aura. Además de que, los ataques que le dirigían explotaban antes de siquiera tocarlo. Esa extraña presión no era normal. Vapula parecía haberse dado cuenta de ello, tal que sus aliados... ¿ese ataque?

―Ese ataque es muy poderoso... ―dijo Souma, mientras entornaba los ojos― Sin embargo Val no cuenta con suficiente poder demoníaco para... ―y volvió a apretar sus dientes― ¡Es un idiota!

― Vamos, Souma. No te esfuerces de mas, mantente quieto. ― Le dije con cierto enojo, el verlo de esta manera sin duda alguna el estado de mi amigo. Seguramente esto no sea mucho, pero con esto podremos seguir adelante. Despues de terminar el torniquete y obviamente ofrecerle ayuda a mi compañero, el tiene razon. Pase lo que pase, los miembros del club de caballeros extra-oficial no pueden perecer en este momento. Sonrio, pues es la unica cosa que puedo hacer, haberlo levantado tuvo un gran significado para mi en el fondo, no puedo dejar caer a ninguno de mis amigos. Cuando se elevo, mire obviamente el frente, teniamos que seguir avanzando. ―  No te preocupes de ello, Souma. Deja eso cuando seamos mas ancianos. ―  Con una sonrisa de expectacion y sed de seguir luchando, hasta que observe de regreso a Yume y Arabelle. Ahora habian entrado en un combate, y esos magos las estan empezando a rodear. Aprete el mango de mi astillada arma con enojo, parece que si siguen asi... ¿Podran resistir lo suficiente? Es increible el observar esta clase de batalla, nunca iba a imaginar que ellos podrian tener tanto poder que es absurdo. En eso observe a Yuki, que yacia alli, quieta. Sus convulsiones habian parado, pero habia perdido mucha sangre. ¿Acaso...? No, no puedes rendirte aun. Tienes que terminar esto, de una vez y por todas. 

Incluso no solo nosotros, si no que los demas jovenes demonios estaban sufriendo muchas perdidas tambien. Estamos cerca de parar esto, pero no encontraba a Val en ningun lado. Observe por todos lados, cuando sentia aquella presencia extraña sobre mi cabeza. Val parece muy serio y decidido, empezando a envolverse en ese extraño poder que podria rivalizar con el de Zev Vapula, o quizas al menos sorprenderlo para acabar con el. Lo que no me esperaba, fue la reaccion de Souma. ¿Morir...? ¿¡Ese poder es un ataque suicida?! ― ¡¡¡Vaaaaaaal!!!― Grite al observarlo, mientras se lanzaba directamente hacia Vapula. Este sentimiento es demasiado abrumador, tanto que puedo sentir como mis piernas tiemblan de manera leve, pero, necesito concentrarme. Mi amigo morira si completa ese ataque, pero, es lo unico que podria detener a Zev Vapula... 

¿Que podria hacer? ¿Es bueno permitir de que el vaya solo hacia su propia muerte? ¿Despues de lo que todos acabamos de pasar, el ira solo, como un martir, para salvarnos a todos? Val me ha protegido, asi como es de los que me han protegido ante todo lo sucedido esta noche, no puedo permitirme quedarme de brazos cruzados. No tiene demasiado poder, pero, por eso mismo se sacrificara. Yo... 

Yo...

No voy a dejarlo solo. 

Doy un paso hacia adelante, con completa determinacion. ― ¿Que crees que estas haciendo, Souma? ― Le pregunte de manera determinada, observando el panorama. ― Nuestra batalla apenas acaba de comenzar. Si nos quedamos aqui, no haremos absolutamente nada, pero... ― Aprete el agarre de la espada, con mucho coraje en mis manos. ― ¡¡Pero si vamos con Val, se nos podra ocurrir algo, pero, no lo voy a dejar solo en este momento!! ― Justo al decir esto, me volteo a ver a Souma a los ojos, no importa si no tenemos fuerzas, o si soy yo acaso un mestizo, ¡¡O si nuestras vidas estan en peligro, pero, no podemos rendirnos aun, nuestro caballeroso amigo nos necesita!! ― No es tiempo de dudar, Souma. Superemos nuestros limites, y ayudemos a Val. Codo a codo, ¡Vamos! ― Y esperando su confirmacion, deseando que comprenda tambien mi determinacion en no dejarlo morir, espero a su señal para cargar con mi astillada espada, vamos, Souma. Tu seras de ayuda para Val, no podemos quedarnos aqui. ¡¡¡Pelea!!!

Souma te dedicó una mirada comprensiva, admiraba bastante tu determinación. Más sin embargo, hizo una mueca agria con los labios. Se sintió mal consigo mismo y por ti, al mismo tiempo. Tú, que no conocías los límites y capacidades de la magia eras incapaz de entender lo que estaba sucediendo en realidad, y él se maldecía por no tener la fuerza suficiente para seguir. Era débil, muy débil. Sus heridas lo demostraban. Era más débil que Yume, Val, Arabelle, Yuki, más débil que cualquier demonio joven en la sala..., más débil que tú. Con una espada de hielo habías acabado con una decena de magos, mientras que él, con magia, había salido malherido de una batalla con dos.

―No lo comprendes..., Ikutsuki―un nudo comenzaba a apretar su garganta. No podían hacer más... no había nada más que pudiesen hacer. Él... no podía hacer más nada; era débil―. No podemos hacer nada para detener a Val. Él ya tomó una decisión. Todo esto es mi culpa... por ser tan débil ―los magos seguían sin hacerle un rasguño a Val, a pesar de que los ataques eran muy fuertes, se desintegraban antes de llegar a tocarlo―. No podemos meternos en esto.

¿No podían meterse en esto? ¡Pero Val era su amigo! ¿Cómo podía estar hablando de ese modo? ¿Acaso no le importaba? ¿Por qué se estaba comportando con una actitud tan cobarde?

Todas las reuniones del club extra oficial... Val y Souma parecían ser muy unidos. ¿Desde hace cuánto tiempo se conocerían? Se trataban casi como hermanos. Compartían gustos similares. ¿Por qué se negaba a salvar a su amigo?

―Yo no me metí cuando quisiste venir con Yuki. Debemos respetar su determinación.

Así que de eso se trataba: la determinación. En los ojos de Val había mucha de ella. No tenía miedo de morir por sus amigos; no tenía miedo de morir... mientras sus amigos se encontrasen bien.

Esa era su determinación.

Su mirada me habia convencido de que el iba a luchar conmigo, de que iba a sobrepasar los limites en estos momentos para salvar a Val, pero, su mueca me dio a entender de que algo no esta bien con ello. Conozco ese sentimiento, el saber de que eres debil en cierto sentido, y de que no puedes hacer algo porque no tienes el poder necesario. Conozco la frustracion, el dolor, el vacio que te causa en el alma aceptar este hecho. Esta batalla le ha hecho percatarse de que es debil, pero, no deberia decirme esas palabras. 

― ¿Que sucede, Souma? ― Le pregunte, vacilante por esa actitud que estaba tomando. No, Souma. No puedes darte por vencido aun, no. No me digas que... ― ¿Que estas diciendo? ― Dije en voz baja despues de que el dijera que es debil, empezando a molestarme. Val seguia luchando mientras nosotros estaba el dudando en este momento, pero, no lo puedo culpar. El enojo que siento es de que no lo este destrozando, que no este luchando contra ese sentimiento infernal de ser muy debil y no poder hacer nada. 

"No podemos meternos en esto".

Esa frase me dejo descolocado justo en ese momento, observando fijamente a Souma, con un rostro de duda, no pense que el especificamente estuviera dando la toalla, sin desear ir a luchar. Es su amigo, llevan mucho tiempo conociendose, incluso con Shimizu Yuki. ¿Porque esta diciendo esas cosas? ¿Porque no desea salvar a su amigo, que bien podria ser su hermano? No lo comprendo. No lo comprendo. ¡No lo comprendo!

Cuando comparo esta situacion, con lo de Shimizu Yuki, lo fulmine con la mirada ante esa excusa tan patetica. Lo observe seriamente, mientras clavaba esa espada astillada en el piso, sin importarme el hecho de que se rompiera. Me acerque a el y me le plante de cara, sin tocarle viendolo fijamente. ― ¿Me estas diciendo de que debo de respetar la decision de que mi amigo, se sacrifique luchando solo, sabiendo de que morira? ¿Tienes idea de lo que esta sufriendo Val en ese instante al saber eso, y aun asi sigue, todo porque esto termine? ― No pude evitar el instinto, mientras agarre su cabeza con mi mano derecha con fuerza, mientras le chocaba la frente con fuerza, sin separarnos, observandolo con la mayor intensidad que pueda de cerca, hablando claramente. ― ¿¡Que demonios te pasa, Souma?! ¡¡No es momento de que dudes!!! ― Y lo dejo ir hacia atras, mientras lo observaba con gran intensidad. ― ¡¡¡Si su determinacion es grande, entonces la superare, pero no permitire de que muera solo, mientras solo observo!!! ― Me acerque a el, esperando una respuesta clara. ― Vamos, Souma. Necesito tu ayuda, solo no sobrevivire si voy, juntos podemos buscar una manera de sobrepasar esta situacion. No puedo dejarlo morir, al final, aun no hemos completo nuestra cita en el club de caballeros. ― Espero que comprenda, esperando su resolucion. ― Estamos en esto hasta el final, los tres, juntos. No podemos abandonarle. ― Y le extiendo la mano, esperando que la apriete firmemente y vayamos adelante, ¡Hacia el centro de combate!

―¡¡¡Deja de actuar como un maldito héroe, Ikutsuki!!! ―gritó Souma, mientras agitaba uno de sus brazos, con furia― ¿¡Qué demonios es lo que quieres hacer, entorpecer el plan de Val!? ¡Él lo quiso así! ¡Ese fue su plan desde el principio! ―el agitarse hizo que su herida se abriera un poco más, cosa que le hizo ser incapaz de seguir volando y caer de rodillas al suelo, dejando escapar un grave quejido― No existe otra forma... ―hizo una pausa para tomar aire― No la hay. Yo lo sabía tanto como él. Las posibilidades de sobrevivir eran de un dos por ciento. Con su ataque las probabilidades de sobrevivir aumentan a un treinta por ciento. ¡¡¡Lo sé, Suki!!! ¡¡¡He conocido a Val por más tiempo que tú!!! ¿¡Acaso crees que estoy feliz con la idea de ver como mi amigo estallará en miles de pedazos para intentar salvarnos!? La determinación... mi determinación no me hará ser más fuerte; ni a ti. La determinación no hará que Yuki sane como si nada. Dime, Ikutsuki; ¿quieres morir aún cuando Val está haciendo todo esto para que sobrevivas? Además de que... ―volvió su vista al frente, apenas con fuerza de mantenerse de rodillas― ya es demasiado tarde.

Val se encontraba a segundos de toparse con el viejo Vapula. El brillo que lo rodeaba era demasiado intenso, tanto, que lastimaba la vista. Val se estaba mordiendo los dientes, parecía estar pasando por un gran dolor. Pero eso no iba a detenerlo. Tenía un objetivo, y era acabar con el viejo Vapula. Souma, Yuki, Arabelle, Yume, Ikutsuki; no podía dejar que sus amigos muriesen. Y, si por ser demasiado débil la muerte era el precio que debía pagar por protegerlos, le parecía un precio bastante razonable.

El viejo Vapula esperaba a Val con una sonrisa confiada, mientras extendía los brazos, invitándole a atacar sin reservas.

―¿Piensas atacarme con todo lo que tienes, Belphegor? ¡Ven! ―con esas palabras dichas algo empezó a cambiar en Vapula. Eso era: su aura. La presión que desprendía su cuerpo empezó a duplicarse... no; triplicarse. ¿Qué demonios estaba sucediendo? ¡La presión que emitía su cuerpo era abrumadora! ¡Estaba decenas de veces por encima de la de Val! Así que... ¿Esa no era toda su fuerza? Pero entonces... ¿¡El ataque de Val no...!?

―Entonces no saldremos de esta... Luchar contra las probabilidades es una estupidez ―rió divertido, ante el inminente destino del que serían víctimas. Era verdad; estaban luchando contra un monstruo desde un principio. ¿Había posibilidades de ganar en primer lugar―. Perdóname por no haberte podido sacar de esta, Suki. Esta noche no podremos celebrar la reunión de nuestro club. Será para la otra ocasión, ¿te parece? ―estaba sonriendo, pero por alguna razón lágrimas empezaban a brotar de sus ojos: estaba llorando― Gracias, Val.

No había vuelta atrás. Las decisiones no podían cambiarse. No se podía viajar en el tiempo y tomar otra. Ese era el dilema de la vida. Tú habías tomado tu decisión al unirte al club de caballeros; Souma había tomado la decisión de hacerse tu amigo; habías tomado la decisión de venir con Yuki a la fiesta y... Val había tomado la decisión de protegerlos. Todo era una eterna cadena de acciones que desencadenaban más acciones. Y tú, ahora, serías testigo de una de esas acciones.

Cuando Val estuvo lo suficientemente cerca de Vapula...

Pudiste escuchar el sonido de una gran explosión. La onda expansiva casi te manda a volar, mientras que una nube de polvo obstaculizaba la visión.

Cada quien vivía o moría por su determinación.

Definitivamente no podia aceptarlo. Sabia en el fondo de mi corazon de que habia una manera de salvar su vida, algo en mi interior rugia por querer saber que es lo que debia de hacer, para lograr cometer ese milagro. Souma me grito, haciendo de que esta vez diera un leve paso hacia atras. ¿Por que no lo puede comprender? ¡¡Juntos podemos salvarlo, no puedes simplemente rendirte, no podemos dejarlo asi!!! Sus gritos hacian eco en mi cabeza, es cierto. El lo conoce mejor que nadie, pero, no sabia de esto, una vez mas, Val Belphegor me habia mentido. Mis ojos estaban temblorosos de la increible desdicha que sentia en ese momento al no poder hacer nada ante el monstruo de Vapula. Este sacrificio que esta haciendo no me extraña de su personalidad, pero, podiamos haber hecho algo mas, habia una segunda opcion, Val... 

― No, no no no, ¡No! ― Dije al observar a Val con aquella determinacion en sus ojos, listo para acabar con su enemigo. Es el valor de un verdadero hombre, un verdadero heroe. Esos son los ojos de un hombre que esta dispuesto a todo por tal de cumplir sus objetivos, pero, el observar esta escena me hace temblar en el fondo. Sigo ese mismo pensamiento, pero... Que final mas tragico. 

El evento no habia terminado, mientras Zev ya estaba preparado para el ataque poderoso de Val. De la nada, su aura se manifesto, incrementando increiblemente su poder, podia sentirlo. Incluso siendo un mestizo, comprendia el hecho de lo que estaba a punto de suceder. Nuestro ultimo recurso, el sacrificio de nuestro amigo, y toda la lucha que habiamos desencadenado habia sido en vano. No podemos ganarle a este monstruo. ― No puede... ser... ― Comente impactado, cuando de la nada escuche a Souma, pues me habia acercado unos pasos de aquella terrible escena. En lo que volteo, mi rostro reflejaba esa desolacion que trae el llegar a este punto, asi como la voluntad de seguir luchando para sobrevivir.

Souma al disculparse conmigo de esa manera, senti como si una daga hubiera perforado mi corazon. ¿Por que no solo tenia que sufrir yo, si no que ese hombre ha causado todo esto? Sabia lo que significaba esto, habiamos sido completamente derrotados, no teniamos probabilidades de ganar. Sin que pudiera responderle, aquella onda de explosion me sacude violentamente, en lo que cruzo mis brazos en X y me flexiono, intentando no dejarme llevar por la explosion. 

Sabia lo que significaba la explosion. 

Sabia que ya no podia hacer nada.

Sabia que habia sido derrotado. 

Despues de intentar no salir volando por la explosion, no debo de dudar. Necesito recuperar mis sentidos, agarrar a Souma de aqui, y llegar con las demas... No puedo perder mas tiempo, yo... No, debemos de salir de aqui, debemos de salir de aqui, no... No podemos morir, no...

Algunos magos salieron volando con la explosión; estrellándose contra las paredes con gran fuerza, quedando inconscientes. Los magos parecían contar con un cuerpo débil; por lo que se veía eran humanos.

La batalla se detuvo por unos momentos; momentos en los cuales solo estuvo presente el silencio y la destrucción. La nube de polvo iba disipándose poco a poco, conforme los segundos pasaban. 

Una corriente de brisa fría empezó a recorrer el gran salón. ¿Cómo era posible eso si el lugar estaba completamente sellado? Era imposible que alguna corriente de aire pasara, ya que el lugar tampoco contaba con ventanas. ¿Quizá la explosión había sido tan fuerte que derrumbó alguna pared?

En una situación tan crítica apenas había tiempo para razonar sobre lo que había sucedido. No había tiempo para lágrimas, ni siquiera para pensar con la cabeza fría. Solo había tiempo para pensar en algo: sobrevivir. Al fin y al cabo... ¿eso era lo único que quedaba, no? Sobrevivir. Unos morían para que otros vivieran. Siempre ha sido así, ¿por qué habría que cambiar eso ahora?

Yume y Arabelle habían creado una gran barrera de poder demoníaco para que la onda expansiva no afectase a Yuki. Souma, por su parte, había resistido a duras penas. Justo en ese momento se encontraba de espaldas a una mesa a unos metros de ti, a punto de la inconsciencia.

―Ruego y me disculpen por la entrada tan violenta; pero no teníamos mucho tiempo para formalismos.

Una voz grave y desconocida para ti empezó a hablar. Al parecer se encontraba detrás de la nube de polvo, así que no fuiste capaz de identificar quien era. 

―Tu traición se veía venir, Zev. Mi pregunta es... ¿por qué justo ahora? ¿Hay algo que ganes haciendo perecer a los demonios jóvenes?

Conforme la nube de polvo se fue disipando pudiste ver un poco mejor el panorama. El viejo Vapula estaba... ¿cubriendo su cuerpo con sus brazos cruzados? Pero no era eso lo que estaba mal. Con una mueca amarga estaba mirando hacia la pared... ¿la pared? ¡Había un gran boquete en la pared! ¡Un boquete muy grande!

Una figura podía distinguirse por entre el polvo que aún no se disipaba por allá. Vestía un sobre todo de cuero; un hombre de edad madura. Tenía un par de alas extendidas. Seis pares de alas, para ser exactos. Sin embargo, sus alas eran diferentes a las de los demonios, estaban formadas de... ¿plumas? Eran de color negro. Miraba a Zev con una sonrisa desafiante, mientras que se mantenía cruzado de brazos.

―Discúlpame por frustrar tus planes.

Ese hombre... ¿quién era? Todo el salón se había quedado en el más profundo silencio. Pero espera... ¿no estabas olvidando algo? De hecho sí, ¿pero qué podía ser?

...

Unos cabellos blancos empezaron a distinguirse a un costado de la sala. Un joven de cabello blanco yacía aturdido de espaldas contra la pared, la cual se había agrietado por el impacto. Estaba respirando con dificultad y... ¿estaba titilando? Un brillo blanco lo rodeaba, pero poco a poco empezaba a hacerse cada vez más tenue, consigo, la presión que emitía su cuerpo desaparecía también.

Cuando la nube de polvo habíase disipado del todo pudiste darte cuenta de lo que había sucedido: Val no había muerto y, el hombre que vestía el sobre todo no parecía ser un enemigo. ¿Eso que querría decir? Acaso... ¿era muy pronto para perder las esperanzas?

Nada estaba perdido, ni siquiera la fuerza de la determinación. Nada puede ser cambiado, porque las decisiones no pueden cambiarse. Una decisión lleva a una cadena de acciones. Y la cadena de acciones te había llevado a esto. ¿Qué tan bueno o malo puede ser? Solo tú podías juzgarlo.

Despues del impacto, logre prevalecer casi de pie ante esa gran onda que casi me manda volando lejos. Todo se habia detenido por un segundo, mientras volteo a ver a Souma casi inconsciente, en una mesa atras. ¿Que fue exactamente lo que ha sucedido? No me he percatado para nada. Mis ojos estaban aun nublados por aquel fuerte impacto, pero el humo poco a poco se iba disolviendo por ese extraño viento que empezo a azotar... ¿Viento en un lugar asi...?

Observe a Yuki, que gracias a las chicas y su proteccion estaba completamente a salvo, cuando, detras de la nuve escuche una extraña voz, una muy grave. ¿De quien es esa extraña voz? Espere a que el viento hiciera su trabajo... Cuando observe algo que no esperaba. Vapula estaba en una posicion defensiva, mientras un hombre seguia charlando con el. Se mira intimidante ese anciano, pero, el problema no es ese. ¿Sera nuestra oportunidad? Si Vapula se encuentra tan a la defensiva, ya no podemos hacer nada mas. No se quien sera este extraño hombre, pero, tengo que aprovechar la abertura. No tengo tanto tiempo que estar perdiendo, debo de agarrar a Val, ir por Souma, y retirarnos inmediatamente. 

― Val... Souma... ― Ambos estaban muy mal,pero no puedo dejarlos a ambos. Inmediatamente habia lanzado una carrera para llegar hacia donde Val y socorrerlo, aunque no puedo hacer nada, Arabelle y Yume si que podran, asi como ayudaran a Souma. Debo de reunirnos a todos, no aguantaremos si seguimos asi, esta batalla ya paso fuera de nuestras ligas, por mucho que cueste aceptar... Al agarrar a Val, me lo tiro al hombro y empiezo a cargar con el rapidamente hacia donde esta Souma, para ahora levantarlo a el como sea, no importa si lo llevo como un costal de papas o lo que sea, pero tenemos que alejarnos de lo que pasara. 

Cuando tomaste a Val en tu hombro el brillo que cubría todo su cuerpo se había disipado; sin embargo, notaste como su cuerpo irradiaba mucho calor. Era tan intenso que te quemó un poco, aunque no al punto de hacerte daño. Jadeando con gran dificultad y medio inconsciente empezó a balbucear algo.

―¿I-ikutsuki? ¿Qué estás...? ¿Sigo... aquí? ―el calor de su cuerpo se fue desprendiendo poco a poco― ¿Cómo es posible...? Se supone que yo... Perdóname por ser tan... débil, Ikut... suki―para cuando el calor se desprendió de su cuerpo por completo cayó inconsciente.

Cuando llegaste hasta Souma notaste que su herida se había abierto del todo. A pesar del torniquete su camisa blanca seguía y seguía manchándose del líquido vital carmesí. Estaba inconsciente, con la cabeza caída y los brazos muertos.

Val era bastante ligero, a pesar de su altura y de ser hombre. Todavía podías moverte con relativa facilidad cargando con él. Souma no parecía ser mucho más robusto que él, así que te asiste del cuello de su camisa y empezaste a arrastrarlo por aquel escenario tan caótico, en dirección a Yume y Arabelle, quienes se encontraban detrás de un gran muro de piedra.

Del otro lado de la sala las cosas estaban volviendo a tomar tensión.

El hombre que se encontraba en medio del gran boquete no venía solo; tras él habían una gran cantidad de ángeles; ángeles caídos y demonios con sus alas extendidas, armados con espadas de luz, o a mano limpia. Entre todos formaban una gran masa de poder tras el hombre que había hecho el boquete en la pared.

Zev Vapula no era ignorante a esto, ni sus aliados. Los magos que estaban luchando con los demonios jóvenes, así como con Yume y Arabelle se replegaron hacia donde Vapula se encontraba, formando una gran muralla de hombres.

―Azazel; que grata sorpresa recibirte en mi fiesta ―no sonrió al decir eso; lo dijo con un rostro inexpresivo y con bastante sarcasmo, mientras rompía su pose de defensa―. ¿No te parece un poco grosero hacer ese tipo de entrada? Solo me encontraba atendiendo de la mejor manera a mis invitados. Atacar de esa forma a un viejo como yo... es algo muy excesivo.

Los demonios jóvenes que estaban en pie, con grandes heridas por todo su cuerpo desbordaron en cólera ante las palabras de Zev Vapula.

El ángel caído llamado Azazel dejó de sonreír; mirando con repugnancia al viejo Vapula.

―Me das mucho asco, Zev. ¿Estar en desacuerdo con la paz te ha llevado a cometer esto... O hay algo más? Esos son magos exiliados. ¿Qué te traes entre manos, maldito viejo? ―Azazel tomó una posición ofensiva, creando una lanza de luz en su mano fácilmente tres veces más grande que él mismo. Esta acción hizo que todos los magos formasen un gran escudo frente a Vapula― Ya tendrás el tiempo suficiente para contar tus planes, mientras pasas tu tiempo pagando los pecados que has cometido en el inframundo.

―¿No te parece que estás exagerando todo esto, Azazel? ―Vapula levanto los brazos y sonrió― Estas haciendo un alboroto por nada. Solo quería poner a estos mocosos a prueba; son débiles, muy débiles. ¿Cómo se atreven siquiera a morir por uno de estos magos? ¿¡Sabes por qué son tan débiles, Azazel!? ―su tono de voz empezó a oscurecerse, rebosando en ira― ¡No conocen realmente lo que es una batalla real! ¡No conocen la desesperación de la guerra! Han nacido en esta estúpida paz que ustedes han construido. Que estos demonios inútiles muriesen es solo su culpa, por ser tan débiles.

―¡Deja de decir estupideces! ―Azazel había perdido toda calma, estaba molesto. No toleraba el hecho de que Vapula matara a los jóvenes con una excusa tan pobre― ¡No toleraré que sigas burlándote de lo que has hecho! ―sin siquiera avisar extendió su mano, mandando la gran lanza de luz hacia Zev Vapula. La lanza impactó contra el escudo, quebrándolo sin ninguna dificultad. Los magos recibieron el ataque por Zev Vapula. Decenas y decenas de ellos fueron mandados a volar; otros tantos simplemente fueron desintegrados.

El batallón tras de Azazel empezó a entrar al recinto, atacando a los magos y a los demonios enemigos, mientras que del otro bando también empezaban a lanzarles ataques. ¡La batalla se había reanudado!

Tú por tu parte... Souma y Val no respondían; estaban inconscientes y, tu pervertido amigo, estaba perdiendo mucha sangre. 

Rodeaste el muro que Yume había creado y te encontraste a una Arabelle que estaba llorando, y a una Yume que estaba haciendo algo con Yuki. Había un círculo con grabados extraños de color verde bajo Yuki, mientras que Yume tenía sus manos encima de ella, parecía estar lo suficientemente concentrada, y bastante exhausta.

No... todavía no estaba todo perdido.

Al tocar a Val, me habia quedado completamente sorprendido ante el calor que desprendia su cuerpo. ¿Que tanta presion acaba de soportar su cuerpo para haber hecho todo aquello? Es un sobre-calentamiento, de lo que sea que ha hecho. Su cuerpo no lo ha soportado, pero, agarre fuerzas e ignore el ardor que sentia en mis manos al agarrarlo con firmeza. ― No es momento de pedir disculpas, Val. ¡Mantente conmigo, vamos, concentrate! ― Le dije, intentando que se mantuviera consciente, pero fue por gusto. Agarre a Val con todas las fuerzas que pude, mientras me acercaba a Souma. El caos de la batalla todavia sigue por todos lados, no puedo dejar que ninguno de los dos salga mas afectado en esta batalla. Agarro a Souma, pues ambos no estaban pesados, o quizas simplemente la adrenalina que todo ha pasado me esta dando fuerzas de mas, no importa de donde es que este saliendo mi fuerza en estos momentos. 

― ¡Vamos, vamos, no pueden rendirse ahora, vamos! ― Llevaba a ambos por todo el centro de combate, mientras observaba de reojo toda la escena que habia sucedido gracias al hombre con multiples alas oscuras, de hecho, si no hubiera sido por el, todos nosotros seguramente ya estuvieramos muertos. ¿Azazel? ¿Ese es el nombre de quien nos ha rescatado en esta situacion? Estaba pendiente de todo lo que sucedia en aquel lado, pues el caos parecia estar reinando en su mejor momento mientras cargaba con estos dos. Incluso, las palabras de Zev Vapula me hicieron detenerme por un segundo, observandolo con una gran furia en mis ojos, pero lo que no me esperaba eran esos motivos tan egoistas y estupidos que se tenia para hacer de este lugar un centro de carniceria, un matadero. ¿Asi es lo que se siente el campo de combate? ¿Tanta desesperacion y muertes en tan poco tiempo...? ¿¡Quien podria querer algo asi?! Comprendia el odio de aquel hombre que ataco con fiereza a Vapula, pero aun asi sus lacayos se sacrificaban por el como cerdos sin voluntad. 

Despues de todo aquello, finalmente logre rodear aquel muro, encontrandome una situacion desalentadora mientras dejaba a Val y Souma cerca de donde estaba Shimizu Yuki y Yume, concentrada en salvarla. No le dije absolutamente nada, solo dirigi una mirada con esperanzas de que todos puedan sobrevivir. Observe a Arabelle llorando, se nota que lo esta pasando mal, pero, no podemos permitir que esto siga asi. ― ¡¡Schneider-san, vamos, ayudame!! ― Le grite, empezando a tratar primero a Souma, no tengo posibilidades de ayudar a Val con mis tecnicas de curacion, esto va mas haya de lo que yo puedo tratar. ― ¡Puedo intentar hacer algo con Souma, pero, no tengo lo que se necesita para ayudar a Val, y Yume esta ocupada, necesitamos hacer algo! ― Empiezo a intentar ver de que manera le cierro la herida a Souma, o al menos logro detener la hemorragia. ― No estoy seguro de que hacer... ― Dije, intentando ver como salvaba la vida de mi amigo, pero, no sabia que hacer con Val, pero al menos estoy intentando hacer algo bien. ¡Al menos debo de poder salvarlos! ― Ya no tengo nada con que luchar o defenderlos, ni tengo habilidades para curarlos... Por favor, ayudame, Schneider-san. ― Le dije hablando de manera clara, pero en mis ojos se podia ver claramente de que estaba corto de opciones en este combate. Mis ojos desprendian desesperacion, asi como mi mente luchaba por no dejarme llevar por este sentimiento y lograr salvarlos a todos, o al menos protegerlos. No puedo dejar que esto termine asi... Al hablarle, se pudo escuchar como si esa peticion hubiera venido desde lo mas profundo de mi alma, pues ahora que ellos dos ya no pueden luchar, y ya no tengo mas opciones...

Se que debo de seguir luchando para que ellos no mueran, no puedo rendirme.

Por mucho que la desesperacion lo intente, yo...

No puedo. 

Advertiste que Yume se encontraba muy cansada, posiblemente por usar sus poderes para salvar a Yuki. Había logrado parar las hemorragias internas de Yuki con éxito, aunque eso no quitaba el hecho de que hubiese perdido una gran cantidad de sangre. Su pálida piel ya no tenía ese tono sano, había perdido todo brillo... así como sus ojos. Aquellos ojos rojos ya no resplandecían, eran de un color mate... como su sangre.

―¡Val! ¡¡¡Val!!! ―Arabelle se dirigió a toda prisa a donde habías dejado a Val, sus ojos rebosante de lágrimas cristalinas manchaban su rostro. Puso con sutileza la cabeza de Val en su regazo y acarició con suavidad sus mejillas― Eres un... eres un idiota, Val ―aunque el aludido no reaccionaba, Arabelle seguía acariciando sus mejillas y hablándole, con cierto alivio. ¿Quizá Val no estaba grave?―. Agotó su poder demoníaco... solo está... desmayado ―saber eso no hizo que la chica se calmase, ya que por el contrario, empezó a sollozar con más intensidad.

Los parpados de Yume empezaban a caer, sin embargo ella luchaba para que eso no sucediese. Mucho sudor perlaba todo su cuerpo; la demonio estaba exhausta. El círculo bajo Yuki empezaba a titilar, brillando cada vez con menos intensidad.

―¿S-suki? ―masculló Souma, entre un bramido de dolor por hacer un movimiento brusco. Parecía haber reaccionado del aturdimiento, aunque su sangre seguía brotando. Sus ojos apenas abiertos y faltos de foco te contemplaban con dificultad. Giró un poco su cabeza para ver su panorama y se topó con Val, cosa que dibujó una efímera sonrisa en su rostro; sonrisa que se borró cuando se tropezó con Yuki y Yume― ¿Yume? Yume, has usad-... ¡Demonios! ―estrelló su puño con muy poca fuerza en el suelo, impotente por ser incapaz de controlar el dolor que lo acongojaba.

No había muchas más formas de parar el sangrado de Souma, solo hacer otro torniquete y rezar porque eso contuviera un poco la sangre. Su herida era demasiado grave; los primeros auxilios no serían suficiente. Arabelle no parecía saber magia de curación y Yume parecía estar a punto de desfallecer.

La muerte estaba rondándote a ti y a tus amigos. No había nada que pudieses hacer; muchos demonios jóvenes habían muerto en esa batalla. Souma y Yuki solo se unirían a ello-...

¡¡¡BAAAAAAAAAAAAAAAAAAM!!!

El gran muro de piedra obstaculizaba la visión sobre lo que estaba sucediendo al otro lado de este, así como también servía como defensa. 

La lucha parecía haberse reanudado. Los sonidos de la explosiones y los escombros volando por doquier volvían a hacer acto de presencia. Un par de ataques impactaron contra el muro, haciendo temblar el aire con fiereza.

Los magos al otro lado de la sala se enfrentaban contra el gran batallón de demonios; ángeles caídos; y ángeles. ¡El hombre que había llegado a último momento no era un enemigo! Los gritos y explosiones sonaban al unisono, como un tétrico acorde.

―Ruego me perdones Azazel, pero no tengo intenciones de quedarme a pelear contigo. Mi trabajo aquí ya está hecho ―bajo los pies de Vapula un gran círculo color dorado empezaba a brillar con intensidad―. Mándale mis saludos a los Maou, por favor; diles que no me molestará convertirme en un demonio exiliado. Todos estos cadáveres... son mi regalo de despedida, espero que lo disfruten.

―¡¡¡No pienso dejarte escapar, Zev!!! ―Azazel volvió a formar una gran lanza en su mano. Esta era por mucho diez veces más grande que la anterior. La gran lanza de luz dejaba escapar una energía tremenda; ¡era diez o veinte más veces más grande que la presión que irradiaba Val cuando iba a hacer su ataque!

No obstante, antes de que Azazel pudiese lanzar su ataque... Vapula desapareció bajo el gran brillo del círculo bajo sus pies.

Azazel no había advertido lo destructivo que podía ser su ataque en una sala tan pequeña. Si hubiese lanzado su ataque ahí podría haber afectado tanto a aliados como a enemigos. Aún rebosante en cólera, pero resignado, dejó que su gran lanza se deshiciera en brumas brillantes de color amarillo, dispersando la gran cantidad de poder comprimido.

Los magos empezaron a hacer lo mismo que Vapula, tratando de escapar de la escena. No obstante, la mayoría, fueron asesinados por el batallón de Azazel y él mismo, junto a los demás demonios jóvenes que aún quedaban en pie.

...

...

...

Por un par de minutos lo único que pudiste escuchar fueron los sollozos de Arabelle, y los jadeos pesados de Yume. Souma se había vuelto a desmayar, y esta vez no parecía capaz de despertar. Val se encontraba en el mismo estado de inconsciencia, aunque su respiración se había regulado. 

¿Todo estaba realmente acabado... o se habían salvado?

Escuchaste un aletear hacia su dirección. ¿Quién demonios sería? ¿¡Un enemigo!?

Unas alas blancas y una gran espada de luz se dejó ver por la esquina del muro. Arabelle advirtió esto y miró con ojos agresivos a la nueva presencia, extendiendo su mano hacia él; preparando un ataque. Yume fue incapaz de seguir curando a Yuki, exhausta cayó a un lado de ella, desmayada.

Cuando la figura se dejó ver por completo Arabelle bajó su mano lentamente, comenzando a sollozar otra vez.

Una gran figura que parecía brillar les veía preocupado. Una gran aureola amarilla sobre su cabeza y dos pares de alas blancas extendidas. Les sonrío con timidez y preguntó:

―¿Están bien?

Al observar a Yume, sabia de que las cosas no estaban bien. ¿Cuanto mas iba a tardar este infierno en terminarse? He avanzado de frente en este caos, buscando la manera de como salir librados de este caos en el que he venido a caer. No estoy muy seguro acerca de lo que ha sucedido, pero, el observar a Shimizu Yuki en aquel estado, la situacion de mis amigos y sus seres queridos todos en un completo estado critico para sobrevivir entre todos... 

Schneider se encontraba cuidando a Val, que parecia que "solo se habia desmayado", mientras ella seguia llorando por algun extraño motivo, quizas por las consecuencias que traera esta batalla, o por verlo en este estado tan... ― ¿¡Souma?! ― Antes de percatarme, al parecer Souma habia recuperado la consciencia, aquella sonrisa que demostro al observar a su amigo aun vivo, asi como aquella preocupacion y sentimiento de frustracion tan agotador que tuvo que sentir al observar a Yume en ese estado, pues es obvio de que todos han sobrepasado sus limites en este escenario para sobrevivir. ― ... ― Mi derecho para hablar se habia revocado, no podia expresar ninguna palabra acerca de lo que sentia en estos momentos. Todos han salido muy lastimados al intentar dar todo de si mismos, pero, por mucho que intente buscar palabras de aliento o pensar en que todo estara bien, ya no puedo. El observarlos a todos de esta manera me hace... Sentir impotente, debil. Aun cuando he intentado curar a Souma, parece de que es lo mas que podemos hacer... 

Estaba maquinando mi cerebro para buscar una solucion a todo esto, hasta que una explosion azoto los muros de piedra que nos resguardaban de los daños colaterales. La batalla seguia, impactando los muros sin piedad, mientras esperaba de que fueran lo suficientemente resistentes como para que no se destrocen y acaben con nosotros... 

Esto es irreal. De un momento a otro, me he envuelto en una batalla a muerte, he asesinado gente malvada para sobrevivir, aun cuando ha sido la primera vez que la sangre mancha mi alma, finalmente me empezaba a marear, mi cuerpo se empezaba a enfriar y ya empezaba a sentir toda la fatiga de los golpes y el esfuerzo que he hecho. Angeles, demonios, y incluso seres que he de suponer que son angeles caidos luchaban ahora para defendernos y acabar con aquel hombre. 

― ... ¿Souma? ― Dije, al observar que se habia desmayado nuevamente. Le tome por los hombros levantandolo, incredulo. No, no puedes rendirte, estamos cerca de salir de aqui. ― Vamos, hey. No puedes rendirte en este momento, Souma. ― Agitaba a Souma de la cabeza, esperando que reaccione, sin mayor suerte. No, no, no. No puede ser cierto... Observe el panorama, dandome cuenta de que Yume finalmente habia caido desmayada, exhausta por todo lo que ha hecho, y unos aleteos se acercaba hacia aca. Me quede completamente quieto con Souma en mis brazos, y mis manos ensangrentadas por mis primeros auxilios que no han tenido mucho efecto... 

No sabia que esperarme, pero, al observar aquella aureola en su cabeza, asi como sus alas blancas... Lo habia comprendido, era un angel. Schneider habia bajado sus manos, mientras miraba al angel con unos ojos llenos de brillo, finalmente... 

― Por favor... 

Mi mirada era suplicante, teniendo todas mis esperanzas en esa nueva presencia. 

... Ayudanos. 

―○●○―

Mañana de sábado.

Después de toda la odisea del día anterior te encontrabas dentro de un gran establecimiento. Esa mañana habías despertado en un gran cuarto blanco. A tu lado izquierdo estaba Souma, acostado en una camilla, a tu lado derecho estaba Val; ninguno de los dos habían despertado desde el día anterior. A pesar de que tus heridas no eran demasiado grave fuiste internado junto a ellos, para estar completamente seguros de tu recuperación.

La noche que habías vivido fue una noche tormentosa. Se dijo que un cuarto de los demonios jóvenes que habían ido a la fiesta habían muerto. Era un duro golpe moral para todos. El escenario que pudiste apreciar cuando empezaron a sacarlos de ahí fue devastador; ver los cadáveres de magos y demonios jóvenes yaciendo por todas partes era un escenario deprimente. Nadie salió bien librado de la estúpida lucha sin sentido, muchos lloraron a sus amigos... a su familia. 

Fuiste traído a este establecimiento por medio de un círculo mágico, junto a Yume, Arabelle, Val, Souma y... por supuesto, Yuki.

"Laboratorios grigori". Este era un laboratorio en el que se hacían experimentos con sacred gears. Al llegar desconociste ese término, pero se te explicó que poseías uno. Todos los heridos de gravedad fueron llevados a ese lugar, otros más fueron llevados a un hospital en "el inframundo". 

Cuando Yuki llegó a los laboratorios sus signos vitales eran muy débiles. No obstante, sobrevivió. Justo en este momento se encontraba en otro cuarto; requería de cuidados mucho más especiales. Por lo que Yume te contó Yuki estaba en coma. Todas las heridas de su cuerpo pudieron sanarse gracias a la magia. Sin embargo, había recibido una fuerte maldición que no la dejaba despertar... no del todo. Los científicos ―que en su mayoría eran ángeles caídos― desconocían de dónde provenía esta maldición. Era desconocida y bastante fuerte. Por lo que se dijo Yuki se encontraba en algún lugar de su subconsciente, incapaz de salir de allí. Podía escuchar, oler, sentir; pero su cuerpo no respondía a ningún estímulo: se encontraba en un estado vegetal. 

Yume no pasó por nada grave; solo gastó todo su poder... lo mismo sucedió con Val, aunque este contaba con algunas heridas internas por la pelea.

Arabelle había estado acompañándolos en la sala hasta hacía poco más de unos momentos. Había asuntos que atender, y ella debía sacar la cara por Val. 

El hombre que los había salvado la noche anterior, Azazel, también pasó a visitarlos más temprano. Al conseguirte despierto te contó que poseías un sacred gear: un poder otorgado a los humanos por el Dios de la biblia. Explicó que Val y Souma estarían bien; cuando despertasen les darían de alta a los tres, por los momentos solo necesitarían descansar. La magia y los poderes no eran fantasía; eran algo real y tú mismo lo habías vivido.

Tu vida había dado un gran vuelco de un día para otro. De ser un humano común y corriente, habías pasado a saber que eras un mestizo y que, por si fuera poco, todo lo que se retrataba en las novelas o películas como sobrenatural, era real. Por fin habías tenido tiempo de digerirlo... aunque, ¿pudiste digerirlo del todo?

Ahí te encontrabas, esta mañana de sábado, acostado en una camilla, contemplando las cuatro paredes blancas sin ventanas. Solo había un gran panel oscurecido en la pared de la izquierda; no podía verse nada hacia fuera. Probablemente estas salas estuviesen hecho así para observar a las personas con más cuidado. La sala estaba vacía, además de las tres camillas en las que estaban acostados, los aparatos que monitoreaban los signos vitales de todos y un gran sofá blanco, pegado a la derecha, para los visitantes.

La luz artificial era algo molesta, pero no demasiado; le daba un toque nítido al ambiente.

Fue entonces que, por primera vez desde que Arabelle se fue, escuchaste el sonido de una voz quejarse. El sonido de unas sábanas arrugándose se escuchó a tu derecha, seguido de un largo y profundo bostezo. 

El joven a tu derecha se irguió un poco sobre su camilla, recostando su espalda en el copete de esta. Sus blancos mechones caían sobre su rostro adormitado, mientras observaba el lugar tan confundido como somnoliento. Con los ojos entrecerrados aún, tropezó su mirada con la tuya y se quedó procesando tu rostro por unos instantes, antes de abrir la boca, todavía bastante confundido.

―¿Ikutsuki? ―Val tuvo que llevarse una mano a la cara, tratando de quitarse el sueño. Su vista se paseó por tu camilla; contemplando que te encontrabas acostado. También miró la cama de Souma, una sonrisa en su rostro se dibujó al ver que se encontraban bien― ¿Qué sucedió? ―su sonrisa desapareció al recordar todo lo que había sucedido la noche anterior, cosa que hizo que se agitara de repente― Ikutsuki, ¿y Yuki? ¿Cómo están Arabelle y Yume? ¿Souma? ¿Tú cómo estás? ―muchas preguntas en un par de segundos; su preocupación era mucha. Recordar todo lo que había sucedido el día anterior hizo que se mordiera los dientes y apretara la sábana con fuerza; su ropa estaba manchada de sangre, como la tuya y la de Souma; nadie había tenido tiempo de cambiarse― Perdóname, Ikutsuki. Debí decirte la verdad a tiempo. Podría haberte evitado todo esto. Es un cambio muy brusco para tu realidad; te juro que no quería que esto sucediera. En verdad te considero como un amigo ―apretó con aún más fiereza sus sábanas―. Te comprendería si llegas a odiarnos ―realmente estaba arrepentido, sus grandes ojos color café lo decían todo. Podías ver dentro de su alma, y dentro de ella solo había arrepentimiento.

Al abrir los ojos, simplemente me quede observando el techo. Mi mente estaba totalmente en blanco, observando la luz del techo. ¿En donde es que estaba? Me siento increiblemente fatal, para ser sincero. Me sentia increiblemente nublado, pero, poco a poco mi vision y consciencia regresaban, haciendo que volteara hacia los lados. Souma se encontraba a mi lado dizquierdo, Val al derecho. Ambos aun no despertaban, pero, recuerdo claramente aquello como si lo estuviera viviendo. Todos nosotros pudimos haber sido victimas de aquel ataque, en donde un cuarto de los jovenes que estaban alli fueron asesinados por Zev Vapula y sus estupidos motivos. 

Nosotros habiamos logrado sobrevivir, a duras penas. Pero por suerte ellos no observaron aquella escena, esa cantidad increible de cuerpos por todos lados, tanto de los magos como de los demonios jovenes. Muertes sin sentido para cumplir un deseo bizarro de un hombre malvado. Todos parecen resentir esta gran perdida, pero, no todo estaba perdido. Si no hubiese sido por aquel hombre de alas negras, que llego a confrontar con gran poder a Vapula hubiese sido peor. Fuimos transladados a un lugar llamado "Laboratorios Grigori", donde me mencionaron eso de los "Sacred Gears". 

Dejando eso de lado, Shimizu Yuki habia sobrevivido ante aquel ataque tan devastador que le hizo Vapula de manera traicionera. ¿Acaso en verdad se merecia aquello? Habia jugado conmigo, asi como ella tambien sabia sobre mi "verdadera naturaleza", pero, estoy seguro de que ella tampoco sabia de que esto iba a suceder. Ambos fuimos victimas de un escenario inesperado, lleno de caos y muerte. Sigo sin comprender sus intenciones infantiles, y tampoco puedo decir de que la haya perdonado del todo, pero... 

En el fondo de mi corazon, me alegro de que haya sobrevivido. Su estado es critico, de hecho, esa maldicion que posee es una desgracia, pero... Se que existe una manera de despertarla. Ella esta alli, esperando salir de su subconsciente que ha quedado atrapado en aquel ataque tan devastador y cruel, pero, tengo fe. Un semi-demonio teniendo fe, ¿Eh? Que ironico. Se que ella puede salir de eso, pero, quisiera verla. Tenemos un asunto pendiente, en el cual ambos hemos sido victimas del infortunio. Desearia poder hablarle al menos, al final, aun cuando no la he perdonado completamente, y resiento el cambio que sucedio en mi vida, no la puedo culpar. ¿Quien diria que justo esa noche habria sangre por doquier, e incluso ella quedaria asi? No puedo ser tan cruel, mi corazon no me lo permite. 

Aparte de todo esto, los demas se podrian decir de que finalmente, estaban a salvo. Aquel hombre, Azazel, me explico acerca de los Sacred Gear, asi como el hecho de que soy portador de uno de ellos, un artefacto dado por el Dios de la Biblia. Justo en esos momentos recorde cuando sentia que el mundo era mas haya de lo que imaginaba, pero el llegar a pensar de que estaba mas envuelto en esto de lo que imaginaba, me hace sentir casi ridiculo, pero, despues de lo que he vivido aunque no haya digerido todo lo que sucede, debo de vivir con ello. La verdad ya habia aparecido, y esa misma verdad genero mas dudas. Mi deber es encontrar una respuesta y vivir con ello, finalmente descubrir... Que es lo que el mundo espera de mi, o en verdad, quien eres.

Despues de la despedida de Arabelle, lo que seguia me emociono a su manera. Aquel sonido de molestia al recien despertar, asi como el hecho de observar que en verdad mi amigo habia logrado sobrevivir ante semejante acto de valentia que habia intentado, todo por protegernos. Cuando menciono mi nombre, no pude evitar verlo a los ojos y sentir como algo se removia en mi estomago, quizas era felicidad, quizas era alivio, pero, no importa en si, Val Belphegor, mi amigo, habia sobrevivido. ― ... Es bueno tenerte de vuelta, Val. ― Le dije con una sonrisa algo quebradiza, intentando ocultar estos sentimientos que parecen desbordarse. Al instante, parece que recordo todo lo que habia sucedido, con mucha preocupacion. ― ... Jamas habia conocido a alguien tan benevolente como tu para haber hecho todo aquello... Tranquilo, Val. Deja que te ponga al tanto, pues... ― Le empezaba a explicar todo lo que me habia dicho Arabelle, el estado de Yuki y su tragedia, como esta Yume, que es lo que esta haciendo Arabelle en ausencia de Val, y lo demas sucedido despues de su desfallecimiento, y lo que paso. Habia sido algo muy intenso, por lo que se lo decia de manera tranquila, para despues, esperar. 

Val parecia en verdad arrepentido, pero, no me extraña. Todo lo que ha pasado en estos momentos ha sido en cierta parte relacionado a ellos, a los secretos que me han mantenido, y el no revelarme quien era en realidad, aunque, siendo imparcial, tiene su logica. Lo que ellos deseaban hacer era no involucrarme en todo esto, y obviamente Yuki lo arruino. Pero, no puedo culpar a nadie. Seguramente aquel desenlace seguramente siempre hubiera sucedido... ― ... No te preocupes por aquello, Val. Las cosas han pasado, y ninguno de nosotros se imaginaba aquello, pero... ― Lo mire fijamente a los ojos, mostrando mi determinacion. ― ... Dejando de lado todo eso, me alegro de que hayas sobrevivido a todo lo que ha sucedido, lo que hiciste ha sido algo admirable por todos nosotros, pero aun asi... ― Apretaba la mandibula, con un poco de frustracion. ― ... No vuelvas a hacer algo asi. Te considero mi amigo tambien, pero, no estas solo para hacer ese tipo de cosas. Ahora tendre que adaptarme a esta vida, pero, no me parece un problema si me ayudan ambos, ofreciendo mi sinceridad a cambio de la suya... ¿Te parece un buen trato, Val? ― Y al preguntar esto, le sonrio con un poco de fuerza, esperando que comprenda lo que deseo explicarle.

Val escuchó todo lo que tenías por decir con calma, mirándote con un deje de desconcierto por escuchar unas palabras que no se esperaba por tu parte. Intentó sonreír, aunque fue inútil; se encontraba demasiado triste como para poder hacerlo. Su rostro era tranquilo y afable, pero dentro de sí estaba gritando y retorciéndose de frustración al saber lo de los demonios jóvenes, lo de Yuki y todo lo que había sucedido después de que se quedase inconsciente. 

Cuando terminaste de hablar Val asintió con suavidad, indicando que había entendido tu punto. Trató de sonreír un poco, intentando aligerar su tensión, pero de nuevo fue inútil. Frustrado y con una tormenta de sentimientos que no se reflejaban en su rostro, llevó su vista al frente y empezó a hablar sin mirarte.

―No tienes nada por qué agradecerme; nadie tiene nada por qué agradecerme ―su tono era tan tranquilo como su rostro, pero en él había un deje de frustración―. No hice nada, Ikutsuki. Solo fui una carga. Si hay alguien aquí que merece agradecimientos eres tú ―y volvió a mirarte al decir eso, con una sonrisa en los ojos―; que Souma y yo estemos aquí hoy se debe gracias a ti. Nadie más benevolente que tú, quien decidió salvar a dos personas que te habían ocultado la verdad ―sin contestar a tu pregunta aún se reclinó un poco más en el copete de la camilla y volvió a mirar al frente―. Zev Vapula dijo que tú no pertenecías a ningún lugar, ¿no es así? ―mostrar tan pocas emociones era algo recurrente en él, al parecer― ¿Recuerdas que dije que tenía un club, Ikutsuki? ―sin esperar una respuesta siguió hablando― Necesito miembros para mi club, y tú necesitas un lugar al cuál pertenecer, ¿me equivoco? ―suspiró y volvió a mirarte, esta vez con una media sonrisa― ¿Qué dirías si te diera la oportunidad de pertenecer a algún lugar? Podrías reencarnar como demonio; pero con ello dejarías tu mitad humana atrás. ¿Qué dices, Ikutsuki...? ―te miró expectante― ¿... Te gustaría convertirte en parte de mi familia? ―y terminó, irónicamente, con la misma pregunta que tú le habías hecho― ¿Te parece un buen trato?

Quizas me empezaba a dar cuenta, pero Val parece siempre tener ese rostro tranquilo, pero, aun asi, puedo ver lo que en el fondo puede sentir. Reconozco esos sentimientos muy bien, pues cuando el estaba inconsciente yo los estaba portando, luchando en contra de ellos para no dejarme llevar. Lo que me dejo desconcertado, fue cuando empezo a mirar hacia la nada y empezo a hablar, asintiendo a mi punto anterior. ¿Como puede decir de que fue una...? Espera. ¿Yo? ¿Por que deberia agradecerme...? Me quede en seco, observando como hablaba. Solo hice lo que un amigo haria en un momento tan critico, Val. Pese a todos los inconvenientes, eso no significaba de que mi amistad se iba a romper facilmente. No soy de los que abandonan a sus amigos en las malas, yo...

Antes de que pudiera hablar, menciono aquello que me dijo Zev Vapula. Yo no pertenezco a ningun lugar, sin duda alguna. Eso es algo que no puedo negar, pero, antes de que respondiera a sus preguntas, el proseguia, mientras lo miraba desconcertado. Mi rostro reflejo duda cuando hablo sobre su club, el de lo paranormal si no me equivoco. ― ...¿Un lugar al que pertenecer...? ― Comente con los ojos abiertos de sorpresa al escuchar eso de su boca. En ello, escuche la palabra reencarnacion y demonio. ¿Que significaria aquello, o que cambios me llevaria en mi vida? No podria saberlo, al final, es un nuevo mundo el que conoceria, asi como nuevos limites... Pero, dejando eso de lado, fue el hecho de que me haya dicho "pertenecer a una familia" lo que me dejo quieto, observando su mirada expectante. Tantos años buscando finalmente una respuesta para todas mis dudas, y justo cuando descubro en realidad "que soy", mas preguntas aparecen. Pero, no podia sentirme mas feliz, pues, se que esta es una oportunidad que no puedo desperdiciar. ¿Alguien cree en el destino? Porque yo podria estar empezando a creer en el...

―... Je. ― Deje escapar de mi boca ese sonido, de manera divertida mientras le sonrio a Val. 

― ... Me parece un buen trato, Val. Acepto. ―