¡Navidad Navidad! Al fin habían llegado aquellas fechas, las luces en las calles se encendían, la nieve las acompañaba haciendo que la estampa fuera realmente mágica. Sonreía como una boba, me encantaba la navidad, los conjuntos navideños solían tener colores rojos con borrego blanco, en el club nos habían invitado a una fiesta para celebrar la navidad y estaba encantada.
Eizo y Chisa me recogieron a la hora convenida y nos dirigimos al punto de reunión. Nos íbamos a ver solo los del club o también habría más gente. Normalmente celebrábamos ocasiones así pero, como todo por estas fechas, aquel día parecía algo mágico, algo nuevo y emocionante.
Llegamos al local donde cenaríamos y se celebraría la fiesta, una especie de sala de fiestas que se solía alquilar para los jóvenes. Una especie de portero de discoteca nos hizo pasar y después de un pequeño recibidor, donde dejar las botas, chaqueta y demás enseres necesarios dentro del salón, una puerta nos dio paso al salón donde celebraríamos nuestra festividad.
Eramos los tres primeros en llegar.
- Hemos sido demasiado puntuales - dije a los gemelos.
- ¡Odio tener que esperar - dijo la pequeña Chisa poniendo mofletes de no estar de acuerdo
- Claro, por eso siempre llegas tarde a todos los sitios - le replicó su hermano.
No tardaron mucho en comenzar a lanzarse reprimendas el uno al otro, sonreí. Aunque pareciera que siempre estaban a la piquilla estaba claro que estar el uno con el otro, peleándose era lo que les hacía bastante bien, yo sabía que era la forma que tenían de demostrarse afecto.
La sala contaba con un sofá largo y unos cuantos sillones alrededor de lo que parecía ser una chimenea en el centro de la sala, todo ello colocado sobre una superficie de piedra que quedaba a un nivel más bajo del resto de la estancia que estaba preparada con el parqué típico. Sobre un par de mesas reposaban platos con el picoteo, botellas y una fuente de ponche navideño.
Al otro lado de la sala había preparada una mesa con sillas, al lado de la cual había una estantería con lo que parecían ser juegos de mesa.
En la pared al lado de la mesa de juegos había una puerta, corrí para abrirla y ver que había dentro. Un par de mesas de billar y una mesa de ping-pong se encontraban en aquella sala adyacente a la principal.
- ¡Esto es una pasada! - exclamé al verlo.
De la que volvía al salón principal pude fijarme en lo que había al fondo de la sala, la cuarta pared en la que no me había fijado, una pantalla grande cubría una parte de esta y justo delante un par de micrófonos y lo que parecía... ¡UN KARAOKE! Alrededor de los micros unos sofás de estilo más moderno que los que había alrededor de la chimenea. Cuando dejé de admirar el trabajo de decoración y actividades que había en la sala me fijé en otra puerta al lado del picoteo.
Aquella tercera habitación era más sencilla, una larga mesa preparada para una cena, con suficientes sillas para bastante gente.
Volví a la sala principal para sentarme frente a la chimenea que ya estaba encendida y animé a los gemelos que todavía estaban peleándose.
- Venga dejad de pelearos y venid a sentaros, se está genial delante del fuego - dije dejándome caer en un sillón mientras el vuelo de mi falda se movía con gracia al ritmo de las leyes de la física.
Y había llegado una de las fechas que más... le parecían sobrevaloradas y de las que solo le veía valor económico. Con un abrigo negro abotonado y una bufanda azul claro que le protegía el cuello, una falda de color azul a cuadros que le llegaba arriba de sus rodillas y medias negras para cubrirle de aquél clima, Shiori pensaba que era una pérdida de tiempo. No obstante, estaba consciente de los gastos excesivos que habían sorteado Arabelle y Val para que todos lograran pasarlo bien, por lo que se sentía un poco obligada a asistir.
-Podrías haber dicho que no-en tono indiferente, su compañera de habitación, Kobayashi Mei, jugaba en su teléfono mientras le comentaba eso. Ella llevaba un abrigo que parecía quedarle mucho más grande de color blanco, con una falda negra y botines del mismo tono oscuro. Además, un gorro blanco que parecía también ser de tallas un poco más grande del que le correspondía le cubría su cabeza y llevaba consigo unas orejeras. ¡Tantas protecciones para alguien tan pequeña-. Y quedarte en la escuela si no querías venir.
-No quería quedar mal-contestó la pelinegra mirando de reojo a la chica, quien aún continuaba caminando ensimismada en el teléfono y con ese rostro aburrido. Shiori se acomodó sus anteojos y miró al frente-. Además... sería la primera vez que estamos todos juntos, no quisiera... -suspiró y parpadeó un par de veces-. Olvídalo.
Ante ese último comentario, Kobayashi miró de reojo a la chica y luego regresó su atención al teléfono. En silencio, las dos continuaron caminando y, aunque no lo quisiera admitir, a Shiori le daba cierta ilusión el compartir ese día con sus... con los demás miembros del clan e invitados. No sabía qué les deparaba, pero al menos esperaba no aburrirse. Cuando dieron vuelta en una cuadra llegaron a un parque y la pelinegra sugirió acortar camino por ahí, sin decir que en verdad quería caminar por la blanca nieve que ahora decoraba lo que debía ser verde; y ver cómo habían decorado el sitio.
Apenas habían caminado un poco cuando Kobayashi se detuvo y miró a un lado. Shiori hizo lo mismo pero no vio nada, aunque sabía que ella no habría girado solo porque sí. Entonces la castaña comenzó a caminar a pasitos pequeños y apresurados y optó por seguirle intrigada de que algo le llamara la atención. Apenas había pasado un minuto cuando miró a alguien dormir en una banca y lo reconoció de inmediato. Su compañera continuó andando hasta situarse al lado de él, lo señaló y y habló. -¿Lo despertamos?
-No, es su culpa por quedarse dormido en un ambiente así-al decir eso, Shiori suspiró y se alejó, pero Kobayashi se quedó al lado del durmiente mientras se quedaba de pie y saca su teléfono para continuar jugando. Pasados unos minutos, la pelinegra llegó con cuatro bebidas: un té, dos cafés y una botella de agua. Le tendió un café caliente a Kobayashi, quien lo tomó y lo abrió para beberlo a tragos pequeños. Por su parte, la pelinegra abrió la botella de agua y vertió el líquido en la cabeza del chico que dormía en la banca-. Más te vale despertar, Reyner-san.
Estoy sentado en la banca de un parque ¿El por que? la verdad es que ni si quera yo mismo lo se muy bien. Según tengo entendido en estas fechas se celebra lo llamado Navidad. Por televisión siempre pasan un montón de especiales sobre esta época del año. Hay un montón de comerciales de tiendas que dan ofertas con el proposito de servir de regalos. Sin embargo, a pesar de toda la faceta materialista que se ve alrededor, con el paso del tiempo me di cuenta de una caracteristica mas de estas fechas y esa es la compañía.
Sin embargo, esta ultima era la que mas se me escapaba, productos navideños, especiales de television, eventos en videojuegos. Habia hecho o visto sobre ellos, no obstante, lo de la compañia aun me era desconocido ademas de los regalos, pues, de que sirve un regalo si no te lo da o se lo das a alguien, solo se convierte en cualquier compra personal de cualquier dia. Me habia pasado casi todo el tiempo encerrado en entornos controlados, por lo que estas fechas las solia pasar en mi habitacion viendo especiales o jugando algun evento. Mmmm supongo que es algo solitario, tal vez sea por ellos que no quise quedarme en mi habitacion aunque no sea la misma y salir por ahi,
Todo esta instrospeccion la vengo haciendo sentado en el banco mientras miro al cielo con la mirada perdida. Aunque sigo teniendo la sensacion de que estoy olvidando algo...bueno que se le va hacer. La verdad es que aunque hae salido, estoy aburrido, no tengo nada que hacer la verdad.... ¿deberia regresar? aunque me da pereza moverme ahora mismo. Mis parpados se cierran un rato pensando en que deberia hacer a continuación
.....
-¡Bwaqgqfas!- ¡Me ahogo. me ahogo! De repente siento como algo me cae en la cara impidiéndome respirar. Me despierto sacudiendo la cabeza -¿Pero que demonios?- exclamó mientras miro a mi alrededor alterado. Mis ojos enfocan una cara blanca con lentes y cabellera negra. Esta me mira con cara molesta como si le hubiera hecho algo y esta por regañarme ...-....Shiori ¿que haces?- digo sacandome el agua de la cara y cabello ademas de sacudir mi cabeza y si salpico a mi alrededor mejor
-Estábamos caminando a la reunión que organizó el Club-contesto Kobayashi jugando con su teléfono. En cuanto Sora se había incorporado ella se sentó en una parte seca y colocó a su lado la lata de café. Su tono era aburrido, pero debajo de toda esa ropa se podía ver un poco de sus labios. ¿Estaba sonriendo? No, debía ser imaginación de los que le veían-. Te escuché roncar... eres muy ruidoso-se quejó mirándolo con el rabillo y aprovechó para agarrar su bebida y dar un sorbo para luego devolverlo a su lugar. Todos sus movimientos eran elegantes y cuidados-. Hino-san dijo que no quería despertarte, pero fue a buscar agua para echarte en la cara. Debía estar preocupada por ti sí...
-Sí, gracias, Kobayashi-san-interrumpió Shiori carraspeando y tendiendo al chico la lata de té caliente para que lo tomara. Desde su sitio, la castaña continuaba jugando, no parecía prestar atención-. ¿Te olvidaste de la reunión que organizó Val-san y Arabelle-san? Y, además...-miró alrededor y aprovechando que no había nadie, invocó una llama pequeña para calentarlo-, te podrías haber resfriado si no te despertaba.
Acto seguido, la pelinegra se quitó la bufanda y la llama duró solo unos pocos segundos porque se desvaneció. Sin decirle nada al chico, le puso su bufanda y lo rodeó para que no entrara frío al cuello de Sora.
-¿Y bien? ¿Irás?-cuestionó con su mirada estoica, no parecía tener inconvenientes por estar sin su prenda.
-Espera ¿que?- ¿reunión? ¿que reunión?¿había una reunión? -Mmmmm- rememoro los últimos días aunque habia estado a mi bola asi que tampoco hay mucho que recordar.....no, concentrate, concentrate..... -¡!- -Aaaaaahhhh, ahora recuerdo- Val y Arabelle habian dicho algo de reunirnos por las fiestas creo...no estoy segur, aunque bueno si ellas dos estaban llendo debia ser verdad.
-Bueno, despertar a uno con agua en un clima como este tampoco es que haga bien a la salud ¿sabes?- digo mientras acepto la lata de té -¿Y olvidarme? coff coff ¿quien yo?..noooo.... estaba tomando un descanso hasta que llegara la hora indicada- explico con la cara mas seria que puedo*. Espera ¿por que se acerca? La bufanda....¿¡Me va a ahorcar?! -Si si ire, si ire -Asi que perdoname la vida por favor- lloro por dentro.
-Kobayashi salvameee-
Cara de niño al quien le han atrapado con las manos en la masa
Shiori arqueó una ceja ante las quejas de Reyner acerca de que lo debía salvar. ¿Por qué gritaba eso si solo le estaba colocando su bufanda? Por otro lado, la castaña bebía su lata de café y ante la petición del chico para que fuese salvado, ella se le quedó viendo con esa mirada indiferente y aburrida, pero sus comisuras parecían elevarse un poco en una sonrisa.
-¿Por qué necesitas mi ayuda?-se levantó y guardó el teléfono en su saco blanco enorme. Era graciosa verla con un traje que le quedaba muy grande. Se acercó al chico y puso sus manos sobre el cuello de él-...Deja de ser ruidoso-y acomodó la bufanda para que se le mirase bien-. Listo, ya te salvé-miró a Shiori y se puso a su lado en pequeños pasitos mientras llevaba su lata de café.
-Vamos entonces-la pelinegra comenzó a caminar y al dar unos tres pasos se giró por el hombro para ver a Sora-. Quédatelo, lo necesitas más que yo-y abrió su lata de café para comenzar a beberlo.
-¿?- -Solo me queria poner la bufanda....mmm si que puede llegar a ser amable a veces....aunque me gustaria que llegara a avisar antes- pienso de alguna manera exhausto. Kobayashi parece no importarle mucho la situación pero al final me arregla la bufanda.
-Aaaah- exhalo -Vale vale, arigatou- agradezco la bufanda mientras me la acomodo para que no pique mientras camino siguiendola a las dos. De repente me quedo pensativo. Casi se podian ver los ". . ." sobre mi cabeza mientras caminabamos -Mmm ¿saben?- hablo agarrando un extremo de la bufanda que una me habia dado y la otra arreglado -Una vez vi en la television que esto lo hacian las parejas, sobre todo en navidad- comento la mar de distraido
-Eres un tonto, Reyner-san-atinó a contestar Shiori haciendo sus ojos en blanco-. Solo es un regalo, no tiene otro significado romántico o similares.
Y luego de unos "contratiempos", Shiori caminaba por la ciudad junto a su compañera de habitación, Kobayashi Mei y Sora, a quien se habían topado en el parque mientras se dirigían a la reunión. La pelinegra portaba un abrigo negro con botones y una falda azul a cuadros que le llegaba por arriba de las rodillas, pero sus mallas negras la cubrían del frío; por contraparte, Kobayashi, la más bajita del trío, llevaba un abrigo que parecía quedarle mucho más grande de color blanco, con una falda negra y botines del mismo tono oscuro y además, un gorro blanco que parecía también ser de tallas un poco más grande del que le correspondía le cubría su cabeza y para rematar, unas orejeras blancas la cubrían del frío. Por otro lado, Sora destacaba por llevar una bufanda azul, que casualmente era el mismo tono de la falda de la pelinegra.
Shiori aún pensaba que toda esta festividad tenía un fin más económico y comercial que otra cosa; sin embargo, debía admitir que le traía cierta alegría el pasar tiempo con los demás miembros del club y que no fuese dentro del edificio donde se reunían o Byoko-sho, por lo que caminaba con una leve sonrisa mientras bebía una lata de café caliente.
-¿Ya vamos a llegar?-preguntó Kobayashi en tono aburrido, quien continuaba dando sorbos pequeños a su lata mientras caminaba a pasitos cortos y rápidos.
-Sí, ya falta poco-contestó Shiori intentando recordar el sitio específico a donde llegarían. Sacó su móvil para mandar un mensaje al grupo de mensajería cuando reconoció el local a media cuadra-. Es ahí, vayamos-aceleró su paso y se giró para ver que Reyner sí estuviese detrás de ella, y cuando lo vio que sí continuaba cerca de ellas se permitió relajarse un poco.
Al llegar indicó al portero a dónde irían y al entrar al recibidor, tanto ella como Kobayashi se quitaron los abrigos y se notó que la castaña llevaba una blusa de color rosa de manga larga, y Shiori otra pero en tono negro y con un pequeño cuello de tortuga. Guió al resto a una puerta que daba a un saló y al abrirla miró a los que habían llegado primero: los gemelos y Urena, a quienes saludó con un movimiento de cabeza. Kobayashi entró seguida de ella, pero al ver el karaoke frunció su mirada y miró a su compañera pelinegra.
-Si inician a cantar me iré-sentenció, entrando y saludando a los demás para buscar un asiento que estuviese alejado de aquél aparato infernal y sacó su teléfono para comenzar a jugar.
-¿Saben algo de los demás?-preguntó la pelinegra, caminando hacia Urena para saludarle de manera apropiada estando cerca de ella-. Hola, Muto-san, ¿cómo estás?
Kobayashi es un pnj del master xd demos por sentado que la conocen.
-Mmmm- sigo pensativo mientras le doy vueltas a un extremo de la bufanda. -Asi que asi es como se dan- ahora entendiendo mejor estas festividades. -Yo queria un videojuego- susurro con un puchero por lo bajo por detras de ellas para no ser visto sin dejar de seguirlas, pues no me acordaba de donde era y no queria que se dieran cuenta de que me habia olvidado sobre lo de hoy.
Ya llegando miro por todos lados el lugar de lo mas interesado. Como es la primera vez que vengo a un sitio como este curioseo con la mirada cada pequeña cosa del establecimiento. Como casi todo en esta epoca estaba adornado con proposito navideño. -¡Llegamos!- saludo sonriendo al llegar a nuestro puesto a los que estaba adentro. -¿Que tal?- le pregunto a Eizo y a Chisa ya que Shiori estaba con Urena -Hey hey ¿como es todo esto? ¿Tenemos que cantar? ¿Cuando se empieza? ¿Que se suele cantar? ¿Que musica hay?- atiborro a los gemelos con preguntas a ya que esto pintaba divertido y queria saber como era todo esto
Entré en aquel lugar con una cara de mal humor, básicamente me había visto obligado a venir, practicamente a rastras por culpa de la necesidad de hacer grupo y todas esas chorradas, y sobretodo por dejar de oirlos. Entré y miré toda la parafernalia y todo lo que estaba preparado allí, y no pude evitar suspirar.
-Secundo la frase de la enana con mas abrigo que cuerpo-dije con tono seco-. Y por cierto, me veo en la obligación de decir que esta festividad originalm...-mi conferencia sobre Saturnalia se vio interrumpiada incluso antes de empezar por el golpe seco de una biblia en mi cabeza.
Tras de mi 2 monjas entraron detrás de mi. Una de ellas era Asia, a quien todos conocían, quien intentaba calmar a la otra. Esta era bastante alta, de pelo azul y con un busto que sin duda alguna le daría algun problema de espalda que otro. Me giré, esperando alguna explicación.
-Murakami kun, ¿cuantas veces te he dicho que dejes de contar esa maldita historieta? La navidad es una época de paz y amor, de amarse los unos a los otros...
-¿Y de matar infieles paganos y coger sus festividades aunque no cuadre con el nacimiento de Jesus?-La mirada de la madre superiorar me atravesaba cual puñal-Por cierto, esta es la Madre Superiora Mary Clarence. Asia me había dicho que quería conocerla, así que la he traído, espero que no os moleste. Y hablando de molestias, ¿al final fuiste al medico por lo de...?-antes de acabar la frase recibí un golpe de la biblia capaz de tumbar a un elefante que me dejo en el suelo por unos segundos.
Era un día nevado y Sayaka no acostumbraba salir mucho en navidad, pero esta vez había sido invitada por el club. Ella pensaba rechazar la invitación, pero Kobayashi había sido tan insistente que dijo que iría solo para que la dejara en paz. La verdad es que Sayaka prefería no salir mucho, era muy problemático para ella hacerlo.
Se vistió aquel día con un pantalón de color negro y una camisa roja de cuello alto, prefería no llamar su atención. Dejó su cabello suelto y se puso el abrigo. Hizo una reverencia a la foto de su padre y salió del apartamento.
Tanto tiempo fuera de la ciudad le había resultado algo problemático porque había muchos lugares que no lograba encontrar con facilidad, otros que habían desaparecido en su ausencia y otros que habían cambiado de locación. Al final logró llegar al punto de encuentro, pero no lograba encontrar la serenidad suficiente para entrar.
Vio a Kobayashi y le hizo una señal para que la viera, pero se tomó un rato en entrar. Al hacerlo, vio la escena con la biblia y trató de escabullirse por un lado para no molestar mucho, aunque no pudo evitar mirar fijamente a la madre superiora.
- Usted... - no podía quitarle los ojos de encima. Esos ojos, ese cabello... Si no fuera humana, se tiraría a sus brazos presa de la nostalgia.
- Disculpe. Su semblante es muy similar al de... Al de alguien que conozco - tocó el collar que siempre llevaba consigo y bajó la cabeza.
- Sayaka Umimori - le hizo una reverencia y se sentó en una mesa aparte de sus compañeros.
Habían llegado la mayoría a la fiesta, eramos suficientes para comenzar pero entonces hizo acto de presencia quien lo había hecho todo para montar la festividad, Val, junto a su vicepresidenta del club Arabelle.
- ¡Buenas noches a todos! - exclamó el peliblanco - Espero que la cena no tarde mucho en ser preparada, creo que estamos todos, faltará alguien por llegar, pero supongo que no tardará.
- Buenas noches - añadió con una reverencia Arabelle.
El afamado presidente de club del Byoko-sho comenzó a caminar hacia la puerta donde se encontraba el comedor, la abrió y se perdió en su interior, su vicepresidenta se aproximó a la hoguera y puso las palmas de las manos para sentir el calor que el fuego emanaba en todas las direcciones.
Este post es para Kyo y Suki, sobretodo xD último post de gente entrando para que sepa que NPCs y PCs hay.
PCs:
- Muto Urena
- Shiori Hino
- Sora Reyner
- Itomi
- Sayaka
NPCs:
- Chisa (Urena)
- Eizo (Urena)
- Kobayashi (Shori)
- Madre superiora Mary Clarence (Itomi)
- Asia Argento (Itomi)
- Val (Urena)
- Arabelle (Urena)
Los NPCs que ha presentado cada uno a escena, que intente llevarlos esa persona, los he puesto con el nombre del personaje en la lista, para que marquéis a quien tengáis para que reaccione
Los gemelos peliblancos detuvieron su acalorada discusión para observar a Sora y atender como buenamente puedan, a su ristra de preguntas.
- Acabamos de llegar, sabemos lo que hay porque lo hemos visto, pero primero tendremos que cenar, Val no tardará mucho en salir de ahí para hacernos pasar - dijo Chisa sin siquiera parpadear, parecía acostumbrada a este tipo de festividades de la mano de Val.
- Pero no te preocupes, luego ya podremos divertirnos, seguro que el karaoke tiene mogollón de canciones - dijo Eizo entusiasmado - y te podré pegar una paliza jugando a ping-pong.
Por mi parte yo me levanté ante Shiori e hice mi reverencia.
- Buenas noches Hino-san - le dije -. Como puedes ver, Val y Arabelle ya están aquí, Ikutsuki-san todavía no ha llegado, pero estamos la mayoría al parecer, incluso gente que no conozco.
Junto con Itomi habían llegado Asia y una mujer vestida de monja que el mismo pelirrojo la presentó como Mary Clarence. Me acerqué a ellos disculpándome ante la espadachina e hice una reverencia.
- Buenas noches a todos - dije.
Al instante me giré y me dirigí donde estaba la persona nueva a la que no conocía.
- Hola, mi nombre es Muto Urena, encantada de conocerte - dije con otra reverencia -, ¿puedo llamarte Sayaka-san?
Mientras Val volvía para dar inicio a la cena me pareció de buena educación presentarme a ella.
-... Son muy ruidosos-exclamó Kobayashi suspirando sin perder ese porte indiferente. Pasados unos segundos se detuvo como si escuchara algún ruido (añadiendo el que ya estaba en el salón) y miró a la puerta hasta que éste se abrió y saludó con un movimiento rápido de mano a Sayaka, manteniendo su mirada en ella hasta que la chica se animó a entrar-. Hola, Umimori-san-y regresó a jugar con el móvil mientras se podía ver que sus pies colgaban en el sillón donde estaba sentada.
Por su parte, Shiori saludó a los que iban llegando con un movimiento leve de cabeza y cuando notó que la castaña saludaba a a la otra pelinegra, le llamó la atención que fuera una conocida suya. Kobayashi parecía ser un alma social, pero sí que fuese querida por muchas personas. Ante la idea de saber eso, el gesto de la chica se relajó bastante y retomó su atención a Muto.
-Pues... si vienen o no es su decisión. Val-san y Arabelle-san se esforzaron para que la pasemos bien esta noche. Tan solo pediré que si inicia el karaoke me avisen con unos minutos antes-ella no pensaba cantar, definitivamente no lo haría; pero no quería que Kobayashi se incomodara debido a su sensibilidad con los ruidos. Se acercó a Itomi y le tendió la mano para ayudarle-. Mary-san-le miró acomodándose sus anteojos con su otra mano para verla mejor-, le pediría de favor que no haga eso aquí. Si usted pregona que esta es una época de paz, debería seguir sus propias palabras.
Sayaka le hizo una reverencia rápida a Kobayashi para que la morena comprendiera que la escuchaba, pero se sentía tremendamente nerviosa con lo sucedido anteriormente.
Al ver que se le acercaba aquella chica de cabello castaño, Sayaka se sobresaltó y trató de guardar silencio. No quería tener que hablar mucho, ya que la antinaturalidad de su voz le había causado muchos problemas, pero era una chica, tal vez no se vería afectada por ello.
- Mucho gusto - le hizo una reverencia de forma rápida y luego le dijo - Claro, no hay problema, Urena-san - ella no la llamaría de manera más informal, no quería que hubiera confusiones. Sus ojos dorados brillaban de una manera casi antinatural, mientras que su voz era dulce y severa, melodiosa y atrayente. Tal vez a las mujeres le podía afectar también... La verdad no lo sabía.
-Ooh ping pong, mm, mm- afirmo esperandolo con ansias. En este lugar se podia hacer varias cosas, por lo que estoy ansioso por empezar. Habiendo entendido un poco, me pongo a juguetear un rato con lo que habia en el cuarto. Las luces, la musica y cual aparato había en la habitación.
-¿Que hay Megane?- saludo divertido a Itomi cuando entra con las dos personas vestidas de monjas -Un gusto- saludo a la madre superiora y por ultimo a Asia -¿Que tal Asia?-
Estoy por volver a jugar con los aparatos del lugar cuando una ultima persona entra. Frunzo el ceño sorprendido, pues a esta ultima no recuerdo haberla visto antes. Se presenta como Sayaka Umimori y parece ser amiga de Kobayashi. Despues de saludar se sienta aunque algo alejada del resto.
-Mmm- algo me llama la atencion, por lo que me paro y me acerco a ella -Soy Sora, un gusto conocerte Sayaka- la saludo con una sonrisa. Sin embargo, luego de presentarme, aun de pie, pongo mi cara a la altura de la suya que esta sentada. Ladeando la cabeza de un lado a otro, la observo detenidamente con mirada inocente, como un gatito observando algo que le interesa. -Tienes unos ojos interesantes-
Todo parecía ir tranquilo, sin tantas intervenciones, pero cuando el último chico se le acerca, Sayaka se sobresalta. Estuvo a punto de decirle algo, pero entonces este se le acerca. Demasiado.
Sayaka trató de retroceder un poco, pero notó que caería de la silla, así que permanece allí.
- Gra... Gracias... Ahora, ¿podrías alejarte un poco? Me intimidas - a pesar de lo seco de sus palabras, su voz tenía este tono dulce natural que ella no podía controlar.
- Los heredé de mi madre... -.
-Chiquilla, cuando llevas tratando con este muchacho y su lengua viperina durante una quincena de años, aprendes que a veces las palabras del señor entran de diferente manera a cada persona. Aun mas si cuando habla de temas delicados que no deben tratarse en publico-la mirada asesina de la monja se clavó sobre mi como un puñal intentando atravesarme.
-No es para tanto, solo es un tema medico. No se por que te lo tomas tan a pecho-dije, justo antes de darme cuenta del mal juego de palabras que acababa de hacer. Maldición, la estupidez de Sora debe ser contagiosa. Y hablando de la sarna-Bien, cumpliendo con los convenios sociales.