Partida Rol por web

High School DxD: Armageddon [+18]

ボリューム .1: La invitación

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16/06/2018, 00:35
Amon

¡Esos ojos son los que quería conseguir! ¿Estás molesta porque tu padre fue derrotado por mí? ¡Esa es la mirada que quiero, te pareces mucho a tu madre! Esa perra casi alcanzó a matarme, junto a tu padre; ¡lástima que no pudieron conseguirlo y ahora toda su linda familia morirá! —se reía con placer; dejándote notar que tu expresión le divertía mucho—. ¿Cómo no me podría divertir matando humanos? —empezó de nuevo a lamer la hoja de su espada, mientras caminaba con suma calma hacia ti— Los mortales son mi fuente de diversión; siempre lo han sido. Sus gritos de agonía son una oda en mis oídos. Dan asco; son débiles y deben ser erradicados. ¡Matarles da gusto! Sufrir, verlos sufrir —empezó a reír con manía—, es simplemente tan placentero.

Habías logrado que bajase la guardia, habías conseguido algo de tiempo.

Notas de juego

Acelerar es perderse los detalles. ¡Los detalles son importantes! Además, no sé si le preguntarás algo más a Amon por su atrevida declaración.

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16/06/2018, 01:21
Shiori Hino

¡Entonces sí conocía a su madre! ¿Pero pelearon contra él en el pasado? Shiori era consciente que las habilidades de sus padres eran increíbles y sobrepasaban el promedio humano.... pero, ¿por qué precisamente ellos? ¿Qué los hacía especiales? ¿Por qué se enfrentaron a él hace tantos años? Definitivamente querría explicaciones, pero esperaba que ese momento llegara después... y escuchar a Amon burlarse con su superioridad complementaba esa aura oscura que lo rodeaba. 

-Entonces eres más patético de lo que pensaba-llegó a los escombros mirándolo aún de esa manera. Quería dañarlo, hacerle pagar por lo todo lo que hizo-. Depender de los débiles para divertirse no te hace mejor que nosotros-sentía sus brazos temblar por llegar hacia donde estaba su padre, quería sacarlo de ahí ver si continuaba respirando.... tan solo imaginar que no era así provocó más lágrimas, pero no se estaba rindiendo-. Acaso... ¿Acaso necesitas matar mujeres para probar tu valía como varón? Eso sí es triste.

Lo primero que vio fue a Mikayuki. Nunca la había empuñado, tan solo desde pequeña verla como reliquia de la familia y escuchar que su hermano sería el heredero para continuar con el legado. El brillo de la hoja hizo que los sentimientos de ambición y esfuerzo por superar a su hermano regresaran a ella, el como se imaginaba por las noches tomarla por el mango y usarla para enseñarle a otros estudiantes del Dojo y que, una vez demostrar que era digna de ella, que todos lograran lo que quisieran. 

Tomando esa decisión, dejó la katana de su hermano y tomó, por primera vez en su vida, a Mukayuki. Se negó seguir buscando a su padre porque si lo veía muerto... no sabría si podía continuar.

-Posiblemente mi familia y yo muramos aquí-ya no tenía caso ocultar que era una Hino. El engaño no fue acometido y se fue incorporando-. Soy Shiori Hino, hija menor de Yasahiro y Ayaka Hino y mi hermano mayor Samuru Hino; sacerdotisa del templo y aprendiz del arcoíris llameante-y de un movimiento rápido, se giró sobre sí misma empuñando a Mikayuki mientras llamas blancas envolvían la espada familiar y dio un tajo directo buscando un punto débil de Amon luego de haber ganado algo de tiempo y de que su guardia no fuese tan poderosa-. Si he de morir aquí, quiero que me recuerdes como aquella no huyó ni se acobardó... sino quien descubrió el fraude que eres detrás de ti egocentrismo.

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17/06/2018, 17:01
Amon

Amon abrió los ojos con sorpresa, tu ataque logró rasgar el cuello de su camisa, pero Amon fue capaz de esquivar tu arremetida a tiempo. La espada dejó en el aire un sonido agudo y afilado; las llamas blancas que imbuían la espada incendiaron la camisa de Amon, el cual, al ver esto, no pudo menos que mostrar por primera vez ante ti que en realidad podía ser herido.

Empuñó la espada y empezó a llenarla de su aura. La espada empezó a crear una especie de vórtice extraño en el mango; algo así como un agujero negro. En un par de segundos todas las llamas blancas que cubrían la el torso de Amon fueron tragadas por completo.

—Te dije que eso es muy peligroso —su rostro no expresaba emoción alguna, pero su tono de voz ardía en una cólera desenfrenada—. No eres tú más egocéntrica que yo, basura —dijo mientras pasaba a sostener su espada con una sola mano. Dirigió la mano que estaba libre hacia la parte de su camisa que estaba quemada y, dejando salir un extraño brillo de ella, hizo que los restos de camisa faltantes que exponían su pecho seriamente quemado se regeneraran; dejando su camisa como nueva—. ¡He vivido más de dos mil años! No toleraré que una basura que apenas sabe empuñar una espada se mofe de mí.

Se puso la mano libre tras la espalda e irguió su cuerpo; tal como si fuese un esgrimista. La espada tenía temple de ser mortalmente pesada, pero a Amon no parecía serle gran obstáculo para sostenerla firmemente con una sola mano.

En un movimiento, y tras un fuerte latigazo de viento, Amon apareció frente a ti. Su nueva postura era mucho más rápida que la anterior y, al mismo tiempo, sus movimientos con ella se volvieron más impredecibles. A duras penas podías bloquear sus ataques. Entre los espejismos de sus movimientos podías notar su sonrisa divertida. No te atacaba con todas sus fuerzas; jugaba contigo. Las llamas blancas, al entrar en contacto con su espada, eran repelidas por completo. A pesar de que su rara postura dejaba muchas aberturas a su defensa, al atacarlas, no eras capaz de hacerle nada; esquivaba tus movimientos tan ligeramente como lo haría una pluma cayendo por un acantilado.

—¡Muy débil! —gritó entre sonoras carcajadas. 

Sus ataques estaban subiendo de intensidad. Podías sentir su intención asesina agigantándose con cada choque de espadas. Sus largos y rojizos mechones de cabello se agitaban por la fuerza de su propia aura; y, tras un rato de estar expuesta a ella, pudiste empezar a ver su color. Era un aura negra; no había nada más que eso alrededor de él; un denso miasma oscuro lo cubría por completo, al igual que a su espada.

—¿Recordarte como aquella que no huyó ni se acobardó? ¿Y qué sentido tendría recordarte por tu estúpida valentía? —empezó a decir con apatía entre sus arremetidas— Deberías agradecer el morir por mi espada, en lugar que por Armagedón. Tu lucha es inútil, así como lo es seguir viviendo. Eres débil —dijo antes de desaparecer de tu vista—, ya me aburrí de jugar contigo.

Tu espalda fue atravesada mucho antes de que siquiera pudieses pestañear. Habías sido empalada; la punta de la negra espalda sobresalía de tu estómago goteando sangre. Tu blusa empezó a mancharse de la sangre de tu herida, volviéndose una mancha cada vez más y más grande. Había sido un corte limpio.

Amon retiró con lentitud la espada de tu torso y, con una fuerte patada, te hizo volar por entre los escombros.

La herida parecía haber tocado puntos vitales. No había forma en que siguieses luchando con semejantes heridas; Amon lo sabía muy bien.

—Tu madre y tú no son muy diferentes. Pensé que me matarías; tenías sus ojos al decir lo mismo, pero no eres más que una mísera humana… Tal como ella —dijo riendo con manía.

Extendió su brazo izquierdo al aire y recitó un extraño cántico en voz baja. Un vacío se creó en medio de la nada. Parecía ser un pequeño agujero que daba hacia otra dimensión, o algo por el estilo. Amon insertó su espada ahí y el agujero se cerró una vez que la espada estuvo dentro.

—Supongo que todos los que pueden leer el futuro han muerto, con eso mi trabajo está hecho —masculló tras un largo suspiro, mientras hacía desplegar de su espalda unas grandes alas negras; parecidas a la de un murciélago.

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19/06/2018, 01:50
Shiori Hino

Para Shiori, el poder asestar ese daño aunque haya sido mínimo fue una victoria breve, pues Amon no se inmutó (o lo que quiso controlarse) y arremetió contra ella en movimientos y golpes rápidos y antinaturales. Su tiempo de reacción estaba al límite y al principio no pudo evitar sonreír porque logró provocar a un ente de 2 mil años con simples palabras, reafirmando lo que pensaba de él porque alguien más digno ni siquiera se habría molestado con el sentido que intentaba darle a sus frases una simple mortal.

Poco a poco la desesperación de la pelinegra fue cubriendo su voluntad y corazón, concentrándose únicamente en guiarse por su ira por el dolor que ese demonio causó a su padre y a su hermano. Ya no quiso hablar ni mofarse de él, gastar aire podría meterla en problemas y que un segundo de distracción podría acabar con su vida. Pero era consciente que el pelirrojo solo jugaba con ella... solo era cuestión de tiempo para que él quisiera terminar esta contienda. No obstante, algo de lo que dijo le hizo eco en su mente y no pudo evitar abrir sus ojos por la duda e incertidumbre: ¿qué era Armagedón?

Y, de pronto... algo en su espalda le hizo detenerse y su cuerpo se paralizó, temblando y sintiendo sus piernas desfallecer. La fuerza de su mano se fue al instante y ya no pudo sostener a Mikayuki, y Shiori, agachando su cabeza, vio la punta de la espada demoníaca que atravesaba su cuerpo, los lentes que usaba resbalaron a causa de su sudor y se rompieron al caer en el suelo destruido. De igual manera, el sabor metálico cálido parmeó su boca y, al abrirla, vio la sangre que salía de sus labios. Ni tuvo tiempo de caer, pues al sentir la hoja del metal siendo retirada de sí fue pateada y el golpe del impacto le hizo gritar, pero se ahogó en su propio líquido vital carmesí.

¿Qué tenía que ver su madre en todo esto? Una parte de ella parecía saberlo, pero la otra se negaba en creerlo y su mente entró en un conflicto nubloso que ya no le permitía pensar con claridad. Debido al esfuerzo de la pelea y la herida mortal que consumía su vida, sintió que su cuerpo ya no daba para más. Miró cómo la espada desaparecía y Amon señalaba que quienes veían el futuro habían muerto.

¿Armagedón... es un peligro para... los videntes?, pensó con gran fatiga, aunque ella creyó que lo había dicho. No se dio cuenta que la sangre en su boca le impedía hablar con claridad, dejando solo salir sonidos guturales y ahogados.

Miró sus alas, pero notó que la vista le cansaba y el sueño la invadía. Recordó las súplicas de su padre y Samuru de que saliera de ahí, y aunque no se arrepentía de haberles desobedecido, se lamentaba solo de no ser tan fuerte como para haber resistido un poco más. Al menos hizo que temiera de su vida al creer que lo mataría, pero no fue suficiente.

Por eso no merezco ser la sucesora de la familia... no tuve la fuerza suficiente.

Se dio cuenta que las lágrimas aún brotaban, pero a cada segundo le costaba respirar y el dolor de su herida era uno que nunca había sentido en su vida. El sueño pesaba más y, con el acopio de energía restante que le quedaba, intentó buscar con la mirada el lugar donde su padre estaba bajo los escombros y deseando que Samuru y Yari no estuvieran ahí.

No pude... despedirme...

Shiori se lamentó y, en un arrebato más de ira, gritó con todo lo que pudo un bramido lleno de odio, cólera y decepción. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

No quise moverla porque luego de pensarlo mucho.. no debería poder moverse xD

Eso sí, no la desmayé uwu

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19/06/2018, 02:36
Director

La nube de polvo creada por la devastadora destrucción estaba empezando a asentarse. Sin el sonido del metal chocando o las explosiones catastróficas el ambiente brindaba un vivo tono febril. El silencio que arropaba tan hermosa noche era perturbador en su esencia; el sonido de la muerte.

La resplandeciente luna estaba arriba del todo, siendo testigo de todo el sufrimiento bajo ella; dándole un brillo que no debería, pero que era totalmente involuntario.

Los cadáveres yacían destrozados; sus prendas de ropas apenas bailando al son de una brisa fría; especialmente fría esta noche. No solo ancianos; jóvenes y niños habían sido testigos de la brutalidad de Amon. Gente de un pueblo inocente que no tenía nada que ver con los Hino; amigos y conocidos… y los que faltaba por conocer; la mayoría de ellos habían sido espantosamente asesinados, y sin siquiera saber un por qué. La llama que mantenía viva sus vidas había sido apagada en una violenta tormenta. Sus ojos; abiertos aún –al menos los que no estaban decapitados- reflejaban el desconcierto y sufrimiento que sufrieron antes de sus muertes.

Yasahiro no escapaba de ello. Por entre los escombros se podía ver entre salir una mano; todos los dedos mucho más atrás de cualquier flexibilidad posible para las articulaciones humanas; la muñeca de la misma forma. Los huesos dejándose entrever por algunos de sus nudillos; sangre cubriendo su pálida mano. Era lo único que se podía ver de Yasahiro, ya que parecía estar aplastado entre los escombros. Desde que comenzaste a pelear con Amon ha estado así. ¿Cuánto ha sido? ¿Segundos? ¿Minutos? De cualquier forma… con tan solo ver las heridas en su mano…

El olor de la muerte te hacía compañía.

Samuru no pudo escapar de ella tampoco, al parecer. De hecho, es algo a lo que simplemente no se puede escapar. ¿En qué está basada la existencia frágil de la humanidad? No es muy diferente a lo que dijo Amon; hay humanos excepcionalmente fuertes, con habilidades únicas que sobrepasan el promedio, pero… ¿al final de ello que queda? Los humanos son tan frágiles como un palo seco en medio de un ventarrón. ¿En qué está basada esa fortaleza? Pueden morir en cualquier momento, y eso es lo único que les espera al final del camino: La muerte.

Las heridas que adornaban el tonificado cuerpo de Samuru eran las testigos de lo que antes se dijo. Yacía boca abajo con ambos brazos a su costado; su negro cabello estaba vuelto un lío, así como su espalda; espalda llena de profundos y sangrantes cortes. Debajo de Samuru un gran charco de sangre tintaba de carmesí los grises tonos de lo que antes era el dojo en donde habías forjado tus habilidades.

La luna hacía brillar todos los cuerpos; iluminaba tenuemente toda la destrucción y muerte, quizá como un recordatorio de lo efímera que puede llegar a ser la existencia… o simplemente por placer.

¿Qué era aquello que te había dicho Samuru después de aquella mañana en que te enteraste que no quería suceder el dojo? Es cierto; te contó sobre lo que soñaba en el futuro.

Mientras descansaban de la práctica matutina se sentó en el suelo con una sonrisa radiante. Su semblante era diferente al de días posteriores; se le notaba más radiante, quizá. El hecho es que parecía haberse quitado un gran peso de encima. Esa misma mañana te habló sobre lo que tenía planeado hacer una vez saliera de Japón; dijo que quería salir a explorar el mundo y encontrar a su alma gemela. Luego se rió de esto, diciendo que era un sueño demasiado estúpido para hacerse realidad. También te dijo que en unos veinte años ibas a ver edificios en la capital construidos por él y que, además, planeaba hacerte tía en el transcurso de ese tiempo. “He leído suficientes mangas románticos como para saber cómo conseguir a una chica linda, supongo que estoy preparado para todo”, dijo antes de que los dos se echaran a reír sobre sus estupideces. Samuru tenía sueños y, por más estúpidos que esos sueños fueran, la llama de su vida estaba extinguida; y esos sueños junto a ella.

La brisa traía el olor a sangre consigo. Los ojos de Amon brillaban al contemplar su obra maestra. Junto sus manos y sonrió, totalmente satisfecho por el resultado. ¿Qué era él y qué tenía que ver con tus padres? Nunca les escuchaste hablar de haber participado en una guerra o algo por el estilo. ¡Parece tan irreal que siquiera un humano pudiese enfrentarse con semejante ser! ¿Tan fuertes fueron tus padres? ¿En qué afectaba a un ser como Amon que alguien pudiese leer el futuro? No tenías ninguna forma de contestar a ello, y tampoco podrías conseguir una nunca más. La señora muerte caminaba con sus cabellos largos cada vez más cerca hacia ti. El susurro de las hojas contra el viento te lo comunicaban; aquel susurro dulce, pero frío.

¿Y Yari? ¿Habría Yari compartido su mismo destino? Yari intentó sacarte de todo esto, pero lo arrastraste hasta acá. Era de sentido común el saber que alguien tan terco como él no te dejaría sola; ¿cómo podría dejar morir a la chica que más le importaba en el mundo? Aunque sus piernas flaquearan y la razón no se lo permitiera, Yari no podía permitirse de ningún modo dejar a su fuente de felicidad a su suerte. ¡Era algo que no podría perdonarse aún y si seguía viviendo! Por esa misma razón –y otras más, quizá-, él decidió seguirte a la muerte.

¿Dónde se encontraba? Ciertamente ya no estaba al lado de Samuru. Él estaba vivo. Estaba caminando hacia ti. Sangre fresca manchaba su camisa y su cuello; no parecía ser su sangre, probablemente fuese la de Samuru.

Caminaba tal que lo haría un zombie; quizá ya no estaba vivo del todo y una parte de él estaba muriendo junto a ti. Pasó a un lado de Amon, quien solo lo miró con el ceño fruncido; claramente curioso de su errático estado.

Sus ojos; abiertos como plato, fríos e imperturbables te contemplaban sin descanso. Su rostro, demacrado por la experiencia, no transmitía nada. Sus pisadas; pesadas y arrastradas, eran signo de su cansancio.

Llegó hasta ti y se dejó caer de rodillas.

—Oye, ¿qué pasa? ¿No te levantarás? —sonrió de forma suplicante, mientras su tono de voz se quebraba por el nudo en su garganta—. Se supone que tú… Simplemente debes levantarte; esas heridas no son nada… No son… —sus oscuros ojos empezaron a verse eclipsados por una capa translucida; no tardó demasiado para que esa capa rompiera en un torrente de lágrimas incontrolables. Yari hizo todo lo posible para que se detuvieran, y empezó a limpiarlas al paso con el dorso de su mano—. Shiori, simplemente no puedes… Te prohíbo que… —su temblorosa mano se dirigió hacia tu mejilla, acariciándola— Esto no puede… Dime que es una pesadilla —fijó su mirada en la herida que tenías en el estómago y entró en pánico por completo. La mano que tenía en tu mejilla temblaba sin control alguno, y su rostro empezó a perlarse en sudor y más y más lágrimas. El shock había pasado y se había dado cuenta de la realidad; esa que le decía que la muerte no estaba demasiado lejos de ti.

—Shiori… ¡Shiori! ¡No puede ser verdad! ¡No puedo aceptar esto! —gritó de forma desgarradora, maldiciendo la cruel realidad que tenía ante sus ojos—. ¡MALDICIÓN! ¡MALDICIÓN, MALDICIÓN, MALDICIÓN! —se mecía sobre sus piernas de forma violenta, lastimándose sin reserva alguna las rodillas contra los filosos escombros.

 —¡ME LA PAGARÁS, MALDITO! ¡LO HARÁS, ME LA PAGARÁS! ¡LA PAGARÁS CARO! ¡DEBES MORIR! ¡TIENES QUE MORIR! ¡TE SACARÉ LAS VICERAS! ¡MORIRÁS! ¡DEBES SUFRIR! ¡MORIRÁS! —Yari te quitó la mano de la mejilla y se levantó lentamente entre gritos llenos del más puro odio.

Amon sonrió ante la patética escena que tenía en frente para después reír entre unas estrepitosas carcajadas que le caracterizaban.

—¿He matado a tu novia? —agitó una de sus manos con elegancia frente a su rostro— Discúlpame, no le des demasiada importancia a ello; se me pasó un poco la mano.

 

 

 

Yari apretó los puños con fuerza; tanto que de solo verle dolía. Las uñas; encarnadas en sus palmas, habían hecho que por entre sus dedos sangre empezara a chorrear. Con su rostro ensombrecido fijo en el suelo, siguió mascullando maldiciones a todo pulmón.

No fue hasta entonces que advertiste que el aire alrededor de Yari estaba empezando a cambiar.

El cuerpo de Yari estaba empezando a desprender… ¿aura? Un miasma oscuro; tanto como el que cubría al cuerpo de Amon, sin embargo, el aura de Yari no era tan fuerte como la del demonio, pero se podían sentir sentimientos desagradables irradiando de ella.

Amon se desconcertó por ello, dejando su juguetona sonrisa de lado y frunciendo un ceño una vez más al ver el extraño cambio en el joven.

—¡DEBES MORIR! ¡MORIRAS JUNTO A TODO! ¡TODOS DEBEN MORIR SI ELLA NO PUEDE VIVIR! —las palabras que ahora gritaba tomaban un rumbo tan oscuro como el aura que le rodeaba.

El aura se fue haciendo eventualmente mucho más grande. Lo más impresionante no fue ello; fueron las “cosas” que empezaron a salir de su aura. Seres aparentemente tangibles se separaban del aura de Yari. Todos desprendían la misma sensación de repulsión y odio. Eran deformes y de diferentes tamaños; unas con forma humanoide; otras que parecían más quimeras.

Amon tenía ambas cejas levantados; genuinamente sorprendido.

—Interesante —dijo a la vez que hacia aparecer una vez más el agujero extraño, sacando así su espada.

—¿Quién diría que encontraría acá al poseedor del Annihilation Maker? —su rostro dibujaba una sonrisa triunfante—. Supongo que traerlo conmigo no será una pérdida de tiempo.

 

 

Más tardó en terminar la oración que los monstruos de oscuridad abalanzándose hacia él. Sin mucha dificultad Amon cortaba a las voraces criaturas, haciéndolas desaparecer una tras otra; pero eso no hacía que dejaran de aparecer. Yari seguía creando más y más de esas cosas.

Lo último que viste de la lucha fue una gran esfera de color carmesí que se dirigía hacia ustedes. Brillaba mucho, y parecía ser tan candente como el sol.

Y sin más fuerzas; con la mano de la muerte en tu hombro...

Todo se vio cernido en penumbras.

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19/06/2018, 05:34
Director

―○●○―

Un tenue brillo hizo que abrieras los ojos.

Estabas sentada sobre algo sumamente cómodo. En cuanto a tu cuerpo… no tenías ningún tipo de heridas; la ropa que traías para salir con Yari estaba completamente intacta.

¿Dónde demonios estabas? Parecías estar en un vehículo; el casi imperceptible vibrar que se sentía parecía indicártelo.

Al mirar más detenidamente…

Es un lugar bastante espacioso y con mucha tecnología en su interior. Largas butacas de color rojo, terciopeladas, están contra ambas paredes del largo vehículo. Pequeñas lámparas de luz led adornan el techo de la misma. Las ventanas tintadas, oscurecidas en negro, te dan una borrosa visión del exterior; pareces estar en carretera.

En cuanto a quiénes están dentro del vehículo; pues no te encuentras sola.

Una chica está sentada a tu lado. Su belleza es lo primero que sale a relucir; parece extranjera. Baja la cabeza haciendo una pequeña reverencia como saludo cuando te ve despertar.

La otra persona… es un joven de cabello blanco. Igualmente parece ser extranjero, igual de guapo que la chica. Se encuentra de piernas cruzadas, mientras apoya su mejilla en su mano, mirando el paisaje que cambia con rapidez en el exterior.

Cuando te nota gira su rostro hacia ti, aún apoyando la mejilla en su mano.

—Es bueno ver que despiertas —dijo con una gran sonrisa en los labios.

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19/06/2018, 18:49
Shiori Hino

Definitivamente era una pesadilla.

Una terrible pesadilla...

Shiori pensaba que tal vez el comer tanto ese sábado, o ver a Yari ingerir tanto, provocó que tuviese ese sueño horrible donde se involucraba un demonio, su padre, su hermano, su mejor amigo... todo el pueblo devastado y ella muriendo en esa fría y roja noche. Ya debió ser tarde para ir al Dojo y entrenar antes de irse a Tokio a estudiar en esa escuela, incluso debía molestar a su hermano con sus mangas antes de despedirse y abrazar a su padre una vez más para no resentir su ausencia; e incluso, una pequeña parte suya esperaba ver a Yari en la estación antes de despedirse y reafirmar la promesa de que lo llevaría a conocer aquella ciudad.

Promesas... promesas que ya nunca se cumplirían.

Al abrir sus párpados su mirada estaba totalmente perdida, carente de brillo y lucidez, ausentes de jovialidad e intenciones de vivir. Sus ojos castaños observaban a la nada sin enfocarse en algún punto en concreto. Definitivamente la iban a regañar por quedarse dormida.

-¿Quiénes son?-preguntó Shori en un tono sin color, rasposa y cansada. 

Y de pronto, la imagen de Yari gritando sucumbió su mente quebrada y rápidamente desapareció de su conciencia.

-Tengo que irme a Tokio...-como una marioneta, se incorporó moviendo su cuerpo en desgana, como si hilos invisibles la jalaran.

Y, de súbito, la imagen de su padre siendo golpeado y aplastado por escombros sucumbió su mente quebrada y rápidamente desapareció de su conciencia.

-... ¿Es tarde? No se... no se qué hora es...-no pudo levantarse, y se acomodó unos anteojos invisibles (y ausentes) para poder ver mejor.

Y, de golpe, la imagen de su hermano apoyado en su katana desangrándose mientras decía que ellos no importaban sucumbió su mente quebrada y rápidamente desapareció de su conciencia.

-¿Y mi padre, y Samuru?-movía su cabeza para ver el sitio, pero en realidad no veía nada-. ¿Y Yari? La última vez que lo vi estábamos camino a casa y...

... cuerpos, sangre, explosiones, el demonio burlándose...

-... ¿Dónde estoy? Yo...-y, como si hubiesen estado esperando salir, las lágrimas emanaron de nuevo y cayeron en el tapiz de ese extraño vehículo. Su mirada aún estaba ausente, ni siquiera el sentimiento la reanimaba por completo-... Tengo que irme a Tokio...

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19/06/2018, 20:36
Director

El joven de cabello blanco contrajo sus finos labios, claramente incómodo por la situación en la que se estaba viendo envuelto. Sus grandes ojos marrones se entristecieron ante tus preguntas difíciles de contestar.

Algo envuelto en un trapo blanco ―que parecía ser una espada― estaba al lado del joven de cabello blanco. Esa forma se te hacía ciertamente familiar.

La chica a tu lado, de cabello castaño y nariz perfilada, no pudo evitar que sus ojos se llenaran de lágrimas al verte llorar. Con suma delicadeza, temiendo que el solo tocarte pudiese hacerte desaparecer, te tomó ambas manos con las suyas, mirando hacia el suelo, incapaz de verte más a los ojos.

Estamos de camino a Tokio, no te preocupes más por eso ―dijo el joven de cabello blanco con su dulce voz tan cálida, tratando de hacer su tono lo más amable que podía―. Mi nombre es Val Belphegor. La chica a tu lado es Arabelle Schneider. Estas en una limusina; te llevamos escoltada a la academia Byoko-sho.

Y de hecho tal vez eso tenía algún sentido, ya que los dos llevaban los uniformes escolares de dicha academia.

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19/06/2018, 22:35
Shiori Hino

-¿La Academia donde... mi padre me inscribió?

Preguntó Shiori aun con su mente en otra parte, pensando que estaba en su casa a pesar de la obvia negativa de tal afirmación. Las manos cálidas le hicieron parpadear a pesar de su vista nublada, pero ver el trapo blanco le hizo instintivamente tomarla pasando a un lado del peliblanco y soltándose con  debilidad de la chica que la trataba con cuidado. No le costó ubicar el mango de la katana y, al tomarla, aún sin saber si se trataría de lo que ella pensaba, el sentir el mango le dio un choque mental que la mareó.

"Debes entrenar para hacerte más fuerte", "Tienes el sazón de tu madre", "Viajaré por todo el mundo y algún día verás un edificio construido por mi", "Ya sé cortar tostadas con mi katana, soy un maestro"... "Nunca olvides que estaré en tu corazón, Shiori, aunque tenga que dejarlos a ti, a tu hermano y a tu padre"...

Y, poco a poco, los ojos de Shiori retomaron su brillo. Tenue, pero ahí estaba. Y fue en ese instante que su mente se disipó y recordó todo lo que había pasado, ya no pudo contener más las lágrimas y tomando aquella espada se llevó  su mano libre a su rostro sintiendo ese dolor inenarrable que parecía desbordarse por todo su ser. No pudo hacer nada, y las consecuencias fueron esas.

-Por qué... por qué... ¡Por qué no fui más fuerte!-se lamentó llena de ira, apretando sus dientes hasta casi lastimarse las encías, pero entonces recordó algo que guardó en sus ropas justo antes de que fuera a buscar a su familia y, con desesperación, comenzó a hurgar en los bolsillos hasta que, por fin, lo sintió: el talismán que le regaló Yari. 

Se dio cuenta que ya no tenía nada: el legado de su familia quedó destruido junto a las almas que sufrieron ese destino solo por estar en el momento y lugar equivocados. Por ello se aferró al talismán, el único vestigio que tenía de su amistad con Yari... ¿Y de los Hino? ¿Los sueños de su hermano? ¿La esperanza de su padre?

-Belphegor..-repitió con voz entrecortada y, aún llorando, alzó la vista para ver al chico-. ¿Eres un demonio*?-su mirada se tornó feroz, como si quisiera desquitarse con alguien-. ¿Tienes que ver con Amon? ¿Sabías que esto pasaría? ¿Sabían que iban a ir por mi familia? ¿Qué es Armagedón?

Era consciente que no tenía caso reclamar, pero Shiori quería desahogarse y sacar toda la ira que cargaba. Pero...

-... Yo morí... Sé que morí...-ahora buscó a la chica, queriendo saber más respuestas-. ¿Qué pasó? Por favor, alguien dígame qué pasó... ¿Por-por qué requiero escolta? ... Amon... Amon quería a Yari. ¿Dónde está él? 

Continuaba llorando, pero su conciencia ya estaba dispuesta a averiguar respuestas. ¿Por qué su padre la mandaría a una escuela que parece tener relación con demonios? Dudaba tener las respuestas a todo... y eso le dolía también.

Notas de juego

Creo que el ritmo medio ya quedó a un lado de momento xd

-

Supongo que es la katana familiar, pero lo dejo así hasta que se confirme. 

*por esto

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20/06/2018, 21:49
Val

Arabelle abrió un poco los labios tratando de formular una respuesta, pero Val la detuvo alzando elegantemente la mano que descansaba en su regazo. Se irguió sobre el asiento y te miró con ojos graves; sus grandes ojos no se apartaban de los tuyos. 

Tu padre y tu hermano sabían que esto podía suceder en cualquier momento ―se rascó la cabeza agachando un poco la cabeza, en un intento desesperado de ordenar sus ideas―. Muchas preguntas para ser contestadas en una sola respuesta.

Soltó un largo suspiro y volvió a mirarte.

Sí, soy un demonio. Y ahora tú también lo eres. Has muerto y has reencarnado como un demonio para servirme. Amon es un demonio exiliado. El que me digas que está vivo... ―se mordió el labio con fuerza―. Por otro lado; Armagedón se creía era un mito. Un arma capaz de acabar con el equilibrio del mundo y destruirlo hasta las cenizas, en el peor de los casos ―sostuvo su barbilla con una mano. Su mirada se había desenfocado, parecía estar ausente de la realidad; inmerso en sus pensamientos―. ¿Las sospechas de una facción terrorista han sido acertadas? Si andan detrás de Armagedón...

Siguió diciendo cosas que no podías entender durante algunos segundos, hasta que su mirada recobró el brillo y se hizo consciente de tu presencia. Sacudió la cabeza y soltó otro gran suspiro; esta vez parecía estar seriamente preocupado.

¿Quién es Yari? Cuando te encontramos no había más que un gran cráter. Todo el radio circundante en medio kilómetro había sido completamente reducido a cenizas; sorprendentemente tu cuerpo aún estaba intacto.

Frunció el ceño, claramente intrigado por el asunto.

Notas de juego

Bueno, sí. XD

Te aviso que ya estamos a nada de terminar el capítulo (y la mitad de tus compañeros aún siguen crudos). Para no hacerte esperar eternamente podría abrir una escena extra. Hmmm; podríamos llamarla: "Recuerdos", o algo por el estilo. Puedes tomarla como una especie de OVA, o algo así. 

Lo dejaré a tu elección.

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20/06/2018, 23:55
Shiori Hino

Tratando de tranquilizarse, Shiori suspiraba profundo con calma recordando los ejercicios típicos de respiración. Sí, había formulado muchas preguntas en su desesperación por querer averiguar más, pero ahora que estaba completamente sola... y que la vida de su padre y Samuru se hubiesen apagado de esa manera...

-¿Por qué ellos sospechaban que algo malo ocurriría?-atinó a cuestionar mientras se limpiaba el rostro-... ¿Por eso dijeron que... yo debía seguir viva y ellos no importaban? ... ¿Ni mi padre ni mi hermano podían ser revividos como yo?

Así que sí había muerto. Saber eso le hizo sentir como si su pecho se enfriara y le pesara. Escuchó lo que dijo de Armagedón, pero aún no entendía qué tenía que ver eso con ella.

-Amon dijo... que al eliminarme había cumplido su trabajo porque ya no quedaba nadie que mirase el futuro. Yo no... yo no tengo esa habilidad, eras mi madre quien...-y se calló, aún con su voz quebrada mirando a quien le había revivido-... No se.... yo.. mi hermano me decía que era una cabezota...

Recordarlo hundió su corazón, por lo que apretó la espada que sostenía y quitó el paño blanco que la cubría y así saber que se trataba de Mikasuki. La colocó junto al talismán de Yari y los apretó con fuerza, atesorando aún más por lo que representaban en ella esos dos objetos.

-Yari es mi... mi... mejor amigo. Él... recuerdo que se enojó y nunca lo había visto así... porque me estaba muriendo... y entonces... sentí como su aura se tornaba oscura, densa.. como si se materializara el odio... y Amon dijo que él era el dueño de algo llamado Annihilation Maker...-se llevó una mano a su frente, la que sostenía el talismán, para presionarla y forzarse a recordar más detalles o incluso atar los hilos que seguían sueltos-. Ese cráter fue hecho por esos dos... y... si todo estaba en cenizas, entonces los cuerpos de...-sus ojos se llenaron de agua nuevamente, pero se enjuagó rápido-... ¿Por qué solo yo quedé intacta? ... Por eso no fueron revividos, ¿verdad? ...

Esto último le afectó más. No podría darles el entierro adecuado... y todo el legado de su familia se había perdido. Era la última Hino en pie... y estaba sola. 

Notas de juego

Me parece bien n_nb lo que tu dispongas. 

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21/06/2018, 00:24
Val

Val parecía estar seriamente desconcertado por tus palabras.

―Annihilation Maker... ¿Uno de los Longinus? ―Arabelle, al escuchar a Val, agarró con fuerza su falda con ambas manos, mientras que Val no pudo más que llevarse una mano a la frente.

¿Por qué quedaste intacta...? ―meditó por un momento con la mirada perdida en la nada―. Es posible que él te protegiera. No ―dijo corrigiéndose―. Es la única posibilidad. Dudo que esté vivo después de tal explosión; pero siempre cabe la posibilidad. 

Val lucía genuinamente preocupado ahora; el sudor que perlaba su rostro era evidencia de ello. 

Perdona por convertirte en algo que debes odiar profundamente ―dijo vacilante―. Tu padre me encomendó que te cuidase apenas llegaras a la academia. Yo... ―apretó los labios con fuerza― es posible que me odies por convertirte en una demonio. No pude salvarlos y eso... eso es imperdonable. Ahora tú... ―Arabelle hizo el ademán de levantarse, pero Val la detuvo una vez más―. Hino-san. ¿Crees que todos los demonios son malos? ―preguntó sin atreverse a mirarte a los ojos.

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21/06/2018, 01:16
Shiori Hino

-¿Longinus?-preguntó Shiori suspirando una vez más para relajarse.

Conforme los minutos pasaban, el peso de su dolor era muy fuerte y había momentos en el que su mirada parecía perderse. ¿Cómo podría recuperarse luego de estos terribles eventos? ¿Cómo podría encontrarle sentido a su vida para continuar? Ya no volvería a ver a su familia y ahora estaba involucrada en algo que nunca se cruzó en su mente.

-Él está vivo-expresó cansada, apretando el talismán contra su pecho recordando el día en que conoció a Yari-. Podrías llamarte tonta o estúpida, pero sé que sigue con vida.

Escuchó lo que tenía que decir acerca de que ahora era un demonio y no una humana. Val no le parecía un mal tipo, incluso podría hacerse pasar como un humano si quisiera, no como las facciones de Amon que lo delataban junto a esa aura repulsiva. Sus ojos le irritaban de tanto llorar, pero intentaba mantener su vista enfocada en el peliblanco.... lamentándose de no llevar sus gafas puestas.

-¿Cómo puedo odiar a alguien que no conocía?-respondió a su pregunta con otro cuestionamiento. Acomodó a Mikasuki para observar su hoja y buscar el reflejo de Val para verlo a través de ahí.- Yo no odio a los demonios... ni tampoco siento admiración injustificada por los ángeles o temor a los dioses-movió la katana y ahora buscó ver ahí a Arabelle para que ella viese que le prestaba atención-. Se que existen y los respeto, pero el mito que los rodea no define sus acciones del presente. 

Al decir esas palabras, recordó que su madre siempre le decía que a una persona no se le debía juzgar por su apellido o historia, sino por las acciones... para luego reclamarme a Yasahiro que era un irresponsable de buen corazón cuando eran estudiantes.

-Por eso.. me metía en muchos problemas en la escuela, por defender a alguien por si se metían con él o cuando el encargado de la tienda estaba de pervertido-recordar aquello evocó una sonrisa triste que, junto a sus ojos cristalinos, dotaban de una atmósfera melancólica-. No, Belphegor-sama-era tan raro referirse a alguien así, pero quería indicarle el respeto que se comenzaba a ganarse-. Yo se que todos los demonios no son malos, al igual que no todos los humanos son buenos y siguen algún camino de rectitud.

Suspirando, colocó la katana a un lado y ahora se enfocó en el talismán. Debía considerarse afortunada de tener esos dos objetos consigo.

-Sí, no podré perdonarte porque podías haber llegado antes-y luego lo miró directamente aún derramando alguna que otra lágrima, pero ella misma sabía que la autocompasión no tenía cabida en su corazón-.... pero espero que me ayudes a vengarme de Amon y detener eso del Armagedón. Por culpa de eso lo perdí todo, y tal como el fénix, estoy aquí  luego de estar rodeada de cenizas-le tendió una mano para estrecharla a Val. Ahora iniciaba una nueva etapa de su vida donde ya no podía dar marcha atrás-... Aunque si llegas a equivocarte quiero ser de las primeras en señalarlo. Sí, estoy viva gracias a ti; pero eso no quiere decir que te trataré como si fueras alguna deidad a la que le debo rendir tributo... y si alguna vez me ofendes, te lo haré saber.

Debía ser fuerte, debía volverse mejor. Aquella promesa que le hizo a Samuru no la rompería. Podía sentir cómo en su corazón se formaba un escudo más; pero eso no importaba... siempre y cuando pudiese tener en sus manos la vida de Amon. 

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21/06/2018, 01:58
Val

Una pequeña sonrisa rompió aquella mueca tan amarga en su rostro. Tus palabras habían sido un destello de luz en medio de tan espesa niebla que se cernía en sus tortuosos pensamientos.

Levantó la mirada y estrechó tu mano con delicadeza.

Haces perfecto honor a tu familia. Y por favor ―un vivo rubor subió hasta sus mejillas. Desvió un poco la mirada claramente avergonzado, agitando su mano libre frente a su rostro―; llámame Val... "Belphegor-sama" es demasiado formal para mí ―te soltó la mano y se recostó más relajado sobre su asiento mirando hacia el techo del automóvil, pensativo―. Armagedón, Amon, Annihilation Maker; ¿será esto una cruel coincidencia? Las piezas encajan, ciertamente. Ahora todo parece tener algún sentido ―su volumen de voz fue bajando progresivamente, hasta que sus palabras simplemente se volvieron un siseo inentendible. Cerró los ojos y se mantuvo en esa posición, ensimismado en lo suyo.

Arabelle, quien ya se había enjugado las lágrimas del rostro, lo miró mientras sonreía.

Val-buchou siempre es así ―dijo escondiendo una divertida risita tras una de sus delicadas manos―. Una vez se pone a pensar en algo nada ni nadie lo puede sacar de su extraño mundo.

Se volteó hacia ti con una cordial sonrisa en el rostro. Sus manos estaban apoyadas en su regazo, y su espalda estaba erguida a pesar de no apoyarse en el asiento. Daba aires de realeza; sus modos afirmaban más eso.

―Puedes llamarme por mi nombre de pila, Hino-san. Yo... ―mordió las palabras antes de dejarlas salir― sé como te sientes. Puedes... ―abría y cerraba la boca, como pez fuera del agua, incapaz de ordenar sus ideas por completo― Deberías dormir... si quieres. Aún falta mucho para que lleguemos.

Comenzaste advertir el leve repicar de algo contra la ventana. Pequeñas gotas de agua se estaban empezando a pegar en el cristal y a trazar su camino hasta crear líneas nada uniformes. Oh, había comenzado a llover. La luna ahora estaba oculta, siendo secuestrada por negras y espesas nubes de tormenta que apenas dejaban ver algo de su brillo.

Pasé por algo similar ―dijo Arabelle rompiendo el silencio, con los ojos llenándose de lágrimas―. Me duele no... haberte podido ayudar.

Y diciendo todo lo que tenía por decir, el silencio volvió a reinar el lugar.

De fondo solo podía escucharse el siseo interminable del peliblanco, y el sonido que provocaban las gotas al chocar con el cristal.

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21/06/2018, 19:53
Shiori Hino

Le hubiera gustado continuar con las preguntas, pues las dudas se clavaban en su débil y frágil mente junto a esa tortuosa sed de averiguar más de lo que sucedía, pero Shiori debía recordar que no todo podría ser respondido en poco tiempo y debería ser paciente por lo mismo. ¿Qué era el Annihilation Maker? ¿Por qué Amon era un demonio exiliado? ¿Qué tendrían que ver aquellos con el don de ver el futuro?

Pero ahora la pelinegra se centró en la otra chica, Arabelle. Le pareció muy correcta en su modo de comportamiento, algo que el propio Samuru habría admirado.... y sintió cómo otra aguja se había clavado, pues su nariz comenzó a picarle de nuevo y sus ojos cristalinos querían humedecerse de nuevo. Suspiró profundo para relajarse y se terminó por recargar en ese sillón prestando atención a la castaña mientras el sonido de la lluvia se escuchaba a través del repique de la ventana. Le pareció algo irónico que comenzara a llover y Arabelle se soltara a sollozar de nuevo. Parecía ser que toda esta situación arrebataba lo que uno más amaba.

Tal vez, bajo otras circunstancias, Shiori habría tomado la mano de Arabelle o colocar una mano en su hombro, pero se descubrió a sí misma que tal gesto no le nació para consolar a la joven,  limitándose a observarla y que el silencio se propagaba como una niebla en madrugada. Evadió la mirada, incapaz de hacer algo porque la empatía y observación que siempre tuvo parecía irse de ella. Era consciente que esto era por lo ocurrido gracias a ese demonio rojizo y que ser testigo de cómo la llama de la vida de su padre y su hermano se extinguieron mientras sostenía una pelea que era obvio perdería. ¿Y si le hubiera hecho caso a su hermano y se hubiese ido de ahí junto a él y Yari? ¿Habría sido diferente todo?

-El hubiera no existe, Shiori-se dijo a sí misma en voz alta percibiendo otra lágrima suya rodando por su mejilla y cayendo al regalo de Yari que tenía grabada tres palabras: salud, amistad y suerte... Ni siquiera podía contar el primero, había muerto-. También va para ti, Arabelle-san-parpadeó un par de veces y miró al suelo, pues no se sentía capaz de sostenerle la mirada a alguien que no podía perdonar por no haber llegado antes-... Sólo nos queda seguir, o intentarlo-la Shiori de el día anterior la estaría regañando por no soportar toda esta situación, e incluso sabía que la Shiori del futuro también le reclamaría... e imaginarse tal paradoja le hizo sonreír un poco-. Salud, amistad y suerte.... esto es lo que dice el talismán. Supongo que aún podemos tenerlas si queremos-quería dormir y despertarse en el tren, sabiendo que dejaba atrás a todos vivos y sanos, pero esa idea era infantil y condescendiente de solo seguir pensándolo-... Sólo quiero poder continuar con el legado de los Hino aunque mi apellido desaparezca, quiero cumplir las promesas que hice.

Shiori estiró una mano al techo del y al girar la mano como si quisiera atrapar algo, una llama azul del tamaño de una canica pequeña apareció en su palma. Según el mito de su familia, éste le permitía tener una conexión con el mundo espiritual y, de todos los colores, de forma ofensiva era el de más altas temperaturas. Nunca consideró usar su habilidad sacerdotal para sacar provecho de otros ni que los usaría en combate, era sólo un arte que las mujeres heredaban para el beneficio del Templo. Hizo su mano en puño y la flama desapareció, al menos aún conservaba tal habilidad... pensando si la llama blanca la lastimaría ahora que era un demonio. 

No lo creo... luego lo intentaré...

-Arabelle-san, Val-san... solo quisiera saber, al menos en este momento... ¿Por qué mi padre quería protegerme? Y... -para la última pregunta relajó sus hombros aún sin atreverse a verlos-... Amon quería acabar con todos los que veían el futuro, él no sabe que sigo viva. ¿Será necesario que aprenda la lectura de fuego? Tal vez si lo dominara esto se habría podido... no, para poder confrontarlo a futuro. Nunca lo he practicado, no se si seré buena en esto... y no tengo nadie que me enseñe. Pero si esto me... nos ayudará para acabar con él y todo lo que implica, con gusto lo intentaré. 

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22/06/2018, 01:38
Val

Desde que se había creado tan pesado silencio, Arabelle no hizo más que erguirse sobre el terciopelado asiento; simplemente parar contemplar con sus ojos irritados el paisaje tintado de verde que se hacía borroso conforme la lluvia arreciaba.

Al menos las palabras que dijiste para romper el silencio parecieron reconfortar un poco a Arabelle. Cosa irónica, la verdad. Ya que en principio ella era la que trataba de reconfontarte a ti. Y quizá pensaba eso mismo, ya que mantenía una media sonrisa muy mal disimulada.

Val paró súbitamente de mascullar palabras difíciles cuando escuchó que le nombraste; casi fue como una cachetada que lo devolvió a la realidad, o así parecía, ya que frunció la boca claramente disgustado por la interrupción. Aunque eso no le duró demasiado, cuando se dio cuenta de quien lo había interrumpido y lo que estaba diciendo.

Bueno, eso... ―Val apretó los labios, buscando qué, al abrirlos, las palabras que salieron de ellos fuesen lo más delicadas posible― Han pasado pequeños altercados desde hace algún tiempo ya. Se venía sospechando sobre ataques terroristas, pero tampoco teníamos algo contundente que lo probara. Tu padre, sabiendo eso, supongo que quería prever, en caso de que lo peor ocurriese, que tu te vieses envuelta en ello.

Y no pudo lograrlo, seguramente ha de haber pensado Val, pero tampoco iba a ser quien lo dijera.

Tosió sobre su mano y trató de cambiar desesperadamente el tema.

Tu habilidad sin duda alguna será una molestia para ellos ―dijo, mientras asentía con la cabeza―. Llevándola a su máxima capacidad podríamos saber dónde y cuándo atacarán, cosa que podría salvar muchas vidas. Además ―entrecerró los ojos―... ―sacudió la cabeza y se tragó las palabras que tenía por decir― No me hagas caso, no es nada. Conozco a alguien que podría ayudarte a desarrollar tu habilidad.

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22/06/2018, 17:08
Shiori Hino

Me hubiera dicho desde antes... Tal vez si me hubiese tenido confianza...

Shiori suspiró de nuevo y negó para sí misma molesta con que su padre y su hermano le hubiesen ocultado la verdadera información sobre mandarla a Tokio. Sí, lo más probable es que se hubiese armado una gran discusión, pero al menos la verdad ya estaría sobre la mesa. Entendía por qué le pedían que se volviera fuerte, pero ¿a costa de su propia seguridad? Otra vez la pelinegra negó, pero con una carga más de melancolía. Ella misma dijo que "el hubiera no existía", pero si tan solo la ignorancia no los dividiera como lo hizo...

-Pero ya estoy involucrada-contestó con cierto tono irónico y esta vez queriendo suspirar se dio cuenta que se trataba de un bostezo. Sí, estaba muy cansada y tanto el cuerpo como su mente le pasaban factura... ¿Podría dormir bien luego de todo esto?.

-Val-san. Si quieres que confíe en ti deberías hacer lo mismo conmigo-expresó recargándose ante el silencio del peliblanco por no querer decir algo más-... Y está bien. Espero que esa persona sea buena enseñando y que me ayude como se debe. No quisiera desperdiciar tiempo...

¿Tendría acceso a alguna especie de Biblioteca? Armagedón, Annihilation Maker, Longinus... aún quedaban muchas preguntas en el aire, pero sabía que ahora debía descansar. El sonido de la lluvia golpeando la ventana le arrullaba, aunque sus propias lágrimas no dejaban de emanar porque al cerrar los ojos, los recuerdos de esa noche sangrientas la golpeaban sin misericordia, pues imágenes en destello de su padre, su hermano y Yari parecían que la atormentarían hasta hacerle pagar a Amon lo que hizo.