En cuanto recibió el daño de Kiba, Shiori se mordió los labios para no gritar y no demostrar debilidad ante aquella acción que lo único que hacía era frustrarla y hacerle ver que esta pelea era demasiado complicada para sostener. El poder y la experiencia, además de la estrategia y la personalidad estoica de los combatientes, les superaban con creces y ya se estaba haciendo a la idea de que no saldrían bien de esta situación. La esperanza era encontrar la bandera y con el movimiento frenético de todos sería casi imposible. ¿Había siquiera una oportunidad?
Por el rabillo de su ojo, la pelinegra apenas alcanzó a notar el devastador poder provocado por Rias y Val y los escudos... y salió disparada junto a su compañero. Se impactó recibiendo un golpe en la espalda y ahora con su herida ahí y en su hombr izquierdo escupió sangre que cayó sobre su uniforme ya sucio. De igual manera, sus anteojos se rompieron y se los quitó para que dejaran de estorbarles, por lo que se pudo escuchar el pequeño estallido de cristal que se vio amortiguado por el polvo y escombros que rodeaban el desolado panorama.
Sintiéndose sumamente orgullosa por lo que Val acababa de hacer, y con su cuerpo adolorido a sabiendas que ella ya no podría para más, Shiori retomó la posición que tenía anteriormente esperando a Kiba con una mirada determinada y fría. Si pudiese verse sabría que reflejaba la misma esencia de su padre, el mejor espadachín que ella había visto en su vida. Y así, con el recuerdo de su familia impulsándola, mencionó una sola palabra que terminaría de proporcionarle el ímpetu requerido.
-Técnica familiar: Satsuki-y dicho esto, en cuanto el rubio estuviese frente a ella, la hoja plateada de Mikasuki comenzó a cortar el aire a increíble velocidad dejando una imagen residual de sí misma haciendo movimientos que hacían recordar los pétalos de una flor de plata, de ahí su nombre que significase "La quinta luna": cinco pétalos en movimientos fluidos, controlados y galantes. Shiori parecía bailar en el suelo con su cabello agitándose y repitiendo el proceso una vez más.
Sin embargo, llegados a ese último y sabiendo que estaba rompiendo sus propios límites, Shiori sonrió y su mente comenzó a sentirse pesada...
-Gracias, Ikutsuki... busquen la bandera...-su voz parecía esfumarse en una bruma, pero ella continuaba de pie. ¿Acaso...?
Motivo: Advertir
Dificultad: 0
Habilidad: 11
Tirada: 4 9 9
Total: 9 +11 = 20 Éxito
Motivo: Advertir*
Dificultad: 0
Habilidad: 20
Tirada: 2 6 7
Total: 6 +20 = 26 Éxito
Sigo atacando una y otra vez a Xenovia mientras avanzo con cada golpe intentando hacerla retroceder. Tan enfrascado estoy en la batalla que no me doy cuenta de lo que pasa con los otros. Mi atención esta en Xenovia y en Ex-Durandal. Bloqueo y ataco, desvió y esquivó los cortes por milímetros. Mas de una vez puede ver el filo de la espada de Xenovia justo delante de mis ojos. Empiezo a seguir los movimientos de su espada mis ojos se mueven a toda velocidad por todo el lugar. Trato de predecir los golpes que vendrán. Estoy por conseguirlo cuando de repente todo cambio.
Con un enorme estallido la tierra frente a mi exploto. El tajo de Xenovia impacto contra el suelo dejando un cráter inmenso. Retrocedo de un salto, pero Xenovia me persigue, su ataques se vuelven mas amplios y simples. -Tsk- chasqueo la lengua. Justo cuando estaba por ver entre sus ataques, quizás por eso cambio. -Pero al ser mas amplio hay mas aperturas- pienso mientras me vuelvo a lanzar sobre mi contrincante justo después de su ultimo ataque. Sin embargo, estaba muy equivocado. Sus ataques eran amplios si, pero la presión y poder que se desprendía de cada balanceo de espada era inmenso impidiendo que me acerque. Pierdo el equilibrio y este no es desaprovechado por Xenovia que alza a Ex-Durandal y la deja caer sobre mi con gran fuerza. Apenas puedo bloquearlo, volteo el agarre de mis espadasde tal forma que apunten hacia abajo y las cruzo en un segundo justo para recibir el mandoble de Xenovia. Mi cuerpo es mandado a volar de la fuerza del impacto. Mis pies se arrastran por el suelo dejando dos grandes surcos de varios metros.
-Aaah aaah aaah- respiro pesadamente tratando de recuperar el aliento. El sudor empapa mi rostro y la tierra esta pegada por todo mi cuerpo. No obstante la fiera sonrisa aun se mantiene. No puedo estar mas satisfecho. Ir hasta el limite, arañar su superficie y tratar de atravesarlo una y otra vez; no hay mejor sensación. -Haaaa- con un rugido me vuelvo a lanzar con mis espadas por detrás.
Estoy por alcanzar a Xenovia que me espera con Ex-Durandal en alto, pero antes de poder a volver a cruzar espadas una enorme explosión se escucho. Ni siquiera puedo darme la vuelta a ver que es, cuando la onda expansiva me manda a volar tanto a mi como a Xenovia -¿Y ahora que?- me pregunto tratando de entender que ha pasado. De reojo puedo ver que una gran explosión entre Val y Rias había ocurrido -Heh conque tenia agallas después de todo- rió para mis adentros. Con un rápido vistazo recorro todo el campo de batalla y veo cual es la situación....SIN EMBARGO, no es mi batalla. Con un rápido giro aun en el aire, lanzo mi espada hacia donde estoy cayendo, haciendo que esta se clave en el suelo. Dando una voltereta aterrizo de pie sobre el mango y usando este como apoyo vuelo a salir disparado hacia Xenovia.
Itomi se puso delante para ayudarme a detener el golpe, pero Val se adelantó atacando como parte de su defensa. La explosión tras el impacto destruyó la barrera de nuestro miembro más joven y lo proyectó hacia mi. Abrí los brazos y me moví para abrazarlo aguantando el empuje de la onda expansiva, pero fui incapaz de mantenerme de pie cuando el cuerpo de Murakami golpeó el mío.
Salimos volando unos metros hacia atrás arrastrándonos hasta detenernos. Mí concentración sobre el Touki se quebró.
Ayudé a Itomi a levantarse y desenfundé el Ru-Yi-Bang.
- ¿Alguna idea de dónde está la bandera? - le pregunté a nuestro cerebrito mientras tomaba un ligero descanso.
PF RECUPERADOS: 18
PF RESTANTES: 98
Tirada oculta
Motivo: XENOVIA
Dificultad: 0
Habilidad: 22
Tirada: 3 4 7
Total: 4 +22 = 26 Éxito
Tirada oculta
Motivo: KIBA
Dificultad: 0
Habilidad: 22
Tirada: 2 3 4
Total: 3 +22 = 25 Éxito
Tirada oculta
Objetivo: SHIORI
Tirada: 2d6
Tirada: 1 3
Total: 4 = 4
Tirada oculta
Objetivo: XENOVIA
Tirada: 2d6
Tirada: 2 4
Total: 6 = 6
El cansancio ya empezaba a sentirse en el árido campo de batalla.
La fatiga golpeaba el cuerpo de los guerreros sin contemplación alguna. Los débiles rayos de sol anaranjados iluminaban los perlados cuerpos de cada uno de ustedes. Y, sin embargo, a pesar del cansancio, nadie parecía con ánimos de rendirse. Rias junto al ataque de Val había causado una gran destrucción. Aunque Rias parecía ser bastante consciente de la gravedad de su ataque, eso no parecía ser un inconveniente para ella. Extendió de nuevo su mano hacia Val, esta vez, sin embargo, apuntando un poco más abajo del chico. Afiló aún más su mirada y más energía carmesí empezó a arremolinarse poco a poco en la mano de Rias. Y mientras eso pasaba por un lado...
Sora no se rendía con Xenovia. El cansancio le estaba empezando a pasar factura, tanto a él, como a su maestra. Sora había logrado, a lo largo de sus intercambios, rasgar la ropa de la peliazul. Sin embargo, no logró penetrar su inmaculada piel blanca; ni un rasguño logró asestarle. El sudor en el cuerpo de Xenovia le obligó tomar a su Ex-durandal con más aplomo, tratando de evitar que se le resbalase el arma. Más ni esto pudo detener sus salvajes embestidas a Sora que, poco a poco, fue llenándose de cortes en su cuerpo. Las heridas empezaban a sangrar, y las fuerzas para sostener su espada empezaban a desfallecer. Acaso, entonces, ¿tendría alguna oportunidad de comunicar al resto del equipo lo que había descubierto?
Ikutsuki fue incapaz de detener de nuevo la embestida de Kiba quien, ahora, tomando con fuerza su espada, volvía a atacar a Shiori. Tomó con aplomo el mango de su espada y afiló aún más su mirada. Cuando se preparaba para lanzar su ataque...
-Técnica familiar: Satsuki-y dicho esto, en cuanto el rubio estuviese frente a ella, la hoja plateada de Mikasuki comenzó a cortar el aire a increíble velocidad dejando una imagen residual de sí misma haciendo movimientos que hacían recordar los pétalos de una flor de plata, de ahí su nombre que significase "La quinta luna": cinco pétalos en movimientos fluidos, controlados y galantes. Shiori parecía bailar en el suelo con su cabello agitándose y repitiendo el proceso una vez más.
Los ojos de Kiba, por un momento, se abrieron bastante, desvelando su falta de compostura en el momento. Shiori se movió rápidamente, con movimientos sutiles. De ambos espadachines no quedó más que imágenes residuales, antes de que aquella danza se detuviese, quedando Shiori y Kiba frente a frente. Del hombro de Kiba una gran herida empezaba a bombear sangre. Un corte limpio; profundo. Un golpe metálico se pudo escuchó cuando Mikasuki cayó al suelo; el brazo con el hombro que sostenía el brazo con el que Shiori luchaba con Mikasuki había sido atravesado por la espada de Kiba. El rubio deslizó la espada con cuidado, tratando de no dañar más a Shiori. La chica se mantuvo allí, de pie, sin decir nada. Su mirada parecía haberse ensombrecido. Shiori cayó lateralmente, justo al lado de su espada. Se dice que la chica antes al caer inconsciente en el rústico suelo... mantenía una pequeña sonrisa.
El suelo bajo los pies de todos empezó a temblar. Cuando Val y los demás se dieron cuenta, Rias había conseguido materializar una bola de destrucción, al menos, tres veces más grande que la anterior. Se dice que en ese momento nadie supo con certeza lo que había sucedido, solo que fue la derrota para el club de lo oculto. El ataque no había impactado directamente con ninguno, pero había causado una devastadora destrucción que los había mandado a volar, tanto a aliados como a enemigos, sin distinción. Val no se pudo levantar después de ello, perdiendo el conocimiento, por el cansancio. Esto le ponía fin a la batalla, terminando esta como una derrota; la primera derrota para el grupo de Val Belphegor.
Lamento acabar la batalla así, de súbito, pero el tiempo nos lleva por los cuernos.
—
Esperen otro post.
Después de la cena todos habían sido convocados al despacho de Rias Gremory.
El final de la batalla había sido completamente abrupto. Cuando Rias había indicado el fin del entrenamiento, todos sus maestros se deshicieron de aquella actitud tan fría que les habían mostrado. Aún ellos estando heridos, prestaron su ayuda a ustedes. Con ayuda de Arabelle y Akeno todos fueron transportados al castillo Gremory, donde Asia y Itomi ayudaron a la recuperación de todos, haciendo uso de sus sacred gears.
Val y Shiori tardaron un par de horas en despertar de su desmayo. Más que por las heridas, físicamente se hallaban exhaustos.
El ambiente mantuvo tenso entre el grupo y, incluso en la cena, a pesar de que estaban sus maestros, y ustedes, no se hallaba Rias Gremory. Eso no evito, sin embargo, que Koneko, Kiba, Xenovia y Akeno les felicitasen y, a parte de ello, se disculpasen por haber sido tan bruscos.
Pero el momento de la verdad llegaba y, cuando junto a Val y el resto del grupo llegaron al despacho de Rias, la pelirroja les miró, exhalando un suspiro.
Val dio un paso al frente del grupo, apretando con fuerza sus puños. Hizo una reverencia y apretó los dientes.
—Asumo la culpa total por lo sucedido en el campo de batalla —Rias se levantó de su asiento, rodeando la mesa y dirigiéndose hacia Val, con serenidad—. La falta de instrucciones y de coordinación entre las piezas fue el problema principal que dejó muchas aberturas —una vez frente al peliblanco, Rias se cruzó de brazos, escuchándolo con atención—. La próxima vez gestionaremos mejor nuestros...
La delicada mano de Rias Gremory se dirigió a la cara de Val, mientras este seguía disculpándose. No obstante, se detuvo, desconcertado, una vez la mano de Rias se detuvo en su mejilla; haciendo que Val subiese la cabeza. Rias dejó escapar un suspiro, y se llevó la cabeza de Val hacia el pecho.
—Ustedes, pequeños demonios... —luego de que le soltase, Val se quedó en su sitio; más desconcertado, que cualquier otra cosa. La pelirroja empezó a dirigirse hacia cada uno de ustedes, haciendo lo mismo que había hecho con Val. Una vez terminó, volvió a soltar un suspiro y se acercó a su escritorio, volviéndose hacia ustedes y cruzándose de brazos— ¿Pueden entender en verdad la gravedad de una batalla? —hizo esa pregunta mirándolos a todos, sin aquella frialdad que mostraba en batalla. Tanto su tono de voz como su expresión se notaba más tersa; ni siquiera parecía estarlos regañando.
Pensaba que íbamos a tener una oportunidad, y estaba bien ser optimistas. Shiori-san en realidad habia soportado bien, y yo quise hacer lo mejor que pude hasta el final para que ganaramos. Al final de todo, le habia dado el suficiente tiempo para que ella hiciese lo que iba a hacer, dejándome sorprendido al final. — No puede ser, esa velocidad... — Aquella técnica había demostrado ser increíblemente letal, ¿Eso era parte de las técnicas familiares de ella? Qué increíble, pero lo que no me esperaba fueron sus últimas palabras, viendo cómo se desvanecía desmayada, pero feliz. Heh, no puedo sentirme mal por ella si cae con una sonrisa de esas, que envidia, Shiori-san.
— Buen trabajo. Lamento no haber sido de mucha ayuda. — Le dije una vez la observe así hasta que me percate de algo. Desgraciadamente, el ataque que ahora venía hacia nosotros fue un destello que me dejó ciego por unos segundos en los que no pude observar nada. ¿Que clase de poder era este...? Ella es igual de fuerte que ese hombre, y eso es decir demasiado... ¿Algún día podré...?
En todo caso, me había desvanecido, y nosotros habíamos perdido. Una vez pasado el tiempo después de la cena, y las felicitaciones de nuestros respectivos maestros, a mí me había quedado un sabor amargo. Es cierto, me he vuelto más fuerte, pero aún así me falta un largo camino por recorrer, mejoras mis debilidades y reforzar mis destrezas... Estaba muy callado en toda la cena, para luego ir al despacho de Gremory-sama.
Que Val se empezase a disculpar no me extraña, de hecho lo iba a detener, pero ya era inútil. Fue el error de todos, especialmente más de unos, pero al final siempre recae en todos. Me mantenía con la cabeza baja, hasta que ella coloco su mano en mi rostro, mientras me dejaba desconcertado y sorprendido. ¿Qué...? Su pregunta me perforó duro, una batalla en realidad no siempre significa luchar de frente, mucho menos tener oportunidades de ganar. Nosotros no buscamos más alternativas... Y en verdad creo entender el punto en cierta parte de todo esto. — Gremory-sama... Entendemos que a veces habrán batallas que no las podremos ganar luchando de frente, ni con nuestra fuerza. Debimos usar nuestro ingenio, y no solo nuestras habilidades. Una batalla no es un campo de juego, yo estoy consciente de ello, a pesar de que algunas personas no lo están. — Dije, inmediatamente viendo de reojo y con muy mala vibra a Reyner. En verdad no lo culpo de esto, todos tuvimos mucho en lo que seguramente fallamos, pero ese tipo... Es un completo imbécil. Por ahora no le diré nada, pero más tarde necesitaré aclararle esto si o si junto a Val.
Ella no podía recordar nada luego de que todo se pusiese negro, pero cuando despertó luego de unas horas y el ya tener puesta otro cambio del uniforme de Byoko-sho a pesar de que no llevaba más prendas de repuesto consigo, Shiori se mantuvo casi la mayor parte del tiempo callada sin ánimos latentes de conversar y sólo respondiendo si alguien le hablaba directamente o se requería respuesta de su parte. Cuando supo que habían sido derrotados no pareció sorprenderse ni molesta con eso, incluso fue como si lo tomase de buena manera; pero su silencio continuaba y solo atinó a decir por su cuenta que "no hay problema con que hayan sido bruscos, el entrenamiento lo requería".
Por eso era fácil deducir que su falta de retahíla conversacional no se debía a lo acontecido en la pelea; algo más había pasado y ella no decía nada al respecto... o simplemente no durmió bien. Ambas eran explicaciones viales para alguien como Shiori, quien adoptó una posición taciturna y parecía en ocasiones que su mente estaba en otra parte.
Llegados al despacho de Rias, dejó que todo fluyera e incluso cuando recibió el abrazo de Rias lo sintió tan vacío a comparación de... Pero éste fue real, y se permitió cerrar los ojos por un momento ante tal gesto que provocó que se desacomodaran un poco los nuevos anteojos que llevaba, por lo que cuando retomó su posición se los acomodó. Soltó un suspiro cansado y solo asintió ante la pregunta de lo que resulta peligroso estar en combate. Ella lo sabía y por eso decidió llevar más allá sus capacidades físicas hasta desmayarse, pues daría su vida si era necesario.
Teniendo a Mikasuki consigo, apretó el mango dejando que Mukuro hablase y supiese a quién iban esas palabras. Shiori no quería hablar, al menos no en ese momento, por lo que el silencio continuó rodeándola.
Presté atención a lo que sucedió en el despacho de la demonio Rias. Recibí su abrazo como hicieron los demás, quizá algo perpleja, y escuché sus palabras, la pregunta y la respuesta de Ikutsuki. Era un bonito discurso, pero era solo eso.
- Si me lo permite, Rías Gremory-sama, incluso alguien con no demasiadas luces entendería que, ante cualquier enfrentamiento con alguien con mucha más experiencia y habilidad, un novato que justo acaba de comenzar, solo lograría vencer en un pequeño porcentaje. No es sólo cuestión de estrategia, no es ajedrez o shougi, en el que las partidas se basan solo en eso, el resultado del enfrentamiento depende en gran parte de la habilidad de las fichas. Haber superado con éxito dos de tres combates es un éxito rotundo y, aunque la estrategia ha brillado por su ausencia en dos de ellos y el trabajo en equipo ha sido bastante penoso, estoy segura que, con más entrenamiento y con la mentalidad y disciplina adecuadas, seremos capaz de hacer frente a lo que se nos venga - dije.
En realidad no era más que otro discurso y, al acabarlo, sentí que había sonado tan vacío como el de Ikutsuki, seguramente Rias diría que no había tiempo para prepararnos, que costaría mucho cambiar nuestra mentalidad, pero al menos lo había intentado, si no hubiera dicho nada y mi madre se enterase, estoy segura que me habría caído una buena bronca, los Muto nunca nos rendimos.
Una vez todos expusieron sus opiniones sobre lo que creían era una batalla de verdad, Rias Gremory suspiró y los miró con empatía. “En una batalla de verdad no hay segundas oportunidades, tampoco contemplación alguna. Sin no son capaces de integrarse un formar un verdadero equipo, el enemigo se valdrá de ello para destrozarlos. En una batalla de verdad no sirve solo la valentía ni la fuerza; el ingenio debe ser el pilar fundamental que empuje cada movimiento a ser realizado. Este entrenamiento no fue más que una prueba para ver su trabajo en equipo. Lo tienen ciertamente, pero están fraccionados. Si Millicas hubiese luchado enserio lo que hicieron no hubiese tenido caso, y si Tannin no se hubiese quedado dormido, habrían tenido problemas para enfrentarle. Deben de dejar de subestimar a sus enemigos, y de sobrestimarse. Hay momentos para divertirse, para demostrar la fuerza… y hay otros momentos en los que se necesita proteger algo, y para ello se necesita toda la seriedad posible”.
Lo que siguió luego de aquella charla no tuvo nada que ver con los catorce días anteriores. Tuvieron accesos a unas aguas termales privadas, y pasaron un rato agradable junto a sus maestros, compañeros y Azazel. El día siguiente volverían al mundo humano. Sin embargo, podían decir con total atino que ahora eran mucho más fuertes que cuando habían salido. Qué harían con aquella fortaleza de ahora en más,… eso solo podían saberlo ustedes.
―○●○―
Después de llegar al mundo humano todo pareció volver a la normalidad. Volvían a aquel clima tan inestable, el ajetreo de Byoko-cho y a todos los pendientes de la escuela que habían dejado de lado por irse a entrenar.
En una reunión convocada por Val la semana siguiente, todos asistieron para tratar un asunto… cuanto menos curioso. En resumidas cuentas les esperaba la presidenta del consejo estudiantil, Nagayama Shiho. Shiho era una chica exuberante en gracia y elegancia, ayudándola en esto sus refinados rasgos y su bien formado cuerpo. Se presentó a ustedes de forma muy educada, mientras expresaba el gusto que tenía al conocerlos. Rato más tarde tardaron en enterarse que la presidenta del consejo estudiantil era una demonio, tal como ustedes; una demonio de clase alta. Junto a ella se hallaba sentada una linda chica, de rasgos delicados. Nunca la habían visto por la academia, y, por lo que podía verse, parecía ser una chica de primer año.
La presidenta pidió hablar a solas con Val y Arabelle; ella, junto a la chica que traía consigo.
La reunión se extendió por poco más de media hora. Las puertas del salón se abrieron y la presidenta se despidió de ustedes, con una sonrisa radiante. Cuando entraron en la sala se encontraron a Val con una algo incómoda, mientras los miraba.
Iban a tener una nueva compañera, provicionalmente. La chica que había traído Nagayama con ella era su prima; Nagayama Yuu. La pequeña se uniría a su equipo de forma provisional, mientras Shiho hacía espacio en su propio equipo para incluirla. La explicación de Val sobre ello fue vaga: “Shiho-san necesita que Yuu-kun se entrene con algún equipo un tiempo. Es totalmente inexperto luchando, y Shiho-san pensó que era buena idea dejarlo con nosotros un tiempo. Y bueno, le debo favores a Shiho-san; es lo menos que podía hacer”.
¿Inexperto? ¿Yuu-kun? … ¿Acaso…?
—¡Mucho gusto, equipo! ¡Soy Nagayama Yuu-chan! —la chica se levantó y hizo un símbolo de paz, mientras se presentaba enérgicamente— … Es un gusto conocerles —terminó por decir, con una voz ronca; mucho más ronca que cualquiera de todos los del grupo.
Oh, sí. Parecía que tenían una un nueva nuevo compañero compañera: Nagayama Yuu. Parecía haber llegado lo que faltaba al club de lo oculto.
Fin del capítulo 2.