Partida Rol por web

Historias de Horror II.

CC: Isla de Karb, Pantano de Dipplemere.

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10/05/2023, 20:21
(CC) Doctor Querio Vandel.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

CUATRO Y MEDIA DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO DESPEJADO QUE SE VA TORNANDO GRIS.

Querio soltó un suspiro lacónico. Todos se habían metido en el agujero sin dudarlo. Si Vandel no estaba allí para decirles "os lo dije", sus compañeros morirían sin remedio.

Gruñido, haz que Tharath baje por el agujero. No me importa cómo lo hagas, pero le necesitamos allí abajo-. Tras un breve silencio, aclaró:-El lobo, Gruñido. El lobo. Azuza al lobo para que nos siga.

Sin mediar ninguna palabra más, el erudito se lanzó por el agujero. Cuando estaba a punto de caer sobre Janos, el paladín se escurrió a un lado. Tal cual bajó, se vio rodeado de "cosas muertas", más muertas que la carrera como skald de Velkan. Su cuerpo menudo y enclenque se escurrió entre las piernas de los monstruos aprovechando que se centraban en la carne de los más jóvenes y musculosos. El doctor solo podía huir de la manera más rápida posible. Bajar allí había sido un error. Pero su escapada fue truncada abruptamente por un muro.

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12/05/2023, 04:28
(CC) Sascha Danzante de las Nieves.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

CUATRO Y MEDIA DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO DESPEJADO QUE SE VA TORNANDO GRIS.

A pesar de mi petición, el impetuoso Janos comenzó a descender por el agujero antes de que pudiera llegar hasta él y lanzarle alguna protección, así que le seguí en cuanto pude.

La cuerda de Gruñido nos facilitó mucho el trabajo, y me sorprendí al sentir que mis pies tocaban algo antes de llegar al suelo, pero no pude pararme a pensarlo mucho, ya que en seguida acecharon aquellas criaturas que habíamos intuido desde arriba.

Y apenas me dio tiempo a ser consciente de la llegada de Velkan, cuando una de ellas ya me estaba atacando.

¿Por qué no puedo moverme?

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14/05/2023, 02:02
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

CUATRO Y MEDIA DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO DESPEJADO QUE SE VA TORNANDO GRIS.

Mis defensas son suficientemente altas para detener varios de los ataques enemigos mas uno de ellos consigue colarse por debajo de mi rodela y me atenaza con fuerza. Siento las garras pasar por entre las defensas de mi armadura y rajar mi carne. El dolor es solo pasajero pues, de un momento a otro, pierdo toda sensación de mi cuerpo. No siento las piernas, no siento mis brazos, ni siquiera siento mi rostro. No puedo moverme, ni desde dar un paso hasta algo tan mínimo como pestañar.

"¡Mierda, estoy completamente paralizado!"

Veo solo lo que está delante de mí y veo que los ghast parecen estar atacando a los que faltan hasta que se deja de oír cualquier ruido de mis compañeros. De seguro que los han paralizado a todos y yo no hay nada que pueda hacer.

"¡NO! ¡SARENRAE, NO ME PERMITAS MORIR EN ESTA IMPOTENCIA! ¡NO DEJES QUE MIS COMPAÑEROS MUERAN ASÍ!"

Continúo forcejeando de forma completamente inútil a ver si consigo moverme. A ver si, por mi esfuerzo o la voluntad de mi diosa, logro superar esta porquería y puedo continuar luchando por la luz y lo que es bueno.

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16/05/2023, 18:04
[RIP] CC: Ghast.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

CUATRO Y MEDIA DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO DESPEJADO QUE SE VA TORNANDO GRIS.

La situación seguía siendo desesperada en el fondo de aquel sótano de piedra debajo de las ruinas quemadas del santuario.

Janos había dejado de estar paralizado y había logrado asestar un buen tajo de cimitarra bendecida con sus poderes divinos de Sarenrae. Otra criatura necrófaga, sin embargo, había contraatacado, logrando vencer el embrujo de Custodia de Sascha y paralizando de nuevo al sacerdote-guerrero.

Gruñido se había unido a la contienda, descolgándose ágilmente por la cuerda desde arriba.

De algún modo, Velkan había logrado levantarse y había abatido a un Ghast de un poderoso hachazo. Sangrando por multitud de heridas, parecía que ahora era momentáneamente resistente a la parálisis.

Sascha se había dejado rodar por el suelo para evitar ser herida de más gravedad, y había tratado de utilizar magia curativa sobre una de las bestias, que seguramente debía ser vulnerable a las energías positivas, pero no había logrado tocarla en ese momento. Seguía en el suelo, muy malherida y exhausta, resistiéndose a llamar a Tharath o a recurrir a la Furia para que la ayudara.

El Ghast que se había llevado aparte a Cazador para devorarlo, se encogió al escuchar tanto ruido. No le gustaba nada que las presas se resistieran tanto. Vio a uno de sus congéneres tendido en el suelo, inerte, eso podía significar que ahora tocarían a más en el festín de carne. O tal vez no.

En su rincón, temporalmente dejado en paz por la criatura que le acosaba, que se había centrado en arrancar un enorme pedazo de carne de la espalda de Janos, el Doctor Vandel pudo recuperar el aliento y volver a ponerse en pie.

Notas de juego

 

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16/05/2023, 19:18
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

CUATRO Y MEDIA DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO DESPEJADO QUE SE VA TORNANDO GRIS.

La desesperada plegaria que pronuncio en mis pensamientos parece ser oída por mi diosa, quien permite que vuelva a sentir mi cuerpo y pueda volver a moverme con libertad. El tiempo es escaso pues veo como la situación se torna desesperada así que rápidamente me muevo un paso hacia el enemigo contra el que desesperadamente lucha Sascha desde el suelo mientras me concentro en que mi arma se cargue con todo el poder sagrado que consigo reunir.

 - "¡Sarenrae, dame tu fuerza!"

Lanzo un corte con mi arma en forma horizontal, intentando rasgar transversalmente la espalda del Ghast, que corta con profundidad mas no la necesaria para eliminar la amenaza del todo. Le planto cara para continuar la contienda y que se distraiga lo suficiente para que Sascha pueda ponerse de pie tranquilamente pero entonces, un dolor inmenso me atenaza desde la espalda, cuando una garra raja mi carne a traición.

El dolor, solo dura un momento y luego, nada. No siento absolutamente nada de mi cuerpo y quedo en una extraña y ridícula posición, paralizado en mi sitio.

"¡No otra vez, maldición!"

Veo lo que mis ojos paralizados pueden mostrarme solamente y no es mucho, por lo que desconozco el estado de la lucha a mis espaldas y si efectivamente todos moriremos hoy o viviremos un día más.

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16/05/2023, 21:36
(CC) Velkan Matacambiantes.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

CUATRO Y MEDIA DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO DESPEJADO QUE SE VA TORNANDO GRIS.

Su cuidado plan de infiltración sigilosa había sido echado a perder por unos estúpidos barriles. Confiado en sus capacidades había lastrado su agilidad y caído en un movimiento torpe que delató su posición. Los ghasts aprovecharon y se abalanzaron contra él con ferocidad. Sus pútridas garras tenían un efecto paralizante que mermó las capacidades del gorra roja momentáneamente.

Desde el suelo pudo fijarse en los movimientos y la forma de actuar de los ghasts aprovechó esos cortos momentos para estudiarlos bien y poder enfrentarlos.

Cazador cazado y por unas criaturas tan estúpidas como los ghasts. Lo que más le dolía no eran los golpes de las garras del enemigo, si no el orgullo. Quizás gracias a eso consiguió revertir la parálisis y hacer que su cuerpo volviera a moverse. Nada más ponerse en pie pudo esquivar un golpe y contraatacar con otro suyo. Su nueva hacha sajó de forma similar a la que lo hacía la antigua. La bestia cayó muerta tras el impacto, dividida por la mitad.

Levantó la cabeza y observó el combate en la oscura mazmorra, necesitaba información para saber hacia qué lado moverse y cuál de sus compañeros era el que estaba más necesitado de apoyo.

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17/05/2023, 01:40
(CC) Gruñido.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

CUATRO Y MEDIA DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO DESPEJADO QUE SE VA TORNANDO GRIS.

Gruñido había tenido un golpe de suerte. Pero aquellos jodidos bichos tenían hambre. Demasiada. Sus garras arrancaban gritos de dolor. Su bocados carnes enteras. La situación era desesperada. Si solo hubiese afectado a Gruñido, la decisión sería simple. A muerte. Pero la muerte rondaba a sus compañeros. A sus hermanos. Mientras él seguía allá arriba.

Gruñido dirigió una mirada al lobo. Seguía desconfiado. Asustado. Y ahora a solas con Gruñido. Ordenar que asistiera a su agresor. Que se introdujera por una caída libre y se enfrentara a bestias sin alma era demasiado. Para cuando consiguiera su colaboración, Gruñido sabía que ya no habría nada que salvar.

Quedaba entonces la acción directa. Gruñido suspiró. Todo volvía a ser fácil. Simple. Soltó el arco. Agarró la cuerda y descendió de un único gran impulso calculado contra la piedra. En un último momento frenó su caída con tres pequeños rebotes que le dejaron en tierra en una posición ventajosa. El combate, si se podía llamar así, se había dispersado. Velkan empezaba a ser Velkan. Una de las criaturas ya estaba inerte. Las otras tres estaban dando cuenta del resto. Literalmente. Gruñido las vio masticar la carne de sus amigos.

Y les encantaba.

Desenvainó su espada y vociferó un rugido con todo su espíritu. Una llamada a la lucha. Si tenía que ser contra tres. Sería contra tres. Al menos dejarían de cebarse con la carne de su gente.  

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17/05/2023, 15:21
(CC) Cazador.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

CUATRO Y MEDIA DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO DESPEJADO QUE SE VA TORNANDO GRIS.

Cazador, en su terror, de pronto se vio arrastrado hacia una esquina de la sala. ¿¡Es que lo peor aún estaba por llegar!? El muchacho intentaba gritar hasta desgarrarse por dentro, pero su cuerpo rígido seguía sin responder en absoluto. Se lo iban a comer vivo allí mismo y no podría ni patalear.

Qué arrepentido estaba de no haber aceptado el dinero que el señor Konrad le ofreció en su momento y haber seguido con su triste vida.

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17/05/2023, 22:08
(CC) Doctor Querio Vandel.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

CUATRO Y MEDIA DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO DESPEJADO QUE SE VA TORNANDO GRIS.

Movió un dedo ligeramente. Se estaba recuperando. Lanzó una serie de bocanadas rápidas de respiración.

Le habían robado doce segundos de vida. Querio había pasado ese tiempo inmovilizado por el veneno de las garras de los necrófagos. No solo era una estatua inútil, también se le había detenido el diafragma. El doctor fue incapaz de respirar durante doce segundos, y notó cómo se morían algunas neuronas de su cerebro por falta de aire. Una a una. Ojalá tuviera las condiciones físicas de sus compañeros, así tendría más capacidad pulmonar y la asfixia no le habría aterrado tanto.

Aaaaaarf...

Lo vio claro. Iban a morir en aquella tumba. Y la bruma amarilla no iba a aparecer para llevárselos como no vino a por el hermano de Konrad. Solo había alguien a quién encomendarse: Pharasma. Y la deidad le escuchó. No como una deidad escucha a Janos, sino de verdad. El sexto sentido de Vandel y su sensibilidad hacia lo paranormal le hizo escuchar voces. Eran las voces de los difuntos, de los locos que murieron en el incendio del Santuario. Sus palabras eran incomprensibles.

Cuatro niños malos escondieron la escoba. Cuatro niños malos castigados sin comer. Cuatro niños malos están hambrientos.
La navaja del barbero en manos del enterrador, no es los que parece, no lo es, no.
Hijo de la grandísima puta, saqueaste mi cadáver en el nido de la mantícora y no enterraste mi cuerpo. Te perseguiré por siempre, cabrón. Vuelve a Morast.

Lo dicho, incomprensibles. Tres fuegos fatuos, tres tristes ánimas, aparecieron y se arremolinaron en torno al doctor. Giraban y giraban. Querio reunió toda su fuerza de voluntad y expulsó a los espíritus haciendo que salieran volando como tres cometas, tres proyectiles que se estrellaron en uno de los enemigos reventándole la cabeza. El cuerpo del no muerto se cayó al suelo. Ahora sí muerto.

Debilitado por la gran cantidad de energía psíquica empleada, Querio se dejó caer hacia atrás apoyando la espalda en la pared. Se llevó la mano a la nariz y descubrió que sangraba. Ya daba igual. Una vez quedaron en superioridad numérica contra solo tres enemigos, y sin duda espoleados por la acción de Vandel, sus compañeros vencieron de un solo golpe. Y solo habían tenido que lamentar la pérdida de Gruñido.

Pobrecillo. Te echaremos de menos, Gruñido. Que Pharasma te acoja en su seno. Te dije que tiraras al lobo al agujero, no que te tiraras tú. Corto de entendederas hasta el final.

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18/05/2023, 09:49
(CC) Cazador.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

CUATRO Y MEDIA DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO DESPEJADO QUE SE VA TORNANDO GRIS.

Cazador intentaba llorar, pero la parálisis tampoco se lo permitía. El ghast lo había dejado en paz, pero escuchaba los sonidos de la muerte a sus espaldas. No quería morir tan joven y pobre. Entonces, inesperadamente le sobrevino la dolorosa y esperanzadora libertad. Intentó gritar pero sólo salió un graznido aterrado. Tembloroso miró el caos desatado alrededor sin ser consciente de lo que estaba pasando.

No podía escapar. No con aquel maldito monstruo delante de él. Notándose rígido alargó la mano y descolgó la maza de su cinturón. Después la movió de un lado a otro intentando golpearle en la cabeza, pero tenía tanto miedo que los movimientos fueron torpes y lentos. El monstruo se giró y, prometiendo continuar lo que dejó a medias, se abalanzó contra el muchacho. Cazador se encogió y cerró los ojos, sintiendo inmediatamente después el torbellino de arañazos y mordiscos. Si no había muerto antes, moriría ahora.

Pero no murió. Abrió un ojo y luego el otro. A sus pies, el ghast yacía con la espalda destrozada por un hachazo. Otro más allá con las piernas cortadas. A otro le había estallado la cabeza y ahora era un amasijo humeante. ¿Pero qué demonios había pasado?

Entonces reparó en el cochero del señor Konrad, que se lo habían cargado. Se acercó con las piernas temblorosas y le echó un vistazo, comprobando con horror que tenía la garganta desgarrada. Estaba muerto, muy muerto. Qué horror, pero menos mal. Podía haber sido él quien estuviese ahí tirado en el suelo. Al pobre Gruñido no lo echarían mucho de menos, por suerte. Sus caballos, quizás...

Se giró para darle la espalda cuando escuchó un débil gorgoteo venir del cadáver de Gruñido. Se agachó y acercó la oreja.

─¡Eh, venid! Gruñido está vivo todavía...

Sse le ocurrió quitarse el cinturón y anudarlo alrededor de su cuello para hacer un torniquete, tal y como hizo el doctor Vandel con su brazo, pero luego se acordó de que casi se le gangrenó, así que decidió apartarse y no hacer nada. La gangrena en la cabeza no debía ser muy buena.

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19/05/2023, 01:25
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

CUATRO Y MEDIA DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO DESPEJADO QUE SE VA TORNANDO GRIS.

La desesperación de poder moverme para seguir combatiendo o, en su defecto, para saber qué es lo que ocurre a mis espaldas, llega a un punto cúlmine cuando, de un momento a otro, todo ruido de combate cesa. Si no hubiese estado completamente paralizado ya, lo habría quedado en ese momento, solo de la expectación.

"¿Todos mis compañeros murieron o fueron los no-muertos quienes terminaron destruidos?"

Menos mal, es la voz de mis compañeros la que rompe el silencio a mis espaldas. No son muy buenas las palabras que mencionan pues hablan de Gruñido, que ha terminado tremendamente herido. Finalmente, el efecto que me mantenía quieto a fuerza, se disipa y puedo moverme otra vez. Me giro rápidamente para ver el estado del grupo y, aunque lamentable, estamos todos vivos mientras los ghasts comienzan a descomponerse rápidamente, liberando sus nauseabundos vapores.

Son muchas las heridas que veo, sin contar las que siento en mi propio cuerpo, por lo que decido hacer uso de una de mis facultades más poderosas de sanación, que es invocar directamente el poder de mi diosa para que nos sane con su energía. Dejo caer mi cimitarra por la prisa y saco mi símbolo sagrado para levantarlo en alto y rogar a Sarenrae por su poder:

 - "¡Que sea tu gloria la que nos inunde, mi diosa! ¡Que tu gracia nos bañe y cure nuestras heridas! ¡Que tu piedad nos ponga de pie y mantenga nuestros ojos abiertos cuando los pesares del mundo luchan por cerrarlos para siempre!"

Una energía positiva, en la forma de una cúpula de dorada aura comienza a llover sobre nosotros y a cerrar parte de nuestras heridas. No es una sanación muy profunda pero, al afectar a todo el grupo, es mucho más poderosa que cualquier sanación particular que pudiese realizar.

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19/05/2023, 23:43
Historias de Horror.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

HACIA LAS CINCO DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO GRIS OSCURO.

De algún modo, tal vez demasiado rápido como para que muchos lo vieran, dardos de fuerza habían brotado de los dedos extendidos del Doctor Vandel, haciendo estallar la cabeza de uno de los Ghast como un melón demasiado maduro alcanzado de lleno por la pedrada de un troll de las cavernas.

Gruñido se había quedado gritando espada en mano, provocando a los Ghast y logrando que dos le atacaran con crueldad hasta casi matarlo.

Velkan le daba un terrible hachazo por la espalda al Ghast que intentaba arrancarle la cara a Cazador. Entretanto, Sascha hacía un extraño movimiento por el suelo, a medio camino entre repatar y rodar, cortándole las piernas al último Ghast en pie para seguidamente terminarlo a mordiscos, poseída por una salvaje furia asesina.

Sascha terminó con su trance furioso, sintiéndose agotada, pero pese a todo estabilizando al agonizante Gruñido, que antes había tratado de matar a su lobo. Cuando Janos salió de su parálisis, invocó los restos de su poder divino concedido por la diosa solar, Sarenrae, para sanar al grupo y hacer retornar al semiorco a la consciencia.

Aprovechando la repentina paz, el Doctor Vandel se puso a hacer lo que mejor se le daba, fisgonear.

Por lo que se veía, el húmedo sótano del hospital, que contenía el taller privado del Doctor Prada, no fue demasiado afectado por el incendio. Había un par de toneles de agua justo bajo el pozo de entrada, que facilitaban escalar por si había que salir de aquel lugar. El sótano en sí tenía una altura de cuatro metros y medio y estaba hecho un casos, con todas las cosas del taller arrojadas y desorganizadas por doquier.

Un trofeo macabro hecho de cabezas quemadas colgaba de cadenas de un candelabro de hierro colgado del techo cerca del pozo.

Enterrados entre los escombros del sótano, el Doctor Vandel encontró doce virotes de plata de ballesta ligera en una aljaba, además de una hebilla de oro ligeramente fundida, y un brazalete de hierro con filigrana de plata que mostraba una luna comiéndose a un búho.

Parecía que los monstruos necrófagos habían explorado las ruinas muchas veces, encontrando varios cuerpos quemados, de los pacientes y del propio Brada. El Doctor Vandel examinó con atención las cabezas chamuscadas, dándose cuenta de que la mayoría claramente mostraban deformidades físicas, salvo una.

Entre las ruinas había numerosos fragmentos de cristal roto y quemado, aunque el Doctor Vandel consiguió encontrar un vial intacto que en algún momento habría rodado hasta un rincón. La etiqueta en el vial estaba muy húmeda, aunque todavía eran legibles las palabras: “Vorkstag y Grine, Blanqueador Químico”.

El Doctor Vandel comprobó la caja fuerte y sacó de ella unos papeles medio quemados, pero se dio cuenta de que iba a necesitar mucha más luz y tranquilidad para poder examinarlos en condiciones.

La única cabeza sin deformidades debía de ser seguramente la del Doctor Brada.

Notas de juego

 

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20/05/2023, 19:58
(CC) Doctor Querio Vandel.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

HACIA LAS CINCO DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO GRIS OSCURO.

Nunca era mal momento para recordar que el doctor no era doctor en medicina. Solo tenía un doctorado en estudios arqueológicos. Del mismo modo que cuando en Hergstag no atendió al cuerpo herido de Konrad, tampoco lo hizo en el Santuario con Gruñido. Simplemente se puso a buscar pistas. Porque un pícaro buscaría tesoros, pero un detective lo que siempre buscaba eran pistas. Que luego esas pistas tuvieran valor pecuniario no tenía nada que ver.

Miró en dirección a la cabeza del doctor Brada. O por lo menos el que por descarte, sin deformidades, debería serlo. Aquel era un recordatorio para Querio: no siempre los doctores terminaban bien. Vandel se había lanzado al agujero porque confió en que los demás podrían mantener a los enemigos al margen. Pensó que, como en Hergstag, tendría tiempo de investigar sin interrupciones. Pero sin el liderazgo de Konrad, sus chicos no habían mantenido posiciones ni asegurado un perímetro.

Mientras atendían a Gruñido, el detective encontró un brazalete con una extraña ornamentación. ¿Tal vez de alguna orden secreta? ¿Un sectario se infiltró en el Santuario para prenderle fuego en un complot que involucraba a las más altas instancias?

Ignoró otros tesoros (donde ignorar significaba cogerlos y guardarlos igualmente, pero sin prestarles mucha atención), como la hebilla de oro o los proyectiles con punta de plata. Se centró en una segunda prueba, un vial. Su inscripción mencionaba la marca "Vorkstag y Grine". Las pociones no se fabricaban tan en serie como para ponerles un sello. Eso significaba que estaban ante algún tipo de producto alquímico. Giró el vial y vio que la etiqueta seguía: era un blanqueador químico. ¿Quizás para la lavandería del sanitarium?

En cualquier caso, el contenido de la caja fuerte fue su primer objetivo al comienzo de la inspección, así que Querio regresó al centro de la sala para recoger los papeles. ¿Cómo estaban los papeles quemados si durante el incendio de la Isla de Karb estaban a salvo de las llamas en una caja fuerte hermética?

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22/05/2023, 02:14
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

HACIA LAS CINCO DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO GRIS OSCURO.

La energía positiva que mi diosa me permite canalizar hace buen efecto en sanar las heridas de los presentes, a lo que agradezco con el alma mas aún no está finalizada mi labor. Muchas fueron las heridas que conseguimos por parte de nuestros enemigos y no es un estado apropiado para continuar nuestro camino.

Veo que los presentes se concentran en averiguar un poco de acá antes de poder irnos y volver a Lepidstadt, por lo que aprovecho el momento para clamar nuevamente por la misericordia de Sarenrae. Levanto nuevamente mi símbolo sagrado y pido por su gracia:

 - "¡Diosa solar, cura nuestras heridas con el poder de luz que irradia de ti! ¡Que nuestras sombras y pesares se disipen con la refulgente llama de tu piedad! ¡Sana nuestras heridas, te lo ruego!"

Otra explosión de cálida energía brota desde mi símbolo sagrado y sana parte de las heridas de los presentes, mejorando nuestro estado general. Recojo mi arma y la guardo, así como la rodela en mi antebrazo izquierdo pues ya no parece haber peligro para el grupo.

Miro los restos de los enemigos y no me pasa inadvertido que el que acosaba a Vandel parece haber sido destrozado con alguna suerte de poder mágico. Miro al Doctor con una ceja enarcada y un poco de sonrisa, para luego asentir. Si ha participado en nuestra victoria en vez de huir como el cobarde que ha sido toda la vida, podríamos estar en presencia de una excelente, y cuasi milagrosa, evolución.

 - "¿Que has encontrado? ¿Algo que nos de un punto en el juicio?"

Le pregunto pues no consigo ver mucha evidencia que pueda servirnos para argumentar nada. Es claro que el lugar se quemó, que la gente murió y que luego fue tomado por ghasts pero no veo nada que pueda desmentir a cualquiera que quiera decir que fue la Bestia la que hizo todo esto.

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22/05/2023, 23:47
(CC) Doctor Querio Vandel.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

HACIA LAS CINCO DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO GRIS OSCURO.

La pregunta de Janos era difícil de contestar.

A ver... El blanqueador actúa como acelerante. Prende con facilidad y hace que el fuego se propague más rápido. El resto de cristales rotos indican que había varios viales de ese producto químico. Eso implica que el incendio fue provocado: alguien se tomó la molestia de prepararlo todo premeditadamente para que todo ardiera. Eso le da a la Bestia una coartada, o más bien lo hace su estupidez: la Bestia es demasiado tonta como para entender qué hace el blanqueador.

Vaya, pues no fue tan difícil.

La colección de cabezas de este sótano me hace recordar al saco que encontramos en Hergstag, también con una cabeza cortada. Los productos químicos de este caso y los viales de alquimista también son otro paralelismo. Si los casos estuvieran relacionados, todo sería más sencillo. Pero el caso de Morast fue hace un año, su perpetrador supuestamente murió por el ataque de un cocodrilo y este incendio fue hace cuatro meses. El aumento de tamaño del alquimista de Morast coincidiría con lo último que vio el ayudante de Brada, nuestro único testigo.

Y luego estaban los documentos...

En los papeles que recuperamos se mencionan varias veces "Trabajos Químicos de Vorkstag y Grine". Por lo demás están ilegibles, pero... ¿por qué iban a estar guardados en la caja fuerte unos documentos de un simple proveedor de productos químicos? ¿Qué es tan importante como para guardarlo con tanta vehemencia? La respuesta es un seguro de vida. Creo que el doctor Brada tenía en estos papeles pruebas delictivas contra Vorkstag y Grine que disuadirían a los criminales a atentar contra la vida del doctor. O eso creyó Brada hasta que el verdadero asesino creyó más conveniente cruzar esa línea.

Deberíamos volver a Lepidstadt y pedir una orden de registro urgente a la jueza Daramid a través del abogado defensor para que los guardias de la ciudad nos acompañen a la fábrica de Vorkstag y Grine esta tarde. O simplemente podríamos llevar a Konrad y hacer saltar la liebre por nuestra propia cuenta, pero en caso de que el compuesto del alquimista esté siendo fabricado en serie por Vorkstag y Grine, podríamos enfrentarnos a un puñado de trabajadores mutados, grandes y fuertes que acabarían con nuestras exiguas fuerzas.

El único motivo para no ir a casa de la jueza para pedirlo sin intermediarios era mantener su anonimato como persona que estaba financiando la defensa de su acusado.

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23/05/2023, 22:47
(CC) Cazador.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

HACIA LAS CINCO DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO GRIS OSCURO.

Cazador atendía a lo que decía el doctor con los pulgares en el cinturón. Asentía intentando parecer más experto. Él también se había dado cuenta de que el incendio había sido provocado y acelerado con algún producto. El resto, sin embargo, no le convenció mucho, aunque tampoco terminó de entenderlo.

—¿Y si La Bestia sí que ha sido culpable de esto? Puede que estuviera enfadada porque el doctor Brada atendiese a otros deformes y no a ella, y decidiese quemarlo todo. Tal vez alguien le ayudó al contarle que el blanqueador ese hacía que el fuego fuese más grande.— intervino Cosmin.

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24/05/2023, 04:31
(CC) Janos Dimitriev Mykerinos.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

HACIA LAS CINCO DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO GRIS OSCURO.

Lo que plantea Vandel no es una mala secuencia de elucubraciones mas no me consta que sea efectivamente demostrable ante los jueces. Pienso en lo que dice mientras escalamos a la superficie y las palabras de Cosmin son precisamente la reproducción audible de las dudas que me atormentan:

 - "Es cierto que se parece a lo del pantano, en Hergstag y que el perpetrador fue atacado por un cocodrilo pero a nadie le consta que haya muerto. Al fin y al cabo, jamás se encontró un cuerpo. Si el asesino de Morast fuese el mismo que causó este incendio, eso me haría pensar que alguien está utilizando a la Bestia de Lepidstadt como chivo expiatorio para sus propios crímenes y, aunque el nombre de una empresa de química ha sonado harto y, cabe la pena decirlo, parece que la alquimia tiene un papel en todo esto tanto por estos frascos que encontraste, por el incendio y por el frasco de infravisión que tomaba el culpable de Hergstag, nada de eso parece ser sólido por sí mismo frente a los jueces. Muchas pruebas circunstanciales y muchas suposiciones, creo yo."

Nuestra tarea aquí ya está terminada y, definitivamente, necesitamos un descanso. Apenas me queda poder para sanar a un par de compañeros y no me quedaría nada para cualquier clase de enfrentamiento al que nos topemos en el transcurso de lo que queda de noche. 

 - "Debemos investigar ese lugar, pues creo que está muy relacionado y estoy seguro de que aportará respuestas pero estoy seguro de que no estamos en condición de enfrentarnos a más enemigos. Dudo mucho de que sea posible, pero si pudiésemos aplazar la decisión de los jueces un día más, podríamos llegar al fondo del asunto. Bueno, como sea, deberíamos volver mientras todavía es de día."

Me preparo para comenzar a caminar de vuelta a Lepidstadt. Por suerte, son solo un par de horas y puede que lleguemos a tiempo para continuar con lo que haya que hacer y ver como le ha ido a Konrad con el asunto de un posible ataque a los juzgados por parte de los ciudadanos enfurecidos.

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25/05/2023, 22:58
(CC) Velkan Matacambiantes.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

HACIA LAS CINCO DE LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO GRIS OSCURO.

Un combate precipitado y caótico que se había saldado con la victoria del grupo por la mínima. Gruñido casi había perdido la vida y el resto estaban apaleados y doloridos, incluso él. Aunque por supuesto jamás lo reconocería. Limpió su hacha con cuidado mientras el resto hablaban. Debía cuidar de ese arma hasta que consiguiera recuperar su antigua arma, esperaba que estuviera en posesión de los compañeros del manicomio y de Gheorghe.

Una vez hubo terminado guardó su hacha a la espalda y estiró sus brazos, tenía heridas cruzadas en multitud de partes de su cuerpo, incluso en zonas en las que ya tenía otras heridas viejas. Gruñó en una mezcla de cansancio y dolor.

Si la Bestia al final resultara culpable... sería una pena —dijo en un corto susurro que no demostraba mucha empatía.

Velkan se preparó para volver con el grupo, al menos una parte del camino.

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27/05/2023, 12:40
El Tiempo Todo lo Condena.
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MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DE LA LUNA, 17 DE ABADIO.

AVANZANDO LA TARDE.

TIEMPO FRÍO, CIELO DESPEJADO.

Agotados y cansados, Cazador, Gruñido, el Doctor Vandel, Janos, y Sascha, se dirigieron a la ciudad de Lepidtadt.

En algún momento Velkan se despidió sin apenas palabras y se adentró entre las crecientes sombras del Pantano de Dipplemere.

Notas de juego

// Salen de escena: Cazador, Doctor Vandel, Gruñido, Janos, Sascha. - Siguen en: Lepidstadt.

// Sigue en escena: Velkan.

 

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01/06/2023, 21:01
"Daga de Azoth".
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TRANSCURRE TODA LA NOCHE:

MITAD DEL INVIERNO DE 4711 RA.

DÍA DEL TRABAJO, 18 DE ABADIO.

ALBA.

TIEMPO FRÍO, CIELO GRIS.

Los aventureros terminaron de hablar y de cenar, se bañaron y se retiraron a dormir.

Por fortuna, la noche transcurrió plácida y sin incidentes.

Muy temprano, Velkan regresaba visiblemente cansado y se lavaba con agua de un barril. Se había quitado su camisote de mallas, dejándolo dentro de un saco, y parecía haber perdido su hacha. Se mesaba la barba, como si sopesara afeitarse.

Notas de juego

// Sale de escena: Velkan. - Sigue en: Lepidstadt.