El grupo conformado y que había decidido moverse hacia la celda no había sido otro que el conformado por Arita Hideo y Kido Sakuya. Sea lo que fuera que ellos iban a hablar en privado en aquella celda iba a ser un secreto entre aquellos dos, al igual que iban a estar ajenos a lo que pasara por aquí.
Motivo: ¿Conexión?
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+1)=17 [16]
Con el miedo a la soledad oprimiendo sus corazones, las parejas finalmente se acomodaron en sus improvisados lugares de descanso. El subsuelo, con sus paredes de concreto y el aire pesado, se llenó de una calma tensa. Uno a uno, los supervivientes cerraron los ojos, esperando que el descanso les trajera alivio, aunque fuera temporal.
El sueño llegó lentamente, mientras el murmullo de respiraciones entrecortadas y el ocasional susurro de inquietud resonaban en la oscuridad. Cada uno de ellos, ahora acurrucado junto a otro, intentaba encontrar consuelo en esa cercanía forzada. Era un alivio pequeño, pero suficiente para mitigar el terror de la noche.
Los demonios y los agentes, tan diferentes y desconfiados entre sí, compartían un objetivo común: sobrevivir hasta el amanecer. Se aferraron a la esperanza de que, al despertar, algo pudiera haber cambiado, que la oscuridad de la noche no trajera más pérdidas, que la pesadilla que vivían no empeorara.
Con sus cuerpos exhaustos, pero aún tensos, todos cayeron lentamente en el sueño, aunque las sombras seguían acechando en los rincones más oscuros de las celdas. En la quietud del subsuelo, solo quedaba la incertidumbre de lo que el nuevo día les depararía.