Cuando Denji terminó su labor y las sierras se detuvieron, la transformación que había ocurrido en Shinohara Kido se reveló en toda su crudeza. El cadáver, o lo que quedaba de él, mostró una característica única: su cuerpo se desintegró lentamente, sus facciones cambiando de forma a medida que se desvanecía, como si nunca hubiera sido realmente una persona concreta.
Kido no era humano. Había sido el Demonio de los Cambiaformas, una criatura que podía adoptar la apariencia de cualquier ser humano a su alrededor, confundiendo a todos y ocultando su verdadera identidad con habilidad magistral. A lo largo de todo el tiempo que había pasado entre los miembros de Seguridad Pública, Kido había usado esta habilidad para evadir sospechas y sembrar la duda entre ellos, camuflándose y mimetizándose en un juego constante de ilusiones y engaños.
Sin embargo, ahora que había sido devorado por Denji, el concepto mismo del cambiaformas se desvaneció junto con su existencia. El mundo quedó libre de la posibilidad de que alguien pudiera cambiar de forma, la idea misma desapareciendo del entendimiento colectivo. Nadie, ni siquiera aquellos que habían conocido a Kido durante su tiempo con ellos, podrían recordar nunca más que existió tal cosa como el cambio de forma o la transformación física.
El cuerpo de Kido se desintegró por completo, borrando todo rastro de su existencia, mientras el aire se llenaba de una quietud casi surrealista, como si una página del mundo acabara de arrancarse.
- CAMBIOS EN LAS NORMAS/SISTEMA -