Partida Rol por web

El primer grupo conformado que había decidido moverse hacia la celda no había sido otro que el conformado por Arita Hide y por Seishin Muryou. Sea lo que fuera que ellos iban a hablar en privado en aquella celda iba a ser un secreto entre aquellos dos, al igual que iban a estar ajenos a lo que pasara por aquí.

Cuando Arita entró a la celda el hombre puso su rostro serio -Bien, por lo que ha dicho Kaede eres hombre de confianza- se sienta en una esquina de la celda -Mi posición por otra parte lamentablemente no pude ser probada aun- el hombre parece tranquilo.

-Mi primera habilidad como dije antes es inconveniente, puedo saber quien era alguien que murió, pero si era un aliado simplemente servirá para lamentar su pérdida- pone sus manos tras su cabeza -Por otra parte mi segunda habilidad es la que más provecho he sacado o al menos creo que fue así en la primera noche, puedo evitar que tomen control mental sobre alguien y además protegerle de ataques mentales-.

Deja salir un suspiro de lamento -Posiblemente si hubiera elegido a Kyo la noche pasada él no hubiera muerto, pero tanto esa noche como la primera he protegido a Kaede- el hombre mira a su compañero -Luego de Kaede diera aquella bomba el primer día y luego de escuchar tus palabras he intentado evitar que la controlen, si logran tomar control sobre su mente, para hacerla acusar a un inocente o exculpar a un demonio estaríamos en un grave aprieto-.

Lleva su pulgar a su boca como ha hecho en otras ocasiones -Tengo una teoría, en la primera noche el demonio que ataco a Kyo usó sus habilidades sobre Kaede, pero no surtieron efecto, por eso esa noche nadie murió como lo hizo mi compañero de celda la noche pasada, esa noche el demonio pudo no arriesgarse a atacar a Kaede nuevamente para no desperdiciar otra noche y por ello pasó lo que pasó-.

Muerde su pulgar con algo de fuerza -La segunda parte de mi teoría es más especulativa, el demonio que ataco a Kazuo la primera noche atacó a alguien protegido esta noche, posiblemente Kaede y por eso la noche pasada nadie fue asesinado con la brutalidad física como lo fue Kazuo- el hombre mira a Arita y se queda en silencio a la espera de lo que diga.

Arita se sentó tranquilamente en el borde de la cama al ver como su compañero de celda tomaba asiento. Arita estaba bastante tranquilo esa noche, por lo que estaba dispuesto a escuchar cualquier cosa que tuviera que decirle Seishin. - Sospeché algo cuando dijiste el demonio que asesinó Nami. - Asintió, mientras hablaba.

Oh, así que sí que está entre nosotros el demonio del control - se acarició la barbilla, mientras seguía escuchándole - solo era una teoría, pero ya que está aquí, pues continua protegiendo a Kaede, es la más útil ahora mismo, al menos hasta que muera, aunque me sorprende lo muchísimo que está aguantando.

Se cruzó de brazos, pensativo. - Lo que dices, en parte tiene sentido, pero también cabe la posibilidad de que los demonios se vayan turnando a la hora de matar. Hay gente peligrosa, como yo - se señaló a sí mismo con el pulgar - el que venga a por mí, muy probablemente quedará marcado, así que tiene sentido que no siempre vayan los mismos y por ende las formas de matar sean distintas.

Entiendo que quisieras hablar conmigo en privado entonces, tu habilidad es rematadamente útil aún y debes seguir manteniéndola en secreto. - le miró, ladeando la cabeza. - Te quiero decir algo más, pero antes quiero que me digas quienes han muerto hasta ahora, necesito comprobar algo.

Se rasca la cabeza con confusión y comienza a pensar -Kazuo Shimizu, Aiko Kawaii demonio del calor, Kyo Tetsuya, Nami Agustina, Damian Ravenwood- dice finalmente -De ellos Nami quedó demostrada como Demon Hunter, use mi habilidad sobre Kyo, él era un Demon Hunter, Aiko era el demonio del calor, pero Kazuo no esta confirmado, aun así creo que era Demon Hunter y en cuanto a Damian, el hombre no hablo mucho para saber algo-.

Escuchó un poco decepcionado lo que dijo. - Qué lástima, pensaba que al morir alguien, automáticamente sabías su pacto y quería confirmar si lo que dijo Yuriko sobre el doctor era cierto.

Resopló levemente y miró al exterior. - Estamos en una situación algo complicada, ya que si Yuriko confirma lo que me dijo Nami antes de morir, la puedo confirmar como inocente. - Se echó unq mano a la barbilla. - Aunque si muero yo, podrían dejarla como culpable, diciendo que me mataron porque no quería que la dejara como culpable.

Por otra parte está Kaede, que esta noche quizá encuentre un demonio. - Miró nuevamente a su compañero de celda. - La verdad es que no tengo ni idea de a por quién irán hoy los demonios, lo que está claro es que tú no corres mucho riesgo.

¿Qué sospechosos tienes tú? - le preguntó, esperando ver las deducciones de su compañero.

-Bueno- le mira -Solo puedo analizar a un muerto más- le dice -Luego de hacerlo debere recargar mi habilidad por un mes, así que en el peor de los casos si Yuriko muere esta noche, puedo confirmar la identidad de Kazuo y con algo de suerte confirmar lo que dice ella, pero no podre volverla a usar-.

-En cuanto a mis sospechas- niega con la cabeza -Nada muy concreto, he sospechado de algunas actitudes de Ha Tamago, pero en especial de aquella de juntar a dos de las inocentes, aunque puede ser solo una falla en su lógica es mejor no pasar nada por alto- lentamente lleva el dedo a su boca mientras piensa -La actitud de Natsuki Fujimori contra Kaede hoy es otra que podría mencionar, pero igual no es algo conclusivo-.

-Elend tiene ciertas actitudes sospechosas, pero podría ser solo parte de su personalidad- parece repasar la lista en su mente -Claude Wiper parece bastante extraño y algo adormilado, podría ser solo una peculiaridad de su persona o la exteriorización de algo más, pero igual que con los demás solo es especulación, probablemente a ojos de los demás yo muestre algunos comportamientos sospechosos y no podría discutirlo, no puedo llamarme a mi mismo “normal”-.

Si Yuriko muere no tiene sentido analizar al doctor, ya que con su muerte se confirma que era inocente. - Negó con la cabeza. - Examina única y exclusivamente al pobre muerto en caso de que muera yo, que soy ahora mismo la conexión con la inocencia de Yuriko.

Cruzó las piernas, parecía que estaba bastante seguro de lo que iba a decir. - Si tuviera que escoger tres sospechosos, excluyendo a Yuriko, claro está, los que más dudas me generan son Susuni Suzuki, Ha Tamago y Natsuki Fujimori. Son los tres que más han hablado sin decir nada, de hecho se podría decir que han intervenido lo justo y realmente no sabemos nada de ellos excepto sus nombres.

Elend aunque de forma un poco excéntrica, ha intentado participar en nuestra pequeña caza de brujas, - le dedicó una leve sonrisa a su compañero de celda - al igual que tú. Por eso no estabais en mi top de sospechosos.

Además - se echó una mano a la barbilla - de los que te he nombrado, algunos parecen no confiar en el poder de Kaede, a pesar de haber demostrado que había localizado un demonio. Nami se sacrificó para eliminarlo y que duden de todo el trabajo que hizo ella... Me molesta. Yo fui el primero en dudar, no lo niego, pero entre tres personas ese día confirmasteis la muerte del demonio, por eso me parece sospechosa en especial Natsuki.

Si sobrevivo y logramos descartar a Yuriko como sospechosa después de que confirme lo que me prometió Nami, es la persona que voy a proponer para votar. - Alzó los hombros, después de todo, solo eran conjeturas. - ¿A ti te parecería bien?

-Personalmente, mis mayores sospechas van hacia Ha Tamago, algo en su actitud no me termina de cuadrar, pero entiendo que si no llegamos a un consenso, los demonios pueden unirse para superarnos en votos- suspira con resignación -No es una situación para nada buena, igual que le dije anoche a Kyo, rezo para que Kaede descubra un nuevo demonio en la mañana- sin esperar más, el hombre se acuesta en el suelo, cerrando solo su ojo bueno.

¿El compañero de celda de la persona de la que más sospecho? ¿Quién la ha apoyado un par de veces? ¿Y de quien también sospecho? - Le dedicó una sonrisa divertida - Sí, me apunto también. Aunque como bien dices, lo mejor es que todos intentemos votar a una sola persona y así despreocuparnos de los votos de los demonios.

Si Yuriko y yo llegamos a un acuerdo durante el día y Kaede no señala ningún demonio, tendremos que convencerles de votar a alguno de esos dos, no me importa quien, pero si no estamos todos de acuerdo y se dividen los votos corremos peligro. - Asintió, algo mosqueado recordando la votación de hoy. - Por un único voto, la más votada ha sido Yuriko, pero si ese voto no existiera, habría llegado a haber un empate enorme.

Se recostó en la cama, viendo que su compañero había aceptado por su propio pie el dormir en el suelo, no le habría importado compartir cama, pero mentiría si dijera que no prefería estirar un poco las piernas. - Como sea, es problema de los que lleguen a mañana, deberíamos recobrar fuerzas y estar preparados. Si se te ocurre algo más que crees que debas decirme, es el momento, si no pues ¡buenas noches!

-Por ahora creo que lo mejor es descansar y esperar amanecer- se estira en el suelo con total comodidad -Ya mañana ver que pasa-.

Con el miedo a la soledad oprimiendo sus corazones, las parejas finalmente se acomodaron en sus improvisados lugares de descanso. El subsuelo, con sus paredes de concreto y el aire pesado, se llenó de una calma tensa. Uno a uno, los supervivientes cerraron los ojos, esperando que el descanso les trajera alivio, aunque fuera temporal.

El sueño llegó lentamente, mientras el murmullo de respiraciones entrecortadas y el ocasional susurro de inquietud resonaban en la oscuridad. Cada uno de ellos, ahora acurrucado junto a otro, intentaba encontrar consuelo en esa cercanía forzada. Era un alivio pequeño, pero suficiente para mitigar el terror de la noche.

Los demonios y los agentes, tan diferentes y desconfiados entre sí, compartían un objetivo común: sobrevivir hasta el amanecer. Se aferraron a la esperanza de que, al despertar, algo pudiera haber cambiado, que la oscuridad de la noche no trajera más pérdidas, que la pesadilla que vivían no empeorara.

Con sus cuerpos exhaustos, pero aún tensos, todos cayeron lentamente en el sueño, aunque las sombras seguían acechando en los rincones más oscuros de las celdas. En la quietud del subsuelo, solo quedaba la incertidumbre de lo que el nuevo día les depararía.