Al devorar al Demonio de las Sombras, Denji, como Chainsaw Man, no solo destruyó a la criatura, sino también su concepto fundamental. Las sombras, en todas sus manifestaciones físicas y simbólicas, dejaron de existir en el mundo.
Esto tuvo efectos inmediatos y desestabilizadores. En el plano físico, la ausencia de sombras cambió por completo la percepción del espacio y la luz. Los objetos, las personas y los edificios ya no proyectaban sombras bajo el sol, creando un ambiente de extraña homogeneidad. La luz ahora caía sin obstrucciones, envolviendo todo de manera uniforme y borrando la profundidad visual que las sombras solían proporcionar. Todo se volvió plano y surrealista, como si el mundo careciera de una dimensión esencial.
Más allá de lo físico, el impacto en la psique humana fue aún más devastador. Las sombras no eran solo un fenómeno visual; también representaban los miedos ocultos, los secretos, y todo aquello que se mantenía en la oscuridad dentro de las mentes. Con la desaparición del Demonio de las Sombras, también se desvaneció la capacidad humana de lidiar con estos aspectos oscuros de su conciencia.
Los miedos más profundos, los traumas reprimidos y los secretos inconfesables ya no podían ser "escondidos" en la sombra psicológica. Todo salió a la luz, de manera brutal y repentina. Personas que habían logrado mantener sus demonios internos a raya comenzaron a desmoronarse emocionalmente, incapaces de contener sus ansiedades y traumas más oscuros. La falta de "sombras" para ocultar estos aspectos de la mente dejó a la humanidad sin un lugar donde protegerse de sus propias verdades.
Los lugares oscuros del mundo —cuevas, habitaciones sin luz, callejones— perdieron su misticismo. Lo "oscuro" simplemente dejó de existir. Incluso la noche, normalmente una vasta extensión de sombra y oscuridad, ahora parecía irreal, un paisaje sin matices, donde la luz de la luna se extendía de manera uniforme, sin crear contrastes ni misterios.
El mundo sin sombras era un lugar extraño, brillante pero desolado, y las implicaciones psicológicas y sociales de esta nueva realidad eran incalculables. Las personas ya no podían ocultarse ni física ni emocionalmente. Todo estaba a la vista, y eso solo incrementaba el caos y la desesperación en una sociedad que, irónicamente, necesitaba de las sombras para mantener el equilibrio.
- CAMBIOS EN LAS NORMAS/SISTEMA -