En cuanto las palabras de Kishibe se disolvieron en el ambiente, un sonido metálico y brutal cortó la tensión. El rugido característico de la motosierra de Denji, Chainsaw Man, llenó la sala. Avanzó directo hacia Susuni, sin miedo ni dudas, como un depredador letal en busca de su presa.
Susuni lanzó un último rugido de desafío, pero las sombras que la envolvían no podían compararse con el filo de las sierras de Denji. Con una velocidad abrumadora, Chainsaw Man se lanzó sobre ella, desgarrando las sombras y la carne demoníaca sin piedad.
Los gritos distorsionados de Susuni resonaron en el aire, y en cuestión de segundos, la forma oscura y terrible fue reducida a fragmentos que desaparecieron lentamente. Al final, solo quedó el sonido de la motosierra que se apagaba y el cuerpo de Denji, ensangrentado y cubierto de restos del demonio que acababa de consumir.