Luego de ver como Harley vota públicamente por Kaede, sabiendo que precisamente se acaba de demostrar que no había mentido respecto a sus habilidades y que efectivamente la mujer llamada Akito Kawaii había resultado ser un demonio, Elend caminó con seguridad hacia donde ella se encontraba, mientras se remangaba la camisa.
-Acabas de presenciar con tus propios ojos que Kaede tenía razón. Esa mujer era un Demonio, ¿Porque quieres votar por ella? ¿Acaso te intimida que pueda revelar a otro de los tuyos?- Lanzó la acusación señalándola, los ojos inyectados en furia. -Demonio…- sacó una navaja de su bolsillo y se cortó parte del antebrazo, apretando los puños obligando la sangre manar de la herida. -Bebe… Si eres un demonio, tus heridas sanarán, a no ser que temas ser descubierta- La miró desafiante, esperando su reacción.
Me puse a la defensiva por proteger al resto. Me parece muy peligroso empezar a desvelarse ahora. También le dije a Kaede que se había vuelto loca de primeras.
Antes de poder seguir hablando me que de estratega viendo la escena ante mí. Cuando termino me quedé estática unos segundos hasta que me recupere.
Esa no me la esperaba, supongo que tendre de cambiar mi voto, pero veis Kaede tenía razón, no entiendo por qué votas por ella si ya demostró que lo que ella decía es verdad.
Arita no cabía en sí de la emoción de todo aquello. - ¡Y yo que me estaba aburriendo de impaciencia porque nadie hacía nada! - Caminó con paso firme hasta Nami y se sentó al lado de la moribunda. - Hay una minúscula posibilidad de que todo esto haya sido un juego de luces coordinado, pero me parece tan poco probable que voy a confiar totalmente en el trio de chicas que acaban de hacer tan increíble jugada, independientemente de que al final resulten ser del bando de los demonios y todo haya sido un montaje, es que simplemente se merecen mi reconocimiento.
Y tú - le espetó de forma más directa a la chica que tenía al lado - ¿has usado un pacto o eres una híbrida? Si es el segundo caso y puedes beber sangre, con gusto te ofrezco la mía, nada me gustaría menos que de un solo ataque nocturno nos dejaran sin tu presencia.
Apoyó su espalda contra la pared y se cruzó de piernas, mostrando cierta tranquilidad. - Respecto a las votaciones, dado lo tarde que es y todo lo que se ha revelado hasta ahora, no tendría sentido votar a alguien que no fuera Harley, así que mi voto lo voy a emitir ya. - Miró finalmente con cierta cara de circunstancia a Elend ¿por qué quería curar a la mujer que acusaba de demonio? Mejor simplemente guardarse la sangre u ofrecérsela a alguien que pudiera ser de Seguridad, aunque supuso que se dejó llevar por la emoción del momento.
De forma pública se ve que "Harley" cambia su voto por "Arita Hideo".
Con un hilo de voz y su respiración entrecortada, Nami intentó hablar, sus labios pálidos temblaban mientras buscaba las palabras.
—He de decir… —susurró con esfuerzo, sus ojos apagados apenas enfocaban a los presentes— que… necesitaba comprobar su inocencia… demostrar… ante todos… si aquella era o no un demonio y si, por supuesto, la ''detective nocturna'' mentía.
Tosió débilmente, intentando aferrarse a lo poco que le quedaba de vida.
—Está visto… y comprobado… —un leve temblor recorrió su cuerpo— que tiene razón… Podemos fiarnos de ella…
Con un hilo de voz y su respiración entrecortada, Nami intentó hablar, sus labios pálidos temblaban mientras buscaba las palabras.
—Está visto… y comprobado… —un leve temblor recorrió su cuerpo— que tiene razón… Podemos fiarnos de ella…
Cerró los ojos por un momento, buscando la fuerza para continuar, mientras un hilo de sangre le salía por la comisura de los labios.
—La jugada… de Elend es astuta… —murmuró, con una mueca de dolor—. Quién sabe… si Harley… es o no otro demonio…
Sus labios apenas se movían ya, y su voz era un susurro ahogado. No obstante, como pudo, aceptó la muestra de sangre de Arita Hideo.
—Vamos… Harley… bebe…
Silbo de puro asombro, en aquel sitio encerrados había gente con mucho talento.
-Increíble, me quito el sombrero señora, o señorita. -No buscaba enfadar a una híbrida, pero tampoco tenia sombrero.
-Supongo que ahora tenemos a tres caza-demonios confirmados, aunque ha algunos los habrán dejado sin voto y deben cambiarlo. -Miro a Harley. -Aunque Mientras no abra la boca para explicar por que de su voto... Aunque me gustaría saber, si eso de que veamos a quien vota es cosa suya, por algo que le salio mal o por terceras personas, ya que es la ultima discordante entre las heridas... -Empezaba a divagar y el tiempo era escaso, así que se lanzó su duda directamente.
-Muryou, ¿Debemos entender entonces que eres capaz de saber quien o que era quien muere? Un análisis rápido con tu ojo tal vez. -Tenia una pregunta mas concreta, pero no quería que se expusiera de ser cierto.
La percusión corporal se hacía presente gracias al peliverde, que golpeaba suavemente sus cuadriceps con un ritmo que recordaba al Rock & Roll de las pandillas más inadaptadas de la ciudad.
—Aquí hay gato encerrado.—Dijo, terminando el ritmo y apuntando a su agresora de la noche anterior.— Harley se expresa demasiado, y ahora, cuando puede emitir su voto de la forma más pintoresca posible, ¿Simplemente lo hace señalando? No digo que sus votos sean muy sospechoso pero, c'mon votar a la chica que acaba de demostrar su inocencia y luego votar al tipo que te lo recalca es...—Se frota la barbilla pensativo, buscaba la palabra en japonés.— Suicida.
Se acercó hasta el Harley y Elend, mirando de cerca la oferta.
—Además, si se cura.—Apuntó con su lengua la herida del hombre.— No nos asegura que sea un demonio hecho y derecho, puede ser como Nami. Una híbrida de nuestro bando.—Desvía la mirada hacia Harley.—¿Por qué no hablas, te comió la lengua el Demonio del Silencio?
Guiñó con un aire burlesco.
-Si, a menos que Denji le devore- sonríe -Difícil saber quién era alguien que ha sido borrado de tus recuerdos- continúa sentado en su lugar.
-Es interesante lo que dices- mira por un momento a “Harley” -Como sabemos que no la están controlando- ahora mira a Arita -¿No has sido tú el que mencionó la posibilidad del “Demonio del Control”?- dice dejando sus palabras en el aire.
Asintió ante las palabras de Seishin. - Es una posibilidad, pero no tiene sentido ahora mismo - con mi Katana cortó la yema de su dedo índice, un corte limpio y fácil de cerrar - si tu fueras de los demonios ¿quién te estorbaría más? ¿Kaede o yo? - viendo el esfuerzo que estaba haciendo Nami Agustina supuso que era mejor ponerlo directamente en su boca para que bebiera - La respuesta para mí es clara y mi apuesta en caso de ser un demonio, sería que todos los de mi grupo y la gente que controlo, en caso de ser el Demonio del Control, sería que intentáramos votarla para acabar con ella.
Una vez sintió que la chica se había recuperado un poco, apartó el dedo de su boca y apretó fuerte la herida para intentar sellarla y que dejara de sangrar.
Che, che, che. Dije moviendo el dedo de un lado a otro, poniendo una pose pomposa. Desde mi punto de vista de momento, vosotros dos. Sois bastante culpables, my hassles. Dije señalando a Kaede Shinohara y Aya Yugata. Una es una mojigata y la otra muy sabelotodo, no hace falta que diga nada más, todas sabemos quién es quién. Dije mientras hacia un gesto acusador. Bueno, aunque todas las mujeres, deben morir, por el bien de my horneys.
O mi pequeño Horny, dije dirigiéndome a Claude, como puedes creer a alguien sin pruebas. Como sabes, que no llevaras a la muerte a un inocente, por caer en las tentaciones de un demonio, nunca creas a una mujer, son peores que los demonios, my horney.
Las votaciones habían concluido, y el aire en el subsuelo estaba denso con tensión y desconfianza. Los veinte individuos, entre demonios y nuevos reclutas de Seguridad Pública, esperaban ansiosos el resultado. Nadie confiaba en nadie, y cada mirada era una mezcla de miedo e incertidumbre.
Finalmente, el conteo había terminado. Sin embargo, algo inesperado había sucedido: Harley y Love, también conocido como Eros Caro, habían recibido el mismo número de votos. Un empate. El ambiente se volvió aún más espeso mientras todos intercambiaban miradas, preguntándose qué significaría aquello. ¿Dos sospechosos? ¿Qué iba a pasar ahora?
Fue entonces cuando la puerta de metal se abrió de golpe, y Power entró en la sala, con su característico aire arrogante y una sonrisa maliciosa dibujada en su rostro. Su entrada rompió el silencio incómodo, y todos los presentes volvieron sus miradas hacia ella. Con pasos decididos y desinteresados, Power se acercó al tablero improvisado donde se habían anotado los votos.
-¡Ja! ¡Un empate! -dijo, burlándose de la situación sin un atisbo de preocupación, como si todo aquello fuera un simple juego para ella. Miró las dos columnas de nombres con ojos entrecerrados, claramente disfrutando del poder que tenía en ese momento.- ¡Tontos humanos!.
Se giró hacia la multitud con un aire de autoridad absoluta, como si estuviera a punto de anunciar el resultado de un concurso que solo a ella le importaba. Harley y Eros Caro permanecían en silencio, con sus cuerpos tensos, conscientes de que estaban en el centro de la atención de Power. Ambos sabían lo que vendría, pero nadie estaba preparado para la sentencia que estaba a punto de caer.
-¿Sabéis qué? ¡Esto es fácil! ¿Para qué andar con tonterías? -exclamó, cruzando los brazos sobre el pecho- ¡Denji! ¡Encárgate de los dos!
Las palabras cayeron como un martillo sobre la sala. Todos, incluidos Harley y Eros, se quedaron en shock. El empate no significaba una nueva votación ni una discusión sobre quién debía ser el más sospechoso. Power, con su naturaleza caprichosa y despiadada, había decidido que no habría segundas oportunidades para ninguno de los dos.
Al escuchar la orden, Denji, que hasta entonces había permanecido en un rincón, se levantó lentamente, su expresión seria y fría. Sabía lo que tenía que hacer. Sin cuestionar a Power, avanzó con pasos pesados hacia los dos acusados. El sonido metálico de la motosierra de su brazo era el único ruido que rompía el silencio mientras Denji se preparaba para ejecutar la sentencia.
El ambiente en la sala se volvió gélido mientras Denji avanzaba hacia Harley y Eros Caro, el zumbido creciente de la motosierra cortando el aire. Ambos sabían lo que les esperaba, pero no hubo tiempo para protestas ni súplicas. La decisión ya estaba tomada, y Power observaba con una sonrisa amplia y cruel.
Cuando Denji desató el poder de sus motosierras, todo fue rápido y brutal. El cuerpo de Harley fue el primero en caer. No hubo gritos, solo el sonido de la carne desgarrada y la sangre salpicando el suelo del subsuelo. En un parpadeo, Denji devoró lo que quedaba de él, su mandíbula cerrándose sobre el último vestigio de su existencia.
Sin pausa, Eros Caro fue el siguiente. Su rostro, antes lleno de confianza, estaba ahora pálido, incapaz de reaccionar. El mismo destino le aguardaba. Las motosierras giraron una vez más, y su cuerpo fue reducido a nada más que fragmentos que Denji devoró sin pensar. Era como si el mundo mismo absorbiera el recuerdo de ambos.
Denji y Power, cubiertos de sangre pero completamente despreocupados, se giraron para salir de la sala, su misión aparentemente cumplida. Nadie en la sala recordaba lo que había sucedido minutos antes; los rostros de Harley y Eros Caro eran ahora un vacío en la mente de todos. Para ellos, no había ocurrido nada más que una acalorada discusión que no llegó a ninguna parte. Power, siempre con esa sonrisa burlona, levantó la voz antes de cruzar la puerta:
-¡Se me ha ocurrido una idea perfecta para un premio nobel! ¡Mañana haremos las votaciones y el más votado Denji se lo comerá! -anunció, como si todo estuviera perfectamente en orden- Hoy ya es muy tarde y estoy cansada... ¡Así que no os matéis antes de tiempo!. ¡O mejor hacedlo!.
Nadie le replicó ni cuestionó por qué no habían votado aún. La sensación de haber estado a punto de llegar a un acuerdo, pero de alguna manera no haberlo logrado, se mantenía flotando en la sala. Era como si todos recordaran la discusión, pero sin detalles claros de lo que realmente había sucedido.
Con esa última advertencia, Power salió junto a Denji, la puerta de metal cerrándose tras ellos. Los demás se quedaron en silencio, intercambiando miradas de desconfianza mientras procesaban lo que acababa de decir. No recordaban haber votado, pero sabían que mañana sería el día decisivo.
-Estoy más cubierta de sangre de lo habitual... ¿Eso es lo que los humanos llamáis "La Regla"?.
La noche cayó con una tensión aún más espesa que antes, y aunque nadie podía recordar por qué, la sensación de peligro inminente seguía presente. Las primeras votaciones llegarían al día siguiente, y con ellas, el juicio final sobre quién sería devorado a continuación.