Partida Rol por web

Seguia sin poder moverse cuando un pedrusco de fuego aparece de la nada y lo golpea de pleno. Tanto el dolor como la sensacion de impotencia le estaban cabreando mucho. Sus ojos se inyectaron en sangre mientras sus musculos se hincharon como globos. Moriras por esto, y no dudes que te encontraré - se prometió, su sed de sangre y venganza habia aumentado y Thokk rugio lleno de furia.

Algo parecía estar afectando al grandullón del grupo, sin quien su inestimable fuerza sería más complicado acabar con una horda de nomuertos. Trás considerar esto, Yoru mantuvo su posición defensiva para cubrir a Alese mientras escudriñaba los alrededores en busca del agresor...

Veis que el proyectil que se ha lanzado al grandullón del grupo procede de un hueco que hay en una de las paredes derechas de los edificios. El agujero parece estrecho y es posible que solo uno pueda entrar por allí.

Veo los ojos inyectados en sangre del semiogro y leo la furia en ellos. Parece un armatoste gnomo a punto de explotar. Y lo peor de todo es que nos puede reventar en la cara. Como no parece buena idea tratar de mantenerle sereno, decido que quizás lo mejor es canalizar esa mala uva. A fin de cuentas él no parece percatarse en su ofuscación de donde está su atacante.

No es la primera vez que me topo con un bárbaro ni será la última y se de sobra que cuando entran en ese estado puede escapárseles un hachazo a cualquier lado. Iba a ir yo a resolver el asunto, pero visto lo visto, como para dejar a Thokk al cuidado de Alese...

- ¡Eh, grandullón! El ataque ha venido de aquel agujero... -señalo un hueco que hay en una de las paredes derechas de los edificios. El agujero parece estrecho y es posible que solo uno pueda entrar por allí- Supongo que no te costará abrirte una puerta propia a hachazos. ¿Por que no vas a cambiarle la cara de sitio? Dale una de nuestra parte...

Alese se acercó a Thokk y sonrió mientras pronunciaba unas palabras y le tocaba suavemente.

- En efecto, viene de allí, y ahora eres libre...

Los zombies pasaban entre él y Ocaso, un gran momento para efecuar una tactica de yunke-marillo

Alese se acerco a el y susurro unas palabras, al instante Thokk noto como el conjuro que le retenia perdia poder hasta disolverse. Pero no solo eso, sino que Yoru le señalo donde se encontraba el origen de el conjuro. Su enemigo estaba oculto en una casa, pero el agujero para entrar era demasiado pequeño para Thokk asi que, sin pensarselo 2 veces, Thokk dejo caer su hacha, saco su Arco y disparó.

- Vaya, parece que eres demasiado enorme para entrar por ahí... -dijo Yoru entre dientes con cara de agrio. Había contado conque el tipo grande hiciera su trabajo contra el lanzaconuros que le acosaba, pero al parecer no podía acceder por la vía más rápida.

Yoru se lo pensó un momento. Su alguien hechizaba a aquel gigante otra vez, dominándole, o este entraba en furia, lo mejor era que no estubiera cerca Alesse, sola y sin otra protección que el propio guardia que le habían puesto para defenderla. Pero no anular al lanzaconjuros, fuera quien fuera, maximizaba las posibilidades de que al final lograra tal objetivo, y que Yoru estuviera presente para hacer algo puede que no fuera suficiente. La cuestión era ¿arriesgarse a que dominaran la mente de Thokk o hacer algo para prevenirlo?

Yoru sabia la respuesta aunque no le gustara en exceso.

- Thokk, más te vale cuidar de Alesse... -Y diciendo esto, arma en mano, Yoru realizó una ágil carrera en dirección al agujero, con intención de colarse allí. Miró a las altura, de donde había venido el ataque. Así sabría si alguin espiaba sus movimientos. De no ser así, podía ser sigiloso con algo de suerte y entrarle a aquel desgraciado dejándolo fuera de combate antes de que nadie saliera herido... Si por contra alguien observaba, bueno, Yoru se estaría metiendo de cabeza en el agujero..., literalmente.

- Pero que listo que soy asociándome... -se recriminó mentalmente con acritud y no sin cierto sarcasmo- ¡Viva la amistad y el compañerismo...!

Quenya elimó de un golpe a la horrible rata lobuna decapitándola y protegiendo así al lobo de Envy.

Alese por su parte se acercó a Thokk para librarle de conjuro que le impedía moverse eliminando de él cualquier tipo de agresión mental.

Por otra parte, Envy y Wolkot hacían equipo tratando de liquidar a uno de los zombis que no habían sido expulsados por las habilidades de la clérigo. Los golpes de Envy no acertaban pero uno de los golpes de Wolkot dio en el blanco y debilitó profundamente al zombi. A pesar de ello este continuaba en pie.

Lo mismo pasó con Igor y Ocaso, ambos lanzaron varios golpes contra los enemigos que huían y finalmente solo resultó útil un golpe de Igor que también hirió profundamente al zombi. A pesar de que no le llegase a eliminar.

Ahora los dos únicos zombis que estaban en la batalla atacaron a Envy y a Igor pero solo dañaron a éste último volviéndole a causar náuseas.

Yoru localizó al brujo que estaba hiriendo a Thokk y le señaló la posición en la que se encontraba. Thokk mirò hacia donde Yoru le indicó y sacando su arco lanzó un flechazo que acertó de pleno en su enemigo. Éste con la flecha aun clavada trató de salir del agujero pero Yoru se lanzó hacia allá e impidió el paso a su enemigo.

Los zombis restantes se terminaban escapando y perdiéndose en la bruma de los caminos de la encrucijada.

La clérigo había hecho bien su trabajo. Wolkot esperaba que realmente fuera fuerte, por que una clérigo del bien en estos reinos era como un foco de luz para las polillas, atraería a todos los problemas.

Lo que contaba ahora es que había conseguido alejar a los zombis, a excepción del que tenía delante y algún otro del que el viejo guerrero se ocuparía luego, pero primero éste

 Habia fallado lastimosamente en su ataque, y era atacada de nuevo. Por suerte ella era un hueso duro de roer. Pensaba ella mientras sonriea.

Ya era hora de ir terminando con esto, la mujer bella mujer verde ya se habia cargado a la otra rata hiperdesarrollada y casi no quedaban enemigos. 

La niebla no le dejaba ver mucho, pero al parecer por la ausencia de tantos ruidos, el combate iba muy bien para el resto o muy mal. Ella elevo su cimitarra y con un rapido movimiento desendente intento cortar al zombie... pero un mal paso le hizo desviar su golpe lo suficiente para que con un movimiento torpe del zombie desviara su ataque.

Acabé con la rata en un suspiro

Qué criaturas tan desagradables dije mientras pateaba la cabeza de la rata y miraba a mi próximo enemigo

Era el zombie que estaba luchando contra Wolkot. 

Me situé de tal manera que pudiera flanquear al zombie. Con una media sonrisa en mi cara, lancé mi espada contra el bicho, esperando verle muerto a mis pies

La joven clérigo volvió a elevar sus palabras sobre el ruido ambiental, repitiendo de forma casi idéntica la oración anterior, sin embargo, la luz que surgió de ella fue diferente esta vez, más cálida, más anaranjada que la amarillenta de la vez anterior.

A su alrededor, las heridas de los vivos comenzaron a cerrarse.

- Un momento, rata de los tejados... -susurró Yoru con tono agrio y burlesco- Tu y yo aun tenemos cosas que dirimir...

Y tras decir esto, Yoru hizo un volatin y se lanzó a fondo contra el lanzador de conjuros, dispuesto a ensartarle de lado a lado, con su hoja invisible, tan dificil de esquivar. Normalmente habría considerado apresarle y dejarle con vida, pero aquel tipo le había molestado con sus tretas, y seguramente era algún fanatico besacadáveres que no hablaba ni aunque le fuera en ello la vida. Además, con tanta gente alrededor, Yoru no tendría ni el tiempo ni la paciencia para hacele un interrogatorio como es debido. Quizás, despues de abatirle le curara... Todo de pendería de su estado del humor...

Thokk alargo su brazo hasta el carcaj y saco otra flecha, la colocó en el arco y apunto al mago que le habia herido, respiro hondo tratando de relajarse para que el pulso no desviase el curso del disparo, Lamentaras haberme herido, mago. Y con un suspiro dejo que la flecha volase hacia su objetivo.

La primera amenaza contra la que os habíais enfrentado resultó por fin un éxito. Entre Quenya y Wolkot acabaron con uno de los zombis.

Igor y su compañero Ocaso eliminarlo al zombi que aún quedaba en pie.

Y Yoru derrotó de un plumazo al brujo que ya había sido herido anteriormente por la primera flecha que le lanzó Thokk. Este resultó ser, ante la sorpresa de todo otro zombi más.

Estos zombis no eran como los anteriores que os habías encontrado por el camino, parecían mucho más poderosos y peligrosos que los de otras zonas.

Alese lanzó un conjuro para recuperar a todos sus compañeros y esperaron unos instantes hasta que estos se recuperasen de sus heridas.

Por fin había acabado esta primera amenaza y ahora os encontrabais entre las calles de Barovia.

Igor decidió frenar la llamada de sus compañeros lobunos para usarlos en otro momento que les resultasen de más utilidad.

Ahora teníais tres opciones, continuabais por el camino de enfrente que parecía llevaroas hacia el centro del pueblo o bien os desviabais hacia cualquiera de las dos calles que dividían el camino.

La primera amenaza contra la que os habíais enfrentado resultó por fin un éxito. Entre Quenya y Wolkot acabaron con uno de los zombis.

Igor y su compañero Ocaso eliminarlo al zombi que aún quedaba en pie.

Y Yoru derrotó de un plumazo al brujo que ya había sido herido anteriormente por la primera flecha que le lanzó Thokk. Este resultó ser, ante la sorpresa de todo otro zombi más.

Estos zombis no eran como los anteriores que os habías encontrado por el camino, parecían mucho más poderosos y peligrosos que los de otras zonas.

Alese lanzó un conjuro para recuperar a todos sus compañeros y esperaron unos instantes hasta que estos se recuperasen de sus heridas.

Por fin había acabado esta primera amenaza y ahora os encontrabais entre las calles de Barovia.

Igor decidió frenar la llamada de sus compañeros lobunos para usarlos en otro momento que les resultasen de más utilidad.

Ahora teníais tres opciones, continuabais por el camino de enfrente que parecía llevaroas hacia el centro del pueblo o bien os desviabais hacia cualquiera de las dos calles que dividían el camino.