Partida Rol por web

Por desgracia los dragones no son alabados aquí, antaño eramos más, pero los humanos se dedicaron a cazar a las crías y solo quedamos las grandes sierpes... Solo te diré una cosa antes de irme, pequeña, desconfía de la Garra Roja, no son caballeros sino asesinos, y ahora tienen el consentimiento del rey... No abandones esta ciudad a su suerte... Un antiguo linaje dragón corre por tus venas, su fuego es poderoso en ti pero aún es un diamante en bruto.

Hay una orden de detención contra Garl Tum - refiriéndose al pueblo y a los rantanos - debe ser entregado para ser juzgado y condenado por sus crímenes, a su vuelta, la Garra Roja se encargará de capturarlo y llevarlo a Cuatrocaminos, donde será ajusticiado. - Subió de nuevo a la grupa de la gran sierpe.

El dragón extendió sus alas de nuevo, con un sonido metálico y levantando una bocanada de aire a ambos lados de su lomo - Mis tropas llegarán mañana al amanecer, uníos a ellas y rearmáos como caballeros o  sed aplastados por su poder - De nuevo la gran sierpe remontó el vuelo y comenzó a ascender, asta perderse en altura.

Akeelah se horrorizo al escuchar lo que los humanos habian hecho a las crias de los dragones, no comprendia como se podia hacer daño a un ser tan hermoso y noble.- Es horrible...- penso Akeelah, tras unos segundos para recobrar la compostura, Akeelah se despidio de la gran sierpe dorada. - que Saphas te guie noble y poderoso dorado, gracias por tu ayuda.

Puede que fuera por estar parada o por lo que le habia contado la gran sierpe dorada sobre lo sucedido a los dragones en aquel reino, pero sentia mas frio, asi que busco una tienda en la que comprar algo que la abrigara. y luego fue a pasear por los alrededores para enterarse de lo que la gente opinaba sobre lo sucedido, el dragon le habia pedido que no dejara la ciudad a su suerte, y ella asi lo haria.

Caminas entre las gentes que comenzaban a dispersarse, para salir del distrito militar, donde no había tiendas de la clase que buscabas, y fuiste a parar al distrito de los mercaderes, donde había tiendas de muy diferente índole, incluso gente humilde que comerciaba con lo que obtenía durante el verano en un puesto en frente de su casa. Al final encontraste algo que se asemejaba a tus deseos, una tienda en toda regla, con su propio edificio y que parecía saber lo que quería vender. La fachada no tenía mucho artificio, más que de un poste colgaba un cartel de madera, en el cual había grabado y pintado en blanco, una aguja y un rollo de hilo, junto a las palabras: Textiles Lombardo.

Decidiste entrar, y había un pequeño hombrecillo, más parecido a un elfo en miniatura que a un gnomo, un mediano. Cuando entraste estaba colocando unas telas en una estantería muy grande, incluso para un humano.

Bienvenida a la tienda de Lombardo, yo soy Lombardo Firdtec, maestro artesano y dueño de ésta tienda. - Bajó de un salto los últimos peldaños de la escalera de mano - tenemos ropas de todo tipo, de la mejor calidad, aunque también tenemos género para bolsillos de menos nobles...

Con la barbilla ligeramente alzada Lanzo una mirada algo despectiva a aquel mediano. "Bolsillos menos nobles?, pero que se cree este pequeño" pensaba Akeelah, sin duda, si el mediano no hubiera añadido esa ultima frase a su presentacion, el trato seguramente hubiera sido diferente.

-Soy de fuera,tengo prisa, y quiero ropa de abrigo de la mejor calidad, o tengo pinta de vestir con otra cosa?- Akeelah era orgullosa, y aquel mediano no le habia caido bien, pero no estaba dispuesta a perder mas tiempo en encontrar otra tienda.

El mediano hace una leve reverencia - Os ruego que no os enfadéis, es una frase que se viene diciendo en ésta tienda desde que mi bisabuelo Rusty Firdtec abriera la tienda en el peor invierno que hemos conocido, que le dejó aquí encerrado durante varios años. ¿Qué queréis? ¿Un abrigo de piel? Da la casualidad de que tengo un abrigo echo de una única pieza, de un Lobo de las Nieves... ¿Seda acolchada? Tengo la mejor seda de todo el reino... ¿Quizá algodón? Tengo remesas de los mejores maestros algodoneros de Alwin ... ¿o quizá algo de cuero?

Bueno, la pregunta más importante es ¿Cuánto podéis gastar?

Akeelah dejó 100 monedas de oro en el mostrador, luego apartó 10 y las guardo en su todavía bolsa llena, -estas 10 eran tu propina, puedes recuperarla, o conseguir que me guarde más dinero. Siempre depende del servicio, veamos ese abrigo de piel de lobo, supongo que será del todo blanco, y espero que forrado en seda por dentro

No pudo evitar una carcajada tratando de ocultarla para no ser  descortés, y cuando entendió que hablabas en serio, miró al suelo y levantó de nuevo a la vista para mirarte los ojos. - Lo siento, pero no puedes pagar una piel de un Lobo de las Nieves con ese dinero, ni siquiera la piel sin preparar, es mucho más grande que la de un lobo normal, y con ella hice un abrigo de una sola pieza, unos guantes y el revestimiento de las botas.... A mí me costó la piel unas quinientas monedas de oro a un cazador de bestias llamado Karcos. Pero tengo un abrigo, echo con dos piezas de de lobo, completamente negro, cubierto de seda marrón en el interior, una pieza genial que por sesenta monedas de oro es toda tuya.

Sacó un abrigo completamente negro, preparado para mujer, de un tamaño algo grande. - Te lo ajustaré completamente gratis, cualquier abrigo que elijas.

Puede que el mayor defecto de Akeelah fuera el orgullo, y odiaba quedar en ridiculo, o que se rieran de ella, asi que, muy seria guardo su dinero, y de su bolsa saco una perla, aquella perla era magica, pero preferia desacerse de ella a admitir que no podia permitirse el abrigo, la puso encima de la mesa.- Esta es una "perla de poder",es magica, vale el doble de lo que te costo esa piel de lobo de las nieves, me gusta el blanco.- Akeelah hablaba muy seria, si decia que queria ver aquel abrigo, lo veria, y si le gustaba, lo compraria, era cuestion de orgullo.

Y... ¿Qué hace esa piedra? ¿Qué utilidad la puedo dar yo a ese guijarro brillante?, no, prefiero el dinero, pero... quizá pudiéramos llegar a un trato - Entró al almacén, y escuchaste hasta cuatro cerraduras abrirse adentro, para que luego saliese con una pieza blanca como la nieve, grande y aparentemente algo pesada. La puso sobre el mostrador.

A ojo, el abrigo cubre hasta la altura de las rodillas, con una doble fila de botones negros que va desde la altura de la cadera hasta el cuello, y con el cuello vuelto, de modo que contra el frío se pudiera utilizar para tapar el cuello. - No es la pieza más lujosa, pero éste abrigo es lo mejor que puedes encontrar para resguardarte del frío, dicen que  en el norte, en la corte la piel de Lobo de las Nieves es signo de poderío y opulencia, y no es para menos, cazar a una de estas bestias es, cuanto menos, peligroso para un grupo experimentado de combatientes.

Hay un problema en la aldea del valle con los gnolls, y en el gremio de mercaderes buscan un grupo de aventureros para solucionarlo. La recompensa es de cuatrocientas cincuenta monedas de oro, sin embargo, si tu lo hicieras de mi parte yo te cobraría solamente cien monedas de oro. Teniendo en cuenta la piel y los botones, que son de valiosa adamantina, quinientas cincuenta monedas de oro a penas cubrirían la materia prima, es un buen trato. Por supuesto yo me quedaría con la recompensa, y tu con el abrigo.

-no estoy desacuerdo, es bonito, me gusta -respondió Akeelah a la afirmación de que no era demasiado lujoso, el abrigo le había gustado y había relajado un poco su carácter, aunque mantenía ese tono serio que no admitia discusión -Es sencillo, eso me gusta- -Akeelah no lo pensó mucho , en el desierto no había pieles así. Akeelah sacó 120 monedas de oro y las puso en la mesa -trato hecho ,aquí tienes las100 monedas de oro , cuando regrese me quedaré con el abrigo. Hasta entonces necesitare un abrigo más adecuado para ir con aventureros, o cuando salga de la tienda seguiré teniendo frío, las 20 monedas restantes tendrás que repetirlas entre ese abrigo y tu propina.

El verdadero motivo por el que Akeelah había aceptado era porque como le había dicho el dragón, no debía dejar a aquella ciudad a su suerte, y prefería el abrigo a una recompensa económica.

El mediano guarda de nuevo el abrigo blanco y sale con un conjunto de ropa consistente en un abrigo de lana, una camisa de lino, un gorro de lana, una pesada capa unos pantalones gruesos y unas botas. Todo el conjunto de un color marrón cobrizo. - Bueno, ya que las botas las necesitarás durante más tiempo, lo mejor es que te busque unas de tu tamaño... - dice mirando las enormes botas que había sacado; sacó una cinta y tomó la medida de tu pie, y se fue marcando con el dedo la medida de tu pie. Salió de nuevo con unas botas de cuero de mejor calidad, con suela de caucho y con un dibujo en la suela para aferrarse mejor al suelo.

Las botas son un regalo, no las romperás aunque quieras - dijo sonriente guardando las gruesas y pesadas botas de antes - Por dentro están recubiertas de lana para proteger al pie del frío. El cuero está tratado de modo que el agua no se filtra a través de él, pero evita que les entre agua por arriba o tardarán en secar un tiempo.

Tomó las cien monedas del mostrador y dejó el resto - No acepto propinas, y seguramente quieras devolver el abrigo cuando tengas el de lobo de las nieves, por lo que no te lo cobraré. Ves al distrito militar, hay una posada... El dragón oxidado, al mediodía irá un mensajero del gremio en busca de aventureros, informa de nuestro trato únete al grupo.

-Valoro la honradez, y si voy a usar esta ropa y luego devolverla, lo justo es que pague un alquiler.- Akeelah dejo 5 monedas de oro en el mostrador.- esta cantidad me parece apropiada, y no hay mas que halar- acabo la frase volviendo a recuperar esa pose de superioridad que solo los nobles saben poner, Luego se quedo mirando un rato al mediano y añadio educada- todavia no dispongo de alojamiento en la ciudad, donde puedo vestirme antes de ir a la Posada?,

Tengo un vestuario ahí detrás, donde puedes probarte la ropa y llevártela puesta. Bueno, aceptaré tus 5 monedas de oro. - Abre una puerta y al otro lado había una pequeño habitáculo con una tela morada tapando de las vistas ajenas.

Ten - con una mano te tiende el montón del ropa y con la otra te acerca las botas - Ahora que vais a la posada, ¿podríais llevarle un mensaje a Tymora, la dueña del Dragón Oxidado? ¿Podríais decirle que su vestido está listo y que puede pasarse a recogerlo cuando quiera?.

Akeelah coge la ropa y las botas y entra al vestuario sin contestar a Lombardo sobre si llevaria su mensaje, tan solo le dedico una mirada con la ceja ligeamente levantada. Aquella ropa era aspera en comparacion con la ropa que ella solia llevar, y no estaba muy comoda, al menos las botas le qudaban bien, y eran comodas.

Akeelah salio del provador con aquellas ropas marrones, se la notaba incomoda con aquellas ropas, aun asi, no se quejo.- Le dire a... Tymora lo de su vestido.- concedio Akeeleh,despues de todo aquel mediano se habia portado bien con ella,salvo por algun comentario inapropiado, pero era algo perdonable.

Y como ya estaba lista,se despidio -nos vemos a mi regreso- y salio de la tienda para ir al Dragón oxidado.

Reandaste tus pasos, como el que se ha perdido, para llegar de nuevo a la plaza, donde recordabas haber visto, a lo lejos, el Dragón Oxidado. La plaza había dejado el bullicio anterior y había pasado a estar silenciosa, de no ser por los soldados, que de uno en uno, iban saliendo hacia sus hogares, algunos en la propia ciudad, otro en lugares lejanos del reino, mientras que otros, a penas una docena, se congregaban frente a la puerta con todo su equipo, para marchar en grupo.

Se trata de la única taberna localizada  en el distrito militar, no porque sea para los caballeros de la Orden, que la mayoría no beben, sino que estaba allí tiempo atrás, cuando allí residía el ejército previo a la llegada de la Orden, los cuales llenaban todas las noches de guerreros que llenaban las arcas de la taberna. Ahora es una posada frecuentada sobre todo por guerreros  y aventureros.

Al lado de uno de los barracones de la Orden de los Caballeros Rantanos, ahora abandonado, se encuentran unas escaleras que profundizan a la tierra, hasta una altura de diez pies bajo la tierra, entonces se alza un umbral con un pequeño túnel que conduce hasta una puerta, de madera de roble rojo, dado que es abundante en la zona, que tiene apuntalada una figura de un dragón, de acero, que curiosamente, está oxidado. Ésta estructura está echa para que, cuando nieva mucho, las puertas no se bloqueen y se pueda salir de la taberna.

Al abrir la puerta, se abre una edificación de piedra roja con unas escaleras que ascienden hasta el nivel normal. Una vez se superan las escaleras, unas mesas con cuatro sillas cada una hacen un pasillo hasta una caliente chimenea de piedra, al final de la sala. A los lados de la chimenea  se abren dos grandes alas de acero con forma de dragón.

La barra se localiza a la izquierda de la gran sala se sitúa la barra, detrás de la cual se encuentra una hermosa joven humana, exuberante en sus rasgos y  con una cara pecosa. Sus ondulados cabellos llegan ha la altura de sus pechos. Ésta hermosa dama es Timora, hija de Henry y Elara. Elara murió en el parto y Henry llamó a su hija como a la diosa de la fortuna por el extraordinario caso de su supervivencia al nacer. Henry murió cuando Timora tenía 21 años, por causas naturales, a sus 62 años. Desde entonces Timora ha llevado la taberna sola, y con mucho éxito a pesar de la mala localización,  tanto es así que casi todos los inviernos, es utilizada como resguardo en las grandes nevadas, por las gentes las zonas colindantes.