Seguido de mi hermana, entro en la posada y me dirijo a la barra. Parece un lugar agradable, así que me siento bastante a gusto allí. Aunque, bien mirado, casi cualquier cosa es mejor que seguir a una horda descontrolada de barbaros por una interminable extension de tierra. Que parece no tener fin.
-Buenas noches.-Saludo al entrar.- Me gustaria una habitacion doble para pasar la noche... O dos individuales. Ademas nos gustaria cenar algo si es posible.
Ya era tarde, pero Tymora le había pagado por servir a los clientes a cualquier hora de modo que dejó el descanso de la silla y se acercó para atender el recién llegado. - Tenemos habitaciones individuales confortables y suficientes por cinco monedas de plata, que incluyen el desayuno, además la cena son tres de plata.
-Dos habitaciones individuales en tal caso, juntas si puede ser, y cena para dos.-Digo mientras hago un gesto a mi hermana para que se aproxime.- Aparte de eso, tengo un par de preguntas que hacerle, si no le molesta la curiosidad de un advenedizo viajero. En primer lugar, he visto a un hombre montado a lomos de un enorme dragón rojo salir volando a la llegada del barco... ¿Podría indicarme de quien se trata? No es algo que se vea todos los días.
Por otra parte, ¿Sabe si hay en la ciudad algún lugar que disponga de una fragua que pueda utilizar? Tengo que arreglar un poco algunas cosas y no dispongo más que de mis propias herramientas de herrero. Pueden servirme, pero prefiero un buen horno antes que una hoguera.
Y finalmente, hay una mujer hospedada aquí... dos, de hecho, una semielfa y una humana. ¿Podría indicarles por la mañana que pregunté por ellas?
Te engañó la vista, pues no era un dragón rojo lo que viste sino la gran sierpe Agress, el dragón dorado que sirve a su apestosa majestad, aunque mucho se especula que el dragón solo obedece a quien consiguió derrotarlo y no la familia real, y éste fue el Mago Inmortal: Gandalf Vintur. -Comentaba mientras calentaba la cena que a esas horas ya se estaba quedando fría, consistente en un caldo de verduras y una buena ración de poyo asado con manzana y patatas.
Es famoso el horno de los hermanos Manomartillo, quizá por un pequeño pago te dejen utilizarlo, cosa que veo bastante difícil, pero puedes intentarlo... - Luego busca bajo el mostrador y saca dos llaves numeradas con un 16 y un 17 - Ten las llaves de las habitaciones.
Avisaré a ambas de que preguntaste por ellas.
-Muchas gracias.-Digo apartándome hacia una de las mesas con las cenas de ambos.- Ha sido usted muy amable.
Una vez terminamos de cenar, subimos a las habitaciones y nos vamos a dormir.