Partida Rol por web

La Mansión Negra

3F. La habitación de Vermillion

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24/03/2016, 20:11
Director

Entras de nuevo en tu habitación, más relajada y tranquila que antes. Lo primero que haces nada más entrar es encargarte de la dichosa muñeca.

En cuanto te inclinas sobre el carricoche y tus manos entran en contacto con ella, sientes un escalofrío que te recorre desde el cuero cabelludo hasta los dedos de los pies. Desconoces el motivo, ya que la habitación se halla perfectamente caldeada, pero sin venir a cuento te has sentido momentáneamente congelada, como si hubieses vuelto al exterior, bajo la helada lluvia.

Te giras para depositarla dentro del armario**, donde no podrás entrar en contacto visual con ella mientras te halles en la habitación. Abres la puerta de espejo, haces un hueco entre los ropajes y la dejas allí con cuidado, volviendo a cerrar la puerta al instante.

De pronto, alguien llama a tu puerta insistentemente. Ante tu firme respuesta de "Adelante", la puerta se abre ligeramente, y el criado asoma su cabeza por el hueco. Con un gesto de cabeza, te solicita permiso para acceder al cuarto, todo ello sin pronunciar palabra, como siempre.

Notas de juego

En el armario había muchísima ropa, así que puedes llevar lo que quieras, teniendo en cuenta que todo el atuendo que había en él tiene al menos una década e incluso hay prendas de carácter victoriano dentro de él. Todas están perfectamente conservadas y son de calidad, pero huelen a naftalina y están pasadísimas de moda.

**Si quieres dejarla en otro sitio, me lo dices y edito post, que realmente dónde quieras dejarla me es indiferente :)

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29/03/2016, 23:31
Jane Vermillion

Tras haber enterrado en el fondo del armario a la horrible muñeca, Jane se sintió mucho más relajada. En el momento en el que el grisaceo hombre le pidió permiso con la mirada, la muchacha dió su permiso con un ligero cabeceo y se dirigió a la cama.

Mientras el hombre llegaba hasta ella, Jane se sentó en el borde de la cama y esperó a ver que pretendía hacer.´No sabía por qué, pero el hombre la ponía nerviosa. En realidad todo le ponía nerviosa en aquella casa. Desde el aspecto exterior del edificio, hasta una humilde muñeca en la habitación.

No era habitual en ella. Era una persona lanzada, atrevida. Era dificil que algo la afectara hasta tal punto y, sin embargo, aquella noche le había reducido a una niña asustadiza. No iba a permitir que aquello volviera a pasar.

Respirando hondo, se preparó para las curas que, seguramente, iban a dolerle bastante. Dibujó su tocida sonrisa en sus finos labios y se encaró con su enfermero. -Merci por todo. Comprendo que debemos ser una gran molestia imprevista. Sois muy amable.

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01/04/2016, 23:38
Zoltan Grau

El hombre, con cara de bobalicón, entra en la estancia portando una bandeja que deja sobre la mesa. En ella hay un pequeño botiquín con alcohol, vendas y un frasquito de calmantes. A su vez te ha subido una pequeña tetera de porcelana con una tacita y una cuchara, todo a juego. Es un conjunto muy caro. El aroma que desprende la tetera es francamente apetecible y, al contemplar el trozo de bizcocho casero que reposa al lado de la tetera, tu estómago comienza a rugir con furia.

El hombre no te dice nada, pero ante tu comentario, extrae una tarjetita del bolsillo que te tiende amablemente, al mismo tiempo que se retira ligeramente el cuello de su levita para mostrarte unas horrendas cicatrices que tiene en el cuello y que, sin ser un as de la medicina, no te resulta difícil asociar a su incapacidad de pronunciar palabra.

Mientras el hombre comienza a servir el humeante brebaje en tu taza, te alejas de él momentáneamente para leer la tarjeta, encontrándote con el siguiente texto primorosamente escrito en ella con elegante caligrafía de estilo gótico:

Espero que sus respectivas alcobas sean de su agrado. No duden en solicitarle a mi fiel Zoltan todo lo que precisen. Tienen una hora para descansar o deambular por la planta baja y la primera planta a placer, hasta que el gong de la entrada les anuncie que la cena está servida en el comedor. Espero se unan a mí para un pequeño refrigerio nocturno.

Su humilde anfitrión,

A.W.

 

Zoltan te tiende una taza de té. Tras dejarla en tus manos, se va hacia tu espalda, botiquín en mano, y comienza a desplegar su contenido poco a poco sobre la cama.

De pronto, mientras lees la nota, sientes cierto peso sobre tu hombro derecho, como si alguien hubiese posado su mano sobre él. Es una mano cálida, pero firme. Te giras a toda velocidad, esperando encontrarte a Zoltan a tu espalda...

Para darte cuenta de que sigue al otro lado de la cama, ajeno a ti, desplegando los útiles del botiquín. 

No era suya la mano que habías sentido sobre el hombro. Pero allí no había nadie más.

Notas de juego

Tora COR 0/1d4

Las tiradas por efectos sobrenaturales de este tipo, a ti te afectan -1 con respecto al resto de jugadores de la partida, debido a tu historia de pj y tu condición de loca de los loas y entes extraños a lo Cuarto Milenio. Salvo que yo especifique lo contrario, a lo que tengas que perder de COR, quítale 1 punto, ¿okis?

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03/04/2016, 18:33
Jane Vermillion

El corazó de Jane acudió a su boca por un segundo, queriendo escapar de su pecho. Aquella sensación había sido tan real que no podía notar la diferencia con que Zoltan la hubiera tocado realmente en el hombro. De nuevo la sensación de cercanía con el otro mundo estaba haciendo presa en ella.

Ni siquiera en lo más profundo del cementerio de Saint Louis, allá en su hogar, durante aquella primera ceremonia de su infancia, había sentido tan profundamente su conexión con el otro lado. Aquello la aterrorizaba al mismo tiempo que la excitaba.

Con un leve cabeceo devolvió su mente al ahora y al reino material; a la realidad de la nota que le había entregado el criado. Qué clase de nombre era Zoltan, realmente?  Y quién era su misterioso anfitrión?

-Lamento muchísimo su herida, cherie -Sabía que su enfermero no podía responderle, pero Jane era totalmente incapaz de estar callada en aquellos momentos. -  Debe ser horrible verse avocado al silencio.

Cuando por fin las manos de Zoltan tocaron con delicadeza su piel, no pudo evitar un ligero escalofrío.

- Tiradas (1)

Motivo: Cordura

Tirada: 1d100

Dificultad: 75-

Resultado: 14 (Exito)

Notas de juego

Bieeeen! Mi primera tirada pasada en esta partida!

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07/04/2016, 00:19
Zoltan Grau

Ante tus palabras, el enigmático criado te sonríe con resignación y eleva los hombros, como tratando de restarle importancia a su incapacidad de pronunciar palabra.

Ante ti ha desplegado un auténtico arsenal de vendas y desinfectantes, algodones y calmantes para el dolor. Y, pese a que el frío tacto de su rugosa piel resulta realmente desagradable, por otra parte su labor como enfermero improvisado es absolutamente impecable. Antes de que puedas darte cuenta, tu esguince está convenientemente vendado de manera que la laxitud del herido tobillo ha dejado paso a la firmeza de una articulación bien sujeta. No podrás moverlo hacia lado alguno, justo lo que necesitas para que con el tiempo -y mucho reposo- se cure.

Por otra parte, y tratando de invadir tu intimidad en la menor medida posible, Zoltan se dedica a limpiar tus heridas visibles con auténtico mimo y esmero. No se puede negar que te está tratando con la mayor de las consideraciones. Al terminar, te tiende una pastilla que deja sobre el platito de tu taza de té. Sin duda alguna, es un calmante para el dolor.

El hombre recoge las vendas y demás parafernalia y las guarda en el botiquín, dejándolo sobre la mesa, por si pudieras necesitarlo más adelante. Ha dejado fuera el frasquito de calmantes, para que puedas tenerlo más a mano en caso de urgencia. 

Al terminar su encomiable labor, se queda a la puerta, con las manos asidas entre sí ante su figura, como si esperara que indicaras si necesitabas algo más.

- Tiradas (1)

Motivo: Curación

Tirada: 1d4

Resultado: 1

Notas de juego

Los dados no están de tu parte. Recuperas 1 punto de daño nada más. Si te tomas el calmante, considéralo otro punto más, que me das penita por estar gafada XD

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08/04/2016, 13:13
Jane Vermillion

Sintiéndose mucho mejor tras el baño y los cuidados de Zoltan, Jane se recostó suavemente contra el cabecero de la cama mientras acercaba hacia así el suculento bizcocho y el té que lo acompañaba. Con una radiante sonrisa agradeció al mayordomo sus cuidados, indicandole que no deseaba nada más de él.

El primer bocado al bizcocho le supo a gloria. Le recordaba al que hacía Mademoiselle Chairtroux, la cocinera de la familia cuando Jane era pequeña. Le traía muy buenos recuerdos, de cuando su vida era mucho más inocente y sencilla.

Llevada por los recuerdos, tomó la taza de té e hizo bajar por su garganta la pastilla que su endermero le había dejado encima de la mesita. El dulce ardor de la infusión hizo que no le costara nada tragarla y, poco a poco, fue sintiendo sus efectos, que la iban adormeciendo conforme se iba acabando el aperitivo que su misterioso anfitrión le había proporcionado.

La posibilidad de aprovechar la invitación del propietario para explorar la casa la atraía poderosamente, pero su cuerpo no respondía a esa atracción. Estaba demasiado cansada y dolorida. Jane se fué dejando llevar por ese sopor que la reclamaba, con la esperanza de que el gong la despertara para la cena.

Notas de juego

Me tomo la pastilla con lo que me subo un punto maás de vida. Ya empiezo a poder caminar sin romperme.

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10/04/2016, 23:31
Director

Escuchas los pasos presurosos de Zoltan alejándose de tu alcoba para detenerse momentáneamente antes de bajar las escaleras. El alto ha tenido lugar, sin duda, porque se ha cruzado con alguien, ya que has percibido claramente una puerta abriéndose y a alguien saludar al voluntarioso criado de rostro ovejuno.

También percibes las zancadas del siervo bajando los peldaños como si la vida le fuera en ello. Y después, por fin, la deseada calma.

La pastilla no tardará en hacerte efecto. De hecho, ya estás comenzando a percibir su poder relajante. Si a ello le sumamos que te está ayudando a que la inflamación del tobillo te duela menos, comienzas a plantearte dormir hasta la mañana siguiente, momento en que seguro que tu amable e invisible anfitrión procede a llevaros en coche hasta Runville o, en su defecto, permitiros telefonear para solicitar un coche de alquiler. 

Porque habrá teléfono en la mansión, ¿no? 

La verdad es que en la recepción no habías visto ninguno. Quizás esté en el salón, o quizás en una biblioteca...

Tienes una extraña sensación de dejà vu cuando percibes una serie de pasos relativamente sigilosos deteniéndose ante tu puerta. Sí, había alguien al otro lado del umbral, alguien que no era Zoltan. Bien lo sabías, porque lo habías oído bajar las escaleras. ¿Quién sería la misteriosa figura que se había parado ante la entrada a tu dormitorio, sin llamar, sin hacer notar claramente su presencia?

Era una tontería, pero no te está dejando relajarte lo suficiente como para que te duermas. Es como si desde que hubieses entrado en la mansión te sintieras observada, no podría decirse que amenazada -no había razón para ello-, pero sí intranquila. No, no era intranquila la palabra que estabas buscando. 

La palabra era "vulnerable". 

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12/04/2016, 23:43
Jane Vermillion

Jane cerró los ojos de nuevo, intentando por fin sumirse en el reparador sueño que su cuerpo le exigía. Sin embargo, la relajación había escapado de su mente ya. No podía evitar pensar en esa persona que se encontraba al otro lado de su puerta.

Tenían que ser imaginaciones suyas, no había duda. Zoltan había bajado las escaleras y no tenía sentido ninguno que alguno de sus compañeros de infortunios se fuera a poner de guardia ante su puerta. Sin embargo, no conseguia tranquilizarse.

Se giró un poco en la cama con el fin de buscar una postura cómoda para dormir, pero la sensación seguía ahí, como la herida en la boca en la que no puedes evitar meter la lengua. era como una astilla clavada en su cerebro y no poía extraerla.

Al final, exasperada, decidió que debía demostrarse a sí misma que allí no había nadie. Solo así conseguiría descansar. Poco a poco, con suavidad para no desbaratar los vendajes, Jane se incorporó y se dirigió, tal y como se encontraba, descalza, hacia la puerta del cuarto.

Posó suavemente su mano sobre el pomo y lo giro despacio, procurando hacer el menor ruido posible. Antes e abrir la puerta apoyó el oido en ella, buscando escuchar la respración de su acechador. Pasados unos segundos, abrió la puerta y se asomó al pasillo.

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19/04/2016, 00:59
Director

Notas de juego

Fin de escena.