Partida Rol por web

Llegar al Gimnasio Novarte no era algo muy complicado, aquel gimnasio tomaba el nombre de la ciudad en la que estaba ubicado. La ciudad era muy hermosa y se caracterizaba por una hermosa fuente que había en el centro de la misma. La edificación medía más de 10 metros de altura y en ella estaban representados gran variedad de pokémon de tipo agua. Era muy hermosa y cuando la luz del sol se proyectaba en determinado ángulo se proyectaba un hermoso arcoiris sobre el parque que había cerca.

En el interior del parque era donde se ubicaba el gimnasio. Y fuera podía encontrarse a Violeta, la líder del mismo que en cuyas manos tenía una cámara de fotos e hizo un retrato al aspirante en cuanto llegó. Después sonrió y le pidió que posara en una postura un poco menos casual que la fotografía que acaba de sacarle.

Toma, puedes llevártela de recuerdo, dijo sacando la instantánea que acababa de hacer. ¿Vienes a enfrentarte a mi, verdad? Algunos solo vienen de visita, pero tú tienes pinta de aspirante. ¿Qué tal si pasamos dentro?

Al cruzar la puerta, llegaron a una sala de espera donde había algunos tocones de madera a modo de asiento, también un ordenador que podía usarse para enviar pokémon y por último un arco que daba al otro lado del edificio. ¿Te gusta? Dijo Violeta mostrando un impresionante campo de flores moradas. Por allí había gran cantidad de hermosos pokémon, todos ellos con forma de mariposa. Sin duda, quien temiera a los bichos no podría hacerlos a esos, todos eran hermosos.

Veo que ya tienes una medalla en tu poder. Eso implica que la Medalla Insecto será tu segunda medalla y por tanto realizaremos un combate doble. Si logras derrotar a los dos, entonces mi medalla será tuya. ¿Comprendido, verdad?

Pues adelante, dijo justo en el momento en que enviaba a dos de sus pokémon al campo de batalla, venomoth y ribombee

Por qué la fotografía? Pensó el joven. No era muy amante de tomarse fotos, por lo que no pudo sonreir mucho al posar. A decir verdad, no sonrió en lo absoluto, el muchacho no estaba allí para hacerse fotos, estaba allí con la intención de conseguir su segunda medalla.

- Te gusta? – preguntó Violeta, aludiendo al campo de flores.

- Me encanta. – dijo Shiryu, y no mentía, el campo de flores era absolutamente hermoso.

Momentos después se disponía todo para comenzar el combate. Su oponente llamó a dos de sus pokemones para lo que sería una batalla doble.

- Es momento! Muchachos, salgan! – dijo llamando a sus dos compañeros.

- Tauros! Ataca con LLamarada al Venomoth. Flygon! Utiliza enfado!

Los pokémon de tipo bicho tenían ciertas características en común, normalmente eran bastante rápidos y también poseían un ataque especial muy alto. Una combinación que podría ser devastadora si una entrenadora sabía sacarle partido. Ese era el caso de Violeta. 

La líder del gimnasio observó a los dos pokémon que tenía frente a él, sabía que los bichos no tenían nada que hacer contra los dragones, por eso siempre escogía en los combates dobles a su Ribombee, porque además de ser de tipo hada, siempre hacía una pareja perfecta con cualquier compañero que le pusieran.

Aún así Venomoth fue el primero en actuar por orden de Violeta: ¡Bomba lodo contra Tauros! Ordenó. Ribombee, enséñales la potencia de tu hermoso brillo. En ese instante ambos ataques, opuestos entre sí se combinaron para cegar a Tauros y envolverlo en una película de veneno que contaminó todo su cuerpo y lo terminó debilitando. Flygon sintió verdadero pavor al ver el brillo de Ribombee, los pokémon de tipo dragón temían a las hadas y él era uno de ellos. Cuando Shiryu quiso darse cuenta, Violeta había finalizado el combate sin que pudiera dar ni tan solo una orden. 

Lo lamento. Dijo haciendo una foto del brillo de Ribombee. Estoy acostumbrada a luchar contra pokémon de tipo dragón, sus entrenadores suelen creerse que los de tipo bicho son pan comido. Dijo encogiéndose de hombros. Pero me temo que no lo has conseguido. No podré entregarte la medalla Insecto, y solo espero que Tracy te lo ponga un poco más fácil que yo. ¡Suerte en tus futuros encuentros! Pero lo mejor será que lleves a curar a tus pokémon...

Llegar al Gimnasio Novarte no era algo muy complicado, aquel gimnasio tomaba el nombre de la ciudad en la que estaba ubicado. La ciudad era muy hermosa y se caracterizaba por una hermosa fuente que había en el centro de la misma. La edificación medía más de 10 metros de altura y en ella estaban representados gran variedad de pokémon de tipo agua. Era muy hermosa y cuando la luz del sol se proyectaba en determinado ángulo se proyectaba un hermoso arcoiris sobre el parque que había cerca.

En el interior del parque era donde se ubicaba el gimnasio. Y fuera podía encontrarse a Violeta, la líder del mismo que en cuyas manos tenía una cámara de fotos e hizo un retrato al aspirante en cuanto llegó. Después sonrió y le pidió que posara en una postura un poco menos casual que la fotografía que acaba de sacarle.

Toma, puedes llevártela de recuerdo, dijo sacando la instantánea que acababa de hacer. ¿Vienes a enfrentarte a mi, verdad? Algunos solo vienen de visita, pero tú tienes pinta de aspirante. ¿Qué tal si pasamos dentro?

Al cruzar la puerta, llegaron a una sala de espera donde había algunos tocones de madera a modo de asiento, también un ordenador que podía usarse para enviar pokémon y por último un arco que daba al otro lado del edificio. ¿Te gusta? Dijo Violeta mostrando un impresionante campo de flores moradas. Por allí había gran cantidad de hermosos pokémon, todos ellos con forma de mariposa. Sin duda, quien temiera a los bichos no podría hacerlos a esos, todos eran hermosos.

Veo que ya tienes dos medallas en tu poder. Eso implica que la Medalla Insecto será tu tercera medalla y por tanto realizaremos un combate triple. Si logras derrotar a los tres, entonces mi medalla será tuya. ¿Comprendido, verdad?

Pues adelante, dijo justo en el momento en que enviaba a tres de sus pokémon al campo de batalla, venomoth,  y ribombee

Violeta, la lider del gimnaios de ciudad Novarte, tomó por sorpresa a Toshio cuando le sacó la primera instantánea ya que el entrenador estaba admirando la belleza del lugar.

Acompaño a la líder al interior del gimnasio y allí sus ojos se percataron de la gran cantidad de flores y pokémon de tipo Bicho que había. Sin duda aquél lugar no era apto ni para los que odiaban a los pokémon Bicho ni para los alérgicos a las flores. Pero aún así Toshio se sintió maravillado por aquél espectáculo de color. 

- Entiendo, éste será mi segundo combate triple. El anterior lo perdí, pero mi equipo y yo estamos motivados y vamos a conquistar la tercera medalla. - Y cogiendo impulso, lanzó las tres pokéball y liberó a sus compañeros. Feraligatr, Venusaur e Infernape ocuparon sus posiciones en el campo de batalla.

En cuanto sus pokémon se desplegaron en el campo de batalla, Thosio comenzó a dar sus indicaciones. - Cheeta, utiliza Puño Fuego contra Butterfree. Mordisquitos, Palmero, centrad vuestros ataques sobre Ribombee. ¡Atacad con Hidroariete y Bomba lodo!

Los pokemon de tipo bicho por normal general eran bastante rápidos, pero Infernape lo era aún más y antes de que Butterfree pudiera empezar a jugar sus cartas, éste le encajó un fuerte puñetazo que la dejó completamente debilitada. 

Violeta no tuvo tiempo de dar órdenes a su pokémon herido, así que decidió que Venomoth y Ribombee se encargaran del combate. Aún tenían alguna posibilidad, pues Butterfree no es que fuera el pokémon más poderoso del que ella disponía. 

Venomoth y Ribombee, ataques tipo bicho contra Venusaur, es débil contra ellos, así que vamos a hacer que se arrepienta de haber venido a luchar contra nosotras. 

De pronto Venusaur empezó a retorcerse del dolor por culpa de ambos ataques. Pero era un pokémon tan fuerte y resistnete que Violeta necesitaría algo más si quería derrota a su pokemon de tipo planta. 

En ese momento fue Toshio quien empezó a dar las nuevas órdenes a sus nuevos pokémon. Feraligart cargó con todo su cuerpo sobre el diminuto Ribombee que no fue capaz de soportar el peso del pokemon de agua y quedó tan inconsciente como lo había hecho su compañero Butterfree. Y fue Venusaur quien intentó poner el broche final al combate, cuando Violeta asustada por la situación devolvió a su Venomoth a la pokéball para que no sufriera el mismo resultado que sus rivales.

¡Oh! ¡Qué salvaje eres! Le dijo al entrenador que había derrotado a dos de sus tres pokémon de un golpe. Sin duda esta medalla es más que merecida. La colocó en la punta de su dedo y con el pulgar la golpeó para ser lanzada a Toshio. Cuando quiso mirarla directamente a los ojos para agradecérselo la entrenadora de tipo bicho ya se había ido al centro pokémon más cercano para poder curar a sus aliados.

Llegar al Gimnasio Novarte no era algo muy complicado, aquel gimnasio tomaba el nombre de la ciudad en la que estaba ubicado. La ciudad era muy hermosa y se caracterizaba por una hermosa fuente que había en el centro de la misma. La edificación medía más de 10 metros de altura y en ella estaban representados gran variedad de pokémon de tipo agua. Era muy hermosa y cuando la luz del sol se proyectaba en determinado ángulo se proyectaba un hermoso arcoiris sobre el parque que había cerca.

En el interior del parque era donde se ubicaba el gimnasio. Y fuera podía encontrarse a Violeta, la líder del mismo que en cuyas manos tenía una cámara de fotos e hizo un retrato al aspirante en cuanto llegó. Después sonrió y le pidió que posara en una postura un poco menos casual que la fotografía que acaba de sacarle.

Toma, puedes llevártela de recuerdo, dijo sacando la instantánea que acababa de hacer. ¿Vienes a enfrentarte a mi, verdad? Algunos solo vienen de visita, pero tú tienes pinta de aspirante. ¿Qué tal si pasamos dentro?

Al cruzar la puerta, llegaron a una sala de espera donde había algunos tocones de madera a modo de asiento, también un ordenador que podía usarse para enviar pokémon y por último un arco que daba al otro lado del edificio. ¿Te gusta? Dijo Violeta mostrando un impresionante campo de flores moradas. Por allí había gran cantidad de hermosos pokémon, todos ellos con forma de mariposa. Sin duda, quien temiera a los bichos no podría hacerlos a esos, todos eran hermosos.

Veo que ni tienes ninguna medalla en tu poder. Eso implica que la Medalla Insecto será tu primera medalla y por tanto realizaremos un combate sinple. Si logras derrotar a mi pokemon, entonces mi medalla será tuya. ¿Comprendido, verdad?

Pues adelante, dijo justo en el momento en que enviaba a venomoth al campo de batalla.

Era increible cómo Himitsu había conseguido mantenerse enfadado todo el viaje, desde ese extraño espacio interdimensional en el que se encontraba el Centro Pokémon (¿o eran diferentes Centros Pokémon, esparcidos por el mundo? ¿Era eso lo que estaba ocurriendo?) hasta la región de Kalos. Porque ya estaba bien. Ya estaba bien de perder. Su mala racha acababa ahí, en la Ciudad Novarte. Tal vez Himitsu habría pasado más tiempo contemplando la belleza del lugar si esa furia no ocupase su corazón en ese momento.

Así que ahí entró, cámara ya encendida y en mano, al Gimnasio Novarte. Dió un empujón de tal fuerza que casi sacaba las puertas de sus bisagras. Oh, iba a echarle un buen rapapolvo a la persona que se encontrase dentro.

Pero su actitud cambió al recibir un flash en toda su retina, y aún más cuando vió su cara de estúpido plasmada en el film. De repente, no podía animarse a gritarle a alguien. Especialmente no a otro amante de las artes visuales.

-Todo. Todo esto es precioso. ¡Mi enhorabuena!- Era el primer gimnasio que había visto que tenía un mínimo sentido de la estética, la verdad. ¡Uno de ellos estaba en una plataforma petrolífera en medio de la nda, por el amor de dios!

Sí que le había molestado un poco oir el discurso de "la primera medalla, un sólo Pokémon" por tercera vez. Heridas recientes.

Colocó su trípode, una vez más, en el ángulo correcto. -No te importa esto, ¿verdad? Es para una cosa que hago.- Suponía que no le importaba. Parecían tener gustos algo similares.

-¡Muy bien! ¡Empecemos, empecemos!- El nuevo tono era mucho más animado que cómo había entrado. Desde luego, él creía que tenía una oportunidad, esta vez.

-¡Vamos, Hubble! ¡Empecemos con un clásico Rayo!-

Efectivamente a Violeta no tenía ningún problema con que Himitsu grabara el combate. Incluso parecía emocionada pues se acicaló un poco el pelo para estar algo más presentable.

¡Sin problema! Dijo al ver que el aspirante había cambiado su estado de ánimo al comenzar el vídeo.

¡Empecemos haciéndole zumbar, Venomoth! 

El pokemon bicho empezó a batir las alas con gran energía y su vibración dañó ligeramente el cuerpo de Magnezone. En ese momento, el pokémon del aspirante se recargó y su rayo fue cargado de una gran energía que golpeó de lleno a Venomoth.

El pokémon cayó al suelo gravemente herido. Y apenas podía moverse, Violeta a punto estuvo de devolverlo a su pokéball cuando vio que aún fue capaz de batir las alas y se levantó para seguir luchando. Venomoth, aunque hecho polvo, estaba dispuesto a defender la medalla insecto.

¡Bam! ¡De un solo golpe! ¡Ja, ja, ja! ¡Cuando se dijo antes Himitsu que había cambiado su suerte, era completamente cierto! Al fin había conseguido su primera vic- no, espera, Venomoth seguía en pie.

Oh no.

Oh no, oh no, oh no.

Hubble tenía un problema muy gordo, ahora. Era difícil determinar el estado de salud de su Pokémon bajo su aspecto mecánico, pero... Himitsu no creía que pudiera resistir otro ataque. Y si una cosa sabía, era que Hubble era lento. Lento por diseño, pero lento al fin y al cabo.

-¡Hubbleeee! ¡Rayo! ¡RAYO! ¡RAYOOOO!-

Desde luego, su documental iba a mostrar la pericia y la perseverancia de alguien.

Violeta sonrió al ver a su Venomoth levantarse y aguantar el golpe de Magnezone pero aún así la devolvió a su pokéball antes de que recibiera aquel rayo. La verdad, has estado a punto de ganar a mi Venomoth y creo que tal y como la has dejado se puede decir que la has derrotado. Dijo con una sonrisa a Himitsu. Así que, qué te parece si te haces una foto conmigo y con... Violeta sacó algo que había enganchado en la cámara y después se lo mostró a Himitsu, se trataba de la medalla Insecto. ¡Esto es para ti! ¡Te lo mereces!

Himitsu se había dejado la voz un poco con ese último grito. De hecho, tal grande fue su pánico que no pudo mirar el resultado de su orden. ¿Qué había pasado? ¿Estaba Hubble debilitado? No, ahí seguía. ¿Pero dónde estaba el Pokémon rival? Oh, dios mío, ¿era un Venomoth invisible? ¡¿Estaba Hubble a punto de sufrir la furia de una polilla asesina?!

El entrenador esperó, y nada. Y fue entonces cuando comenzó a escuchar a Violeta.

Oh.

La verdad, no sabía cómo reaccionar ante su primera medalla. Oh, ¡desde luego estaba contento! ¡Su primer triunfo en esa extraña Liga Pokémon! Pero... no podía evitar sentir que u victoria estaba un poco vacía. ¿Había concedido Violeta su victoria por pena?

No, no. Se estaba preocupando demasiado. Había ganado, y se merecía esa medalla.

-¡Oh! ¡Oh! ¡Muchísimas gracias, Violeta! ¡Oh, todo esto va a quedar perfecto en el montaje!- Aceptó la medalla. -La verdad... cuando llegué aquí, estaba algo alicaído. Casi había perdido las esperanzas de progresar en absoluto. Y, aunque haya "ganado", estoy seguro de que puedo mejorar mi estrategia. Gracias por la oportunidad que me has dado para hacerlo.-

Él nuevo dueño de la medalla Insecto se acercó a la líder y a su cámara. La sonrisa que saldría en la imagen sería verdadera. Su carrera como entrenador oficialmente había comenzado.