Recogí a mi pokemon con la pokeball, con una sonrisa. Que mala racha. Dije al aire. ¿Sabes? Perdí mi último combate por fallar ataques en la oscuridad. Creo que, alomejor no sirvo para este tipo de escenarios.
Debo rendirme, los pokemon son más importantes que cualquier medalla. Nos volveremos a ver cuando consiga todas, ¿vale?.
Tras ello, saque a mi dragón siniestro, y me fui volando al centro pokemon.
El gimnasio sombrío se encontraba en una lejana plataforma en el centro del mar. Para llegar allí había que pedir prestada a alguien una lancha o convencer a alguien de que te llevase hasta allí. Por suerte, en el puerto más cercano siempre había marinero dispuestos a llevar a los aspirantes a cambio de un pequeño desembolso monetario.
Gladio era el líder del gimnasio, el cuál se encontraba en una plataforma petrolera en el centro de uno de los mares de la región de Alola. Tras unos minutos de viaje, el aspirante pudo alcanzar el lugar donde se encontraba el gimnasio.
Allí no había nadie para recibir al aspirante, pero tampoco eran muchos los lugares donde dirigirse, así que subió unas oscuras escaleras hasta alcanzar una puerta donde había un cartel que anunciaba el edificio. El cartel luminiscente ahora mismo se encontraba apagado y un fuerte viento soplaba en el lugar. Y allí seguía sin salir nadie a recibirle.
Finalmente tomó la decisión de entrar y al abrir la puerta, la escasa luz que entró iluminó el rostro de un chico de tez pálida y cabello platino. Hola, yo soy Gladio. Dijo friamente. Después la puerta se cerró y todo quedó oculto bajo una escasa luz. El combate en esas condiciones sería muy complicado.
Tras el portazo, Gladio habló muy brevemente, combate individual con un único cambio, el que lo derrote antes ganará el combate. Muy sencillo.
¡Adelante! Dijo sin esperar la confirmación de su rival. Y tras aquella palabra, lanzó una pokéball de colores oscuros que dejaron ver a un pokémon bastante raro y que el aspirante no había visto nunca.
Un Silvally cuya tonalidad de piel eran tan oscura como la sala en la que se encontraban.
Clima: Normal
Terreno de batalla: Escasa luz: -20% a la precisión de pokémon que no sean fantasmas o siniestros.
Uf. El viaje que había tenido que hacer para llegar hasta esa plataforma petrolífera le había dejado agotado, a Himitsu Ayumu. Y el bamboleo del barco le había revuelto el estómago, ligeramente. ¿A quién se le ocurre construir un gimnasio Pokémon en un lugar donde nadie puede desafiarlo?
-Yo... soy Himitsu Ayumu. Encan-- Pero la puerta se cerró de repente y la sala se quedó a oscuras. Oh, no. ¿Qué iba a hacer ese chico?
-¡Sí, sí, por supuesto! ¡Combate!- Dijo luego. Había sido tan repentino todo que no le había dado tiempo a colocar el trípode. No es como si fuera a verse nada en esa habitación a oscuras, de todas formas. -¡Vamos, Hubble!-
¿Qué era ese Pokémon que había sacado al combate? Jamás había visto nada parecido. Ah, maldita sea, debería haber comenzado a grabar inmediatamente. ¿Y si resultaba que este líder tenía un Pokémon legendario? ¡Eso había que documentarlo para la posteridad!
La oscuridad era un incordio, también. A Hubble le iba a costar acertar un ataque en esas condiciones... ¿Tenía alguna forma de deshacerse de la oscuridad? Un Rayo podría iluminar la sala, pero solo momentáneamente, ¿no? A lo mejor...
-¡Hubble! ¡Usa Disparo Espejo!-
Motivo: Disparo Espejo
Tirada: 2d100
Resultado: 76, 86 (Suma: 162)
Hubble se quedó extrañado al oir la orden de Himitsu pues no fue capaz de identificarla. Y es que el pokémon no conocía ese ataque.
En ese momento, Gladio no dudó ni un momento y aprovechó la situación que se le había presentado. Parece que tu pokémon no te responde, le dijo, venga, Silvally, dale a conocer nuestra gran técnica y mándale de nuevo a casa. ¡Multiataque!
Un aura de oscuridad recubrió el cuello del pokémon de Gladio para después envolver a Magnezone, pero el pokémon poseía una gran resistencia y fue capaz de aguantarlo estoicamente para después mirar a su entrenador con la esperanza de que esta vez sí que fuera capaz de pedirle un movimiento que le hubiese enseñado.
Motivo: Multiataque
Tirada: 2d100
Resultado: 6, 24 (Suma: 30)
Clima: Normal
Terreno de batalla: Escasa luz: -20% a la precisión de pokémon que no sean fantasmas o siniestros.
Disparo espejo no es un movimiento disponible, así que se considera el ataque perdido.
Multiataque de Silvally: ¡Crítico!
Ps de Magnezone: 323 - (312*90*1.5)*2/339 = 323 - 257 = 66
-...Foco Resplandor. Era foco resplandor...- Ese pedo mental no se lo iba a perdonar jamás. Y, probablemente, Hubble tampoco. Dios mío, parecía magullado. Esos combates no iban a herir seriamente a Hubble, ¿verdad? No... no era tan malo. Esperaba sinceramente que no fuera tan malo. ¡Hubble había pasado por peor y estaba perfectamente!... ¿No?
¡Pero el combate no había acabado! Himitsu ya había oído historias de entrenadores que habían salido de situaciones peores. ¡Y él podía ser uno de ellos! Solo necesitaba un poco de suerte.
-Hubble... ¡Rayo! ¡Ahora!
Motivo: Rayo
Tirada: 2d100
Resultado: 67, 36 (Suma: 103)
A Magnezone no le dio tiempo a recomponerse de aquel fallo de su entrenador y Gladio no dejó de aprovechar la oportunidad para evitar que el aspirante obtuviese una medalla que no le correspondía. Lo siento, dijo muy serio el líder del gimnasio Sombrío, me temo que aún no eres digno de la Medalla Oscuridad y espero que Karen sea un poco más benévolo contigo. Entonces, con un gesto aterrador y entre sombras, Gladio apuntó a Magnezone y le dijo a su compañero:
¡Acaba con él!
Y así fue como Magnezone cayó una vez más inconsciente. Lo lamento. Dijo el líder mientras dejaba allí a ambos, deberías intentar aspirar a un gimnasio más sencillo. Concluyó dándole un último consejo antes de marcharse.
Motivo: Multiataque
Tirada: 2d100
Resultado: 47, 86 (Suma: 133)
Clima: Normal
Terreno de batalla: Escasa luz: -20% a la precisión de pokémon que no sean fantasmas o siniestros.
Multiataque de Silvally:
Ps de Magnezone: 66 - (312*90*1.5)/339 = 66 - 124 = K.O.
El gimnasio sombrío se encontraba en una lejana plataforma en el centro del mar. Para llegar allí había que pedir prestada a alguien una lancha o convencer a alguien de que te llevase hasta allí. Por suerte, en el puerto más cercano siempre había marinero dispuestos a llevar a los aspirantes a cambio de un pequeño desembolso monetario.
Gladio era el líder del gimnasio, el cuál se encontraba en una plataforma petrolera en el centro de uno de los mares de la región de Alola. Tras unos minutos de viaje, el aspirante pudo alcanzar el lugar donde se encontraba el gimnasio.
Allí no había nadie para recibir al aspirante, pero tampoco eran muchos los lugares donde dirigirse, así que subió unas oscuras escaleras hasta alcanzar una puerta donde había un cartel que anunciaba el edificio. El cartel luminiscente ahora mismo se encontraba apagado y un fuerte viento soplaba en el lugar. Y allí seguía sin salir nadie a recibirle.
Finalmente tomó la decisión de entrar y al abrir la puerta, la escasa luz que entró iluminó el rostro de un chico de tez pálida y cabello platino. Hola, yo soy Gladio. Dijo friamente. Después la puerta se cerró y todo quedó oculto bajo una escasa luz. El combate en esas condiciones sería muy complicado.
Tras el portazo, Gladio habló muy brevemente, combate individual con un único cambio, el que derrote a tres rivales ganará el combate. Muy sencillo.
¡Adelante! Dijo sin esperar la confirmación de su rival. Y tras aquella palabra, lanzó una pokéball de colores oscuros que dejaron ver a un pokémon bastante raro y que el aspirante no había visto nunca.
Un Silvally cuya tonalidad de piel eran tan oscura como la sala en la que se encontraban.
Clima: Normal
Terreno de batalla: Escasa luz: -20% a la precisión de pokémon que no sean fantasmas o siniestros.
Llegar hasta el gimnasio sombrío fue engorro para Tarako. Hubiera sido mucho más sencillo volar sobre Ptero, pero lo quería lleno de energía por si lo necesitaba en el combate, por lo que la opción normal del barco se impuso.
Cuando por fin llegó al lugar y abrió la puerta, la sonrisa del joven pelirrojo brillo con la misma poca luz que le permitió ver a Gladio. Lo sé. Yo soy Tarako. Contestó sonriente. Vengo a retarte por la medalla oscuridad y a derrotarte como una vez hizo Ash. Era una pena que la luz no permitiera que Gladio viera la medalla campeón colgando de su pechera, pues le habría dado algo de valor a lo que acababa de decir, aunque tampoco le importaba mucho.
Tarako tomó su posición en el campo de batalla y asintió ante las normas impuestas por el líder del gimnasio.
¡¡Adelante Ryu!! Dijo el chico lanzando la pokéball al campo de batalla. Probemos nuestro nuevo poder, ¡megaevoluciona! Lucario comenzó y brillar y se transformó, parecía más fuerte y temible, aún no lo habían probado en combate, pero pronto iban a descubrir de que eran capaces.
Tarako estaba alucinado con su compañero, en ningún momento se esperaba cuando lo atrapó después de su primera victoria que iban a llegar a tanto. Sonriente como no lo había estado nunca ordeno su ataque a MegaRyu. ¡Adelante colega! ¡Esfera aural!
Motivo: Esfera Aural Lucario VS Silvally
Tirada: 2d100
Resultado: 71, 20 (Suma: 91)
La velocidad de Silvally predominó sobre Lucario y fue capaz de actuar antes que él. Aunque mientras Silvally atacaba, su rival megaevolcionaba y se hacía más fuerte y resistente. Aún así, el pokémon de Gladio golpeó con su cabeza pero tampoco hizo mucho daño. Gladio se preocupó al ver las pocas posibilidades que tenía su Silvally y aún más cuando el pokémon creo que una esfera de energía que golpeó con fuerza a su compañero.
La esfera impactó de lleno sobre Silvally que lo dejó fuera de combate de un solo golpe.
Gladio no se inmutó, lanzó su pokéball para recogerlo y rápidamente mandó al siguiente:
¡Hydreigon ha llegado tu turno!
Motivo: Cabezazo zen
Tirada: 2d100
Resultado: 42, 36 (Suma: 78)
Clima: Normal
Terreno de batalla: Escasa luz: -20% a la precisión de pokémon que no sean fantasmas o siniestros.
Cabezazo zen de Silvally Vs Lucario:
Ps de M-Lucario: 281 - (312*80*2*0.5)/261 = 281 - 96 = 185
Esfera aural de M-Lucario Vs Silvally:
Ps de Silvally: 332 - (303*80*2*2)/226 = 332 - 429 = K.O.
Pokemon de Tarako: (1 cambio)
Lucario Ps 185
Pokemon de Gladio: (1 cambio)
Silvally
Hydreigon
La estrategia con Megalucario había funcionado a la perfección. Sin embargo, Hydreigon era un pokémon temible y probablemente muy rápido. Las opciones eran cambiar o dañarlo todo lo posible para acabar con él más fácilmente después.
Tras darle muchas vueltas Tarako optó por la segunda opción, la variedad de ataques del pokémon dragon le complicaba la elección. ¡Ryu Onda vacío! Ordenó decidido.
Motivo: Onda Vacío M-Lucario VS Hydreigon
Tirada: 2d100
Resultado: 40, 85 (Suma: 125)
Para el ataque de antes no influye porque lo ha debilitado igual, pero has usado la estadística de ataque cuando es un ataque especial.
Temiendo que Hydreigon fuera más rápido que M-Lucario, decidió atacar con un golpe que se adelantaría prácticamente a cualquier cosa, y el pokémon de tipo lucha lanzó una onda de energía que impactó de lleno en Hydreigon causándole un gran daño.
El dragón cayó al suelo gravemente herido y sin poder hacer nada. Gladio había perdido ya dos de sus tres pokémon y vio aquel combate como algo imposible de derrotar.
Este combate es tuyo. Confirmó. No pienso sacar a un nuevo pokémon porque no servirá de nada. Tu M-Lucario es demasiado fuerte para mi. Así que esto es tuyo. Dijo seriamente mientras le hacía entrega de la medalla Oscuridad.
Motivo: Lanzallamas Vs Lucario
Tirada: 2d100
Resultado: 26, 27 (Suma: 53)
Sí, gracias, tienes razón.
Clima: Normal
Terreno de batalla: Escasa luz: -20% a la precisión de pokémon que no sean fantasmas o siniestros.
Onda vacío de M-Lucario Vs Hydreingon:
Ps de Hydreigon: 325 - (441*40*2*2)/217 = 325 - 325 = K.O.
Tarako felicitó a M-Lucario abrazándolo y después lo devolvió a su pokeball. Eres el mejor Ryu. Le dijo sonriente.
El joven pelirrojo se acercó a Gladio y aceptó su nueva medalla. Muchas gracias por el combate. Ha sido un verdadero honor combatir contra alguien de tu grandeza.
Tras despedirse, el muchacho se colocó la medalla en el pecho, junto a la de Ash. Había derrotado a su gran ídolo y a uno de sus máximos rivales. Esto le daba la moral suficiente para creer que podía tener opciones contra los miembros de la liga, sin embargo, aún faltaba un último reto para ello y ya tenía algo en mente para esa última medalla.