Partida Rol por web

El gimnasio Arsénico se encontraba en una pequeña caballa en el centro de un bosque. Los árboles eran tan tupidos que no dejaba que llegara la luz al suelo y las hierbas no podían crecer, por eso a pesar de la gran cantidad de ellos que había, no había ni rastro de plantas o arbustos. Además el suelo era seco y árido.

Para encontrar el gimnasio no había que esforzarse mucho, tan solo había que guiarse a través del camino de piedras y de los letreros que indicaban donde encontrarlo.

Finalmente y a pesar de la oscuridad que reinaba en el lugar, el aspirante llegó a la cabaña de Ágatha, la líder del gimnasio Arsénico y cuando cruzó el umbral de la puerta se encontró con un lugar muy extraño. Por fuera parecía una pequeña cabaña, pero por dentro se trataba de un gigantesco gimnasio, parecía que había algo de magia porque era imposible.

Ágatha apareció de la nada dando un gran susto al aspirante y guiándolo hacia el lugar donde sería el combate. El pequeño estadio poseía una extraña piscina con un líquido aún más extraño en el fondo. En varios puntos colocados de forma estratégica había plataformas para que los pokémon pudieran apoyarse, pues parecía como si estuviese llena de un liquido apestoso y de un horrible olor.

La anciana parecía estar acostumbrada, y sin decir mucho sacó a sus pokémon que se lanzaron de cabeza a la repugnante piscina.

Combatamos. Dijo friamente. Derrota a mi Gengar y a mi Salazzle y mi medalla será tuya.

Edward casi brincó del susto al aparecer Agatha de la nada... - ¡Oiga! ¡Para ser usted una venerable anciana tiene hábitos muy malsanos...! - espetó Edward, que no gustaba de los lugares tan ponzoñosos como aquel... pero siendo un gimnasio de un entrenador de tipo veneno... ¿qué podía esperarse?... Aunque tampoco le dio mucho a pensar nada... aquella anciana parecía querer ir al grano... y Edward no iba a ser menos...

- Vaya, el Gengar me lo podía imaginar... pero el Salazzle si que me ha pillado por sorpresa... - dijo Edward echando un vistazo a su pokedex...

- En fin... no la haré esperar... ¡Durandal, Kaiju! es hora de que combatáis... - dijo al tirar sus dos pokeball y salir su recién formado equipo de Pokemons

- Durandal... ¡¡DANZA ESPADA!!, Kaiju, ¡¡TERREMOTO!! - bramó tras levantarse la Tormenta de Arena con la habilidad de Kaiju

El combate había empezado y Gengar y Salazzle se hallaban en el interior de la repugnante piscina. ¡Empecemos el combate, amigos! Le dijo a sus pokémon. Nuestros movimientos de tipo veneno no sirven de nada contra el acero, así que lo mejor que podemos hacer es combinar vuestros movimientos para derrotar lo antes posible a Aegislash, su habilidad termina siendo un dolor de cabeza. ¿Entendido? Combinad bola sombra y onda ígnea. Los dos pokémon lanzaron sendos movimientos que se unieron entre sí creando una bola de oscuridad y llamas que se unían entre sí. La combinación había dado lugar a un movimiento hermoso y terrorífico que golpeó al pokémon de acero de Edward dejándolo herido y cuyo calor también había debilitado ligeramente a Tyranitar.

Pero quizá Ágatha se había equivocado al ordenar golpear a Aegislash, porque ahora había dejado a Tyranitar luchando contra ellos dos solos, pero con un movimiento capaz de golpear a los dos a la vez y que además podría haber herido también a su compañero. Ágatha no pensaba que estando Aegislash en el campo de batalla fuera capaz de hacer un ataque que devastaría a su compañero. Pero se había equivocado y quizá eso fuera lo que termiase diendo el combate a Edward.

El terremoto de Tyranitar alcanzó a ambos pokémon a la vez que se hallaban disfrutando del baño de lodo que había en la piscina. Las grietas drenaron el líquido dejando a su merced a ambos pokémon y para cuando Ágatha se quiso dar cuenta, Tyranitar había acabado con sus dos pokémon de un golpe. No podía creérselo. ¿Cómo has sido capaz de algo así? Preguntó sorprendida. Sabías que ese terremoto acabaría con mis dos pokémon y no te importó sacrificar al tuyo. Debería haberme centrado en Tyranitar mejor. Enhorabuena por tu victoria, eres un digno merecedor de la medalla ponzoña. 

Edward por un momento se puso nervioso... la Bola Sombra había dejado a Durandal casi en las últimas, y la onda ígnea de Salazzle remató la faena... pero su estrategia había funcionado al fin y al cabo...

- No esperaba que Durandal sufriese tantos daños, ni que tus dos pokemon fuesen más veloces... pero tu error ha sido no centrarte en Tyranitar... - su terremoto fue devastador, y acabó con todos los Pokemon de Agatha de un solo golpe...Algo diferente de su estrategia inicial, que incluía la supervivencia de Durandal, ya que en su modo escudo habría sido capaz de resistir el terremoto en condiciones normales...

- El placer ha sido mio... es la primera vez que combatía en un combate doble, y ha sido más excitante de lo que me imaginaba... ¡Nos vemos! - se despidió mientras se dirigía al centro Pokemon a curar a sus compañeros antes de partir hacia el siguiente gimnasio...

El gimnasio Arsénico se encontraba en una pequeña caballa en el centro de un bosque. Los árboles eran tan tupidos que no dejaba que llegara la luz al suelo y las hierbas no podían crecer, por eso a pesar de la gran cantidad de ellos que había, no había ni rastro de plantas o arbustos. Además el suelo era seco y árido.

Para encontrar el gimnasio no había que esforzarse mucho, tan solo había que guiarse a través del camino de piedras y de los letreros que indicaban donde encontrarlo.

Finalmente y a pesar de la oscuridad que reinaba en el lugar, el aspirante llegó a la cabaña de Ágatha, la líder del gimnasio Arsénico y cuando cruzó el umbral de la puerta se encontró con un lugar muy extraño. Por fuera parecía una pequeña cabaña, pero por dentro se trataba de un gigantesco gimnasio, parecía que había algo de magia porque era imposible.

Ágatha apareció de la nada dando un gran susto al aspirante y guiándolo hacia el lugar donde sería el combate. El pequeño estadio poseía una extraña piscina con un líquido aún más extraño en el fondo. En varios puntos colocados de forma estratégica había plataformas para que los pokémon pudieran apoyarse, pues parecía como si estuviese llena de un liquido apestoso y de un horrible olor.

La anciana parecía estar acostumbrada, y sin decir mucho sacó a sus pokémon que se lanzaron de cabeza a la repugnante piscina.

Combatamos. Dijo friamente. Derrota a mi Gengar y a mi Salazzle y mi medalla será tuya.

Azura estaba un poco incomoda por aquel bosque sin vida aparente. Que triste es este lugar. Pensaba mientra iba montada en su Venusaur, y siguiendo las indicaciones pudo llegar al gimnasio - Vamos - les dijo a sus dos pokemon mientras ella bajaba de Monarca, y entro con un porte seguro para que no se le notara el nerviosismo .

Cuando entra ve a Agata ya esperandola con sus dos pokemon preparados - Luchemos entonces - dice con determinación - Emperador!! Escaldar a Salazzle - había ido al gimansio con confianza pero al ver a los oponentes no podía darse el lujo de dudar - Monarca! Pantalla Luz

Los pokémon de Ágatha eran muchísimo más rápido que los de Azura, y ninguno de los dos vieron atacar las esferas de oscuridad y de fuego que lanzaron sobre ellos. Empoleon y Venusaur habían recibido un par de impactos muy dolorosos que los habían dejado bastante hechos polvo, pero afortunadamente, Azura les había entrenado bien y con una gran resistencia, así que lograron aguantar sendos golpes sin mucha preocupación.

Después, Venusaur decidió usar una estrategia más defensiva para protegerse de los futuros ataques que pudieran venirle, si hubiera sido algo más rápido, los golpes anteriores hubieran sido menos efectivos.

Y entonces, Azura le ordenó a su Empoleon que acabar con Salazzle con un potente chorro. El pokémon tenía una gran velocidad y fuerte poder ofensivo, pero sus defensas eran mínimas y un simple ataque de agua como aquél lo dejó fuera de combate de un solo golpe.

El combate estaba muy lejos aún de estar decidido. Ágatha tenía a su Gengar repleto de salud, y por el contrario, Azura aún tenía a sus dos pokémon, pero ambos gravemente heridos. 

Azura se encontraba un poco acalorada no sabía si había sido la onda ignea de Salazzle o la preocupación de que sus Pokemon fuesen derrotados en primer movimiento pero al ver que Empoleon pudo derrotar a Salazzle tomo un poco más de ánimo - Ahora emperador vuelve a usar Escaldar pero ahora en Gengar. Monarca apoyalo con bomba lodo

Si ganamos este combate, será un milagro. Gritó Ágatha a su Gengar. La única forma que tenemos de conseguirlo es tratando de acabar con ese duro Empoleon, parece muy resistente, así que intenta acabar con él usando de nuevo una bola sombra. ¡Adelante!

La esfera de oscuridad del fantasma se lanzó sobre Empoleon, pero la pantalla de luz que Venusaur había convocado antes lo protegió de un golpe que seguramente fuera devastador. Y fue entonces cuando Azura aprovechó para acabar con aquel combate. Ambos pokémon combinaron sus fuerzas para acabar con él.

Empoleon lanzó un chorro de agua excesivamente caliente para el delicado cuerpo de Gengar, mientras que Venusaur decidió aprovechar la piscina de lodo para potenciar su último ataque, y aunque no fue muy potente si fue lo justo como para que Gengar acabase debilitado.

Enhorabuena, dijo Ágatha al tiempo que sacaba la medalla Ponzoña. Esta medalla es para ti y te la has merecido. ¡Has hecho un gran trabajo! ¡Enhorabuena!

Muchas gracias - Azura hizo una reverencia al tomar la medalla - Fue un combate muy interesante - dijo la chica mientras mostraba una sonrisa de satisfacción.

Así que la chica peliazul monto a su Venusaur y decidió regresar al centro Pokémon ya que Empoleon estaba muy grave.