Partida Rol por web

Miki dirigió el camino de vuelta hacia la caverna sin pausa. Al ver que la zona de la fiesta estaba vacía, se preguntó si aquellos pokémon se habrían ido o simplemente habrían desaparecido, como Ashley hacía un momento. A fin de cuentas, esos seres habían sido formados de la imaginación de Alina. ¿Y si aquella misteriosa ser les quería para mantener sus creaciones?

Sin detenerse demasiado en aquellas cuestiones, siguió el camino hacia el sur. 

- Oooooooooooh se terminó la fiesta... -dijo con pena Alina, pero aquello no era importante en ese momento así que sacudió su cabeza- ¡¡¡A por Pittien!!!

Alina siguió andando agarrada a la manita de su chansey.

- ¿Sabéis qué me gusta de los pachirisus? -dijo sin parar de andar para mantener algo de cháchara que la distrajese de las preocupaciones- ¡Que son tan súper monos que todo les queda bien! ¿Habéis participado alguna vez en un musical pokemon? Es divertidísimo. 

Como Franek había indicado, Hoku ayudó a la agente miki a dirigir el grupo hacia la cueva. La alegría del gigantón le hizo imitar diferentes situaciones para entretener al resto. Para poner al grupo en marcha imitó a un policía dirigiendo el trafico, también imitó a un militar cuando veía que el grupo aflojaba el ritmo para animarles a llegar rápido a la cueva.

Los Pachirisus ya se habían marchado del lugar. Es como si "Ella" supiera que no habíamos caído en su trampa y hubiera decidido deshacerla, pues no había pasado tanto tiempo desde que pasamos por allí por primera vez. 

Pero no era momento de preocuparse por esos asuntos, sino de reunirse con el ranger y el integrante desconocido que faltaba en el grupo. Hoku se pudo a bailar el Hula Hula donde estaban los Pachirisus. Salvo que me queráis ver bailando a mi, no hay nada que ver aquí. Dijo bromeando, haciendo referencia a la fiesta de los monísimos pokémon eléctricos. Sigan por allí. Dijo señalando a la policía del grupo, que ya había reanudado la marcha.

Cuando todos avanzaron el luchador siguió al grupo y se situó en cabeza junto a la agente Miki. ¿Qué duro es esto de dirigir un grupo eh? Preguntó riendo. El trabajo de Franek debe ser agotador. Se paso el antebrazo por la frente secándose el sudor.

El chico sigue la procesión de sus compañeros rumbo a la cueva, de camino ve que la fiesta ha terminado y se pregunta si ahora esos pokemon quedaran sueltos y alteraran el ecosistema como había dicho uno de sus compañeros, o si por el contrario “Ella” perdería interés en ellos y los desvanecería.

En su mente aun no podía ver esa maldad en “Ella” como la describía el gran mono, tal vez no puede pensar en un pokemon realmente malvado y en este mundo se requiera un pokemon como Rayquaza para evitar las luchas entre estas extrañas versiones de Groudon y Kyogre.

Pietro se dejó llevar por el grupo mientras intentaba no pensar en lo que estaba por venir. No quería darle demasiadas vueltas al tema de "ella" porque si lo pensaba fríamente... las dudas sobre las palabras de Monorme aparecían. Todavía estaba por resolver por qué él había vuelto  a su pueblo al tocar aquel meteorito, la sensación que tuvo... todo aquello le inquietaba. 

Que la fiesta hubiera terminado, a diferencia de a sus compañeros, no le extrañó demasiado, casi ni le dio importancia y se centró en seguir su camino hacia aquella cueva con la esperanza de encontrar ahí a Pittien.

- Vamos. - animó a sus compañeros para que apretaran el paso. Luego desvió su mirada hacia Scizor y sonrió. Al menos se habían mantenido unidos todo este tiempo.

Ya no quedaba nadie de la fiesta de los Pachirisus. Tan solo algunos restos de las bayas que habían comido, pero no había ni comida, ni tampoco tarta. Parecía que los pokémon eléctricos se habían marchado ya de allí...

Pero justo en la misma ubicación donde se había encontrado anteriormente la tarta, había un par de walki-talkis con una nota que ponía:

ESPERO QUE OS SIRVA DE AYUDA

OS NECESITO

Rintaro miro la escena sin comentar nada, primero quiere saber la opinión de Fran, sabe que él puede ser más sensato y dado que fue una imprudencia la que le trajo a ese mundo, es mejor tomar precauciones.

Pietro se acercó a grandes zancadas hasta los walkies, cogió uno y apretó el botón.

- Aquí Pietro. - dijo cogiendo el otro walkie con la mano. Aquello era extraño, cabría esperar que hubiera uno y el otro estuviera en otro lugar, pero no, al parecer estaban ahí los dos. - Hola, hola, me recibe alguien? - preguntó.

Luego giró su cabeza hacia Rintaro, no parecía entender del todo bien lo que estaba sucediendo y después miró a Franek.

- ¿Qué está pasando? - preguntó.- ¿Quien nos necesita? ¿Monorme?

Extendió la mano para darle uno de los walkies a Franek.

- Tal vez nos están invitando a separarnos y a mantener la comunicación de alguna manera.

Pietro habló a través de uno de los walkies y su voz se escuchó a través del otro. Parecía que funcionaban perfectamente.

Franek dudó por un momento, todo lo que habían dicho de que aparecían cosas de la nada todavía le parecía algo inaudito, siempre cosas que necesitaban y solo pudo quedarse estático pensando, hasta que Pietro agarró los walikes para probar que si funcionaban y le dio uno para llevar, entonces reaccionó de golpe casi reaccionando después de haberse quedado dormido.

-La contraparte de Monorne, al parecer es una Pokémon de tipo psíquico y hace aparecer cosas así de la nada. Según, fue ella la que hizo aparecer el campo con comida a las afueras de la cueva. Es creo que según palabras de Monorne, un ente enfocado en el cambio, mientras Monorne es un ente enfocado en la preservación. Pero con todo lo que puedo deducir, son rivales, y la verdad, con la actitud de Monorne hacia nosotros, creo que lo mejor es ver que quiere ella, hay que saber ambas partes...-

Franek hizo una pequeña pausa donde la voz fue perdiendo algo de intensidad, pues bien sabia que las apariencias engañan.

-... Me gustaría seguir creyendo que Monorne solo es un hermitaño con malgenio. Y que un ser psíquico sepa lo que estás pensando y nos de cosas tan jugosas y buenas todo el tiempo, bien podría ser una manipulación para su beneficio, poniéndome del lado de Monorne y suponiendo que el tenga la razón. Igual, nada ganamos quedándonos aquí, ahora podremos separarnos, que te parece si con la bici vas por la pradera hacia el norte, y Rintaro y yo vamos por la playa hacia el Este, y mientras nos comunicamos con los walkies?-

Propuso seguir avanzando por la costa, mientras Pietro se moviera en diagonal, señalando con las manos para peinar la zona. 

-Fran, tal vez ninguno de los dos sea un enemigo, tal vez sus personalidades y funciones los hacen estar uno en contra del otro, como Groudon y Kyogre, y tal vez necesiten a un pokemon como Rayquaza para mantener el equilibrio, Monorme quiere que todo permanezca igual y ella que todo cambie, pero ninguna de las perspectivas es muy realistas, ambos son requeridos en este mundo y algunas cosas deben cambiar y otras permanecer igual, pero ellos solo podrán ver su punto de vista e ignorar el del otro- Rintaro siente que el problema ya no es volver a su mundo, si no el ayudar a este mundo a encontrar su equilibrio.

Franek no pudo evitar sonreír ante las palabras sensatas del muchacho, una sonrisa sincera de las que pocas veces es capaz de expresar, su rostro se veía extraño pies normalmente sonreía de forma coqueta y de manera practicada, pero esta sonrisa era natural, y al no estar acostumbrado a sonreír quizás podía generar disgusto. Pero al menos es bueno con las palabras y se expresa realmente en lo que siente.

-Eso es justamente lo que quise decir, Monorne tiene una personalidad y actitudes que fácilmente se pueden interpretar como hostiles, no es que le defienda y diga que si es bueno o que no es malo. Pero al menos alguien me entiende-

Dicho estoy volvió a mantener esa sonrisa extraña en el rostro que le hacía casi cerrar los ojos porque lo hacía apretando los pómulos hacia arriba en lugar de hacia los lados. Luego masajeo un poco su cara pues el mismo se sentía raro sonriendo y estiró el rostro hasta volver a la normalidad. 

Pietro le dio uno de los walkies a Franek y fue preparando su bicicleta. El plan le había gustado, él iría al norte y ellos hacia el este. Con los walkies podrían comunicarse rápido. 

- Como habéis dicho. Tengo muchas dudas de que Monorme nos haya contado todo, si acaso nos ha contado su punto de vista. Espero que "ella" no sea tan mala como decía Monorme, porque sino vamos  tener muy difícil salir de aquí y volver a nuestro hogar. Confiemos en que simplemente podamos mediar, encontrar unos meteoritos y volver a casa. - explicó cerrando sus puños al recordar el viaje que había hecho. - Yo volví a casa y volví de nuevo aquí tras tocar uno de esos. 

Si él había vuelto todos podían volver. No tendrían que quedarse allí a vivir para siempre. Aunque... como Pietro tampoco tenía nada en su vida, tampoco es que le molestara demasiado la perspectiva de quedarse ahí con sus nuevos amigos. Señaló a Scizor y cuando el pokemon se colocó a su lado se montó en la bici. 

- Estad atentos, cualquier cosa, cualquier pista, nos comunicamos. - comentó con una sonrisa y se despidió de sus compañeros.