Partida Rol por web

Ahora Ilsa comenzaba a comprender algunos enigmas que habían estado aguijoneando su mente durante semanas. Tampoco Asceltis sabía nada de la magia Truil en el inicio de todo esto.

-Ella pertenece a algún tipo de grupo subversivo externo a la propia guerra, cuyo propósito parece ser el de exterminar al gremio de sabios. Al conocer de la existencia de tan poderosa arma, raptaron a los testigos para extraer la información, seguramente con el propósito de hacerse con semejante joya que a buen seguro ya está en su poder, a tenor de lo acontecido con Biza. Y también han descubierto como eludir esa magia, al menos temporalmente, mediante el hechizo de sintonización, mayor o menor, no importa. Biza lo probó con el mayor para recuperarse, pero Alder se llevó el menor de la biblioteca. ¿Por qué Alder lo quiere...? Tal vez quiere protegerse de los propietarios del objeto... no obstante parece ser él mismo quien lo tiene en su poder, de modo que o desea conseguir más en la frontera (y de ello que viajara con Alex a ella), o existe otro grupo que lo posee y desea protegerse.

Sus dudas sobre la lealtad del gremio de asesinos aumentaban. No obstante, no tenía ninguna prueba. Lo que sí era cierto es que la desaparición de Alex Vangrand cobraba una nueva perspectiva atenor de la nueva información. Parecía, en efecto, que ambos fueron a conseguir uno de esos objetos. Y parece que Merak andaba involucrado en este propósito.

Es más, puede que Alder perdiera sus poderes en ese propósito y buscase la runa para sintonizarse. ¿Es posible? Él no deseaba ser un ironbone, ¿por qué ir por el hechizo ahora si tiene la oportunidad de revertir el efecto? Más preguntas... se dijo disgustada.

-¿El color de la joya? Claro que es relevante -exclamó, recordando algo de pronto- Diana nos contó que la luz que desprendía el colgante de la hechicera Truil que se encontró era roja. Esta, sin embargo, es azul. Hemos de pensar que pueden tratarse de efectos diferentes. ¿No tenemos ninguna información sobre magia Truil, Consejro Christian?- le preguntó- Si Asceltis se preocupó tanto por ello es porque tiene alguna relevancia importante. Además, según parece, los que atacaron a Biza portaban un colgante color azulado en este caso.

Puede ser la diferencia decisiva que motiva a Alder.

El sargento Fiannar os escucha con atención, aunque parece algo perdido con toda la trama de conspiraciones que está escuchando y no tiene muy claro por qué le habéis mandado llamar. Sin embargo, cuando hablas de la Frontera, interrumpe tímidamente.

- Nuestras tropas han llegado ya a la Frontera, al escenario de las últimas batallas con los Truil. Hemos recibido mensajeros frecuentes, pues esperábamos haber encontrado una gran resistencia, sin embargo, los salvajes parecen haberse dispersado, como si no se atreviesen a enfrentarse a nuestro ejército una vez más. 

Obviamente, el soldado no tiene mucha idea de lo que pueda o no tramar Asceltis, después de todo él sólo se ha visto involucrado en las investigaciones de los asaltos nocturnos en los Barrios Centrales, pero sí parece estar muy al día de las noticias de sus compañeros en el frente de batalla.

El anciano consejero, pensativo, niega un momento con la cabeza antes de corregirte.

- Alder no copió la runa de sintonización, sino otra distinta. Una runa de fuerza, si no recuerdo mal... Pero él desprecia a los sacerdotes del Hueso de Hierro, pues le despojaron de la magia del Fuego. Jamás se "rebajaría" - dice utilizando la expresión que sabe usaría el mismo Alder - a tallar una de sus runas.

Se queda pensando un momento la respuesta a tu pregunta.

- La magia que conozco de los Truil adora a la Luna y se centra en su conexión con la naturaleza - informa. - He pensado mucho en ello, pero en Heluso no recuerdo ningún tipo de magia que premita destruir un conjuro que ya ha comenzado su efecto.

De repente Biza abre los ojos como si se hubiera dado cuenta de algo de golpe.

- El medallón no brillaba al principio - dice. - Sólo empezó a hacerlo con un destello cuando absorbió el conjuro que lancé contra Fender... y fue entonces cuando desaparecieron mis alas.

Se calla un momento, dudando si exponer su opinión delante de tanta gente.

- ¿Y si...? El medallón pareció absorber mi magia, pero no evitó que lanzase un nuevo hechizo, al menos una vez estuvo lejos de mí -  señala. Sin experimentar nada más no puede asegurar que los conjuros de sintonización sean efectivos en las proximidades del objeto. - ¿Y si el color estuviera relacionado con la magia que absorbe? Rojo para los danzallamas, azul para lenguatormentas... - Es algo naïve, pero muy a menudo la magia se comporta de forma sencilla y la explicación más simple...

Jezz os escucha sorprendida, como si realmente no fuera consciente de toda la información que conoce.

- Eso tendría sentido, Biza - añade para alivio de la joven hechicera. - Antes de que cayese en la batalla, los danzallamas pararon sus bailes, desorientados. Si ese objeto les arrebató su magia y perdieron su sintonización, muy pocos recordarían sus conjuros de sintonía... - Parece más relajada, tratando de centrarse en su vida antes de que la secuestrasen. - Al hacer lo mismo con los lenguatormentas, fácilmente podrían dejarnos fuera de combate, pues en una batalla nuestros hechiceros suelen elevarse por encima del enemigo para golpear con sus hechizos.

Eric y Fiannar asienten, viendo que las tácticas que asume Jezz para inutilizar a los hechiceros Ulds podrían haber sido usadas por los Truil en el campo de batalla.

La hechicera permanece un momento más en silencio y empieza a palidecer.

- Pero, si Alder desprecia a los sacerdotes... ¿No podría usar ese medallón para librarse de sus tatuajes? Y entonces - mira a Biza con expresión de horror - ...¿podría volver a controlar la magia del fuego?

El silencio se extiende por la habitación cuando las miradas de Jezz y el consejero Christian se cruzan. No sabrías decir cuál de los dos parece más preocupado.

Ilsa medita largamente las palabras de los interlocutores.

-El medallón, entonces, solo absorbe la magia lanzada y entonces anula al lanzador. Hay personas aquí que lo portan y otras o las mismas que lo desean. En cualquier caso creo que lo que Jezz nos cuenta es suficiente para ir a por Alder y al menos retenerlo hasta que se explique por qué ha atentado contra una lenguatormentas. No sé qué opinará al respecto nuestra guardia -comenta señalando a Fiannar y a Eric.

-Por otra parte, el ataque de Biza demuestra de nuevo que se utilizan los túneles profusamente. Pero cuál fue la intención del ataque, por otro lado. Si Biza se convierte ahora en objetivo de nuestros enemigos... - pensó en Diana y en toda la gente que ya había caído; de ningún modo aceptaría también su muerte- debemos protegerla.

-Sigo sin tener claro qué uso pretende darle Alder a esa runa, pero a estas alturas creo que es prioritario encontrarlo y pedirle explicaciones por lo ocurrido. Espero que tengamos la fuerza suficiente como para hacerlo hablar. Pero encontrarlo ahora será extremadamente difícil, me temo. No obstante, debemos recurrir a todos los medios disponibles... -Ilsa ya estaba pensando en los suyos.

Una persona estaba en contacto con la gente de Alder, y ella lo sabía de primera mano. Ahora solo era necesario enfrentarse a él definitivamente. Pero ¿cómo hacerlo sin que el daño fuera demasiado doloroso?

Biza niega cuando sugieres que debería tener protección.

- No Ilsa. Como ya te había dicho, el ataque a mi casa no tuvo nada que ver con Alder... - Mira de soslayo a Eric, sin girar su cabeza. - Mi atacante creía tener una deuda personal conmigo y quiso cobrársela en un duelo.

Se queda pensando un momento, como si algo no le encajase. Finalmente se encoge de hombros.

- Es probable que los hombres de Asceltis le contratasen para que les guiase por la frontera. Los bandidos siempre trabajan juntos, después de todo. Si descubrió lo que podía hacer ese medallón, tal vez les ofrecería a hacer de guía si le dejaban utilizarlo contra mí. - No parece muy dispuesta a dar demasiadas explicaciones sobre por qué piensa algo así. - Sea como sea, dudo mucho que Asceltis o Alder tengan ningún tipo de interés en mí, ahora que F... ese bandido ha muerto.

Eric frunce ligeramente el ceño al escuchar a su cuñada.

- En algún momento tendrás que explicarnos todo eso, Biza - susurra. La mujer se ruboriza ligeramente y retira la mirada. - De cualquier forma, no es eso lo que más nos preocupa, sino Alder y qué pretende hacer con ese medallón.

Se vuelve hacia su compañero de la guardia.

- Sargento, emita una orden de arresto contra Alder por el secuestro de Jezzabel. Envíe mensajeros para que informen a todos los cuarteles. Organizaré una reunión con nuestros superiores para coordinar la caza y captura del hechicero.

Fiannar asiente, saluda a los presentes y se aleja, dispuesto a cumplir las órdenes de su superior.

El anciano consejero se ha mantenido un rato en silencio.

- Biza - dice finalmente. - Necesito que vayas a buscar a la Consejera Yael. Estará en la escuela de los danzallamas y ella es la que mejor conoce el daño que puede causar Alder.

La chica se levanta, casi agradecida por poderse ir, y sale del despacho. El consejero se vuelve hacia Eric. - Oficial, si tiene que organizarse con sus superiores, le aconsejo que lo haga lo antes posible... - Eric pilla la indirecta y, con una ligera inclinación de cabeza y un "nos vemos luego", se despide y sale también del despacho.

Por fin os quedáis solos en el despacho y Christian se sienta en su silla mientras Jezz se recupera.

- Sobre esa runa... Ilsa, si el medallón puede absorber la magia de una escuela para cancelar toda la que haya a su alrededor - por lo que habéis hablado sobre los distintos colores, parece que es el caso - Alder podría hacer que el medallón cancelase la magia de los Huesos de Hierro trazando una runa cualquiera. Al igual que Jezz perdió sus alas, eso cancelaría su sintonización con la escuela rúnica. Y, por las pruebas que ha hecho Biza, es posible que aproveche esa oportunidad para sintonizarse con la escuela de fuego... - No tienes ni idea de qué efecto tendría eso. En principio podría ser que Alder volviese a convertirse en un danzallamas, pero desconoces qué puede ocurrir cuando se pase el efecto del medallón y el tatuaje que sintoniza a Alder con la magia de hierro vuelva a recuperar su poder.

Hay algo que no termina de convencer a Ilsa en el razonamiento de Christian. Las palabras iniciales de Jezzabel en el Consejo del Gremio se le hicieron vívidas en su imaginación. Casí pudo ver la escena que le pintaban, como si de un sueño brumoso se tratase. Caían los lenguatormentas del cielo. La magia dejó de funcionar.

-¿Cuál sería el alcance de ese poder? Si manipulan adecuadamente esos medallones podrían arrebatar la magia de cuántos de nosotros. Tal vez pretenden eliminar el gremio en su conjunto. Las intenciones de Asceltis desde luego parecen esas. Más altas y retorcidas que las de Alder. Y están en el lugar adecuado.

En estos momentos se sentía en un punto muerto. Localizar a Alder, ahora que habían salvado a Jezzabel, sería extremadamente difícil. Se escondería, se escondería tanto como Asceltis, esa criatura semilegendaria que se escondía en los últimos rincones de la ciudad.

-Asceltis recoge el descontento de los barrios medios y periféricos hacia la organización de los gremios, es evidente-dijo para sí, luego pensó algo más, pensó en alguien más, su única pista para localizar a esa gente.- Pero adivinar cuál o cuáles serán sus siguientes pasos resulta especialmente enigmático. Jezzabel, debes hacer esfuerzos por recordar cualquier cosa que nos sea de utilidad. Puede que sea conveniente que descanses y aclares tus ideas.-Ilsa quería preguntar algo en privado a Christian, algo delicado, sobre cierto maestro de Rulfoun.

Christian asiente, preocupado por la posibilidad que planteas. El hecho de que Alder pueda planear deshacer la maldición que le impuso el sacerdote de Ironbone no quita para que luego pretenda utilizar el medallón para acabar con vuestro gremio. De hecho, según las propias palabras del consejero, el renegado juró vengarse del gremio de hechiceros.

Antes de dejar a Jezz a solas para que descanse, la hechicera se queda un momento pensativa.

- Asceltis impidió que Alder me matase - dice. - No le he visto el rostro, pero no creo que sea su intención acabar con el gremio... De hecho, su propia gente parece estar tan bien organizada como cualquiera de nuestros gremios, así que no sé hasta qué punto puede entrar en sus planes acabar con el nuestro.

Niega con la cabeza cuando le pides que recuerde algo más.

- No, hay poco más que pueda deciros... - Se queda callada un momento. - Sólo... Sí, Alder practicaba constantemente varios bailes... El hombre es muy ágil a pesar de su tamaño y sus huesos de hierro. Pasaba una hora al día ensayando complejas danzas, mucho más intricadas que cualquiera que haya visto hasta el momento.

Dejáis sola a la hechicera y te dispones a hablar con Christian antes de que llegue la Consejera Yael.

Las últimas palabras de Jezzabel mueven a Ilsa a pensar en que Alder está loco. Su aparente intención de convertirse en un danzarín de las llamas la llenó de estupor.

-Ese hombre tiene la firme intención de romper los rituales que atan su naturaleza. Es asombroso.- Sin más, deja que Jezz abandone la sala para que repose. Su testimonio lo considera completamente crucial para sus intenciones. Cuando ya abandona la situación sopesa la situación con Christian. Vio todas las alternativas en este momento cerradas, salvo la de Merak, aunque carecía de toda prueba. Tal vez el viejo erudito podría decir algo más, aunque su candidatura sin duda perturbaba más cualquier comentario que ella pudiera hacer de él, todavía más si tenía en cuenta sus antiguas rencillas en Rulfoun, cuyas heridas nunca llegaría a curarse.

-Maestro Christian, ¿qué pensaría si le dijera que alguien de nuestro gremio conoce muy bien las intenciones y actividades de esta mujer? Es más, que las apoya, si bien no abiertamente, al menos en la noche. Si, además, le dijera que conoce la existencia de todos los gremios y que considera que Asceltis se opone al sistema de gremios en toda su amplitud. Esa persona está muy cerca de nosotros y sus intenciones de medrar no se ocultan. Sé que puede sonar presuntuoso, pero las circunstancias nos obligan a afrontar situaciones difíciles y se me acaban las opciones.

Mientras esperas a quedarte a solas con Jezz piensas en sus palabras. Los bailes de los danzallamas son tanto más intricados cuanto más poderoso es el conjuro, igual que vuestros hechizos requieren combinar sonidos más complejos para lanzarlos. Sin la menor duda, uno de los hechizos que prepara Alder es el de sincronización, pero, ¿el otro? Si, tal y como te dijo Christian, fue un poderoso hechizero antes de que el sacerdote le tatuase, es probable que la amenaza sea incluso mayor a la que habíais pensado.

Sin embargo, no es tu única preocupación. Hace demasiado que no sabes nada de Merak y eso también puede ser peligroso, ciertamente. Hablas con el consejero sin decir ningún nombre, pero aún así el anciano frunce el ceño, pensativo.

- Por lo que hemos visto, parece evidente que Asceltis tiene gente infiltrada en la mayoría de los gremios. De otra forma sería imposible que estuviese tan informada de la política de la ciudad. Por supuesto, sería muy inocente por nuestra parte pensar que somos una excepción. - Te mira un momento con gesto severo. - Pero tus palabras indican que tienes en mente a alguien en concreto... ¡Merak! - Tu gesto es suficiente para confirmar sus sospechas. - Ilsa, eso son graves acusaciones. ¿Tienes alguna prueba de ellas?

-¿Pruebas? Si las tuviera no estaría aquí, a solas con vos, contándoos este secreto. No tengo pruebas, pero sí certidumbre, puesto que él mismo me reveló semejante verdad sin miramientos.

Tal vez si pudiera escuchar una conversación entre nosotros, el maestro se convencería.

-No solo eso. También me previno acerca del gremio secreto, cuya existencia él parecía conocer también, insinuando que se trataba de una amenaza.

Ilsa recordó el símbolo en las alcantarillas. De algún modo ella sentía que la existencia del decimotercer gremio anulaba todo el orden en el que ella había creído. Por ello no había revelado la información a Oligis en su momento. Era imposible discernir en quién confiar. De momento Christian era su único asidero en el abismo de la incertidumbre en el que se hallaba.

-De algún modo, estoy de acuerdo. Estuve en las alcantarillas por las que se mueven los agentes de la mujer hechicera. Pero lo que encontré... fue el símbolo que vi en el despacho de Rowan. ¿Qué creéis que significa todo esto?

El Consejero frunce el ceño cuando le dices que no puedes probar tu información sobre Merak.

- Intentaré hablar con él y descubrir sus intenciones - promete. - Pero dudo que sea capaz de sonsacarle nada... Dices que trabaja para Asceltis y conoce el decimosexto gremio. Eso en sí es más relevante de lo que parece, pues pocos fuera del Consejo tienen acceso a esa información. Si Asceltis lo conoce, ella o alguno de sus colaboradores deben tener acceso a los círculos elevados de la Ciudad.

Escucha lo que dices sobre el símbolo de los asesinos.

- Poco puedo decirte sobre eso, me temo. Pero el Gremio de Masones se ha encargado de que el alcantarillado de los Barrios Centrales esté perfectamente diseñado. Si alguien quiere moverse sin ser visto por esta ciudad, no es de extrañar que pueda utilizarlo... - Piensa un momento. - Tal vez utilicen esos símbolos como marcas de orientación o para señalar ciertos lugares. - Niega con la cabeza. - Me temo que en eso no voy a poder ayudarte demasiado, pues desconozco la forma de operar de esa gente.

Antes de que el consejero termine la frase, llaman a la puerta. Christian te mira antes de dar el paso a quien esté llamando y entra la Consejera Yael, maestra de la escuela de fuego. Pero, unos pasos por detrás, Stepjan pasa también al despacho.

- Si me disculpan - dice inclinándose ligeramente ante los dos consejeros. - Ils... Maestra Svletana, - se corrige antes de llamarte por tu nombre. - Maese Ledoma ha venido a buscarla. Dice tener información importante para usted. La espera a la salida del edificio...

El hombre está incómodo ante las dos personalidades, pero aún así se esfuerza por mantenerse firme. Pero, ¿el Rey Sombra ha venido hasta aquí? ¿Qué tendrá que decirte el asesino ahora?

Ilsa escucha atentamente a Christian. Pues parece que mucha más gente de lo que parece conoce ese secreto. Piensa. En cualquier caso es evidente que el Consejero no sabe nada más respecto a la cuestión de los símbolos. No lo decía tanto por la posibilidad de que pudiera saberlo, sino por lo llamativo de que fueran los rivales quienes utilizasen caminos, al parecer, señalizados por el propio gremio de asesinos. Era algo que podía preguntar directamente a Oligis.

La llegada de su siervo la sorprende, pues no esperaba encontrar abiertamente al "asesino" aquí. Ilsa se gira hacia Christian y se despide con un gesto. 

-Puede ser importante. Si me disculpáis.

A continuación, sale con Stepjan, al que se alegra de ver ya en plena actividad.

Te despides de los consejeros Christian y Yael y le haces un gesto a Stepjan para que te lleve hasta Ledoma. Dándose la vuelta, el hombre te acompaña por los pasillos del Gremio hasta la puerta principal y la sostiene para cederte el paso antes de salir al exterior.

La escena continúa en
Pactar con el Diablo