Partida Rol por web

El Maestre había mandado a llamar al gigante Draken a su Torre. Sabía que en poco tiempo tenía que salir a recibir a la comitiva de Skagos, ya que había hablado con Gorek y él también debía hacerlo pero hacia el Sur.

Los guardias en la puerta le franquearon el paso sin demora: era conocido el carácter de Draken.

-Pasa, muchacho, pasa- dijo cuando sonó la puerta.

Con un gesto le ofreció asiento pero en ningún momento se levantó de su silla junto al estudio.

-Te mandé a llamar porque me gustaría conversar un momento antes de que te vayas... hubiera querido que fuera más tiempo, pero es el que tenemos y hay que aprovecharlo- comenzó a hablar el Maestre -¿Qué ideas tienes para esta reunión que se avecina y qué piensas hacer cuando te encuentres con el Rey de Skagos? Sé que tu padre duda de tu capacidad, pero confío en que harás bien tu papel de anfitrión... si deseas mi consejo puedo dártelo-

Draken entró en la torre del maestre flanqueado por la pareja de guardias algo que no le incomodó debido a que había muchos guardias en el castillo así que sin molestarse siguió a estos a las dependencias del maestre Krilan.-Buenos días, maestre.-Saludó a este con un asentimiento de su enorme cabeza al cruzar el umbrar de la pequeña puerta en comparación con su desproporcionada figura, que pese a ir sin armadura y casi sin armas seguía siendo corpulenta.

Podéis marcharos, gracias por guiarme.-Les indicó a los guardias con un gesto de la mano, como quien espanta a un pájaro.-Hmm.-Carraspeó y volvió sus ojos calmados al maestre.-Dígame Maestre Krilan, para que me necesita.-Draken atendió a las palabras del Krilan sin demora y tomó asiento en la silla que este le había indicado, lo miro con sus taimados ojos de un apagado azul a la espera de información de porque estaba ahí.

Tras escuchar al maestre se llevó una mano al mentón y pensó, frunció el ceño y apretó los labios pues pese a que pensar no fuera lo suyo se estaba esforzando mucho por agradar a los invitados.-Mi intención es hacer lo que padre me ha indicado, debo de recibirlos y agradar, allanar el terreno para futuras relaciones y para cimentar la alianza que necesitamos para matar a los Stark.-Se había decidido y prosiguió hablando sin pudor.-No soy como Till, veo la utilidad de la alianza con los Skagosies y conquistarlos tras vencer a los Stark me parece una perdida de tiempo, si se hallan tan al norte el clima será aún mas frío y la tierra mas cruel y vacía de sustento para el hombre, perderíamos demasiados esfuerzos y hombres en capturar islas de roca y nieve habitadas por salvajes con los que fácilmente podemos hermanarnos.-Los conocimientos sobre política y táctica militar de Draken eran rudimentarios pero tenía algunas luces al respecto en cuanto a que rentaba o no ir a matar.

Le presentaré mis respetos al Rey y a sus vasallos, familiares y lacayos, me mostraré afable y regio pues al fin y al cabo soy el hijo de un monarca y debo de ser tratado como a alguien importante.-Su alma era plebeya pese a su alta cuna.-Intentaré aprender de ellos tanto como les mostraré de nuestra cultura, me gustaría poder llevarlos de caza y si lo desean haré desaparecer algunas personas indeseables para satisfacer sus apetitos caníbales.-Asintió convencido con los labios convertidos en una fina linea y el ceño igual de fruncido, aquella expresión que tienen los que persiguen una clara meta.-Padre me ordenó hacer que desearan querer aliarse y si eso implica tener que cazarles algunas personas....pues habrá que hacerlas.-Se encogió de hombros, matar era el pan de cada día de Draken, había matado a muchas personas a lo largo de los años, tantas que a muchas ni les ponía cara y no por que fuera un cabrón sanguinario....que también lo era, sino por que muchas veces lo embargaba una ira homicida que le robaba el recuerdo.-Dudo de que Till se comporte y deje de ser un niño malcriado...me hubiera gustado mas ir con Gorek, es mas agradable, se queja menos y me resulta mas listo.-Draken había sobrevivido hasta el momento actual por lo que no tenía que temer nada de sus hermanos, al fin y al cabo era el mejor guerrero de la sangre de su padre y nunca había tenido que llegar a tener que emplear la lanza con su propia familia.

Krilan escuchó cada una de las palabras de Draken y se sorprendió ante su lucidez. No parecía un hombre que pensara más allá de cuántas personas matar o de qué forma, pero en aquella ocasión estaba demostrando que se había equivocado al catalogarlo de esa forma.

Debo estar más atento... si se me ha pasado con este muchacho, ¿con quién más me habré equivocado? No me lo puedo permitir.

-Veo que mis enseñanzas no han caído en saco vacío, por pocas que hayan sido para un hombre con tu predisposición a la marcialidad- comenzó diciendo -Me alegra saber que darás una buena impresión y espero que tu hermano lo haga también. Intenta averiguar más que contar, conocer más que mostrar...- hizo una pequeña pausa en la que dudó de si había sido claro con el hombre que tenía frente a él -Intenta averiguar todo lo que puedas de sus costumbres y de sus preferencias... tu padre me ha encomendado ayudar a tejer los acuerdos y cualquier información que logres recabar vendrá bien para realizar la tarea. ¿Crees que podrás hacerlo?-

El Maestre miró a Draken a los ojos, sabía leer las emociones y las intenciones de los demás.

-Cuando lo hayas hecho y regresen con los invitados, ven a mi torre lo antes posible y cuéntame todo lo que hayas podido averiguar...- le dijo -Esto hablará muy bien ante el Rey una vez le cuente todo lo que hayas averiguado-

Si no fuera tan violento, tal vez, y sólo al ver que no era tan tonto como aparentaba, no sería un mal candidato para el trono... lástima que estaba lejos de la línea sucesoria, o al menos lo suficiente como para que tenga más aspectos en contra que los demás.

Draken conocía bien de sobra la utilidad de Krilan para la casa Bolton, no pocas veces lo había salvado de morir por una herida infectada o por una rotura incómoda de la infancia, además pese a su edad era un hombre cultivado y astuto algo que Draken no tenía y gustaría de tener pues al fin y al cabo era su intención ser un grandísimo señor durante su esperada larga vida.-Podremos sentarnos a retomar las enseñanzas si así gustáis maestre krilan.-Draken asintió a las palabras del anciano mientras por su parte le confesaba una verdad muy triste pero asumida por su parte.-No se leer ni escribir y me gustaría aprender de cara al futuro, además de que quiero tener mayor soltura entre mis pares a la hora de conversar pues al fin y al cabo debo de ser un gran señor algún día.

Esa era mi intención maestre, aprender y conocer a los skagosíes para que su estancia entre nosotros y conmigo entre ellos facilite las alianzas con Padre.-Draken asentía de cuando en cuando asimilando la información y guardando la misma a buen recaudo entre sus pensamientos mas importantes.-Si si, estaré a la altura de la tarea.-Volvió a asentir decidido nuevamente.-En cuanto acomode a los extranjeros y los deje en buenas manos, acudiré a informaros raudo.-Estaba convencido de que las palabras del anciano eran veraces, al fin y al cabo el lo había criado en ausencia de su padre y pese a que tampoco había pasado mucho tiempo con este debido a sus salvajes inclinaciones personales el anciano nunca le había pegado ni mentido por lo cual lo consideraba de fiar.

-Entonces no tengo nada para aconsejarte, muchacho- le dijo el Maestre casi como cuando aún no sobrepasaba por varias cabezas a su viejo maestro -Al menos por ahora, cuando regreses podremos recomenzar las lecciones, te dije que algún día las necesitarías, pero no me escuchaste- retó ligeramente el anciano -Ve, no te quitaré más tiempo. Que tengas suerte y esperaré tu regreso con la información que puedas recabar-

El Maestre hizo un ligero gesto con la mano para que Draken pudiera retirarse de los aposentos y siguió con la mirada al gigante Bolton.

Este podría ser un buen candidato tal vez... me he equivocado bastante con él. Lástima que esté tan lejos de la línea sucesoria...

Claro maestre Krilan, vendré a veros en cuanto sea posible a mi llegada.-Asintió y se despidió del anciano mientras se ponía en pie y memorizaba las cosas que tenía que hacer, que no eran pocas.

Debía de dejar a salvo a su escudero y preparar su arma y armaduras para recibir a la casa skagosí en sus tierras, debía de presentar un aire digno y fuerte, que esos bárbaros supiesen de antemano que no dudaría en ensartar sus pechos en su lanza.

La comitiva de Draken había regresado. Desde lo alto de su torre observó como los hombres desmontaban y los caballerizos se ocupaban de las monturas. Esperó a que Draken se despidiera y llamó a uno de los guardias.

-Busca a Draken y dile que cuando esté descansado se acerque a conversar con su viejo maestre, que se alegra de verlo de regreso. Ahora.- le dijo secamente apenas abriendo levemente la puerta.

-Sí, Maestre- dijo el soldado sabiendo que debía cumplir con aquel mandado o sería azotado... como ya había sucedido. Pero había aprendido, y la mejor manera de sobrevivir (y acceder a medicinas para su familia) era serle fiel y efectivo al Maestre.

Mientras tanto destapó una botella y tomó un largo trago del dulce néctar de la uva.

Draken había vuelto a Fuerte Terror tras el encuentro con la dinastía real de Skagos, venía cubierto de nieve hasta las cejas y algo de sangre seca de los huargos muertos en el camino.-Nathaniel, lleva mi caballo a las caballerizas y prepara un baño caliente.-Le dio las ordenes raudas a su escudero en cuanto lo vio aunque no olvido posar una mano afectiva en su hombro.

Cuando se hubo bañado y desarmado para la ocasión decidió acudir al torreón de Krilan tal y como habían acordado, pero las circunstancias habían ameritado que tuviera que hacer esperar al anciano por motivos personales tales como tomar un baño, comer algo de comida caliente o deshacerse de su pesada coraza y armas.-Que?.-Le preguntó al hombre de armas que servía al maestre Krilan que le hablaba mientras degustaba un plato de guiso caliente.-Hmm.-Escuchó el mensaje y en silencio dio algunas cucharadas mas, se limpió la boca con el dorso de la manga y apuró el zumo que estaba tomando.-Bien, vamos.-Le indicó al hombre para que le guiase como de costumbre.

Cuando llegaron a la torre hizo lo propio de la ultima vez, llegó hasta las dependencias y tras recibir paso por parte del maestre despidió a los guardias que lo habían escoltado.-Buenos días maestre Krilan, he vuelto con noticias.-Informaba al anciano a medida que se acercaba a su mesa en rápidos pasos de su gran cuerpo.-Con permiso.-Se sentó en la silla frente a este y espero a tener palabra para comenzar.

Krilan levantó la mirada cuando Draken ingresó con ese ímpetu tan característico de él y apenas sonrió.

-Draken, qué bueno verte sano y salvo... cuéntame, ¿qué tienes para decir?- preguntó dejando la pluma para atender completamente al relato del gigante Bolton. Después anotaría lo más importante, ahora quería escuchar...

En el viaje hubo un pequeño percance con lobos huargos, nada serio.-Comenzó por explicarle al eterno maestre de la familia, carraspeó y afianzó su posición en la pequeña silla.-He tenido algunas dificultades por culpa de Till, es demasiado hosco y violento, demuestra demasiado odio hacia los demás y casi dificultad mis intenciones de hermanarme con los hijos del rey Skagosí.-Till era un incompetente en cuanto a hacer relaciones políticas, una pena puesto que si seguía por esos senderos acabaría muriendo.

El rey Einar es un hombre duro y astuto, me recordó a Padre por lo que habrá que tener cuidado con el aunque no dudo en que Padre verá en el un aliado a su talla, es un hombre jocoso y bien pagado de si mismo por lo que no dudo que esté a la altura de su imagen ante los demás, me resultó fácil ganarme el respeto del rey, la atención de su heredero.-Hizo una corta pausa.-Me recuerda a Till, es violento...un perro salvaje por lo que parece, un bárbaro en toda regla.-Volvió a removerse en el incómodo asiento y se ajustó el puño de la camisa que llevaba bajo la capa de pieles de Huargo.-He trabado una buena relación con su segundo heredero Marrku, pese a ser bárbaro tiene buenas palabras y una mente aguda y capacitada para el diálogo, un buen partido para nuestra familia al igual que su hermano mas pequeño que aunque es ya un hombre aún es maleable, confío en poder ganarlo como aliado también y a diferencia de Till estoy dando mis primeros pasos para seducir y conquistar a la princesa skagosí, una mujer dura con una belleza exótica y peligrosa a la que le ha sorprendido mi figura y mis capacidades.

Algo más que deseéis saber, maestre Krilan?.-Preguntó Draken con esa característica mirada apagada de ojos azules que hacía que muchos lo tomasen por alguien peligroso o retrasado.-Ah, creo que cuando tengamos la alianza bien afianzada y la hermandad esté bien plantada deberíamos de eliminar a Eskol, el heredero del Rey Einar, es una pieza molesta para la familia y convertiría a Marrku en el nuevo heredero, uno mas capacitado y dado a la hermandad con nuestra casa.-Parecía idiota y eso lo hacía un enemigo formidable si se le otorgaba el tiempo necesario para idear grandes estratagemas, algo que sus enemigos desconocían.

El Maestre escuchó con atención.

-Me alegro que los huargos no hayan sido una verdadera amenaza, es raro verlos tan al sur...- dijo mesándose la barba en gesto pensativo -Y lamento que tu hermano te haya dificultado las cosas, pero espero que no haya sido grave...-

Realmente le sorprendía el Draken que tenía frente a él. Mucho tiempo sin que fuera a su Torre por lecciones parece que hicieron que el maestre se quedara con una idea errónea del hijo del Rey. No podía cometer esos errores ni siquiera con los suyos. ¿Se estaba haciendo demasiado viejo para el puesto? 

-No te preocupes por el futuro... de eso ya habrá tiempo de hablar. Mientras tanto necesitamos que acepten la alianza y se unan por las buenas. Interesantes datos has conseguido y veo que no has perdido el tiempo. Te felicito- dijo levantando la copa pero con el mismo rostro impertérrito y por momentos antipático de siempre -¿Sabes qué intenciones tienen? ¿Con qué pretensiones llegan a nuestras tierras?-

Draken asintió confirmando las cuestiones del maestre.-Si, maestre Krilan, conozco sus intenciones mas claras, les atrae la guerra, son un pueblo guerrero y confiado de si mismo en la materia, algunos de ellos hasta altaneros diría yo.-Tomó una pausa para cerrar las manos y desentumecerlas.-Su rey es un hombre fuerte y por lo que veo cabal aunque su gran ego puede cegarle así que habrá que tratarle como a un igual en las lindes de la guerra, un aliado militar poderoso y contundente.

-De acuerdo... entonces lo que más le atrae es la perspectiva de guerra... muy bien- masculló el maestre ante las palabras de Draken.

Sus dedos recorrían la superficie de la copa pasando por los grabados y sus texturas, ausente en sus pensamientos.

-¿Averiguaste algo de su cultura? ¿De sus creencias?- preguntó luego de un momento que se quedó callado con la copa entre las dos manos, como si su mente se hubiera alejado y hubiera retornado con esas inquietudes de lugares lejanos. Su mirada había recobrado la agudeza de siempre...

Draken respondió con contundencia.-No.-Un monosílabo a veces cruel y a veces crudo, como en aquel momento.-He tenido poco tiempo para aprender de su cultura y religión aunque deseo aprender de ambas, parecen un pueblo pragmático y sencillo, no creo que tarde demasiado en aprender de ellos.-Asintió y se removió en el asiento un tanto incomodo, esas sillas no fueron echas para gente de su envergadura.-Os informaré en cuanto pueda sobre todo este asunto y si me necesitáis para algo mas, hacedme llamar Krilan.-Le explicó al anciano mientras se ponía en pie.-Necesitáis que os informe de algo mas, Maestre Krilan?.-Se paró un instante junto al escritorio a la espera de que el anciano le permitiese marcharse.

El Maestre se levantó junto a Draken. Era realmente grande el muchacho, un especie de gigante, en especial al lado del enjuto y anciano Maestre.

-Has hecho un gran trabajo, Draken, y sé que podrás conseguir más información al respecto. Cuando sea así, sólo tienes que acudir a mí, ¿de acuerdo? No hace falta que esperes a que te mande a llamar, espero que entiendas que con todo este tema de la reunión y las alianzas, tu padre me tendrá ocupado y será mejor dejar en manos capaces lo que por mi edad ya no puedo realizar- dijo Krilan haciendo una seña de aprobación para que se retirase -Sabes dónde encontrarme, ya sea para informarme, por concejos o para retomar tus lecciones-

Draken asintió con un movimiento seco de la cabeza.-Gracias maestre.-Se ajustó la gran capa de pieles y se despidió.-En cuanto maneje mas información os haré una visita Maestre Krilan.-Posó una mano en el hombro del anciano y lo miró con la profundidad característica de los ojos azul hielo del gigante.-Debo de marcharme, tengo mucho trabajo por delante para que padre se sienta orgulloso de mi.

-Ve- respondió simplemente el Maestre mientras se quedaba pensando en las últimas palabras del joven Draken...

"...tengo mucho trabajo por delante para que padre se sienta orgulloso de mi."

La eterna búsqueda de aprobación paternal...