Partida Rol por web

-Vanya, muchacha, ¿cómo estás?- le preguntó de repente el Maestre mientras la joven caminaba por el Castillo.

El Maestre era de hacer esas cosas: aparecer de no se sabe dónde sin hacer ruido alguno. Además, el corto andar de la muchacha le permitía tener a alguien con su misma velocidad, lo que la hacía perfecta para realizar una conversación mientras se caminaba.

-Estaba yendo a buscar unos ungüentos a mi torre, ningún sirviente podría identificarlos con seguridad, y justo me he topado contigo. ¿Quieres acompañarme?- dijo Krilan.

Si Vanya hubiera sido otra, seguramente se habría visto sorprendida por la repentina aparición del maestre pero a ella eso le divertía. Se colgó de su brazo y respiró profundo, al fin que hacia un par de días que necesitaba hablar con él.

-Será un placer acompañaros para mí y para Demon...

Su cojera hacia que su velocidad fuera la misma que la del viejo maestre.

-De hecho, podrías ayudarme con un problema que tengo...

Guardó silencio, sólo lo diría cuando ambos estuvieran en un lugar seguro.

Krilan la miró. La muchacha no era mucho más alta que él, pero por la curvatura de su espalda lo parecía. Caminaron en silencio un trecho, hasta que llegaron a la entrada de su torre donde había apostados dos guardias. Les dieron el paso sin emitir un sonido.

-Cuéntame, ¿qué puedo hacer por tí?- dijo el Maestre mientras trepaban por los escalones de la torre.

Vanya sonriò, tarde o temprano el viejo se iba a enterar de todas maneras.

-Un dìa matarè a Mia...

Dijo con seriedad.

-Se toma atribuciones que no le corresponden y no estoy de humor para soportarla, de hecho creo que estoy de peor humor que nunca. Quizà puedas aconsejarle que no se meta conmigo, igual te harà caso...

Nuevamente le sonriò como si no hubiera dicho nada grave.

El Maestre hubiera sonreído si su intención no hubiera sido siempre la de ocultar sus sentimientos y emociones.

-Hablaré con ella entonces, no creo que una muerte más en la familia sea beneficioso para el Reino. Mucho menos si la mano ejecutora es un miembro de ésta- respondió el viejo -¿Cuáles son las atribuciones que no le corresponden y que tienes que soportar?-

Vanya cambió su mirada, tenía un problema mayor que la insolencia de su hermana.

-Necesito tu ayuda, maestre.

Se quedó sería, respiró profundo y lo soltó.

-Estoy embarazada y debo hacer algo antes que alguien se dé cuenta...

Podía ser un error o no, pronto lo sabría

El Maestre detuvo sus idas y venidas con frascos y ungüentos de diversos colores y texturas.

-Embarazada...- repitió Krilan de forma ausente para luego mirarla a los ojos -¿Quién es el padre?-

Vanya negò suavemente con la cabeza.

-Es mejor que no lo sepàis... ¿Me ayudarèis?

No le gustaba lo que iba a decir pero el padre no le habìa dejado mucha elecciòn tampoco, ni le habìa dado esperanzas de nada.

-Yo sòlo necesito saber... Tengo que encontrar un padre para èl o deshacerme del bebè ahora mismo.

-Puedo ayudarte... con ambas soluciones- respondió el Maestre -Pero es importante que sepa quién es el padre...-

Tenía que saberlo. ¿Quién había osado tocar a una de las hijas del Rey? Y si era uno de los hermanos tendría que hablar o con éste, o con el que fuera a ocupar el Trono.

Vanya se acercò cojeando al maestre y le sonriò casi maliciosamente.

-Os lo dirè, lo prometo pero no ahora... Resolvamos este asunto y cuando uno de mis hermanos sea el rey, juro por mi vida que os dirè quièn es el padre.

De momento lo mejor era tener en secreto aquello, ya habìa sobrepasado sus limites dicièndole al maestre que estaba esperando al hijo de alguien. Cogiò ambas manos del viejo maestre y lo mirò a los ojos con seriedad y un poco de frialdad.

-Lo importante es terminar pronto con esto, casarme ya o bien, deshacernos de èl, de el bebè estoy hablando... No es tan malo, ¿o sì?