Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche
Escena para hablar con Krilan, solicitada por Gorek
Gorek esperó pacientemente en la zona de acceso al ala en el que se encontraban los aposentos del Maestre.
A Gorek no le terminaba de gustar ese esceso de privacidad del que gozaba el Maestre, pero si su padre se lo permitía ¿quién era el para quejarse?
--Maestre-- dijo Gorek cuando por fin pudo reunirse con este.
--Padre me envía para ir a recibir y escoltar al Rey del Pantano y quería vuestro consejo y conocimientos -- explicó -- ¿Que podéis contarme de los "Comeranas" más allá de lo conocido por todo el mundo, y ¿que me aconsejarais para agasajar al Rey del Pantano y a su hija?
Los guardias al pie de la torre le avisaron que Gorek estaba esperando para encontrarse con él. Luego de dejarlo esperar un poco más, lo hizo pasar a su estudio, recibiéndolo con una reverencia apenas esbozada (pero justificada por su avanzada edad) y una copa de vino para cada uno.
-Ohh... esa gente no es fácil de tratar...- dijo meneando un poco la cabeza mientras su copa danzaba frente a él atenazada por unos dedos raquíticos -Primero que nada, no rechaces nada que te vayan a ofrecer, ya sea para tomar o comer. Los cuentos e historias dicen que no hay que recibirles nada, pero como queremos hacer acuerdos con ellos, algo bueno sería hacer oídos sordos a los rumores... o al menos aparentarlo. Después de todo, no van a querer matar al enviado de la Casa Real en su recibimiento... ¿no es cierto?-
Ambos hombres, uno joven y otro anciano, estaban sentados enfrentados con sendas copas. El Maestre se mostraba cortés con el príncipe y nunca olvidaría lo que había costado sacarlo adelante al muchacho.
Máster, se me ocurre algo simple para agasajarlos, alguna criatura o planta extraña. ¿Qué te parece? ¿Invento algún nombre raro y se lo hago llegar a Gorek?
Gorek asistió
--Si me obsequian con algo, por extraño que sea no lo rechazare.-- dijo el joven con formeza a pesar de su voz apenas audible. -- Pero... ¿Y yo? ¿Que les puedo ofrecer?-- dijo pensativo
-- Si es poco, quizás se ofendan, si es mucho, puede que se sientan incomodos...
¿Un tridente (fisga) para el Rey? Tengo entendido que es un arma común en los pantanos, pero de ser así, ellos ya las tendrán de gran calidad, probablemente mejor de lo que yo pueda conseguir en tan poco tiempo.-- dijo más bien como pensamiento en voz alta.
--¿Y a su hija? ¿La trato como a una dama recatada, o se ofendera por ello? Según se rumorea,las mujeres del Pantano más bien parecen hombres sin barba ¿le llevo un glamuroso vestido, o un collar precioso, u otro tridente, o ambos? Puede que lo sensato sea llevar ambos para ofrecer el que más se ajuste a la situación...
El maestre miraba con paciencia al Príncipe. Le parecían bien las deducciones que estaba sacando, aunque poco probables. Lo que más rescató fue la cuestión de tener dos cartas bajo la manga.
-Veo que mis enseñanzas no han caído en saco vacío- dijo Krilan -Sería una muy buena estrategia tener dos opciones y elegir en el momento la mejor. Si necesitas alguna planta exótica, como regalo para la Princesa tal vez, puedo hacértela llegar... De nuevo, no hagamos caso a las habladurías. Además, ellos mismos quieren mantener el secretismo, y si demostramos saber más de lo que ellos quieren mostrar, sólo haremos que se cuiden más, que ya es bastante.-
Hizo una pausa para poder aprovechar el sabroso vino que tenía en su copa. No le daría las respuestas así como así. Gorek era uno de los posibles herederos, y estaba en su deber valorar a cada uno por separado.
-Y para el Rey... ese sujeto sí que es enigmático- saboreó otro pequeño sorbo del brebaje -¿Qué harías frente a alguien del que no sabes absolutamente nada?- preguntó mirando a los ojos al joven que tenía frente a él -Porque un arma así, puede ser muy buena, pero ¿y si no sabe usarla o no puede cargarla? Sería casi un insulto. Una joya es un regalo más neutro, pero si es humilde o no valora esas cosas, sería no sólo un malgasto de energía sino de riqueza, que podría ser mejor aprovechada con un Lord al que necesitemos como aliado-
--Gracias sí, una bonita flor que solo se de en nuestras tierras podría ser una opción -- dijo con respecto a la dama.
--Pero en cuanto al Rey, esas eran mis dudas Maese, por eso o he pedido vuestro sabio consejo.
El Maestre meneó levemente la cabeza. El muchacho parecía no haberse percatado de la prueba, y eso lo hacía vulnerable.
-Sé que has venido por consejo, y eso es lo que estoy haciendo. Te estoy ayudando a pensar. Yo estaré el tiempo que los Dioses me lo permitan, pero si en algún punto de tu ser aspiras a heredar, deberás dar una mejor respuesta que esa.- respondió Krilan con acritud -Ahora bien, si no sabés nada de alguien, lo primero que debes hacer es informarte sobre esa persona. Ve preparado, pero asegúrate que apenas salgan del pantano haya alguien leal a tu regia persona que te pueda informar sobre sus costumbres, intereses, modos...- hizo una pausa que aprovechó a para tomar un sorbo de su copa -Si no sabes nada de ellos, sólo puedes arriesgarte y confiar en tu suerte. Si estás informado no hará falta... ¿entiendes? ¿Crees que podrías poner a alguien en su comitiva que pueda informarte?-
El mismo Maestre había pensado en poner algún informante, pero aún no lo había logrado. Tal vez, el muchacho tuviera más suerte en ese aspecto.
Gorek negó con la cabeza.
-- No lo entendéis, padre nos ha informado hoy de sus planes y hoy mismo me ha ordenado partir, milagro sera si llego a ellos antes de que ellos lleguen a nuestras tierras.
No hay tiempo de más maniobras, si lo hubiera seria harina de otro costal, yo mismo haria gestión e investigaciones detalladas y pormenorizadas, pero no hay tiempo de eso, por ello recurro a vos de urgencia ya que vos sois la persona que atesora más saber y conocimientos del castillo.
-¿Te ha enviado ya mismo a encontrarte con el Rey del Pantano?- preguntó el Maestre sin demostrar su sorpresa.
¿Para qué ya? No hace falta...
--Ya mismo no, de inmediato. Partiremos en cuanto abandone sus aposentos, de ahí mi premura.
-Mmm... ya veo- masculló el maestre levantándose de su asiento y apurando el vaso de un solo trago -Había pensado en alguna armadura de cuero bien trabajada, digna de un Rey, que simbolizara la protección entre los dos Reinos... pero dado que te tienes que ir en este preciso momento puede que eso sea imposible. Deberías revisar las armerías reales, tal vez haya algo así. Y sino, lo que puedes hacer es lo siguiente: llévate al mejor caballo que haya, claro que con la venia de tu padre, y que ése sea el regalo. Un caballo siempre viene bien, y puedes decir que es el símbolo de la fuerza y la velocidad con la cual arremeteremos contra nuestros enemigos comunes, pero también la pasividad y la lealtad con la que nos desenvolveremos una vez alcanzada la paz- opinó Krilan sin dejar de caminar, lentamente y apoyado en su cayado.
Era una vieja costumbre, caminar para pensar, pero hace muchos años que eso se había vuelto un poco difícil dada su motricidad.
-- Umm-- murmuró --No quiero inmiscuir a padre.
Gracias Maestre, ya veré que hago en el tiempo que tengo. E de marcharme ya-- dijo a modo dd despedida.
-Que tengas un buen viaje, príncipe Gorek- respondió el maestre -Te haré llegar la flor antes de que te vayas...- finalizó despidiendo al joven desde donde estaba.
Si tenés post de salida o algo así, hacé que un paje te lleve alguna flor rara de parte del maestre ;)
Buena escena :D
Perfect