-Vaya... -Nuevamente sorprendido. -A eso mismo venia Sr.C... Vera es respecto a la periodista... Parece que ya no sera necesario encontrar dicha llave... Bueno si para mi, pero ustedes no se encargan de la limpieza por lo que no les atañe. -Trago saliva, su bigote se veía lacio. -El caso es que había ido ha entregarle algo de comida pero estaba... muerta. Parece ser que no soporto la soledad y decidió suicidarse. Desde que estaba allí nunca dijo una sola palabra y parecía ausente, supongo que perdió su vitalidad y ganas de vivir... no se. -Scrafy se quito el sombrero por primera vez, poniéndolo a la altura de su pecho, dejando que su pelo enmarañado fuera libre para sentir la brisa.
-Ahorcada para mas señas... con prendas de su ropa, sin desean todos los detalles.
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-Pobrecilla... -dijo Callahan, al escuchar a Scrafy informarle acerca de la defunción de la reportera, mujer con la que había discutido mucho y que había desaparecido sin dejar ni rastro-. En fin, pues una víctima más de lo sucedido. Ahora sólo quedamos seis. Y confío en Helmut y Povxiridae, por lo que me temo que tenemos un problema entre manos, señorita Porter.
El jefe de seguridad únicamente deseaba que su instinto le estuviese engañando, pero los recientes sucesos le hacían pensar que, a su pesar, Abby Nell era la última de los entes.
-¿Y bien? Ahora que el profesor ha muerto, dígame cuál es el motivo por el que no podía votarle. Su voto ha condenado a una mujer inocente a la celda.
Escuchar lo que le habia pasado a la señorita Debra fue un caso sin duda triste, sin embargo aun no había forma de descansar y dar el pesame apropiadamente, escuchó a Callahan tranquilamente, antes de hablar ella.
-Creo que ya escuchó mi razón de no votar por el, señor Callahan... Realmente la unica razón por no votar por el fue esa, pensé que estaba trabajando para eliminar a los entes, sus deducciones fueron las que de cierta forma me abrieron los ojos.- Comentó con honestidad, sabía que el profesor la había incluso amenazado pero no entendía en que momento cambio su bando, antes de cometer aquella accion de suicidio y mandar a la señorita Helen a la prisión en su lugar -Siento mucho lo de la señorita Helen, y estoy dispuesta a incluso tomar su lugar si incluso lo considera correcto señor Callahan- Finalizó con total firmeza.
-No tiene que tomar el puesto de nadie, señorita Porter -le indicó Callahan a la joven millonaria, en tono severo-. Es una rosa, ya se lo dije. Y como tal, ha terminado sacando sus espinas. -El jefe de seguridad no parecía en absoluto molesto de saber que Porter había estado ocultando información, ni tampoco sorprendido. Su instinto pocas veces llegaba a fallar-. Recuerde lo que le dije acerca de cuál era mi prioridad. En fin... sólo espero que no sea uno de esos entes, señorita Porter. Me apenaría que no pudiera salir con vida de este zeppelin.
El hombretón sabía que tenía que acudir ahora a la celda improvisada. Aún quedaba un superviviente del que no sabía nada: Eggstein. De lo que él le dijera dependería lo que haría a lo largo de la siguiente hora.
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