-Hasta que encontremos alguna pista que pueda indicarnos quiénes son los responsables del asesinato del señor J. Bright, tendremos que guiarnos por la simple y llana deducción -declaró el jefe de seguridad, cruzando los brazos sobre el pecho-. Ahora mismo caminamos a ciegas. No sé cuál de vosotros es inocente y cuál puede ser responsable de la muerte de Uriel Bright. Quizá en unas horas tengamos una pista de la que tirar.
Callahan escuchó las palabras de Abby Nell Porter y consideró que eran sensatas. Había conocido a muchas mujeres adineradas en sus antiguos empleos y sabía que no había término medio en ellas: o estaban totalmente atolondradas o demostraban ser lo suficientemente astutas e inteligentes como para prosperar por sí mismas. Porter parecía del segundo tipo.
-Quizá podríamos dividirnos en grupos de tres para explorar las distintas salas -sugirió, considerando que el plan de buscar el cuerpo de Bright podía darles pistas de quién le mató-. Así nadie se quedará solo y a merced de uno de los asesinos. Y habrá que pensar en las votaciones. He escogido que sean públicas y enviar al sospechoso a los calabozos. Al ser públicas, los asesinos no podrán votar en bloque sin que se dé un gran canteo y enviar a un inocente a los calabozos.
A pesar de que Scarfy era el conserje, desde que aquel idílico viaje hubiera comenzado, la gente parecía confundirlo con un camarero cualquiera, o al menos eso esperaba porque si confundían a su persona con la brillante presencia de la Señorita Vi, es que esa gente estaba loca.
Y aun así, ya parecía tarde para cambiar de papel, tras haber servido al menos tres copas de dudoso licor, después de todo el era conserje no camarero. -Si Señora. Claro señor. Aquí tiene caballero. -Era lo único que acertó a mencionar mientras era zarandeado de un lugar a otro. Hasta que pudo tener un ligero descanso cuando la cena fuera servida.
Apoyado en la puerta sur, no muy lejos de la cocinera, escucho su grito y vio el horror de su trabajo terminado sin finiquito, por que el hecho de que acaben con tu superior sin avisarlo siquiera, puede ser motivo de fin de empleo. Por suerte para ese simple conserje, el jefe de seguridad tan capaz él le dio un nuevo cometido, mover la cabeza del anterior capataz y devolverle su oficio, olvidando el de camarero.
-Claro, por supuesto... -Fue lo único que consiguió a soltar mientras el labio le temblaba. -Pero tengan cuidado porque parece que alguien esta ensuciando el suelo con partes de... mmmm.. vale soy yo, olvidenlo. -El estar cerca de la estufa y tener las manos temblando por culpa de sujetar una cabeza recién hecha, era mas que evidente que ensuciar los alrededores seria inevitable.
Friedrich miró atónito la cabeza de Bright no era la primera vez que veía morir a alguien pero si la primera en la que veía con horror la cabeza del que había sido su anfitrión. -Sin duda ha sido una muerte brutal. Perro yo confío en la gente de bien que ha estado disfrutando de la inauguración. Sin embargo el personal es otra cosa ya que tenía acceso a todas las instalaciones del lugar. Aunque como ha dicho la señorra Porter los empleados si que son los mas adecuados perro a la vez destaco lo dicho ahorra pudrían no ser de fiar. Oyó lo dicho por el jefe de seguridad sin demasiado entusiasmo el era el último von Hindburg nadie de tan baja reputación le daba órdenes. - Tu trabajador aunque podría suponer una buena idea donde estamos mas a salvo del asesino es aquí donde donde sin duda el canalla que haya hecho esto no se atreverrá a actuar. Perro si os place buscar yo no es negarré ese gusto ya que las pistas están fuerra perro aquel que te acompaña podría ser el asesino.
-Creo que el caballero robótico y el Señor Callahan tienen razón, lo más sensato será buscar el cuerpo e ir en grupo ayudará a mantenernos a salvo, ya que tampoco los conozco y honestamente no confío en ustedes... ¿Le parece si usted arma loa grupos Señor Callahan? O ¿cómo nos dividimos?
Vi se había mantenido callada todo este tiempo, pero a pesar de eso, había demostrado en todo momento ser una chica alegre y jovial, sonriendo a todos los pasajeros y sirviéndoles todo lo que pedían como si un ángel hubiese decidido dejar descansar sus alas y seguir volando en aquel zeppelin. Todo aquel aura de bondad se vio paralizado cuando la cocinera descubrió la cabeza del Sr. Bright. Vi gritó horrorizada y su cuerpo empezó a temblar. Una lágrima se escapó descendiendo por una de sus mejillas y se abrazó a si misma con los brazos en señal de confort. Algunas bromas le parecieron fuera de lugar e hizo que su entrecejo se frunciera. Todo el mundo dió su opinión, pero cuando empezaron a sospechar que podía haber algo en la bebida levantó una ceja. No se había demostrado ni que había sido envenenado y ya estaban con conjeturas que señalaban hacia el sector del personal del zeppelin. Se propuso ir en busca del cuerpo y a pesar de que la horrorizaba, decidió que era la mejor opción. Quizá eso les daría más pistas sobre quien era el culpable. Porque solo de pensar que estaban ahí encerrados con el o los asesinos, ponía los pelos de punta a la pelirroja.
Estaré en el bar, por si alguien necesita algo. Intentó sonreír aunque no le salió como al principio del viaje. Creo que lo necesito hasta yo... Murmuró justo antes de ponerse en marcha.
Observó a todos y cada uno, buscando entre sus palabras la verdad que se escondía entre ellas. Cada uno de los presentes presentaba un claro cuadro que reconocía, desde la más absoluta ignorancia, pasando por el pasotismo o los nervios de ver un cadáver pero, ¿quién sería realmente el que fingiera?
Carraspeó la garganta, o lo intentó al menos, mientras el resto de comensales se dividía para buscar el cuerpo. Sin embargo Poxviridae no parecía tener intención de moverse del sitio, no de momento, fijando los cristales de su máscara en aquellos que todavía no había escuchado.
Señor Windergall, señorita Silver… ¿algo que añadir? – Hizo memoria de todo el recorrido que hizo antes de desembarcar, y estaba completamente seguro de que ni siquiera les había visto cruzar.
Alzó su mano zurda y, con el índice, empezó a señalar uno a otro mientras murmuraba una frase de una canción infantil.
Pito, pito, gorgorito, quién será el asesino… Tú.- Se detuvo en la chica, quien permanecía impasible.- Dudo que esté acostumbrada a una escena tan… macabra.- Miró a la cabeza, todavía flotando en la sopa.- Su apatía me hace sospechar que tiene algo que ver, señorita.
Se me había olvidado que hay que votar xDDD
Callahan no entendió qué pretendía decirle el sujeto de la máscara, cuyas palabras sonaban demasiado erráticas en oídos del jefe de seguridad. Tal vez porque no las entendías o porque pronunciaba demasiado la erre.
-Señorita Von Slandika, no voy a armar yo los grupos. Depende de ustedes cómo distribuirse -decidió el hombretón, con un gesto de negación. Nunca había sido un líder, solo un tipo de acción-. Aunque bien-intencionada, puede ser una acción que los entes aprovechen para empezar a querer hacerme ver como una especie de dictador y que lleguéis a sospechar de mí. Si a alguien le sirve para hacerse una idea de la localización de cada uno, yo estaré en la cocina con la señorita Rossier y el profesor Von Lifesteal, y la señorita Roth y el señor Eggstein han ido al bar.
El jefe de seguridad tenía claro a quién iba a votar primero, aunque aquello no dejaba de ser una lotería, dado que no tenían ningún tipo de votación de la que disponer.
-A falta de alguien mejor, mi voto irá contra el señor de las erres.
Scrafy se detuvo un segundo y procuro girarse lentamente. -Un apunte mas. ¿Que es eso de los entes exactamente? ¿Quiere decir que este asesinato no a sido algo mundano y cruel, sino sobrenatural e imposible? -Agito su bigote confundido, antes de empezar a sospechar de la gente y dejar la sopa en un lugar mas adecuado, quería tener todo claro al respecto. -Entonces creo que el envenenamiento esta fuera de lugar ¿No? -Bueno tenían claras evidencias de que no parecía el síntoma de muerte del Señor J.
Al revelarse la cabeza de Uriel, Windergall pronunció un grito incluso más fuerte que Helen - ¡¿P-p-p-pero qué?! A-alguien saque eso de mi vista ahora mismo. - Se alivió cuando Scrafy retiró la cabeza y dándose aire con la mano prosiguió, - Les advierto que si alguien me hace daño o siquiera lo piensa, con el mínimo toque los demando a todos, nadie se salva aquí ¡los demando! He dicho, tengo a mi disposición los mejores abogados de Ankrama y mi padre me respalda siempre que le pido algo. - Se reincorporó en su silla.
- Ordeno que este Zeppelin aterrice de inmediato, chop chop. -
Abby estuvo atenta a los comentarios de todos los presentes, analizando cada detalle y tratando de recordar que había pasado desde el momento en que arribó al Zeppelin. Afortunadamente para ella, una mujer de clase debía tener una memoria impecable si quería lograr sobrevivir en el mundo tan lujoso que le rodeaba. Aunque si tenia que ser sincera, no era como que hubieran muchas pistas como para señalar a un sospechoso, al menos no las suficientes, se limito a rodar los ojos al escuchar el comentarío de Windergall mas haya de una pequeña rabieta no aportaba en nada.
—Señalar a alguien tan prontamente es algo queme gustaría evitar en estos momentos... Pero debido a la gravedad del asunto.— Empezó a decir, jugueteando con su pipa entre sus dedos y escaneando a todos los presentes en la habitación —Creo que el señor Helmut fue el ultimo que vio a Uriel, que yo recuerde... Le mostro la cabina de mando una vez estuvimos todos a bordo, por lo que mi voto ira hacía el.— Si su mente no estaba fallando en esos momentos (Y estaba muy segura de que no era el caso) Esta fue la ultima vez que había visto a su ya fallecido anfitrión, por lo que era la sospecha mas evidente para ella, claro que... Era muy pronto para decidir algo como aquello, sea como fuere, a casos desesperados...
Habían dado comienzo las votaciones y por la cara que ponía, se podía deducir que no tenía ni la más remota idea de quién podía ser el culpable. Era muy pronto. Pero todos estaban dando un nombre.
Simplemente se dejó llevar por su primera impresión de los presentes cuando se descubrió la cabeza del dueño del Zeppelin. Y las bromas que había hecho el profesor, no le habían gustado nada.
Había estado tan emocionada al momento de levantar la tapa para servir la comida a los comensales, tenía la firme creencia de que una buena comida para iniciar un viaje era la mejor sensación, por lo que al levantar la tapa y ver la cabeza del dueño del zeppeling en su comida. El grito había salido sin pensarlo y el shock la había llenado de tal manera que se había quedado muda mirando todo sin prestar atención a nadie. No escuchó lo que hablaron, no le prestó atención a las culpas y solo reaccionó un poco cuando Callahan le habló, tomando las riendas de todo el asunto y pidiéndole que se tomara un momento para ella. Asintió aún desconcertada alejándose de inmediato de la comida y por lo tanto de la cabeza buscando donde sentarse.
No sabía que pensar, ni a quien culpar. Muchas cosas se arremolinaban en su cabeza y no le había prestado especial atención a la reacción de nadie desde el principio. Tenía que ser lógica en el asunto, aunque no se sentía lista en esos momentos para nada. Pero recordaba a la última persona que había visto hablar con su jefe antes de irse a la cocina. Suspiró al escuchar lo de separarse y buscar, era buena idea, pero por ahora, se quedaría allí sentada hasta agarrar fuerzas para poder ayudar, seguía tocada por haber visto tal brutalidad tan de cerca.
Todo esto estaba siendo un poco precipita incluso pra un millonario excéntrico.
- No me gusta la cara del maquinista, alguien de la tripulación está en el ajo seguro. Acusó a Vinicius... digo Venancio ... digo Veneccio!