X - TORTURA CHINA [DÍA 1]

La lavandería consta de una hilera de siete lavadoras, una mesa de acero para doblar la ropa con dos sillas plegables metálicas, un gran carrito de acero, un banco acolchado y una máquina expendedora de suministros y accesorios de higiene personal, así como para usar las lavadoras.

Además de eso de un lado a otro había varias cuerdas donde distintas prendas se encontraban colgladas, desde bañadores hasta camisetas e incluso alguna que otra ropa inteiror se podía ver por el lugar.

Los que se habían acercado al lugar para investigarlo o quizás para charlar entre ellos no habían sido otros que Kasumi Kato y Ken Watanabe, sea lo que sea que estos dos tuvieran en mente, al menos estaban seguros de que nadie más podía molestarles mientras estuvieran ahí.

Dedicó una mirada larga a Ken Watanabe, una de esas que dejan claro que esperaba encontrarle allí, para terminar dedicandole un sutil cabeceo a modo de saludo antes de acercarse a las lavadoras.

¿Habría alguna en funcionamiento? ¿Las coladas ya habían terminado? ¿O aún no habrían empezado?

El joven Watanabe sabía que encontraría en la lavandería a Kasumi Kato, y que quizá aquella fuese de las pocas ocasiones en las que ambos jóvenes tuviesen oportunidad de compartir información. Desde el día anterior se había percatado que la muchacha nunca abría la boca ni emitía palabra alguna, por lo que suponiendo que alguna restricción al respecto debía de tener por culpa de las acciones prohibidas de la pulsera, no insistió en forzar una conversación, si no que se limitó a explicarle sus pensamientos.

Miró a derecha e izquierda, y cuando Ken se aseguró de que no había ojos u oídos indiscretos cerca que pudiesen entrometerse, le habló con cordialidad a la hermosa joven con quién había decidido confiar.

- Seré franco. - rompió el silencio, dedicándole una mirada fija a sus ojos, como si estuviese por declarársele y expresar sus sentimientos cual enamorado - Mi Ultimate me permite averiguar los Ultimates del resto, y precisamente decidí investigarte esta noche para saber si eres alguien confiable. - reconoció sin pelos en la lengua, dejándole claro que la había tomado por objetivo en la noche e investigado a consciencia - Se que eres la Ultimate interrogador, que puedes elegir tu objetivo durante el día y encerrarlo en la etapa de noche para interrogarlo en privado, preguntándole cosas sin que se revele tu identidad. Se que puedes ejecutar al que "secuestres", pero que de errar en el intento, se acabaron los intentos de ejecución.

Entiendo que la desaparición de la chica coletas tintadas es cosa tuya, pero si estoy aquí diciendo esto es porque confío en ti, especialmente por la descripción de tu Ultimate. ¿Confías en mí? ¿Es suficiente demostración de que hablo con sinceridad todo lo revelado? Asiente de ser el caso, por favor... ¿Podemos hablar a través del diario, en caso de que estés imposibilitada para hablar? ¿Qué has podido averiguar?

Después de un asesinato como el acontecido, Ken Watanabe había dejado de ver todo aquello como un simple juego o navatada, para temer por su vida y la del resto de alumnos inocentes. Trataría de usar su habilidad para descubrir a los asesinos, y contar con la invaluable ayuda de Kasumi Kato era de vital importancia.

Se apoyó en la lavadora y suspiró con alivio tras la "acusación"

- Bueno, pues ya está casi todo dicho... - respondió en un tono muy moderado. No, no parecía tener ningún impedimento para hablar - se llamaba - y  no se te escapó el detalle de que lo dijo en pasado - Tsuji Akane. Era inocente... muy estúpida, pero inocente - reconoció con culpa - hablamos largo y tendido pero me confundió su cambio de actitud, su forma de hablar, su... - supiró - no soy una buena persona - resumió, confesando

Ken no pudo evitar realizar un "face palm" al escuchar que Tsuji Akane ya era historia, y que además se trataba de una inocente confirmada, lo cual indicaba que la joven Kasumi Kato había errado en sus apreciaciones. Fuere como fuere, ya todo estaba hecho y poco se podía hacer para remediar lo ocurrido, pero el chico no la culpabilizó ni se mostró contrariado.

- Vaya, que se le va a hacer. - se encogió de hombros y suspiró quedamente - Ejem, ahora ya está hecho, así que borrón y a otra cosa. Puedes quedarte tranquila, mis labios están sellados. Tu secreto está a salvo conmigo. - le guiñó en complicidad el ojo izquierdo, dándole a entender que pese a todo, seguía confiando en ella y no la consideraba una de los verdaderos asesinos, aunque también lo fuese circunstancialmente. ¿Al menos sus acciones no habían sido para tratar de evitar que todos sean asesinados? Tratemos de encontrar algo relevante en esta sala, para aportar luz al asunto. Aunque el tipo de la escopeta haya disparado sin pensar, creo que al igual que tú tampoco forma parte del grupo de los esbirros del oso. Se asemeja más a un perfil de Ultimate cazador o similar. ¿Has encontrado algo dentro de las lavadoras? Voy a mirar a consciencia el carrito, la mesa, la máquina expendedora y los hilos de tender. Algo relevante encontraremos.

En aquella sala no parecía haber ningún tipo de pista o indicio de ninguna ilegalidad cometida o intento de asesinato; por lo que o bien habían escogido mal esta sala para investigar un crimen que ni sabían que se había cometido al momento de elegirlo o bien simplemente buscaban una excusa para charlar en la privacidad de la soledad.

Las pantallas que se encontraban en la estancia se encendió, y tras mostrar un pequeño vídeo de un reloj con varias partes móviles girando en direcciones contrarias, incluso el minutero iba en sentido anti-horario; el fondo cambió a uno estático, esta pantalla se encontraba partida en dos, un lado blanco completamente y el otro lado negro. Y de esta pantalla, una voz en Off habló, la voz parecía ser de alguien que deseaba aparentar pulcreza, elegancia y clase.

-¡El tiempo de investigación ha terminado!. -Exclamó el oso- Ahora, es de obligada asistencia la presencia en el Juicio Escolar, por favor pasad a la nueva zona accesible...

Sin tener más remedio que asistir a aquella invitación por parte del Director para asistir al Juicio Escolar, aquellos alumnos que se encontraban en las escenas paralelas movieron sus respectivos culos en dirección hacia aquella nueva zona que había sido desbloqueada y que las pulseras los guiaban. Al parecer era la zona con el rostro de Monokuma.

IX - Deliciosa Duda [DÍA 2]

La lavandería consta de una hilera de siete lavadoras, una mesa de acero para doblar la ropa con dos sillas plegables metálicas, un gran carrito de acero, un banco acolchado y una máquina expendedora de suministros y accesorios de higiene personal, así como para usar las lavadoras.

Además de eso de un lado a otro había varias cuerdas donde distintas prendas se encontraban colgladas, desde bañadores hasta camisetas e incluso alguna que otra ropa inteiror se podía ver por el lugar.

Los que se habían acercado al lugar para investigarlo o quizás para charlar entre ellos no habían sido otros que Kiryu Akame, Yusuke Araki, Kusuri Kampo y Eromochi Koí-to, sea lo que sea que estos cuatro tuvieran en mente, al menos estaban seguros de que nadie más podía molestarles mientras estuvieran ahí.

Dentro de la Lavandería, grito varias veces el nombre de Tsuji Akane intentando encontrarla.

-TSUJIII!! AKANEEEE!! ... dónde estás querida Tsuji!!... - veo aparecer al resto. - Oh!~ preciosas Kiryu Akame y Kusuri Kampo ayudadme a buscar a Tsuji por favor!

Mientras busco y rebusco por la Lavandería cualquier cosa que pueda ayudarnos, pregunto al resto - Decidme que sabéis algo más que yo... - el tono es preocupado y afligido. Incluso miraba hacia Yusuke Araki de vez en cuando. Aunque fuera un chico... quizás sería útil saber su opinión.

La investigación del lugar obtuvo un resultado: ¡NO HAY RESTOS DE TSUJI AKANE!.

Al parecer la habilidad innata de Eromochi Koí-to de oler la ropa interior femenina tuvo la gran utilidad de que este no pudo reconocer el "aroma" de Tsuji Akane por ninguna de las braguitas que había en el lugar; al parecer no se había cambiado de ropa interior en todo el tiempo que estuvieron por ahí.