Partida Rol por web

Al otro lado de la trampilla no había una salida, sino una sala completamente distinta que nunca antes había visto; al parecer esta sala era un especie de lugar de interrogatorio, perfecta para que ella pudiera hacer dotes de sus habilidades y lograra sonsacar la verdad de los malechores.

En la estancia había un distorsionador de voz, focos para apuntar a la cara, alicates, tornillos, martillos, clavos, pinchos... e incluso una gran botella de cloroformo y pañuelos de todos los colores y formas. Además de una bonita máscara con el rostro de Monokuma con el que poder ponérselo para evitar que sus víctimas la reconocieran.

Y claro... con una sala perfectamente dispuesta como esta, sería una auténtica pena no usarla... ¿Verdad?.

Con este pensamiento en mente volvió a la superficie, a su cuarto

Después de un par de minutos, los ojos de aquel alumno secuestrado empezaron a moverse debajo de sus párpados cerrados tan solo para encontrarse con una terrible realidad una vez que este los hubo abierto; no se encontraba en su cuarto, ahora aquella estancia estaba sucia y lo que era peor, estaba atado a una silla de muñecas y tobillos.

Si eso fuera poco, se podía ver la cabeza del culpable... o algo así, pues era una máscara de Monokuma. ¿Qué era lo que hacía ahí?. ¿Qué era lo que esa persona enmascarada quería?. Todo eso era un misterio que esperaba que fuera revelado pronto; aunque por la presencia de pinzas, alicates, martillos, clavos, navajas y una cuchara... no parecía que esto fuera a ser demasiado positivo.

Ay, ay, ay... - mustió mientras levantaba la cabeza en aquél lúgubre lugar. - ¿Qué sitio es este? ¿Hola? - miró, sorprendentemente calmada a pesar de estar atada, buscando con la mirada algo que la pudiera ayudar se topó con lo que supuso que era su secuestrador. - ¡Oh! Esa máscara es como la del director.

Ladeó la cabeza. - Imagino que no eres de los asesinos ¿verdad? Si lo fueras, simplemente habrías... Bueno, asesinado. - miró los aparatos de tortura que habían a su lado. - Mmm... - dirigió su mirada otra vez a su secuestrador. - Así que al final todo va en serio... Dudo que en la academia se le permita a otros alumnos abusar de esta forma de la libertad de otros alumnos, además de usar drogas para dejarlos inconscientes.

Bueno, me tienes toda para ti, así que dime ¿Qué quieres de mi? - inquirió.

Se acuclilló frente a ti, a distancia suficiente para evitar cualquier tipo de contacto físico

- No necesitas imaginar, lo sabes - sentenció - sabes mucho sobre ellos: que tienen un arma con la que marcan a sus víctimas, por ejemplo - citando algo que Tsuji había dicho delante de todos - así que cuéntame, ¿qué más sabes? ¿cuántos sois? y no te molestes en negarlo o será peor.

Ladeó la cabeza, confusa. - ¿Un arma para marcar a sus víctimas? Si solo marca... ¿No sería un marcador y no un arma? - negó. - ¿Y para qué iban a querer los asesinos algo como eso? Quiero decir ¿no sería muy llamativo que alguien fuera con una marca por ahí?

Fuera quien fuera quien estaba tras aquella máscara extraña, parecía que se acababa de marcar el triple de su vida. - ¿Y cómo estás tan seguro que soy parte del grupo de los asesinos? - intentó acercar un poco la cara a aquél tipo. - Te das cuenta de que me has atado de pies y manos ¿verdad? No puedo hacerte absolutamente nada, así que tampoco hace falta que estés tan lejos.

Fue entonces cuando apartó la mirada y miró al techo. - No sé que conclusiones te han llevado a pensar que puedo ser de los asesinos, sobre todo tan pronto, pero no puedo demostrar ni que soy buena ni que soy mala, aún así ¿tienes alguna forma de hacerme decir la verdad? De ser así, hazlo y acabemos con esto cuanto antes, me gustaría pasar de trámites tontos y hablar de estrategias que podamos usar. - volvió a mirar a su interrogador. - ¡Tampoco me hace falta saber tu identidad, si es lo que te preocupa! Te puedo decir algo que solo tú sepas y en caso de que sospeche alguien de ti en algún momento, la dices y entonces yo confirmaré tu inocencia.

Volvió a sonreír, la chica parecía que no era la primera vez que pasaba por una situación similar. - ¡Bueno, elige algo rápido, ya sea confiar en mí y montar alguna estrategia conmigo, torturarme y sacarme la verdad de alguna forma que solo tú sepas o soltarme, pero la noche no es que sea muy larga y me gustaría formar algún plan conjunto! - ahora mismo aquella lúgubre persona era el máximo inocente para Akane, por lo que estaba expectante de ver si hacía bien en poner en él sus esperanzas.

- Si quieres enfadarme para tener una muerte rápida, vas por buen camino - le advirtió cuando empezó a darle vueltas al asunto del arma y la marca que ella misma había iniciado horas atrás

- Si estuviera seguro, no estaríamos hablando - admite - pero te diste mucha prisa en decir "nosotros" y "ellos" en público, te diste mucha prisa en hablar sobre cómo funcionaban y te interesaste muy rápido en los Juicios Escolares... muy dispuesta a deshacerte de un compañero al azar, porque como tu bien dices es muy pronto para atar cabos. 

Se puso en pie y caminó, trazando un semicirculo alrededor de Tsuji para acabar en su espalda. 

- Me considero buena persona, así que tienes una oportunidad de hablar y tratar de convencerme de que me equivoco... aprovéchala bien, como has dicho la noche es muy corta... pero el tiempo corre en tu contra, no en la mía. 

Continuó caminando hasta la bandeja metálica sobre la que había dispuesto sus herramientas y escogió un hilo de pesca con dos trocitos de madera atados en los extremos, dejando que Tsuji lo viera bien. No habría segundas oportunidades, era un arma letal.

Mmm... - comentó ladeando la cabeza de un lado a otro. - Pues según lo dices, no he dicho nada que no dijera el director, así que sigo sin entender que te puede haber hecho sospechar de mí. - alzó los hombros. - Como sea, no tengo ni idea de qué quieres que te diga, así que ¿por qué no preguntas de mí lo que quieras saber?

Así funcionan los interrogatorios. - añadió. - Tú me haces una pregunta, yo contesto, pero no puedes esperar que te diga algo sin saber si es lo que quieres saber. Pregunta lo que quieras y responderé lo que sepa, al igual que has preguntado "¿Qué más sabes?" "¿Cuántos sois?" - imitó el tono de voz de su interrogador durante las preguntas. - Te puedo responder que no sé nada de nada, más allá de que hay dos bandos, ellos, los asesinos y nosotros, los que debemos encontrarlos, tal y como dijo el director. Tampoco sé cuantos son, pero imagino que no serán demasiados, no tendría sentido que la mayoría fueran asesinos. - asintió, bastante segura de sus palabras.

Y hay algo que me tiene curiosa ¿de dónde has sacado lo del arma que marca? Porque no tiene ningún tipo de sentido que tengan eso. Tampoco sé por qué dices que yo sé que existe dicha cosa. - meneó sus cabellos de lado a lado. - Yo solo comenté que durante la noche, pinto mis cabellos lo cual hace que manchen a cualquiera que se acerque a mí demasiado. - suspiró, poniendo una cara algo triste. - Aunque como me has traído aquí, no voy a poder repasarme el tinte, adiós a saber quien venía a hacerme una visita nocturna...

Intentó tirar su cabeza hacia atrás, buscando con la mirada a su secuestrado, aunque bastante inútilmente. - Oye, si decides matarme ¿puedes hacerlo rápido tal y como has dicho? Sé que eres del bando que no está marcado como asesinos, pero ya que vas a mancharte las manos de sangre, ten la decencia de no hacerme sufrir mucho.

- ¿Esperabas visita? - esperó aclaración a ese punto

Mientras seguía paseando en por la habitación, a espaldas de Tsuji

- ¿No te pareció que invitar a los demás a hablar de sus habilidades era exponerlos frente a los asesinos?

Akane estaba cada vez más confusa, sin duda alguna aquél era un interrogatorio la mar de peculiar. - Precisamente dije lo de mi pelo porque... No quería visita alguna. Si alguien me visitaba, allá él y las manchas que se llevara.

Ladeó la cabeza hacia la izquierda. - ¿No crees que esa pregunta deberías hacérsela a Sousuke Yakushi? Fue él quien propuso decir los títulos que tenemos, quien fue en primero en decir su título, después lo dijimos, Yumei Nakamori, Briona Shin, yo, Tsuji Akane, Bayrus Tenom y finalmente Maro Shinta​​​​​​​. - alzó los hombros. - Solo dije que me parecía buena idea conocernos un poco más, ya que íbamos a pasar aquí un tiempo largo, pero no propuse la idea, menos aún obligué a nadie a decir quien era ni insistí en ello.

Por primera vez durante el interrogatorio, Akane se puso ciertamente seria, lo cual se notó bastante en su cara. - Aunque me has hecho darme cuenta de algo y es que, a diferencia de mí, quien sí insistió en conocer los títulos de los demás era Sousuke Yakushi, de hecho, le negó el acceso a Eromochi Koí-to a su habitación por no decir su título...

Volvió a estar otra vez en su habitual estado animado. - Oye pues al final has preguntado algo interesante. Sigue preguntando, a ver a dónde nos lleva.

- Si, creo que es buena idea preguntarle a Yakushi... tu espera ahí, no te muevas.

Los pasos del interrogador abandonaron la estancia, apagando la luz antes de salir tal y como indicaban las medidas de ahorro energético del edificio. 

Sousuke Yakushi, otro nombre para anotar en la libreta.

Volvió en menos de cinco minutos, con una libreta en la mano, encendió la luz y verificó que Tsuji seguía en su sitio. 

- Vaya, ¿sigues ahí? ¿Ni siquiera has intentado escapar? A ver... ¿por donde íbamos? ¿Quién más te ha parecido sospechoso?

Akane rio levemente. - ¿Pero a dónde querías que fuera? Aparte de que estoy atada de pies a manos, este es el lugar más seguro ahora mismo, pues solo contiene un potencial asesino, tú. Afuera cualquiera podría acuchillarme por la espalda. - parecía que nada de aquello acababa con la sonrisa de aquella chica.

¿Sospechosos? Pues de momento nadie, pero si tuviera que elegir, elegiría a Ozuru Matsuo. - asentía. - Ha dicho abiertamente que hará y cito textualmente "Hay que buscar al cabrón que lo controla o ponerle una correa a la felpa, para que venga a soltarla y entonces lo reventamos a ostias. Y si no siempre podemos empezar a destrozar el lugar, en algún momento encontraremos a esa mierda seca." - suspiró. - Y eso va en contra de las normas, así que o va acabar matándose o va a acabar matando a alguien.

Ladeó, como solía hacer cuando pensaba. - No sé si es de los asesinos, pero si que creo que tiene la capacidad de acabar con alguien. De hecho se negó a decir que Ultimate era, pero que si alguien le molestaba le iba a demostrar que título tiene... Arrancándole la cabeza.

- Vaya, podría ser yo... quizá sea yo. Por cierto ¿tú no tenías miedo a la oscuridad? Se te veía muy infantil ahí fuera, pero aquí estás muy cómoda.

Seguía tomando notas.

Si fueras tú, entonces estaría en lo cierto ¿no? - decía risueña. - Vas a acabar matando a alguien antes o después.

Su pregunta por el miedo a la oscuridad fue bastante acertada. - No es la oscuridad en sí, es lo que me pueda hacer la gente mientras no veo, eso es lo que me da miedo. Cuando se fue la luz y estábamos juntos, me imaginé que alguien podía hacer algo y escaparse con la suya delante de todos. - miró de lado a lado cada rincón de la habitación. - ¿Pero aquí? Solo puedes entrar tú, así que si alguien me hace algo malo, solo puedes ser tú y no alguien que se esté haciendo pasar por mi amigo.

Le oía anotar cosas en aquella libreta. - Oye, me tienes curiosa ¿Qué tienes anotado ahí que no sepa?

- ¿Así que si yo te mato es mejor que si te mata otro? Curioso. 

Siguió anotando

- ¿Que anoto? Que me pareces una psicópata de cuidado. Estas feliz en una situación probablemente letal, no haces nada por intentar sobrevivir...y tú comportamiento es inestable. Eso no ayuda ¿Sabes?