Pues el tiempo dirá si los rumores son ciertos o no, si bien entiendo que querrais estar con vuestro señor, por mi parte no se con certeza que nos deparael futuro, pero quizas ...solo quizas traiga por una vez buenas noticias. ¿y vos Rey Matozi Oruu? ¿que pensais de todo esto?
Había permanecido en silencio hasta ahora, atento a todo lo que se decía y registrando cada opinión importante. El camino se estaba haciendo muy ameno, sin duda era muy reconfortante viajar con los vecinos del norte; si nos hubiéramos topado con la gente del este seguro el camino de Timotan hasta Juma estaría bañado de sangre, de las de los hombre del este, de pura sangre por así decirlo...
Tras escuchar y meditar largo rato la voz de aquel joven hombre que ostentaba el poder del antiguo imperio Azcan llamo mi atención -Joven emperador, o puedo llamarte Xtlagnar?, creo somos del mismo nivel, no hay porque estar con protocolos, no somos vasarianos ni alguna camada criada entre las débiles tetas de sus mujeres- Mi mirada se elevo al cielo, era un buen día, quizá de los últimos que podríamos ver en los próximos días, el mundo olía a problemas, ya podía sentirlo en mis huesos de guerrero -Al igual que ustedes no se que nos depare el destino, pero si algo se es que ha habido una larga paz en los últimos años, demasiada paz diría yo y eso no es del todo bueno, pronto el yunque y el martillo chocaran de nuevo, y eso chica, la sureña no ha hecho otra cosa que encender la llama. Muchos llegaran a Juma queriendo divertirse, pero los inteligentes sabrá que ese sera el momento clave para posicionarse en lo que este por ocurrir-
Me había mantenido esperando hasta ahora, no era un hombre conversador y cuando hablaba solía ser contundente, a mi padre eso no le gustaba, lo sabia bien. Junto a mi había un sin fin de norteños, ni todos juntos hacían un rival digno de mi, el torneo seria fácil, muy fácil.
-Lo que mi padre quiere decir- interrumpí -es que alguien debe arrojar a ese mujer del sur por uno de los desfiladeros de las costas de Juma, digo, supongo para eso son los festejos. Y ya de paso debemos aplastar a todo el este; vamos a reunirnos no?, pues exijamosles su completa rendición ante nosotros ademas de un pago por tantos años de saqueo y si se reusan expulsemoslos mas allá del mar esmeralda. Bueno, quiza no era eso lo que quizó decir, pero seguro es una gran idea que deberíamos llevar a cabo- rei para mis adentros.
Por supuesto que podeis llamarme Xtlagnar o Lobo Gris- dice con una alegre sonrisa.
Luego el hijo del monarca entra al trapo en el tema de la guerra...
No creo que vayan a aceptar, de la misma forma en que yo no puedo volar, aunque sería toda una sorpresa que ellos aceptaran, respecto a la mujer sureña, ¿exactamente que es lo que dice desde vuestro punto de vista?
-Matak Oruu, habla tu temperamento de joven, los jovenes siempre quieren los mejores puestos en la batalla para tener la oportunidad de morir jovenes y que las damas les recuerden bellos y fuertes, a la par de Valientes y temerarios, Mas creo que deberiais tomar nota de nuestro acompañante de Imari el capitan Gwynnhorn Shadowhawk, pues muchas veces en mejor pasar desapercivido, pues quizas si se habre mucho la boca encontraras a alguien que te la cierre.
y despues de un suspiro recordo sus años jovenes y las locuras que el habia echo, y dijo:
- Hay bendita juventud, quien te volveria a pillar.
-No deberías estar tan confiado de lo que dices, quizá nos veamos mañana en el torneo, entonces veras que a tu eres quien acabaras con la boca cerrada y tragándote tus palabras- Mis palabras fueron fuertes pero firmes, aquel tipo creía que podría darle a un Oruu una lección de combate, estaba muy equivocado al respecto y pronto se enteraría de ello.
El joven Oruu no era mas que un bravucon, de no ser porque era un principe le habria dado un puñetazo ya mismo. Pero no tenia ninguna intencion de provocar un conflicto, ni de volver a estar encerrado.
De modo que simplemente me lo imagine vistiendose con ropas de mujer para el torneo, pensando que quiere destruir a la sureña porque es mas guapa que ella.
-Lo que tu digas. fue lo unico que salio de la boca de Xokar tras ver la reaccion que sus palabras sin mala intencion, pero si mal interpretadas habian producido en ese joven, mas quizas se encontraran en combate, quien sabe, y pudiera ser que el ganara, y que? era un combate, otro mas entre los cientos en los que habia participado, y si era al reves, tampoco lo celebraria, pues seguia siendo un combate mas.
Una mano se poso suavemente en el hombro de Gwynnhorn, los dedos eran largos y parecian agiles
Aun aqui, lejos, sigue cuidando de la espalda de nuestro rey y la seguridad de nuestra gente.
La voz se escuchaba grave y firme, con un tono de cortesia que no enmascaraba del todo una seridad peculiar, la voz pertenecia a un hombre joven, a mitad de sus 20 posiblemente, cabello largo negro y brillante como el plumaje de los cuervos, su complexion no era tan musculosa como los guerreros, parecia mas agil que fuerte.
No todos los combates son con armas.
Se acerco a los que se habian congregado e hizo una reverencia elegante, vestia una camisa gris de manga larga al igual que el pantalon, un chaleco negro, cerrado con hombreras, botas negras, un cinturon de cuero que era cubierto parcialmente por el chaleco y uno mas que cruzaba su pecho de hombro izquierdo a la derecha de su cintura, terminando con una capa negra con unos bordados plateados.
Majestades, Xtlagnar Yaotl, Matozi Oruu es un honor estar en su presencia y un placer el conocer a sus acompañantes. Su majestad el rey Alerik Moonhawk envia sus disculpas al no poder asistir
Sus modales no eran tan excelsos como los de su acompañante, sin embargo su soltura y costumbre de ese tipo de situaciones lo compensaban de una manera peculiar, su suave sonrisa contrastaba con la cicatriz que recorria una parte de su rostro pasando por el ojo que aun servia bien.
Gracias capitan por su presentacion en tan alta estima -Dijo mientras veia a Gwynnhorn, despues regresando la mirada a los reyes- Majestades, mi nombre es Aeric Moonhawk, leal servidor del rey y señor de los guerreros halcon en las tierras de Imari
La multitud de personas importantes de los diversos reinos de Dranthia empezaba a preocuparme, aun no nos encontrábamos con las demás comitivas y ya estábamos plagados de gente -El honor es mio muchacho, pero dime, escucho que portas el apellido de la casa reinante en Imari, tienes algún parentesco con el Rey Alerik, mas aun me gustaría saber que noticias traen del norte, como están las cosas en Imari?-
Acerco mi paso al de Xokar y me situo a su lado, no digo nada porque no soy noble ni alguien importante. Mi intencion es que Xokar se de cuenta que opino como el y apoyo lo dicho a Matak Oruu.
Y si se da cuenta Matak, pues tanto mejor. Al fin y al cabo no puede decir que le he faltado al respeto. Ademas perro ladrador poco mordedor.
Al notar que Itzmin se acerca a mi lado y cabalga conmigo, una sonrisa y un gesto de aprobacion afloran de mi indicando que agradezco su apollo y que a pesar de ser joven es mas inteligente que el gran Matak Oruu.
La marcha se había hecho pesada a lo largo de las ultimas horas, lo que la mayoría quería era poder descansar placidamente después de tan largo viaje. Pero al parecer un cuervo había llegado invitando a los señores del Norte a asistir a la cena de recepción que se presentaría esa misma noche.
Esto los había obligado a apurar el paso, aunque no por ello de buena gana; si lo que conocían de los sureños era cierto, esa no seria una amena cena llena de cerveza, comida y mujeres, sino uno de esos banquetes refinados donde uno debe evitar levantar la voz en todo momento, donde hay que ir excelsamente vestidos y peor aun, donde es mal visto que mientras uno como se siente a una bella mujer en las piernas con sus lindos pechos al aire. Y no es que algunos de ellos fuera hacer tal cosa realmente, pero el hecho de saber que explícitamente no podrían hacerlos hacia las cosas un tanto desagradables.
Pasadas unas horas de marcha el grupo logro divisar con claridad el castillo blanco de los Alton, a las afueras una extensa comitiva avanzaba muy lentamente hacia la puerta de la ciudadela. El porque se retrasaban tanto era desconocido y no se podía ver nada a la distancia; aunque algo era seguro, si mantenían esa paso les darían alcance en menos de una hora.
Voy adelantando la trama, ustedes disculpen si los muevo demasiado. Estoy por cambiar de escena, solo me resta retocar algunas cosas. Dejo esto aun activo por si quieren postear algo antes de que avance las cosas.
Ahora vienen las prisas, cualquier día de estos van a enviar un cuervo solicitando nuestra asistencia el día anterior a recibir la misma...- dijo el joven emperador con cierto disgusto e ironía a la par que apresuraba el paso de su montura.
¿A ver si combaten tan bien como se les da los modales?