Hombre, gastando 4 puntos de fuerza de voluntad salía directamente xD. Trataré de investigar el tema por lo terrenal, enviando espías, etc.
Te retiras, retornando a tu abandonado cuerpo. Tu cansancio mental se ve recompensado por la acogida torpe y burda de tu cáscara de hueso y carne. Y sangre, claro. Refugiado tras una enorme roca, saboreas la tranquilidad de tu cubil. Ante ti yace todavía la niña a la que diste, hace sólo unas horas, tu preparado. Pronto amanecerá.
Pasas el resto de la noche descansando, meditando sobre Abydos y tu viaje espiritual hasta allí. Está claro que es un lugar muy poderoso, tocado por los dioses. Al menos por uno. Los espíritus son poderosos y en la propia ciudad de los muertos deben ser verdaderamente temibles. Abydos es, de momento, un lugar a evitar. Tal vez podrías crear algunos ghouls, pero de momento estás limitado por tu falta de conocimiento de la lengua. Dar órdenes a fieles ghouls que no te entienden no parece ser muy buena opción. Además, estás demasiado cerca de Naqada y tus relaciones con esos dos vástagos que la gobiernan no te ofrecen mucha tranquilidad...
Ya, pero no se pueden gastar de 4 en 4 ni de 2 en 2. Sólo de uno en uno...
El brujo se tumba mientras mastica un brazo delgado y frágil y se abandona al sueño oscuro sumido en profundas cavilaciones. Debe aprender más sobre Anubis y cualquier culto que lo venere, pero primero debe aprender el idioma, no puede dejarlo para más adelante.
Ahh, no sabía que hubiese límite. Vale, pues evito Abydos y busco una ciudad más al norte donde establecerme sin llamar mucho la atención, aprender el idioma y, si puedo, la escritura.
La cuestión es, ¿cómo vas a pasar físicamente Abydos? :-) El traductor ya nada sabe respecto a geografía y, de hecho, nada sabía de Abydos. Los lugareños... bueno, digamos que no van a hablar con vosotros voluntariamente :-P
No entiendo xD. Es una ciudad, ¿no? La rodeo, ¿cual es el problema? Después de la aventura fantasmal sé donde está físicamente, ¿o no? Sino secuestro y/o vinculo a gente hasta enterarme.
Decidido a superar Abydos, avanzas de nuevo por el desierto. Avanzando por la orilla derecha del Nilo, te diriges hacia el norte cuando el Nilo se divide en dos y pasas la zona de Abydos sin mayor problema, a una considerable cantidad de kilómetros hacia oriente de ella. Nada turba tu viaje. Tu traductor, adicto a tu sangre, te sigue y caza o pesca algo cuando puede, que viene a ser cuando le concedes algo de tiempo antes de volver a iniciar la marcha. Las cuevas escasean ya en esta zona, así que el recurso de enterrarse y desenterrarse bajo la arena se hace necesario casi cada noche. Por supuesto, él tiene que, además de seguirte, ayudar a cavar y a extraerte y procurarse comida, instruirte en la lengua de los habitantes de Kemet, la tierra negra.
Poco a poco vais avanzando, sólo encontrando a vuestro paso pequeños pueblos que salpican ambas orillas. No hay grandes ciudades en esta zona y no presenta ningún problema abastecerse de sangre para proseguir el viaje hacia el norte. Ambos seguís avanzando bajo la luz de las estrellas, vuestra piel confundiéndose con la negra oscuridad. Pasan una luna completa hasta que por fin llegáis a la zona del Bajo Egipto donde de nuevo renacen las ciudades. La primera y más espectacular de ellas, Menfis, capital durante el reinado del recientemente fallecido Narmer, refundada por él mismo y usada como base para el dominio del Sur sobre el Norte y posteriormente para su consolidación.
La época está muy falta de ciudades, la verdad, y el espacio entre el norte y el sur sólo tiene tumbas *posteriores* a la época.
Vale, si veo que hay gente de piel negra o que no nos consideran enemigos me instalo. Sino investigo un poco como está estructurado todo, las novedades que puede haber y busco otra ciudad. El objetivo será principalmente formar parte del culto religioso si puede ser.
En esta ciudad no hay negros. Ninguno. Es un lugar demasiado alejado, pero con tus artes pronto consigues hacerte con un ghoul campesino que puede informarte de lo más básico: el señor de este lugar es el nuevo faraón, que ha partido precisamente hacia el sur, hacia donde dejaste a los tuyos, lo que ellos llaman el país de Kush. Piensan que pronto volverán y se dice que vendrán cargados de oro y esclavos negros. Parece también que su religión politeista está muy desarrollada, teniendo templos para un solo dios y sacerdotes que organizan su culto. Intervenir en dicho culto sería algo bien difícil y diferente a todo cuanto has hecho hasta ahora. La ciudad en sí es inmensa, más grande de lo que nunca podrías haber soñado, y en su interior viven un número tan grande de personas que el traductor se ve incapaz de transmitirte.
En un momento dado a tu nuevo ghoul (y posible cena) se le ilumina la cara cuando cae en la cuenta de que sí hay un dios que se te parece: Bes.
Bes es un genio simpático y protector que lleva el epíteto de Señor de Punt y Señor de Nubia. Es deidad tutelar del matrimonio, se encuentra en amuletos mágicos y en lugares donde las mujeres y los niños necesitan su cuidado, para servir para salvaguardar contra el mal de ojo. Bes aleja los genios malignos que pueden atacar durante el sueño y precisamente por esta razón se le representa en las cabeceras de las camas. Además, por su aspecto amenazador espanta a los reptiles protegiendo de sus picaduras venenosas. Bes es protector de la casa real y del dios solar, y en esta función se torna guerrero. Por su relación con Hathor y Ra se le incluye entre los componentes del mito de la Diosa Lejana, formando parte del cortejo que la hizo retornar, mediante el embrujo de su arpa y su tambor, instrumentos que alegran a la divinidad y espantan a los genios malignos. También se le asocia con un aspecto erótico, asimilándole al amor sexual y los placeres libertinos; también se le considera protector de Horus niño. Aunque todo esto es según la prima de de su mujer, Hembienset, que es de otra ciudad y no cree que Ptah sea dios creador del universo...
Te añado fotos de estátuas y representaciones del dios, que seguro que te hacen gracia :-D
Una vez aclaradas las ideas y establecidos los planes, volvéis a avanzar por el Nilo, siguiendo su curso, descendiendo hacia vuestro lejano destino: Menfis. Adoptando un estilo de viaje muy discreto, esquivais las ciudades intermedias entre la capital de Egipto y vosotros, pero esto, que para vosotros, los portadores de sangre de Caín, os resulta simplemente cansado, tal vez incluso agotador, a los porteadores de la comitiva les resulta excesivo. Ya era duro para ellos el simple viaje siguiendo el río, pero cuando debéis bordear una ciudad para no ser detectados e incluso interceptados por sus habitantes, os adentráis inevitablemente en el desierto y eso resulta catastrófico. Varias fases lunares han pasado ya cuando Misrak se te acerca para avisarte que los porteadores tienen muy baja la moral, se encuentran débiles pero no se han atrevido a decir nada hasta ahora, y ya es demasiado tarde, pues uno de ellos ha enfermado de debilidad y si no descansa adecuadamente, recibiendo atenciones, o bien si no recibe sangre, su final está casi asegurado.
Jaja, ya veo en lo que se me parece, sí xD. ¿Hasta qué punto es viable hacerme pasar por una encarnación del dios? Los que se proclaman dioses en la tierra como los faraones supongo que ya forman parte de una familia gobernante y lo de dios es solo una zumbadez que los demás aceptan porque manda, ¿pero es posible que un desconocido se proclame como tal?
¿Por ser negro estoy mal visto y me verán como un esclavo o puedo relacionarme bien? Si no hay problema quiero intentar reemplazar al faraón xD. En parte vinculando a los que manden en su ausencia, en parte jugando la baza de encarnación del dios, con pequeños milagros como hablar con los muertos o impresionar a la gente fingiendo pseudoresurrecciones con mortis (el poder ese de dar rasgos de vida a un cadáver, montándolo bien y haciendo el paripé un poco supongo que impresiona). Bueno, y curando a los enfermos de forma más terrenal.
Bueno, todo esto suponiendo que la corte no esté infestada de vampiros, primero haré un reconocimiento. Si es así optaré por la segunda estrategia de hacer algo parecido, pero centrándome en el culto religioso, haciéndome sumo sacerdote o algo. Si esto lo consigo el plan a largo plazo bien puede ser fundirme al faraón cuando vuelva e intentar ascender después, pues ya tendré una base de fanáticos que me apoyen (suponiendo que algo de esto funcione).
La verdad, ¿cuántas veces ha tratado de hacerse pasar tu PJ por Dios? Esa es la experiencia que tiene al respecto de la viabilidad o no de conseguirlo... Efectivamente, los faraones tienen cierta divinidad en su sangre, pero más que dioses, en esta época se proclaman protegidos de los mismos. Aha, el nuevo faraón, por ejemplo, se llama a si mismo "el halcón" y dice estar protegido por Horus.
La gente de esta ciudad ha oido hablar de los negros más como cuentos que como verdades. Llamarías tremendamente la atención. Esto no es el Imperio Nuevo, estamos en a principios de la era faraónica. Dale unos cuantos siglos y será bastante más común. De momento casi se te podría considerar materia de cuentos. Y lo que es peor, el faraón lidera una expedición hacia Kush en estos momentos. Del resultado de tal expedición depende qué tipo de visión tengan de la gente de piel negra...
Para hacer algo, deberías empezar, tal vez, por introducirte en la ciudad. El palacio, desde luego, está dentro de la misma };-) Depende de cómo lo hagas puede parecerte mejor una vía u otra. Lo que no debería hacer es darte información antes de tiempo, queda feo xD Te invito a pasar a la escena de "Menfis". Luego ya se verá...
NOTA: haces bien planes, me gusta, me gusta :-)
Misrak, ¿cómo hemos dejado que pase esto? Maldita sea.
El enfado es considerable. No me gusta explotar a la gente. Por muy humanos que sean.
Bien, haz saber a todo el mundo que mientras estén con nosotros no morirán. Llama a Melke y dile que prepare una infusión con hierbas. Que no se preocupe de nada más que de que sepa bien. O por lo menos comestible. Dile que cuando la tenga preparada me la traiga. Le añadiremos algo de mi sangre y se lo daremos al pobre infeliz. Esto ya me empieza a poner nervioso. ¿Habéis encontrado un poblado cercano donde establecer un primer refugio?
No quiero mirar muy duramente a Misrak, sólamente con seriedad. No quiero que lo pague con Yeshiemebet ni con Melke. Bastante tienen ya con su suerte.
Vuelves a prestar la debida atención a los humanos, pues tu mente estaba centrada en otras cosas y con tu sangre reanimas al pobre infeliz. Procuras, también, pasar unos días acampados temporalmente en un meandro del Nilo donde podéis proveeros de caza sin demasiados problemas y pronto podéis volver a partir. Mantienes la atención sobre tus ghouls y consigues que no halla repercusiones, ajusticiamientos ni culpas innecesarias. No necesitas a ghouls que se peleen entre sí por complacerte. Sólo te queda la duda de si mantener al porteador como ghoul o dejar que se consuma tu sangre sin proveerle de más. En todo caso, apenas puedes llegar a plantearlo, pues en algunas fases lunares más habéis llegado hasta vuestro destino: Menfis.
Pasamos a la escena de "Menfis".
Ante ti se abre un mundo de posibilidades. Avanzando de noche, guiado por el mercader que tu compañero de clan te ha procurado, avanzáis dejando pueblos y ciudades en un número difícil de imaginar. El Delta del Nilo es extraordinariamente fértil, pero pronto te darías cuenta que poco desarrollado. Mucha población, poca tecnología. Es el Sur el que impera en la zona: su cerámica, su ejército, sus impuestos...
Avanzáis remontando la corriente del gran río, parando algunos días en las poblaciones para que puedas reponerte saciando tu hambre no humana en la maldad del mundo. Tu selección de presas rara vez deja problemas a tu espalda, sino más bien un mudo agradecimiento.
En un momento dado el río se reúne en un solo curso, adquiriendo una anchura y caudal portentosos. Y a la vez las poblaciones se espacían más. Pronto sólo quedan pueblos y no ciudades. Hasta que tu acompañante (Serim) te informa que en un par de jornadas llegaréis a Menfis, la más grande ciudad que hayas conocido y corazón del imperio del rey Aha.
¿Cómo vas a acercarte a la ciudad amurallada, como entrarás, qué harás una vez dentro?...
Más allá de conjuras, pactos y cultos, dos cosas han marcado tu estancia en Egipto: la primera, la más obvia, su arte, su capacidad para plasmar narrativamente las escenas, cosa antes desconocida en tu isla; la segunda, de la que te das cuenta cuando vuelves a ver tu querido Mediterráneo, es el haberte visto continuamente acompañado del siseo amable y constante del ancho Nilo.
El viaje en sí no ha resultado más difícil de lo que imaginable. Primero "de incógnito", luego con más velocidad y menos cautela (aunque sin caer nunca en el descuido), os habéis ido alejando de la capital en la medida de lo posible. Las noticias apenas si os alcanzan en vuestra marcha hacia el norte y apenas si podéis saber que el faraón ha muerto y uno de sus hijos ha ascendido al trono. Suponéis que el cambio de faraón os beneficia, pues los setitas del país tienen otras cosas por las que preocuparse.
Una vez en el Delta la cosa resulta más fácil. Incluso podéis encontrar un capitán cretense de un gran bajel que tiene la osadía de atravesar directamente desde Egipto hasta Creta. Tu optimismo y ganas de regresar consiguen conmover el corazón no-muerto de Andrómeda, que luego se maldecirá por haber accedido a una travesía tan larga y peligrosa, sin escalas.
La travesía acaba con una escabechina final perpetrada por tu sire, pues os habéis visto forzados a ghoulizar y devorar a demasiados tripulantes durante el viaje. Andrómeda debe esforzarse a fondo para conseguir llegar de una pieza a las costas de vuestra bienamada Creta.
La entrada en una ciudad de tan magnas dimensiones no debería ser un problema mayor; incluso siendo de noche, algún traficante de esclavos o bandido podría meterme sin levantar sospechas y servir como buen aperitivo.
Y así lo haría, a fin de cuentas, nada indicaba que la estancia fuere a ser prolongada y en tal caso, bastaría el simple método de cosechado de rufianes y apropiación de sus pertenencias, revendiéndolas en el mercado negro nocturno, de los a buen seguro, abundantes barrios bajos de la ciudad.
Pasamos a tu nueva escena (nombre e imagen sujeta a propuestas).
Bienvenido de nuevo a la partida ;-)