Partida Rol por web

Mientras escucho las palabras de Arquiro no dejo de mirar nervioso, como si esperase ver llegar a alguien.

-Algún día me contaras que información le pasabas a Joseth, por que es obvio que el culto a Ptah dispone de conocimientos ocultos, me parece que relacionados con la artesanía y las labores productivas.

-Harás bien en desaparecer durante un tiempo. Al volver, como una nueva persona, quizás puedas incluso llegar a ganarte la libertad que tanto anhelas y que tan fácilmente pareces entregar.

-Y respecto al negocio que regentaba Joseth, no puede describirse de otra manera, un lupanar de mala muerte. Pero aun así de interesantes clientes.

Y sonrió de manera maliciosa.

-Pero en el tema que aquí me a traído, me temo que tengas razón, hay que acabar con esta situación y la mejor manera es acabar con Anum y puede que incluso quizás con el propio faraón. No será una tarea fácil y me temo que ninguno de los dos es, lo que se diría, apropiado para esa misión.

Durante algunos momentos pienso, medito, mirando aun hacia el exterior.

-Por lo que se Anum tenia al menos dos chiquillos, siendo Joseth uno de ellos, dime, sabes algo del otro, o de otros Setitas que puedan estar ayudando a Anum?

Meditando las palabras de Arquiro añado.

-Seguramente necesitemos colaborar entre nosotros, todos nosotros, para acabar con esta pesadilla, la verdad es que no me agrada Joseth, pero seguro que nos ayudaría a acabar con Anum para hacerse el con el poder. Pero eso lo haría igualmente, aunque hiciéramos nosotros solos el trabajo sucio. Quizás puedas hablar con Joseth para ver que intenciones tiene, si nos ayuda a acabar con Anum no pondré nada en contra. Lo que venga después ya será otra historia.

-Lo mejor seria eso, que tú fueras a hablar con Joseth. Pero te pediria que en lo posible evitaras decirle nada sobre mi persona. Como el lupanar ardió yo no se donde se esconde ahora, pero quizás tu tengas alguna idea al respecto. Puede que incluos el te este buscando ahora mismo.

-Mientras yo intentare descubrir algunas cosas si es que me da tiempo. Nos veremos mañana.

Aunque tras un momento de meditación, mirando el avance de las sombras de la luna exclamo.

-O quizás pasado mañana…no, mejor no demorar demasiado estos asuntos. Nos veremos mañana en la taberna de “El marinero feliz” algo pasada la medianoche, no me siento seguro dentro de estos muros. Los conoce demasiada gente.

-Ves con cuidado amigo, si el faraón mando a por Joseth no veo por que no tenga que mandar por ti, y si es Anum el que controla al faraón es mas que probable que te haya reconocido.

Y el Nosfer se queda un momento esperando la respuesta de Arquiro antes de partir.

Arquiro asiente vivamente, completamente de acuerdo con el plan de su amigo.

-Bien, así lo haremos. Esperaré a Joseth; si no viene a mi, intentaré contactar con él por medio de un intermediario. Le haré saber mis sospechas, averiguaré qué sabe de los planes de Anum, y prometeré apoyarle si nos ayuda a destruirlo. Vuestro nombre no saldrá en la conversación, quedad tranquilo. Espero que podamos reaccionar antes de que Anum centre su mirada en Andrómeda o en mí...

-Bien, parto pues. Recordad que seria interesante tener toda la informacion posible sobre los apoyos que tiene Anum, si existen otros vastagos a su lado....asumiendo claro que Joseth no lo este. Id con cuidado amigo.

Y buscando las sombras del lugar desaparezco entre ellas.

Pasan un par de minutos en los que te sumes en tus pensamientos, en todo lo que ha sucedido, en todo lo que te han contado, en tu situación, en Menfis... hasta que reaparece tu adorada Andrómeda, silenciosa, con expresión sombría.

-He escuchado vuestra conversación, Arquiro, y no me place lo que se ha dicho en ella. Ese... monstruo no es uno de los nuestros y estoy segura de que quiere utilizarte. Tiene inquietudes y, en cierta medida, coincidimos en intereses, pero no te confíes, querido, ese vástago es peligroso. ¿Qué pasaría si un día Anum desapareciera, qué haría a continuación esa cosa? Sólo te protege de él el que yo pueda sentirlo. Tú todavía no puedes. Puede que nunca lo consigas -su tono frío y calculador es como para poner la carne de gallina.

-Tengo plena confianza en ti. Haz lo que creas conveniente -dice y te da un breve beso en los labios a modo de despedida por esta noche.

Arquiro mira a su señora con devoción y responde, lo más tranquilizadoramente que sabe:

-No temas, mi señora, no temas. No confío en nadie más que en ti: estamos rodeados de sierpes traicioneras que no dudarán en darnos la espalda si eso conviene a sus intereses. No es mi intención permanecer en esta maldita tierra mucho tiempo más: procuraremos estar aquí cuando todo estalle, y, con un poco de suerte, seremos la causa de ello. Una lucha entre todos los implicados debilitara a todos por igual: si nuestros enemigos se enfrentan, sólo puede redundar en nuestro beneficio. Asistiremos a esta lucha, Andrómeda, y después abandonaremos este lodazal de intrigas y degradación. Nada hay en Egipto ya que pueda ayudarnos en nuestra búsqueda de la belleza, más que muerte y desolación...

 Las noches en Menfis son demasiado peligrosas. Demasiados cultos, demasiadas conspiraciones, demasiados vástagos. Nada te ataba a la ciudad más que la obligación de obedecer a los setitas, personificada en el trato con Joseth. Ahora que Joseth ha sido atacado, todo se tambalea, incluyendo dicha obligación. Desde luego, no pensáis quedaros a comprobar quién surge de todo eso para obligaros a someteros nuevamente.

Hacéis los preparativos discretamente y lo disponéis todo para que os saquen por la tarde de la ciudad en unas grandes ánforas que tú mismo has fabricado, de manera que nadie pueda sospechar, ni dar aviso. Andrómeda insiste en que no acudas a la cita con el "monstruo", por si es alguien trabajando para quien no convenga o por si posteriormente quiere canjear esa información. Cuantos menos lo sepan, más seguros estaréis...