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Egipto Oscuro

Los últimos días de Aen-ka-Beles (PRELUDIO)

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09/01/2008, 16:52
Director

La tuya ha sido una vida de esfuerzos y penurias. Egipto no es una buena tierra para los extranjeros. Sus costumbres son extrañas y su comunidad muy cerrada. Tu padre, un hombre excepcional, ya ha pasado sus mejores años y vive ahora retirado, con una pequeña extensión de terreno que apenas le basta para dar de comer a su esposa y tú aportarías el resto.

Poco es lo que posees -una daga de cobre, efectos personales, algunas baratijas- que puedas llamar verdaderamente tuyo, el resto es del templo o no son sino promesas de una tumba digna, comida o techo, pero gracias a tu trabajo constante, fidelidad e iniciativa has logrado labrarte una carrera a pesar de todas las dificultades.

Por alguna razón un sacerdote del culto de Set tomó confianza contigo (tal vez ralacionada con el hecho de no tuvieras otras ligazones) y desde entonces cada ascenso suyo ha supuesto el tuyo propio. Has pasado de simple mercenario del templo a guardia del mismo y ahora guardia personal del sacerdote, Ashai.

Todo ha transcurrido sin demasiados incidentes extraños, siendo lo más llamativo el tema de Ashai hasta que eres llamado a presencia de Bomani, un extraño instructor nocturno del templo. Noche tras noche va enseñando a manejar diferentes armas, golpes y contragolpes, a protegerse, a herir a un contrincante en el lugar más doloroso o más útil... De la docena que comenzásteis, pasados los meses, dos han muerto por heridas en los combates y algunos simplemente han desistido tras ser igualmente heridos. Como es tu costumbre, habrías perseverado más que cualquier otro de tus compañeros. Esto te vale el que Bomani se fije en ti. Esto, aunque bueno para tu carrera, hace que los entrenamientos sean todavía más duros y empiezas a pensar que tal vez no seas capaz de superar las pruebas.

Esta es la situación cuando, al amanecer, de vuelta a tu pequeña casa de adobe costeada por el templo, sientes una mirada a tu espalda. La sensación, ahora lo recuerdas, es familiar, pero se desvanece una y otra vez, noche tras noche. Pero esta vez es diferente, pues alcanzas a ver como la persona que te estaba observando se adentra en las sombras de un callejón cercano.

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09/01/2008, 17:46
Aen-ka-Beles

Seguro de mi mismo, pero inquieto por la sensacion desconcertante de que noche a noche me siguen, decido sacar mi daga de cobre y escondiendola con mi brazo, avanzar hacia el callejon. Mis sentidos estan alerta y mi cuerpo en forma. El merodeador tendrá que decirme algo convincente si no quiere que le corte la lengua.

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10/01/2008, 10:58
Director

Cuando llegas hasta la entrada del callejón -un simple hueco de unos 3 ó 4 metros entre dos casas lleno de basura- no alcanzas a ver ni oir nada, lo que te extraña profundamente, porque tú no te equivocas con estas cosas. Él se ha metido por aquí, pero ya no está.

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10/01/2008, 14:34
Aen-ka-Beles

Avanzo dos pasos en el callejon. Con la daga oculta pero preparada intento escudriñar en la oscuridad. Si no veo nada me daré la vuelta y me ire a casa.

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10/01/2008, 15:22
Director

Ningún ruido o movimiento en el callejón. Es como si se hubiera esfumado. Tal vez haya podido trepar a uno de los tejados y huido por ahí, pero si lo ha hecho, es un portento físico para haberlo hecho tan rápido.

Nada te prepara para que cuando ya te preparas para irte, enfundando tu daga antes de salir de nuevo a la calle, cansado, al girar te encuentres cara a cara con una figura demasiado próxima recortada contra la luz de la calle -más amplia-

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10/01/2008, 15:27
Misrak

- Creo que ya va siendo hora de que hablemos -dice en tono decidido, esperando tu reacción.

Lleva un faldín egipcio bien anudado por el que asoma una daga visiblemente de buena calidad. El resto de él no denota pertenecia a clase social alguna (tal vez la ausencia de ornamentos descarta la superior) y su acento es extraño. Exuda una innegable seguridad en sí mismo a pesar de su daga enfundada.

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10/01/2008, 19:04
Aen-ka-Beles

Mantengo la compostura como puedo, pues el susto me ha puesto en tension. Doy medio paso atras, manteniendo la mirada y calculando distancias. Con la voz más firme que tengo digo: -Adelante, di lo que tengas que decir. Estoy cansado de juegos.

Notas de juego

La verdad es que así, de noche y tal, estos sustos no se le dan a uno, hombre.
XD

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11/01/2008, 16:01
Misrak

- Sirvo a alguien que puede ofrecerte mucho más de lo que dan a alguien a quien consideran extranjero y que jamás recibirá honores o riqueza de los señores para los que trabaja. Busco a alguien como tú y quisiera saber si estarías interesado, aunque ello implique algunos riesgos. -su expresión resulta inexcrutable.

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11/01/2008, 22:35
Aen-ka-Beles

Me relajo y doy un paso adelante. -¿Qué tienes que ofrecerme, entonces?

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12/01/2008, 10:31
Director

El hombre de ébano echa mano a una bolsilla que quedaba oculta a su espalda, en el faldín. De ella extrae algo que te lanza tranquilamente. Lo atrapas sin problema y para tu sorpresa ves que es una pepita de oro de considerable tamaño.

- Esto como adelanto y por mantener tu silencio; muchas más si decides trabajar para nosotros; fortaleza, poder y riquezas más allá de lo que pudieras haber soñado si eres digno de confianza de mi señor.

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12/01/2008, 11:37
Aen-ka-Beles

Interesante. Digo levantando una ceja. No es facil ver el metal de los dioses entre la gente del pueblo. -Llévame con tu señor. Quizá pueda ganarme su confianza. Sonrío. -Al fin y al cabo, es mi especialidad. Y tampoco tengo nada más provechoso que hacer ésta noche. -Tus secretos están a salvo conmigo.

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13/01/2008, 00:44
Director

El hombre sonríe y no duda en encabezar la marcha, guiándote. El amanecer ha hecho acto de presencia en todo su esplendor al fin y tus ojos lagrimean un poco, medio por el brillo, medio por el sueño, hasta el punto de temer perder un par de veces al hombre de ébano.

Tras buenos diez o quince minutos de caminar, se introduce por una anodina callejuela oscura apartada de las calles principales. Cuando te introduces en ella, tal vez algo suspicaz, le encuentras abriendo una puerta de madera y haciéndote la seña de que pases.

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13/01/2008, 00:59
Aen-ka-Beles

Le miro con la firmeza que el cansancio no ha podido llevarse, y asiento con la cabeza. Camino hasta el umbral de la puerta tranquilamente. Los ojos dejan de llorarme y siento alivio. Tantas noches entrenando y tantas mañanas durmiendo han hecho que mis ojos se relajen cuando no hay mucha luz.

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13/01/2008, 22:35
Director

Accedes a una vivienda con el suelo algo por debajo del suelo de la calle y por ella un poco más fresca. Los muros gruesos, la iluminación pobre, pues sólo parece haber la luz que entra con vosotros, y cuando cierra la puerta, ni eso. Unas brasas aparecen de la nada en la oscuridad y pronto unas pajitas prenden para encender una vela. La vela ilumina la casa: de una sola habitación, modesta sería casi rayar en el exceso. De largo puede que tenga unos cuatro o cinco pies y de ancho incluso menos. Junto a la entrada el "brasero" de cobre colgado de un palo que sobresale de la pared. A media habitación una banqueta y una tosca mesa sobre la que hay diferentes abalorios nada fáciles de identificar. En el costado opuesto a la mesa un jergón de paja y a su costado una larga tela que envuelve unos bultos alargados y estrechos. Al otro extremo de la casa un fuejo protegido por tierra cocida. Algunos enseres de cerámica y madera se encuentran también cerca del fuego.

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13/01/2008, 22:40
Misrak

- Disculpa la casa, es sólo un refugio provisional. Lo importante ahora es la intimidad. Debo comenzar un ritual que permitirá que hables con mi señor. Espero que no tengas objeción... -dice con tono de quien no espera objeción alguna, salvo que se sea un cobarde.

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14/01/2008, 00:42
Aen-ka-Beles

¿Ritual?- pienso,- ¡qué extraño! Igual es la forma en que hay que tratarlo. -No hay problema. Adelante. Estoy sorprendido. Quizás se trate de un Dios. O un Demonio. O igual es sordo y se comunican por gestos...

Estoy espectante. Son demasiadas cosas raras en un dia, y el cansancio hace que me vuelva impaciente.

La casa no me incomoda. Al fin y al cabo la mia no era mucho mejor cuando nací...

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14/01/2008, 22:15
Misrak

Misrak aviva la llama de las brasas con su aliento, coloca el brasero encima de la mesa mientras musita palabras en un idioma extraño, alcanza un pequeño frasco de entre los pertrechos de la sala y luego un trozo de cuero del que extrae unas ramitas de aspecto extraño que deposita entre las brasas para que se consuman. Cuando éstas empiezan a quemarse, en vez de llama lo que aparece es sólo humo, pero un humo de un olor penetrante que jamás habías olido, pero del que te habían hablado: es incienso del país de Punt, un material muy, pero que muy caro...

El oscuro hombretón va alzando el tono de sus cánticos, repetidos de manera cada vez más rápida, los minutos pasan y su voz impera en la pequeña habitación. Aunque no levanta la voz más allá del tono de conversación, su lengua gutural te envuelve mientras el humo del incienso tapona toda poca luz que no fuera la del brasero.

Finalmente, en dos rápidos gestos Misrak echa un líquido al brasero provocando que salga una fuerte llamarada que inunda la habitación de una súbita luz y justo después recubre el brasero con una gruesa tela, sumiéndose todo en la oscuridad.

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15/01/2008, 00:19
Nigus

De la más profunda oscuridad una figura brota, como formando parte de un espejismo. A su espalda se ve una pared que no concuerda con la de la habitación en la que te encuentras y la luz que la ilumina tampoco es exactamente la que provenía de vuestro brasero

- Aen-ka-Beles, mi criado apenas sostiene con su voluntad las sombras de este hechizo, así que nuestro primer contacto será breve. Largo tiempo he esperado una oportunidad como la que tu me brindas. Necesito de la posición que ostentas. Cumple tu parte y serás compensado con riquezas de este mundo, sé ejemplar y ganarás lo que ninguna tierra puede darte. Mas te lo advierto, mi furia no conoce de fronteras en el tiempo o en el espacio, si revelas lo poco que sabes, cada sombra será tu enemiga.

Notas de juego

La descripción del personaje la puedes ver en la ficha del PNJ. Tu visión alcanza a toda la descripción al completo.

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15/01/2008, 01:33
Aen-ka-Beles

Mi trabajo es cumplir con mi obligación. Mi voluntad es hacerlo mejor que nadie. -replico.

No estoy nervioso por lo que he visto. Es más: Me siento halagado. Parece que nuestros tratos serán beneficiosos para ambos, entonces. -Levanto una ceja. Me acabo de percatar de la "Corona" que viste.

Dime, pues, cómo debo llamarte y qué tengo que hacer, Señor de las Tinieblas.

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15/01/2008, 22:22
Director

- Yo soy Nigus y mi nombre no debe ser pronunciado a la ligera. Tu cometido será averiguar todo lo posible de las actividades "extrañas" de tu protegido, pues creo que es, o está a punto de ser convertido en, una criatura de la noche. Permanece a su lado e informa a mi siervo de todo. Él te dará instrucciones. Eso es todo por el momento. Su visión se desvanece y Misrak, exhausto y bañado en sudor sufre un vahído momentáneo, parando en seco su propia caída al apoyar rápidamente sus manos en la mesa.

La luz aparentemente inunda la sala, pero te das cuenta que en realidad apenas brota algo de luminiscencia de las brasas.