Partida Rol por web

Egipto Oscuro

Los últimos días de Arquiro Pade (PRELUDIO)

Cargando editor
26/01/2008, 01:30
Arquiro Pade

Por primera vez en mi existencia, la oscuridad me resulta cálida, y en ella me envuelvo. Mientras mi voz se tranquiliza, interrogo con respeto a Andrómeda sobre los extraños cambios que noto en mi cuerpo, haciendo mucho énfasis en si ellos mermaran mi capacidad artística.

Notas de juego

Ok, mensaje captado! ;)

Cargando editor
26/01/2008, 19:23
Director

Andrómeda, delicadamente, te hace ver que ahora ya no eres mortal, que tu arte se conservará para siempre, que tú evolucionarás más de lo que puede hacer cualquiera, que tus ojos verán mejor, tus músculos podrán más y tus dedos sentirán lo que jamás hubieras pensado posible. No te ha escogido sólo por capricho. Su capricho es cualquier cosa menos aleatorio. Tú eres su elegido y ahora casi su igual, en cierta medida mejor. Ella aprecia la belleza, tú la creas. Y piensa asegurarse de que eso se de por el resto de los tiempos.

Por supuesto también te informa de vuestra gran debilidad, el sol, pero también de vuestras nuevas necesidades, aunque al principio ella toma por los dos gustosamente, para entregarte una porción de lo bebido. Y su sangre es como la miel, pero de un gusto más fuerte, adictivo, inolvidable. Vuestro vínculo se estrecha más, si cabe.

Pero sus palabras siempre son vagas, nunca concreta a menos que la obligues a ello.

Cargando editor
28/01/2008, 21:03
Arquiro Pade

-Andrómeda, ¿qué esperas que haga en Egipto ahora que soy... que soy...? -Arquiro la mira sorprendido- ¿Qué soy? ¿Tiene esta estancia entre la muerte y la vida un nombre? ¿Hay más como yo? ¿Soy como tú? ¿Qué haré cuando esté cansado, muy cansado y ya no pueda crear más? ¿Cómo moriré?

Ahora la mirada se ha convertido en súplica:

-...y lo más importante... ¿Te quedarás a mi lado? ¿Me enseñarás a ser... a ser... esto?

Cargando editor
28/01/2008, 23:34
Andrómeda

- Shhhhhh. Tranquilo, mi chiquillo. Me quedaré a tu lado y veré cómo crearás incansablemente hasta que suceda alguna desgracia, pero dudo que sea tu capacidad creativa la que se agote. Somos no-muertos, descendientes de Caín, el primer bebedor de sangre y la gente que nos conoce nos llama vampiros o cainitas. Hay más como nosotros en el mundo, en Creta, en Egipto, en Mesopotamia... allí donde haya sangre de mortales en abundancia. Pero los que no son de Creta son diferentes a nosotros y buscan otras cosas en la no-vida, pues la estirpe de Cain es diversa. Unos santones otros la encarnación de los vicios, otros, los más, envidiosos y ambiciosos acumuladores de poder material. Es mejor permanecer alejados de los nuestros, pues nadie conoce mejor nuestros defectos y debilidades. La muerte definitiva a manos del sol o del fuego es conocida por todos, la más básica de las enseñanzas que todo vampiro debe poseer. Y nuestras capacidades más allá de lo humano, cultivadas en el tiempo, nos hacen adversarios temibles para otro de los nuestros. Preferiría no hablar de eso ahora. Necesitas tranquilidad, reposar, calmarte... Escucha el sonido de las olas, atiende a mis susurros. Duerme, mañana comenzaremos tu instrucción.

Cargando editor
29/01/2008, 01:11
Arquiro Pade

Arrullado por la voz de Andrómeda, Arquiro duerme su primer sueño como no muerto, soñando acaso con la instrucción prometida...

Cargando editor
30/01/2008, 00:03
Andrómeda

La noche siguiente despiertas para observar a una todavía durmiente Andrómeda, ahora visible con tus nuevos ojos acostumbrados a la oscuridad total. Su exquisita belleza sigue embargando tu alma... Pasan los minutos y por fin vuelve a la consciencia.

- Buenas noches, querido, espero que hayas dormido bien tu primer sueño de los muertos un sueño sin sueños... eterno, como descubrirás.

Andrómeda a partir de este punto comienza a instruirte en las artes vampíricas desde el punto de vista de su clan. Poco sabe de otros clanes y de otros monstruos, más allá de lo que te ha contado, o al menos no parece dispuesta a revelarte más, de momento. Al principio ella misma tiene el gusto de proporcionarte la sangre que necesitas, extrayéndola ella primero de "recipientes" "inútiles" como pescadores o labriegos que no saben apreciar nada más que llenar la barriga. Los desprecia y no tiene escrúpulos en disimular lo poco que le importan sus muertes. Esa faceta suya jamás la habrías imaginado y resulta en cierta manera aterradora. Pero a ti te tiene un aprecio desmedido y cada noche te pide que le hables de tus creaciones, de lo que sientes al crear, de cómo moldean tus manos la arcilla. Poco a poco ella te paga con un cierto adiestramiento.

Mientras tanto vuestro viaje prosigue, pasando las semanas, a las que sucenden los meses. Ha habido algunas muertes entre los tripulanes y es sorprendente que no se hayan revelado todavía, pero de alguna forma Andrómeda los mantiene unidos y apaciguados, más enfrentados entre ellos mismos que ansiosos de acabar con vosotros. De todas maneras, Andrómeda te informa, que el viaje toca a su fin, os acercáis al Delta del Nilo.

Cargando editor
30/01/2008, 00:24
Arquiro Pade


Llevo meses sin saber lo que es la luz del sol. Toda mi vida se ha transformado en un instante y aún no sé que es lo que se espera de mí, lo que Andrómeda espera de mí, siquiera lo que yo mismo espero de mí.

¿Puede un muerto esperar algo de su no-vida?

¿Puede lo que está muerto crear, puede algo que no tiene pulso ni siente el sol canalizar la belleza de la naturaleza?

Arquiro prosigue su instrucción dócilmente, pero estas cuestiones no salen de su cabeza en ningún momento. Cuando, finalmente, Andrómeda le comunica que están a punto de llegar a Egipto, su primera reacción es el pánico a quedarse solo, inútil e incapaz de "sobrevivir" por sí mismo.

-Andrómeda... ¿Qué ocurrirá cuando lleguemos a Egipto? ¿Vendrás conmigo? ¿Hay más gentes de nuestro clan allí? ¿Bajo que nombre los conoceré?

Cargando editor
31/01/2008, 00:03
Andrómeda

- Vendré contigo y exploraremos esa tierra juntos, deleitándonos con la belleza que pueda ofrecernos. Sé que allí habitan los seguidores de Set, un poderoso vampiro que se hace pasar por Dios y que a día de hoy puede que todavía pasee por la tierra. De los nuestros no tengo noticia alguna, salvo un descarriado que huyó de mi enfado y no sé qué otros pueda haber que hayan llegado hasta aquí...

Cargando editor
31/01/2008, 02:07
Arquiro Pade

-Entiendo. -Repone Arquiro, reconfortado con la idea de que su mentora le vaya a acompañar en Egipto. - Pongámonos en marcha, pues. Tengo mucho que aprender sobre los de nuestra especie, de ti. Y mucho que aprender sobre mi arte de los alfareros de estas tierras.

Notas de juego

¿Hemos llegado ya? ¿Hemos llegado ya? ¿Cuánto falta? ¿Cuánto falta? Mamá, tengo pis... <= Aqruiro a Andrómeda, en plan niño coñazo de camino a Egipto...

xD

¬¬ ...por destensar...

Cargando editor
01/02/2008, 00:18
Director

La llegada a Egipto resulta chocante. Toda la vida acostumbrado a ver las cosas de día, todavía pensabas que verías las costas y sus gentes afanarse en sus tareas, los campos trabajándose, los artesanos dedicados a sus manufacturas... Pero nada de eso se cumple, pues si permanecieras un solo minuto al sol de Egipto serías destruído. Así pues, sólo puedes ver las costas ya desde el interior del Nilo, pues los marineros han asegurado la nave a la ribera para pasar la noche. No hay ciudades o pueblos costeros que os hayan recibido. Al día siguiente remontáis el río, cosa que haréis durante varios días hasta lograr llegar a Heliópolis, irónicamente la ciudad del Sol, la primera ciudad egipcia en la que estaréis. Allí los marineros hacen sus negocios, de los que Andrómeda se desentiende por completo. De momento sólo se asegura de quedarse con una considerable cantidad de productos intercambiables que puedan sustentaros durante un tiempo.

Entonces comienza tu verdadero entrenamiento. Andrómeda te procura arcilla, taller, obras de inspiración, traductor, artesanos alfareros, ayudante, mujeres o cualquier otra cosa que te sea menester para tu proceso creativo, sin reparar en gastos. Paralelamente comienza tu adiestramiento, lejos de miradas ajenas, en las disciplinas que ella llama "de la sangre"...

Notas de juego

Es, en definitiva, el momento de hacer los reajustes como vampiro en la hoja: +1/+1/0 en atributos, +2/+2/+1 en habilidades, 3 puntos en tus disciplinas de clan, 3 puntos más en virtudes y 6 puntos gratuitos más (de los que generación cuesta el doble y máximo puedes poner 2 circulitos, es decir, 4 puntos gratuitos), bajando hasta 5ª generación.

Cargando editor
01/02/2008, 01:13
Arquiro Pade

Notas de juego

Mañana me pongo que ahora es un poco tarde y me iban a bailar los números...

Sé que te va a parecer una pregunta estúpida pero como no lo hemos dicho en ningún momento, y aunque estoy seguro de que es así, quiero confirmarlo contigo: entiendo que a efecto de disciplinas y tal soy un Toreador, ¿no?

Cargando editor
02/02/2008, 14:56
Director

Notas de juego

Efectivamente, a todos los efectos eres un toreador cretino, digooo, cretense, cretense :-P

Cargando editor
03/02/2008, 17:59
Arquiro Pade

Notas de juego

Listo y rulando. Échame un vistazo a la ficha a ver si estás conforme: he puesto un resumencillo de los cambios al final de la hoja para que te sea más cómodo de mirar (¿qué hacemos con la reserva de sangre?). Cuando me digas, seguimos, que tengo grandes planes para ganar Mister Alfarero de Abu-Simbel '3000 a.C

Cargando editor
04/02/2008, 00:37
Director

Los días pasan como minutos, las semanas como horas y en unos días los años se han sucedido sin que te de apenas tiempo a reaccionar. Andrómeda es, sin duda, una gran distración. Ella es la principal culpable de que cada noche tenga sentido dure un suspiro y que siempre haya algo nuevo que asimilar... Tu instrucción alcanza todos los niveles, sin dejar apenas nada sin tocar: egipcio, alfarería, música, ciencias... nada está de más y ella se alimenta de tu curiosidad, de tu ganas de "vivir".

Notas de juego

Revisada la hoja, todo correcto. Andrómeda te complace con lo que quieras aprender y en lo que no tiene conocimientos te procura un instructor...

Ahora necesitaría, eso sí, que describieras un poco el estilo de vida que lleva, qué tipo de alojamiento se ha hecho procurar, qué hace, con quién trata...

Cargando editor
04/02/2008, 01:20
Arquiro Pade

Andrómeda fue tajante al respecto. Los únicos en Egipto que pueden aventajarte en el arte de la alfareria se encuentran en Zawty, una ciudad a mucha distancia, al sur de aquí. Afortunadamente, gracias a sus contactos, Andrómeda pronto pudo presentar a su protegido a Menes, artesano de Zawty que había abierto un taller en Heliópolis. Mientras su mentora se ocupaba de disponer de un alojamiento adecuado en la ribera del río -un que sirviera también de taller, a las afueras de la ciudad-, Arquiro pudo pactar con el viejo y retraido Menes un intercambio de técnicas de modelado tres noches a la semana en el nuevo taller del cretense. Obligado más por el dinero de Andrómeda que por el deseo de conocer el trabajo de arcilla de los "salvajes cretenses", Menes accedió. Pronto Arquiro supo cuán limitadas eran sus técnicas. En las técnicas de Zawty (que consideraban las formas de la arcilla no como simples recipientes funcionales sino como obras de arte por si mismas) vio confirmadas sus propias ideas estéticas. El pintado de las piezas, a dos colores, era también novedoso para Arquiro. En apenas un mes sus propias piezas igualaban a las de Menes, que le miraba con desdeñosa indiferencia.

Lamentablemente para él, no todas sus noches las dedicaba al arte. En muchas ocasiones, Andrómeda le obligaba a acompañarla a suntuosas fiestas privadas en las casas de los magistrados y ricos comerciantes de la ciudad. Pronto conoció a todos los cretenses, en su mayoría ricos mercaderes, afincados en Heliópolis, que lo trataron con la condescendencia habitual en sus compatriotas, adquiriendo luego a precios exorbitados sus creaciones. Pero, y esto llenaba a Arquiro de frustación, no lo hacían porque comprendieran su arte, sino porque sentían nostalgia de su isla.

Su dominio de la lengua autóctona pronto mejoró debido a estos eventos, así como sus dotes sociales y sus conocimientos de medicina o leyes. También aprendió que, con el entrenamiento suficiente, las disciplinas que le enseñaba Andrómeda podían servir para cautivar a los mortales. Los placeres que le brindaba este mundo nocturno de lujo y hedonismo, en cambio, sumían a Arquiro, espoleado por el deseo de la creación, en una melancolía a la que la propia Andrómeda no podía ser ajena...

Cargando editor
04/02/2008, 20:57
Director

Una existencia adormecida, sesgada, eso era lo que parecía cernirse sobre ti. Y tú, arrastrado por deseos y sensaciones propios de los amantes vampíricos, no podías -ni querías- abandonarla... Hasta que una noche tu sire no está, simplemente se ha esfumado. Ningún sirviente, ningún cretense parece haberla visto.

Cargando editor
05/02/2008, 11:38
Arquiro Pade

Arquiro no había conocido el verdadero significado de la palabra desolación hasta que se vio privado de Andrómeda. Su primera reacción fue la rabia: en largos periodos de cólera, -de pataletas adolescentes, propias de su carácter- destrozó gran parte de sus otrora valiosas vasijas y jarrones, reduciéndolas a pedazos. Después intentó por todos los medios descubrir alguna noticia de su sire, para lo que frecuentó nuevamente todos los lugares a los que ella le había llevado. Llevado por su impaciencia infantil, cometió el error de mostrar con indiscrección, a los ricos cretenses y a los magistrados de Heliópolis, la necesidad más que humana o afectiva que tenía de Andrómeda. Visito mansiones, templos e incluso el puerto, para saber si había regresado o partido para Creta algún barco...

Todo fue inutil. Una noche, entre los restos de sus obras más preciadas, se dijo: No puedo crear sin Andrómeda; la necesito para poder generar belleza Cuando comprendió que no sobreviviría en el estado en el que se encontraba, su mente diseñó un plan de acción:

En primer lugar, regresaría con frecuencia a las fiestas de sus conocidos, pero no ya como un vagabundo desesperado en busca de nuevas de la desaparecida, sino como un joven artista independiente que necesita vender su obra para mantener su estatus. Esta prostitución de su arte ensombrecería su ánimo tanto o más que la desaparición de Andrómeda, pero era necesaria, sin duda. En segundo lugar, trataría de encontrar en Heliópolis rastros de otros como él, aquellos a los que Andrómeda se había referido con desprecio en el barco: quizá ellos conocieran su paradero, o quizá eran los responsables de su desaparición, en cuyo caso les destruiría sin dudarlo un momento. Para ello empezó por donde podía, sondeando con prudencia a sus contactos en la ciudad acerca de rumores o habladurías que pudieran apuntar a otros como él...

Cargando editor
05/02/2008, 23:44
Director

Pasas un corto tiempo en tu "mascarada" entre los cretenses antigua "corte" de Andrómeda, que al estar sólo, sin ella, te reciben de forma mucho menos efusiva, aunque no mala. Preguntas aquí y allá, por todos los lugares que se te ocurre para descubrir a más de los tuyos. Nadie contesta tus preguntas...

Hasta que una noche, volviendo por las calles de una de tus pesquisas, alguien te para.

Cargando editor
05/02/2008, 23:46
Egipcio sin nombre

- ¿Eres tú Arquiro Pade, el que anda buscando a una tal Andrómeda? su tono es suave pero firme. No porta ninguna arma a la vista (y no hay mucha ropa donde ocultarla de todas maneras).

Notas de juego

Puedes hacer una tirada de Percepción + Atención a dificultad 8

Cargando editor
06/02/2008, 00:40
Arquiro Pade
- Tiradas (5)

Tirada: 1d10
Motivo: Per + ¿Ale? (1/5)
Dificultad: 8
Resultado: 9

Tirada: 1d10
Motivo: Per + ¿Ale? (2/5)
Dificultad: 8
Resultado: 10

Tirada: 1d10
Motivo: Per + ¿Ale? (3/5)
Dificultad: 8
Resultado: 7

Tirada: 1d10
Motivo: Per + ¿Ale? (4/5)
Dificultad: 8
Resultado: 9

Tirada: 1d10
Motivo: Per + ¿Ale? (5/5)
Dificultad: 8
Resultado: 5

Notas de juego

Er... espero que quieras decir percepción más alerta, porque ahora mismo no sé a qué te refieres con Atención. Tiro 5 dados por si acaso (4 de Per y 1 de Ale) y si resulta que me he equivocado, pues me quitas un éxito, o tiro otra vez, o lo que tú me digas...