Partida Rol por web

Dicho y hecho, al atardecer del siguiente día, sin más sucesos que numerosos rumores de mortales devotos de Osiris que corretean asustados, partís en diferentes direcciones, despidiéndose cada uno de los demás y de Issa. Amoun y Walidah partirán por separado y con grupos diferentes. La despedida es rápida pero amarga y tus pensamientos les acompañan, sobre todo a ella...

Viajáis durante sólo 2 días, estando el tercero ya al alcance de tu poblado. Dudas sobre qué hacer al respecto. Has viajado en compañía de una parte del ganado y 4 personas más del templo, uno de ellos un wab mortal, ningún ghoul o vampiro ha quedado a tu cargo.

Prometí volver y eso haré, al menos para poder despedirme. Les indico a mis compañeros de viaje la dirección donde encontrarán las cuevas. Tan sólo uno de ellos me acompañará al poblado para que podamos trasladar el sarcófago. Ya nos reuniremos con los demás más tarde.

Me "muero" de ganas de encontrarme con mi familia. Les contaré que he sido aceptado en el templo que debo someterme a mis tareas, las cuales me llevan gran parte del tiempo. La visita debe ser breve con el fin de que no pase allí tiempo durante el día. Si me preguntan por el sarcófago, les diré que es una ofrenda del templo a un señor de una tierra cercana.

Vuelves al poblado tras indicarles a tus compañeros osiríacos cómo llegar hasta las cuevas. Uno de ellos, siguiendo tus instrucciones, te acompaña al poblado ayudándote con el sarcófago.

Tu familia y el resto del poblado te recibe con los brazos abiertos. Ha pasado mucho más tiempo del que se pensó que tardarías en ir y volver inicialmente y personas sensibles como tu madre lo ha sentido especialmente. Se celebra una improvisada fiesta para darte la bienvenida, preguntan por le compañero, por el sarcófago y por todas tus vivencias en la gran ciudad, así como qué es lo que vas a hacer ahora que has vuelto, ¿porque te vas a quedar, verdad?...

Celebro la fiesta, ya que probablemente sea la última que vaya a disfrutar con mi aldea. Trato de dar evasivas a las preguntas. Trato de responder siempre que puedo con respuestas relativas a mi obligación contraída con el Templo.

- Tengo que marchar antes del alba si quiero hacer la entrega a tiempo. Me he comprometido y no quiero quedar mal con mi primer encargo. no sé cuándo podré volver, pero lo haré en cuanto pueda. Mientras tanto pensad en mí como alguien que ha alcanzado un gran puesto dentro de nuestra sociedad. Sed muy felices, pues yo lo soy -

No sé si creerán todas mis palabras, pero mi idea es dejarles lo más tranquilos posible.

En cuanto sea posible, reanudaremos la marcha con el fin de encontrarnos en las cuevas. Si la luz del SOl nos fuera a descubrir durante la travesía, usaré el sarcófago y mi compañero velará por mí. Es en esos momentos cuando me considero muy vulnerable y medito tal como em enseñó Issa a no perder mi humanidad, lo mejor que puedo.

Tus palabras no son siempre encajadas como una verdad absoluta, pues aunque tienes aptitudes para ser un buen mentiroso, no te acompaña la práctica. En todo caso, no las ponen nunca en duda y disfrutan de tu compañía. Lástima que pruebes bocado durante toda la noche (lo que frustra a tu madre). En cualquier caso antes del amanecer ya estáis partiendo con el sarcófago y al poco tienes que usarlo para no ser abrasado por los rayos del sol. A la noche siguiente seguiría el viaje y llegaríais a las cuevas que conocías, apartadas de la población y sólo usadas eventualmente por cabreros. No es un lugar limpio, pero sí seguro, al menos de momento.

Por el momento nos alimentaremos del ganado, el cual será cuidado por los humanos. También nos encargaremos de llevar agua del río a las cuevas. Iremos adquiriendo utensilios de las aldeas, mercadeando. Recipientes para el agua y otros utensilios útiles. Permaneceremos mientras no tengamos problemas.

Por otro lado pregunto si hay mas fieles a Osiris, humanos o no, en las inmedaciones, o en otra ciudad. Es necesario que nos vayamos juntando con el fin de protegernos.

Pasan fácilmente un par de semanas. Ningún percance importante, más allá de la dificultad para estableceros cómodamente. La gente de la zona está encantada con teneros ahí, vuestra "aura de santidad" os hace deseables como vecinos, a pesar de vuestras costumbres un tanto diferentes.

Una noche, uno de los guardias acude a ti nervioso y con la respiración agitada, irrumpiendo en la cueva en la que habitas:

- Señor, alguien se acerca, está a los pies de las colinas, he visto su figura a la luz de la luna.

- Bien, reunid el rebaño. Alejaos con él hacia mi aldea, ellos os recibirán. Si no es ningún peligro yo os daré alcance y podréis retornar. Si no recibís noticias mías antes de mañana por la mañana huid. No debemos correr todos peligro innecesariamente.

Vamos partid ya! -

Reuniendo fuerzas, empiezo el descenso hacia la figura que se acerca.

Espero que sea un pastor que ha vendido su rebaño. Si nos están siguiendo la pista, van por buen camino

Desciendes la colina tenso, esperando lo peor. Sólo puedes aferrar con fuerza tu baston y rezar a Osiris por que sólo sea uno y al menos puedas distraerlo para que los otros huyan. Pero nada de eso hace falta. La figura que está ascendiendo te resulta cada vez más familiar. Pronto toda duda desaparece: ¡es Walidah!

Mis peores temores se difunden al ver a Walidah acercándose. Antes de nada me cercioro de que esté bien. Sentándonos en una roca, le pregunto por el motivo de su llegada. Quizá tenga noticias de la ciudad.

En cuanto Walidah haya contado todo lo que tenga que decir y haya descansado, nos pondremos camino a las cuevas y yo buscaré al resto de los refugiados para que regresen.

- Walidah, no es buena idea viajar sola. Y menos ahora, que estamos siendo perseguidos -

¡Oh, Kemet, me alegro tanto de haberte encontrado por fin! -dice la muchacha mientras se lanza a tus brazos, inundada de alegría. Su alegría es contagiosa, aunque la situación no sea la más propicia.

- Te he buscado en cuanto tuve ocasión, no quiero pasarme una vida escondida lejos de ti...

- Y el resto de los monjes? Están a buen recaudo? Vamos cuéntame todo lo que puedas -

Después, traeré de vuelta al resto de los refugiados a las cuevas. Una vez estemos todos reunidos les contaré las noticias traidas por Walidah. Esperando que sean buenas y que el templo de Osiris no haya sido atacado sin víctimas. Observo los rostros de todos aquellos que han abandonado sus rutinarias vidas sumergiéndose en una más incómoda al oir las noticias de la Ciudad.

- Qué tal está Issa? Y Amoun? -

- Están bien, están bien. Yo... sólo... me he escapado -dice haciendo una mueca que muestra que lo ha hecho aunque sabe que no debería y que puede que se gane una reprimenda por tu mano al confesártelo.

- Fuimos muy precavidos y yo también, no nos siguió nadie -añade.

Dicho esto, dada la situación, la encaminas hacia las cuevas y tú vas a buscar a los hombres, de camino hacia el poblado, para que regresen tras la falsa alarma. Al reuniros les cuentas las nuevas que trae Walidah y la verdad es que, siendo incruentas y positivas, mejora la moral de tus compañeros. Las sonrisas, pese a lo precario de vuestra situación, pueblan vuestras caras.

Una vez que hemos charlado y antes de que los primeros rayos de luz comiencen a borrar la noche, me aparto con Walidah para comentarle:

- A pesar de que me alegre mucho estar contigo, el venir sola ha sido una temeridad. No entiendo cómo te han dejado partir, si es que lo saben. Bueno, cuéntame, cómo os habéis refugiado, dónde y en qué situación se encuentran? Sabes algo del Templo y de Issa? Necesito información para poder tomar decisiones. Esta gente no puede vivir aquí eternamene. Pronto tendremos que emigrar a otro lugar -

Después de las contestaciones de la joven, me tumbaré en el sarcófago cual momia para reposar.

Walidah te cuenta su viaje hacia el norte, a los poblados río abajo, hasta llegar a un lugar donde "sus señores" les proporcionaron barcas suficientes para esparcirse por el Delta. Antes de partir, ella se escabulló, volviendo río arriba por la otra ribera del Nilo. Nadie le ha seguido, está segura. No podía vivir sin volver a verte, temía por tu vida y aquí está, después de varias semanas de viaje, después de haber vuelto a tu pueblo, que tan bien recordaba. Todo ha pasado tan rápido para ella: el viaje a tu pueblo, el regreso con los animales al templo, vuestro encuentro con el setita en la ciudad, tu abrazo, su extansiante beso por el cainita, tu conversión en el hombre de armas del templo, vuestro éxodo...

Necesita un hombro fuerte y amable en el que apoyarse, un hombre al que amar y en el que confiar al que arrimarse mientras duerme, aunque esté frío como la noche...

En el fondo me alegro de que Walidah esté conmigo, a pesar de que la idea de haberse escapado y viajar sola por el desierto me desagrada totalmente. Es hora de tomar una decisión. Junto a todos los refugiados y expongo:

- Vivir de esta manera nos ha venido bien para sobrevivir al ataque Setita. No obstante, es hora de organizarnos y asegurarnos un futuro. Busquemos aliados. Todo aquel que sea enemigo de los setitas que sea nuestro aliado. Juntos podremos hacer frente a esta horda de barbarie y quizá acabar con ellos. Partamos, y que en parejas viajemos por los pueblos y ciudades para que mortales e inmortales se unan a la causa. Nos veremos aquí dentro de dos meses. Espero que seamos numerosos. Repartiremos el ganado. Walidah vendrá conmigo, juntaos como considereis y partid sin demora -

Me giro hacia Walidah, ella conoce mejor al Templo y sus aliados.

- Walidah, tiene el templo algún sabio que pueda hablar con los Dioses? Necesitamos consultarle -

- ¡Si, sí, así es! -dice la muchacha sintiéndose feliz de poder ser útil- El consejo secreto de la ciudad de Bubastis, la ciudad de los gatos. Se encuentra en el delta y fue atacada y tomada por los ejércitos de Narmer, pero sin duda quedan todavía fieles resistentes de la Orden de Isis...

- La ciudad de los gatos? Me caen bien los gatos, son como yo, están aquí y en otro mundo al mismo tiempo. O eso dicen.

En cuanto estés lista para el viaje nos pondremos en marcha -

Las parejas se van formando y poco a poco todo el mundo abandona la seguridad de las cuevas para ocuparse de su misión. Con nuestra parte del ganado, partimos hacia donde dice Walidah.

- Tu nos quías - Y le acaricio el pelo que tan bonito debe brillar durante el día.