Partida Rol por web

No me gusta, no me gusta nada en absoluto. Han pasado cinco años y las marcas todavía perduran; el poder de esa criatura debe ser considerable pero, ¿es el sacerdote el que la controla o es ella la que lo controla desede las sombras?
Pudiera ser que incluso fuesen el mismo ser, la situación se complica por momentos, habrá que actuar con mayor cautela...
Por suerte esta zona la evitan los mortales, demasiado turbio incluso para ellos.

Con algo más de atención busco posibles indiciosque me den una mayor información acerca de a lo que me enfrento, poniendo mis nuevos sentidos a trabajar sobre los restos.

Decidido a acabar con el viejo curioso, te armas con la daga, guardándola cuidadosamente entre tus gruesas ropas y te diriges hacia los barrios bajos de la ciudad, donde te han dicho que estaba haciendo las averiguaciones. ¿Porqué estaría haciendo semejantes preguntas, para qué te quiere encontrar?

Encuentras a alguien de su descripción en una de las cervecerías del barrio, tu contacto acusador no te había mentido. Es un hombre viejo, barbudo, atacado por la edad. Su frente llena de arrugas se frunce cuando te ve entrar por la única puerta del establecimiento. Parece haberte reconocido y sus viejos músculos, bajo la pesada ropa que lleva, parecen tensarse. Su mirada es intensa.

A vuestro alrededor hay media docena de parroquianos, bebiendo, masticando y hablando en diferentes grados de embriaguez. Uno de ellos está hablando con el propio viejo. No hay mesas, ni sillas o siquiera taburetes. Esterillas de mimbre hacen las veces de asientos y las jarras de cerámica que contienen la cerveza se dejan sobre el suelo de tierra apisonada y sucia ligeramente recubierta de paja seca con restos de alcohol, claro síntoma de dejadez higiénica por parte del propietario. Un brasero en medio de la habitación hace las veces de lámpara a la vez que calienta ligeramente el aire de este cuchitril.

Me extraña que me busque tal persona, así que tomo una daga y la guardo en mis ropas, seguidamente salgo del templo a buscar a esa persona, La vida me enseño a enfrentar los problemas de una sola vez, llego al pueblo y busco la persona con las caracteristicas que tiene quien me busca y hablare con el pero no dejare ver mi cara.

No encuentras nada, a pesar del trabajo. Mueves restos de barro cocido, maderas carbonizadas y tierra, buscando quién sabe qué. Pero no hay nada significativo. Los saqueadores hicieron este mismo trabajo hace años y no dejaron nada de valor o remotamente útil. Sólo un único cadáver, aparentemente un hombre bajo y endeble. ¿Endeble? Este no puede ser el cadáver de un guerrero...

Esto no tiene ningún sentido, a menos que el anciano tuviese bajo sus órdenes a un lacayo, pero aún así...debería informarme algo más en este barrio, tal vez pueda eliminar la posibilidad de una manipulación de los hechos.

Aprovechando mi atuendo de corte bien elaboradome hago pasar por un funcionario de la ciudad que investiga acerca de la vivienda y su propiedad, asegurando que es uno de los templos el que plantea darle uso en poco tiempo, ya que muchas de las mismas propiedades han sido expropiadas a lo largo de los años cuando los dueños no podían sostener su nivel de vida o "desaparecían" de forma más o menos silenciosa. Era un procedimiento normal y que me daría la coartada perfecta para indagar más profundamente.
Las preguntas una vez establecida cierta complicidad derivaban invariablemente a los sucesos de esa noche unas veces como oyente de las penurias de las gentes, otras como mero curioso. Mis nuevos sentidos y mi aguda percepción de la mente de los mortales me servía para desgranar la paja e ir directo al fondo de la cuestión haciendo mis preguntas certeras y precisas, pero tratando de no levantar excesivas sospechas al respecto.
La cuestión principal era precisar quien vivía en la estancia, si estaba acompañado y en dicho caso por quien y donde residíadesde entonces. Con la excusa de encontrar a posibles dueños o familiares a quien dirigirse en nombre del templo para realizar el proceso correspondiente. Las preguntas tambiénse dirigían hacia un claro instinto que noparabade cebarse en mi memoria ¿habían notado la falta de alguien cercano en esos días, alguna desaparición "extraña"?
Esta era la pregunta que levantaba más suspicacias y que requería de toda mi buena mano a la hora de responder con evasivas acerca de mis pesquisas. Como tantas otras veces esperaba que mis rasgos tan anodinos jugasen en favor del olvido de las buenas y malas gentes del lugar...

Tus pesquisas en el lugar dan sus frutos. Te hablan de un mal vecino, el de la casa incendiada, que atrajo las iras de un demonio de fuego. El propietario, antes de morir en el incendio, era un guerrero muy alto y fornido, sin duda un noble de alguna otra ciudad. Es raro que a alguien así le dejaran tener una casa en Uruk, aunque bueno, seguro que sólo hay sobornar a la persona apropiada. En cualquier caso no era de la ciudad. Se llamaba... ¡Arakur! Eso es. Nadie ha oido nunca de un nombre así en la ciudad. Tenía que ser extranjero. Un tipo flacucho de la ciudad le servía como único criado. Una casa tan grande y sólo dos personas vivía en ella, todo un desperdicio. Además el noble siempre hacía encender las luces por la noche. Vaya desperdicio, con lo que valen las velas. No sabes si tendría ningún heredero, pero, desde luego, no cree que ningún familiar de alguien tan rico se preocupe por conservar las ruinas de una casa en una ciudad extranjera.

Respecto a las desapariciones extrañas, no saben nada. Es más, casi consideran extraño que no desaparezca alguien por la noche. Todo el mundo tiene algún conocido o familiar que desapareció por la noche...

Todo esto lo logras tras varias noches de pesquisas, preguntando a los vecinos sólo a principio de la noche para no despertar más sospechas de las necesarias.

Tardas varios días en conseguir que lo localicen, hasta que una noche te informan que han seguido al viejo y saben dónde vive. Una casa de los barrios bajos, rehabilitada, donde comparte vivienda con alguien. Han oido conversaciones pero no le han llegado a ver.

Tres noches y aún no acababa de comprender del todo la situación...
¿Acaso el criado había perecido en el intento y era el propio demonio huido el antiguo hijo de caín que había emergido entrelas llamas para escapar?
Si así fuere entonces el sacerdote que había sido visto huir misteriosamente podría tratarse de otro hijo de caín de otra estirpe que hubiese intentado acabar con el primero.
No dejaba de hacerme gracia los futilies intentos de las distintas estirpes de la plaga, eran distintosen sus formas, pero su fondo era el mismo; la profunda estupidez...pues al luchar entre ellos no hacían más que debilitarse mientras nosotros nos fortalezemos en nuestra unión.

De todas formas la consecuencia lógica de todo esto era la siguiente, si el noble guerrero" llamado Arakur logró escapar con vida, aún tratandose del mismo ser que el "demonio", algo a todas lueces más que probable. ¿Quien era el sacerdote?
Eso quería decir que se requeriría algo más de investigación para conocer el templo al que pertenecía pero, en ese caso, la corrupción llegaba hasta las altas esferas del gobierno. Y no hacía falta escudriñar demasiado para saber donde buscar, de nuevo todo apuntaba al Templo de Enki.

Una vez más se hacía necesaria la intervención de Seluku, debería concertar una cita con el sumo sacerdote del Templo de Shamash. Conociendo del buen carácter del sumo sacerdote no creía que hubiese excesivas complicaciones al respecto.

Y así lo solicite de mi fiel amigo una vez más al regresar antes del alba esa noche, esa noche en la que una vez más, algún traficante del mercado negro debió echar en falta a uno de sus lacaos...

Así como se lo habías pedido, Seluku se encarga de ejecutarlo. Una ejecución nada sangrienta esta vez, claro. Hablar con el sumo-sacerdote es algo que reporta paz a casi cualquiera que hable con él, incluyendo al sombrío Seluku, que también parece tener algo de corazoncito. Cuando vuelve al caer la noche para informarte de que Ibbi-Adad te espera en el templo, su semblante es de paz. Y en cierta manera, tomas el relevo de la actividad del día, dirigiendo tus pasos al templo...

Catorce años habían pasado desde que penetrara en el templo por última vez, apenas había sopesado la posibilidad de pasada de entrar en él cuando arribara a la ciudad hacía un par de meses. Pero en esta ocasión la circunstancia era lícita, moral o como quiera definirse dentro de un marco no sangriento. Sin saber muy bien como acceder al interior, poco acostumbrado a entrar por los accesos principales de este tipo de recintos, me plante delante de la puerta esperando que los guardias pudiesen darme el visto bueno para entrar y disfrutar porsegunda vez, está en mi no vida, de la compañía de ese ser más espiritual que carnal que era el sumo sacerdote del templo del sol...

me acerco a ese anciano, me siento cerca a el y digo entre las brisas de una noche, me entere que me buscabas; para que?, deseo saberlo, ya que al fin me tienes aquí a tu lado

El hombre, que resulta ser un anciano en vuelto en una pesada capa, no parece sorprenderse de tu inesperada visita.

-Te busco yo, pero no es para mi. Hay alguien que desea encontrarse contigo. Tal vez podríamos acordar un encuentro... -dice el hombre con voz calmada mientras parece medirte con la mirada.

Los guardias de las puertas del templo se muestran recelosos, pero te dejan pasar sin protesta alguna. Abren una puerta y tienes acceso al recinto. Uno de ellos te acompaña hasta las largas escaleras que conducen a lo alto del ziggurat. Ascendéis sin perder el resuello ninguno de los dos, cada uno a un lado de la escalera. Diríase de los guardias que son humanos, pero de grandes capacidades físicas y bien entrenados. No te quita ojo de encima. Al llegar a la cima el sumo-sacerdote os espera con una sonrisa.

-Retírate, por favor -dice casi con dulzura dirigiéndose al guardia- pasemos al interior, esta conversación no debe ser escuchada por nadie más -añadiría.

Su presencia resulta reconfortante, es un anciano de movimientos suaves y ojos repletos de sabiduría. Los años, no obstante, han pasado factura por su cuerpo, más arrugado y débil que la última vez que lo viste, ahora ya hace 14 años. Ya viejo en aquellos momentos, es ahora un venerable cuya vida se ha prolongado, sin duda, gracias al beneplácito de su dios.

-Hola de nuevo, asesino. Esta vez las cosas han cambiado bastante, ¿no crees?. Regresas cambiado, ya no como un habitante de la luz que decidió llevar un camino oscuro, sino como un habitante de la oscuridad que ha decidido seguir un camino luminoso. Dime en qué puedo guiar tus pasos, pues guía es lo que has venido a solicitar.

Lo miro y sonrio levemente dime quien es, ya que estoy en desventaja, él sabe sobre mi pero yo no se nada de él y si aceptara tu oferta estaría ciego a pesar de ver...
Si me dices sobre él, tal vez piense tu propuesta.

-No puedo hacer tal cosa, lo lamento. Además, si habéis llegado hasta mi sí debéis saber lo suficiente de él. Desea encontraros, contactar con vos. Sabe de lo que estáis haciendo en la ciudad y desea saber más. En el pasado sirvió a gente como vos y ahora ha vuelto al negocio. Pero yo no puedo hacer nada más que concertaros una cita con él.

- Veo que los años os han tratado con cierto respeto venerable anciano. Conoceis bien mi naturaleza y la cuestión es que necesito de vuestra sabiduría, de los largos años a vuestras espaldas. Hará cuestión de 5 años se propagó un incendio en los barrios bajos que partió de la casa de un noble extranjero de nombre Arakur. Hay indicios para pensar en que la sombra estuvo mezclado en todo esto y me hallo en una encruzijada. Por otra parte el Templo de Enki parece albergar mucho más que corrupción, parece que alguien influye en su devenir, tal vez la misma sombra que ha convertido esta ciudad otrora floreciente en un lacra. Necesito de vos, ¿que han visto esos ojos que se han posado en décadas de sucesos?, ¿que susurros han captado esos oídos en las largas horas de postraciones en este cuarto?¿que perturbaciones ha sentido ese espíritu sin mácula durante sus rezos?-

si lo has visto, pues por lo menos dame su descripción, con eso me bastara digo en tono de que si me dice lo que le pedi ire con él.

-Por lo que sabemos eso podría convertirle en blanco de las iras de un demonio. No deseamos eso. Concertaré una cita en la cervecería de Ettu, en los barrios bajos. Mañana al anochecer. No faltes. Y ahora, si eres tan amable, abandona mi humilde casa... -dice con tono calmado, sólo reclamando la tranquilidad que debía darle la soledad.

Algo no te acaba de cuadrar, pero no sabes bien qué.