Khaeris estuvo leyendo uno de los tomos hasta altas horas de la noche. El que él se quedó fue el que hablaba sobre los rituales, la magia negra, las invocaciones y sobre los ghûanxuheï. Aquel tomo hablaba sobre muchas cosas interesantes, aunque la mayor parte de ellas no tenían nada que ver con lo que a él le interesaba en esos momentos con relación al caso.
No obstante, fuera como fuera, llegó a un par de conclusiones. Quien había convocado al ghûanxuheï en aquella granja, sabía lo que se hacía. Algunos de los símbolos de protección que fotografió en los marcos de las ventanas y de las puertas, se encontraban explicados en aquel libro. La mayor parte de ellos, eran símbolos que servían para alejar a un espíritu maligno o para retenerlo en un lugar específico.
En cuanto al símbolo grabado en el suelo, la estrella de seis puntas, venía a ser un portal. No sabía si lo había entendido bien o si a las conclusiones que había llegado eran sencillamente erróneas, el símbolo servía como puerta hacia una dimensión de tránsito entre otras y las velas ayudaban a abrirlo. El llamado plano astral, conectaba una serie de planos o universos paralelos, que existían en el universo y que juntos formaban un todo.
Por lo más interesante fue averiguar algo acerca de aquel encantamiento que habían encontrado en una nota. Al parecer aquellas palabras arcanas, tenían diferentes aplicaciones, pero una de ellas, era la de mantener a raya a los llamados "ajenos" durante un proceso ritual, para poder de alguna manera lograr su expulsión a su plano nativo.
Tirada oculta
Motivo: Daeris investigar
Tirada: 1d20
Resultado: 18(+7)=25 [18]
Cuando el agente Khaeris Daeric se marchó, Chandrelle se sentó en el sofá de su casa durante unos minutos, para asimilar todo lo que había sucedido durante aquel largo día. Varios muertos en circunstancias extrañas, extrañas teorías, fantasmas y brujería era más de lo que estaba preparada para asimilar en aquel primer caso asignado junto a su nuevo compañero.
No pudo evitar, que aquellos pensamientos derivasen en su hijo. Tardó casi una hora en poder levantarse y ir a preparar algo para cenar, y lo hizo no porque tuviera hambre, sino para tratar de alejar de su cabeza un fantasma de su pasado. Tras comer un sandwich de huevo y atún, lo único que tenía a mano en su despensa. Decidió mirar por encima aquel tomo que su compañero adquirió en la tienda del anzano.
Para ella, todo aquello era un galimatías sin sentido y poco o más extrajo sobre aquel extraño polvo, de lo que ya habían leído en la tienda y de lo que el señor Fhen Xui les había contado.
Tirada oculta
Motivo: Investigación
Tirada: 1d20
Resultado: 3(+2)=5 [3]
Kaheris Daeric madrugó bastante. Se duchó, se vistió de forma impoluta, como siempre hacía, desayunó un café y unas tostadas y revisó su correo antes de bajar a su garaje y subir a lomos de su fiel corcel rojo para ir a recoger a su compañera.
Había recibido un correo electrónico por parte del forense. Lo abrió y lo leyó por encima extrayendo algunas conclusiones muy interesantes.
La primera era que habían logrado identificar a una de las dos víctimas mediante sus huellas dactilares, el varón. Se trataba del señor Red Jack, el vagabundo del que habían hablado los agentes de Sarns. En cambio, el cuerpo de la mujer, al estar en avanzado estado de putrefacción, no pudo ser identificado mediante huellas.
No habían ajuntado el archivo del informe, pero si una detalladas relación en el propio e-mail, de las conclusiones extraídas.
La primera autopsia que realizó Crews fue la del varón. Al retirar la ropa, descubrió múltiples mordeduras en el cuello y el torso, además de en los brazos. Se trataba de mordeduras muy profundas, por lo que sin duda habrían provocado un amplio sangrado, que podría haber sido incluso la causa de la muerte. Al comprobar la herida de bala de la cabeza, descubrió que ésta se había producido post mortem. Lo cual no importa recalcar, que era muy extraño.
En cuanto a la mujer, la autopsia reveló también algo muy extraño. La herida de la cabeza, era también post mortem y posiblemente llevara muerta más de dos meses. Los restos de barro y tierra indicaban con toda seguridad que había sido desenterrada hacía poco tiempo. Pero lo raro no era eso, sino que tenía restos de sangre, piel y carne entre los dientes y eran restos bastante recientes.
Al comprar la mordedura de la cual ya había sacado un molde con las marcas de las heridas de Red Jack, coincidían en un noventa y cinco por ciento. Era como si la mujer hubiera intentado comerse a Jack después de muerta. Además, posteriormente extrajo muestras de tejido que encontró bajo las uñas de ambos. Al analizarlos, el tejido que encontró bajo las uñas de Jack correspondía con el de la mujer y viceversa.
Finalmente tomó muestras de ADN de los restos orgánicos encontrados en el interior de la granja. Llegó a la conclusión de que se trataba de restos humanos, todos de la misma persona. Una mujer, según el análisis de ADN. Pero no se trataba de la misma mujer a la cual había hecho la autopsia, por lo que había una tercera víctima. No halló restos de pólvora o explosivos en los restos, pero si una sustancia similar a baba, no humana...
Para cuando Khaeris tocó a la puerta de Chandrelle Jones, ella también había leído ya las conclusiones preliminares del informe forense de Crews, pues también le había reenviado el correo a ella.
Os toca decirme a donde vais y que queréis hacer!
Cuando me desperté, recordé el extraño sueño que había tenido. No tenía demasiado sentido, pero aparecían Daeric y aquel hombre de la tienda, envueltos en una extraña neblina y hablando cosas sin sentido, salvo una palabra.
Está cerca. Os rodea y casi puede tocaros - decía el anzano
Sube al coche, Chandrelle. No mirés atrás -me advertía Daeric.
Cuando me giré para mirar atrás, fue cuando abrí los ojos y vi que estaba en apartamento, en silencio, y sola. Me levanté, tomé una ducha y me preparé un café. Después, recibí un mensaje en el teléfono de que tenía un correo, por lo que abrí el ordenador para leerlo.
Era del forense.
Empecé a leer con atención, olvidándome completamente del café. El hombre era un vagabundo, un tal Red Jack, y tenía mordeduras muy profundas. El hecho de que la herida de bala fuera hecha después de morir, parecía evidenciar que quizás alguien, con pocos conocimientos forenses, lo hizo para ocultar la verdadera causa de la muerte. Pero era tan ingenuo por su parte que me hacía preguntarme quién habría caído en algo así.
Por otro lado, quién... o qué había podido causar aquellos mordiscos. ¿Un demonio... o una bandada de murciélagos, porque se parecía más a esto último que otra cosa?
Continué leyendo lo que decía de la mujer, que no había logrado identificar, debido al avanzado estado de descomposición. Llevaba más de dos meses muerta, pero al mismo tiempo, tenía restos de sangre. Eso me hizo pensar antes de leer más, que quizás, siguiendo la loca teoría que teníamos encima de la mesa, la mujer había revivido con aquel demonio en su interior y se había alimentado de Jack.
Al continuar, vi que así parecía haber ocurrido.
En cuanto a los demás restos, eran todos de una mujer, pero diferente a la cuyo cuerpo teníamos.
Cuando oí los golpes en la puerta, di un pequeño salto sobre la silla. Ese debía ser Daeric. Me terminé de un solo trago el café que me quedaba, y que por supuesto ya estaba frío, dejé la taza en el fregadero sin ni tan siquiera echarle agua y me dirigí a abrirle a Daeric.
-Buenos días, agente Daeric. Gracias por venir a recogerme. Acabo de leer el informe del forense y... creo que plantea más preguntas que respuestas, ¿no cree usted? -le dije, cerrando la puerta detrás de mí y acercándome al ascensor -. Me parece que todo lo que necesitamos está en aquella casa... y que si existe una posibilidad de que todas estas locuras sean reales, necesitamos esos polvos. ¿Ha averiguado algo a partir de los libros?
Me dormí tardísimo a causa de aquel libro y me costó bastante salir de la cama. La ducha fue fría y el café doble. Necesitaba estar despierto para lo que teníamos delante. Recibí el correo del forense, el cual leí con aquel tanque de café sin molestarme en encender el ordenador.
Todo era más raro de lo que pensábamos.
- ¿Muertos caníbales? - No había leído nada de eso en el libro y la verdad es que me parecía buena idea recurrir de nuevo a aquel anciano que nos ayudó aquella noche. Pero lo primero era recoger a Chandrelle y ponernos de acuerdo en que hacer.
Tras ponerme un nuevo e impoluto traje, cogí ambos libros y bajé al garaje. Allí me esperaba Lola, con su hermoso color rojo y su motor listo para rugir en cuanto lo arrancase. En a penas unos minutos, llegaba a casa de Chandrelle. Llamé a su puerta y no tardó en salir.
- Buenos días agente Jones. Creo que usted ha descansado algo mejor que yo. - Le indiqué con una sonrisa y unas marcadas ojeras. - Sí, a mí ese informe me plantea también demasiadas preguntas y creo que deberíamos visitar al anciano de nuevo.
» Por otro lado, se me ocurre que deberíamos buscar quien en un periodo de... tres meses hacia acá, ha estado buscando en internet los ingredientes para hacer esos polvos y de paso localizarlos nosotros. Lo que para usted es una locura, para mí es... real. - Admití al final. Seguía sin ser mi campo principal pero estaba todo vinvulado con lo mismo.
- Por los símbolos, se pretendía contener al demonio en la casa. El símbolo del suelo, es una especie de portal entre... distintos planos y el conjuro que encontramos se usa para devolver a esas criaturas a su plano. Por lo que es posible que no encontremos a ningún ghûanxuheï ni otra criatura allí. - Expliqué a mi compañera mientras llegábamos al coche.
- Creo que deberíamos ir a la OFI, tengo los dos libros en el maletero y con esos nuevos datos podemos buscar algo sobre muertos caníbales o rituales para hacer que los muertos se levanten. - Me sonaba raro hasta a mí, pero estaba claro que había algo de eso en aquel lugar.
- La mujer, deberíamos preguntar a la policía de Sarns si tienen alguna denuncia de alguna mujer desaparecida desde hace dos o tres meses... o deberíamos buscar en nuestra base de datos mujeres desaparecidas en ese periodo de tiempo en las cercanías. También quiero preguntarle a Crews si encontró restos de tierra entre las uñas de la mujer... sí, pienso que se desenterró ella sola. - Añadí mientras arrancaba el coche.
- De hecho, me planteo que si le tirásemos algo de sangre fresca en la cara a su cuerpo o al del vagabundo... - Dije pensando en voz alta, al tiempo que conducía hacia la OFI.
El aspecto de Daeric era el de alguien que no había descansado, quizás porque al final, había estado tan enfrascado en aquellos libros, que las horas para hacerlo se habían pasado sin que se hubiese dado cuenta.
Sin embargo, parecía estar bastante activo, empujado seguramente por la fascinación que sentía por todo aquello.
-Puede que tres meses no sean suficientes, pero al menos es un comienzo. De todas maneras, sigo negándome a aceptar que esta sea la única explicación posible. Estoy convencida de que hay más explicaciones para todo lo que hemos visto. Las perversiones y otra clase de locuras, e incluso la demencia, empujan a hacer cosas que la mayoría de nosotros ni siquiera imaginaría. Lo único que parece crear un problema para nosotros es la presencia de todos aquellos restos y ahora, los mordiscos en la víctima. Pero el escenario podría estar preparado. El asesino del vagabundo podría haber hecho que pareciese que el cadáver de aquella pobre mujer le hubiese mordido, acercando brazos y piernas, forzando su cuerpo, aún laxo después de morir, para crear la falsa creencia de que había sido poseído por alguna clase de ente demoníaca. Eso para mí es mucho más creíble que pensar que de verdad existía dicha entidad. A pesar de todo, el curso de acción que sugiere, agente Daeric, creo que es el correcto, porque nuestro asesino tuvo que buscar la información.
En aquellos momentos, habíamos llegado al coche y sus comentarios bailaban alrededor del significado de aquel símbolo.
-Ese símbolo puede ser muchas cosas, agente Daeric. Tenga en cuenta –empecé a decirle, mientras abría la puerta y me sentaba –que durante muchas épocas, se han tergiversado su verdadero significado para adaptarlo a las necesidades. Los pentagramas siempre han sido representaciones para contactar con la naturaleza, relacionado los cuatro elementos con el espíritu humano. Las gentes de otras épocas se sentían más confiados cuando creían entender al mundo que les rodeaba y pensaban que podían ser capaces, hasta cierto punto, de manipular la misma magia que había sido, para ellos, el origen de todo. Pero nada señala que se usara para comunicar planos entre sí. De hecho, es cierto que la ciencia clásica piensa que podrían existir otros planos, pero es poco probable que haciendo un simple dibujo y diciendo unas palabras, se pudiera poner en contacto uno con otro. Eso sería como si nosotros fuésemos dos figuras de dos dimensiones y simplemente con gritar arriba, una palabra cuyo significado ignoraríamos, puesto que no seríamos conscientes de la tercera dimensión, esta apareciese de alguna manera, delante de nosotros. No, agente Daeric. Realmente, ahora que he descansado y he podido analizarlo todo, no me lo creo. Pero sé que quien lo hiciese, seguramente, deseaba creerlo, así que debemos seguir esa presunción.
Desde luego, pensaba que quien hubiera hecho todo aquello debía estar enfermo. La locura no consistía únicamente en ser incapaz de distinguir el bien del mal y en comportamientos sin sentido, sino también en alterar la realidad para adaptarla a lo que cada uno necesitaba o deseaba. Por eso, siempre había pensado que todos, en cierta forma, estábamos locos, dado que en alguna ocasión, unas personas más que otras, habíamos negado la realidad porque nos resultaba más cómodo aceptar una mentira o algo que nos hacía la vida más sencilla.
-Me parece bien –le respondí a su sugerencia de ir a la OFI. Como le había dicho, había que trabajar siguiendo la idea del ritual, aunque no fuese algo real.
Iba a continuar asintiendo a lo que estaba diciendo sobre preguntarle a la policía, algo que en su momento ya había preguntado yo, cuando oí aquella teoría de que se habría desenterrado sola y de lo que podía suceder si le arrojábamos sangre fresca a ella… o al otro cuerpo.
-Agente Daeric,por favor. Creo que está llevando esto demasiado lejos. Limitémonos a buscar pistas. El cuerpo tiene que venir de alguna parte y dado que hay restos de tierra, es evidente que estaba enterrado. El asesino necesitaría uno y quizás ese estuviese más accesible que otros. Es posible que el lugar de donde provenga, esté relacionado con dónde vive. Además, creo que será más útil que preguntar cementerio por cementerio, directamente, porque puede que no lo hayan denunciado para no crear alarma y tener problemas. Y por favor, si quiere arrojarle sangre a algo, pregúntele antes al forense. No creo que le haga ninguna gracia –le dije, sonriendo por la ocurrencia, mientras el coche salía hacia la OFI.
Ambos se montaron en le vehículo de Daeric y marcharon hacia su puesto de trabajo en la OFI. El tráfico de aquella mañana era caótico, como casi siempre. A quien se le había ocurrido poner la sede de la OFI en el centro de Sarnis, era todo un cabeza hueca. Pero eso, al menos de momento, no iba a cambiar y les dio tiempo suficiente como para hablar más acerca del caso, compartir opiniones y hasta de reírse de las excéntricas teorías de Kharis Daeric.
Nada más llegar a la OFI, uno de los agentes que se encontraba en emisoras, se acercó a ellos y les entregó un recado. Era de la policía de Sarns. La jefa de dicha policía local, Emma Thako, les había llamado dejando dicho que se pusieran en contacto con ella, referente a una información que tenía acerca de una investigación en curso. Rápidamente, los dos agentes descendieron al zulo de Daeric y llamaron al teléfono de la policía de Sarns.
- Policía local... - Dijo una voz de varón al otro lado del telefóno.
- Buenos días, el agente especial Daeric de la OFI. - Se presentó Khaeris. - ¿La jefa Thako?
- Enseguida. - Respondió. - ¡Jefa, son de la OFI! - Se escuchó la voz amortiguada del operador de teléfono. - Un tal Daeric...
Tras unos escasos segundos y un sonido de acoplamiento, alguien agarró el teléfono de nuevo.
- Buenos días, la Jefa Thako. - Sonó la voz conocida de Emma. - ¿Agente Daeric?
- El mismo. - Confirmó. - Me han dicho que quería hablar conmigo.
- Así es. - Comentó Emma. - El agente Erflog, le conoció ayer, ha confirmado que un tal Red Jack, hacía dos o tres noches que no pasaba por el centro donde solía ir a buscar alimentos y que otros sin techo, hacía días que no le veían y les parecía muy raro. - Hizo una pausa. - Además, hemos descubierto, que bueno... - Hizo otra pausa. - ...no es que tengamos un problema con la prostitución, pero si que tenemos localizada una zona donde suelen verse meretrices. Otro de mis agentes fue y bueno, averiguó que tenían miedo, porque un par de compañeras suyas han estado desapareciendo últimamente. ¿Creen que podría...? - No concluyó la pregunta. - Podemos incidir más en el asunto si quieren. Averiguar nombres o bueno, podemos colaborar si quieren...
Teníamos varias explicaciones sobre la mesa y aún muchas preguntas. Yo seguía pensando que mi teoría era correcta. ¿Qué otra cosa podía ser? Preparar todo el escenario, tanto interior como exterior para que pareciese todo algo paranormal, llevaría mucho tiempo y dedicación. Además, los disparos en la cabeza sobrarían...
- Tiene que haber algo más, piénselo agente Jones. Si alguien se molesta en toda esa puesta en escena, tan detallada, para cometer dos asesinatos o incluso tres como muestran las pruebas forenses, ¿para qué los disparos en la cabeza post-mortem? ¿Para qué jugar a despistarnos salvo que la invocación, que esa mujer... a pesar de llevar dos meses muerta, atacase al hombre realmente...?
Me quedé pensativo unos instantes y luego sonreí.- ¡Ya está! ¿Cómo no caí antes? ¿Sabía que en Gea antiguamente existían también muertos vivientes? No era muy común y había que ser alguien muy poderoso... pero se podían alzar a los muertos. - Dije chasqueando los dedos.
- Y los disparos en la cabeza post-mortem... ¿no ha visto películas de zombis? Es dañando su cerebro como se les mata. - Dije señalándome la cabeza. - No hará falta que le pongamos sangre a nadie delante... están definitivamente muertos. Pero deberíamos pedirle a Crews que examine el contenido del estómago del cuerpo de la mujer. Si estoy en lo cierto, si le mordió y logró tragar algo de Red Jack, lo tendrá ahí y dudo que una puesta en escena, por muy detallada que esté... - Era imposible hacer llegar nada a un estómago de un cuerpo muerto si este no lo había tragado por voluntad. Se quedaría en la garganta.
Luego hablé con el manos libres puesto con la policía de Sarns.
- La mujer falleció hace un par de meses al menos. ¿Podrían investigar y mandarnos las identidades de mujeres que concuerden con esa fecha de desaparición? Y... tenemos los restos de un segundo cuerpo, otra mujer dentro de la granja. Así que hará poco que habrá desaparecido también. El forense aún tiene que confirmarnos cuanto tiempo hace que estaban esos restos allí, pero creo que con la información de las chicas desaparecidas de tres meses hasta el día de hoy en esa zona, será suficiente por ahora.
» En cuanto tengamos algo más claro, nos pondremos en contacto con ustedes de nuevo y gracias por la información. - Esperé por si Jones quería decir algo antes de colgar.
Mientras ordenaba en mi cabeza las ideas. Esperaba que Crew hubiese puesto ya a hidratar los dedos de la mujer para poder sacar una huella de ellos. Si se dedicaba a la prostitución, quizás llevase implantes y esos tenían números de serie. Además tenía que pedirle que comprobase el contenido del estómago y... no se me quitaba de la cabeza que llevase restos de tierra bajo las uñas. También debíamos mirar en internet si alguien había buscado en los últimos meses como hacer esos polvos y de hecho debíamos buscarlos nosotros mismos.
Máster, repásalo antes de que lo publique para los dos y dime algo, que no se si lo de los zombis y muertos vivientes se va o no de madre.
Edit: todo correcto!
Perfecto ^^
Las deducciones de Daeric iban siempre a por algo más de lo evidente, pero mi mente analítica cada vez más se esforzaba en encontrarle una explicación “real” a todo aquello.
-Yo no niego que haya algo más, agente Daeric, pero me resulta difícil de entender que busque explicaciones que rocen la fantasía en lugar de otras más razonables. LA verdad, a menudo, es más sencilla de lo que parece. Estoy seguro de que conoce el principio de simplicidad. Las cosas esenciales no se deben multiplicar sin necesidad y cuanto menos supongamos, mejor.
Y casi como un resorte, Daeric saltó en su asiento, al ocurrírsele una teoría sobre muertos vivientes. No solo habían sido reanimados, sino que para acabar con ellos, la única forma sería dispararles a la cabeza.
-Agente Daeric –empecé a hablar, intentando controlar mis emociones para no comportarme con la agresividad con la que normalmente lo hacía -. Existen muchas y diferentes fábulas e historias sobre muertos vivientes, que en todos los casos se han demostrado ser falsas. Existen formas de autosugestión que inducen al subconsciente a tomar el control sobre la actividad del cuerpo, de una manera similar a lo que sucede cuando somos sonámbulos. En ese estado, no somos capaces de actuar de manera normal, sino siguiendo unas pautas que hasta nosotros podemos desconocer. Si en el otro lado, tuviéramos por ejemplo a alguien tan fácil e convencer de que existen los muertos vivientes, no me extrañaría que les disparase a la cabeza, al pobre Jack por caminar dormido y al cadáver por si acaso. Los mordiscos y la sangre pueden perfectamente ser parte de una escenificación para desviar la atención sobre otros hechos que desconocemos o por algo tan sencillo como que disparó antes de preguntar.
Miré a Daeric, sabiendo que ambos teníamos opiniones contrapuestas, aunque no dejaba de admirar su energía y devoción por defender unas ideas que quizás en oídos de otros, habrían sido objeto de duras y crueles burlas. Yo no me burlaba. Simplemente, no terminaba de creérmelas.
Lo importante era que el día acababa de empezar y sin embargo, teníamos un sinfín de preguntas y cuestiones a resolver. Eso me decía que estábamos metidos de lleno en aquel caso, por extraño que fuese, por fantástico que Daeric supusiera que fuera.
A nuestra llegada a la OFI, nos esperaba una llamada de la jefa de policía de Sarns. Miré a Daeric y ambos tardamos menos de cero coma en ponernos en su despacho y devolver la llamada. Me senté en el borde de la mesa, en silencio, mientras Daeric tomaba el mando de la conversación.
Al parecer, ahora habían descubierto que estaban desapareciendo prostitutas. Pero qué clase de policías eran que desaparecía la gente y ellos ni siquiera se enteraban. ¿O es que lo habían estado ocultado? Además, aquella manera de hablar de las prostitutas… me enervaba.
Pese a todo, me contuve para mantenerme al tanto de la conversación, aunque cerré mis puños y noté como me clavaba las uñas en la piel.
Daeric pidió que le buscasen no solo las identidades sino también otras desapariciones similares. Al hablar de tres meses yo asentí. Era un buen lapso de tiempo para empezar a trabajar.
-Habitualmente, ¿en qué lugar se ejerce la prostitución en Sarns, jefa Thako? –le pregunté, antes de despedirnos de ella -. Muchas gracias por todo, jefa. Estaremos en contacto.
Cuando hubo colgado, me levanté de la mesa.
-Necesitamos las declaraciones de esa mujeres, si han visto a alguien extraño o han sido testigos de algo que haya sucedido, y no creo que vayan a hablar con la policía local, por lo que tendremos que ir a hablar con ellas. ¿Por qué no se acerca al forense para ver si tenemos o no huellas que identificar y mientras tanto, yo hago una búsqueda sobre los polvos?
Cada vez estaba más convencida de que lo que necesitáramos, estaba en Sarns y no aquí, pero no podíamos dejarlo todo de lado antes de obtener información.
La jefa Takho respondió a la pregunta de Chandrelle ante de colgar el teléfono. La prostitución se ejercía en Sarns, como también en gran parte de ciudades, en las proximidades del polígono industrial. Tras confirmar aquello, llegó el momento de decidir sobre que hacer. Chandrelle propuso que Daeric fuera a hablar con el forense mientras ella buscaba información sobre los polvos "mágicos", aunque finalmente su compañero le propuso que le acompañara, al fin y al cabo tenían tiempo para todo y si iban los dos, podrían hacerla más y mejores preguntas al forense. Lo cierto era que tenían que aclarar bastantes cosas sobre los informes preliminares de las autopsias.
- Agente Jones. Está claro que ambos tenemos dos puntos de vista completamente opuestos en este caso. Pero las pruebas serán las que determinen quien quienes se acercan más a la verdad de los dos. Yo estoy dispuesto a aceptar la realidad, sea cual sea: la suya o la mía. - Porque para mí, mi versión era tan real y válida como la de Chandrelle. - Pero creo que es importante que estemos ambos con el forense, pues habran preguntas que yo pase por alto, porque no van con mi teoría y no se me hayan ocurrido y usted lo complementerá muy bien... y a la inversa.
Suspiró, mientras iba recogiendo sus cosas con la intención de ir a ver a Crew y convencerle de que hiciese las comprobaciones que tenía en mente. Algo que sin duda sería difícil. - Creo que ya empieza a entender porque me tienen aquí abajo y el motivo de que los demás se rían de mí... pero algún día demostraré que se equivocan y este caso... puede ser el que estoy esperando desde hace tanto tiempo. - Y eso decía siempre que algún caso tenía algo anormal, el cual se acababa aclarando y explicando de manera científica y dejando mis teorías en evidencia.
Pero no me rendía. Alguna vez debía acertar... aunque solo fuese una vez en mi vida.
- Así que, si le parece bien, agente Jones, acabemos con lo que tenemos pendiente en la OFI, luego salgamos a buscar los ingredientes para esos polvos... hablemos de paso con el anciano de la tienda sobre muertos que no estén tan muertos y luego vayamos a Sarns. Las mujeres de la calle suelen estar más activas por la tarde-noche. Ahora será difícil dar con alguna. - Sugerí a mi compañera con un amable gesto, dispuesto a salir con ella de mi zulo a un lugar más iluminado y mejor cuidado que aquel donde nos encontrábamos.
Daeric empezó a recoger sus cosas para dirigirse a ver al forense, y mientras lo hacía, hablaba sin parar sobre las posibilidades que ofrecía nuestro caso.
Las realidades podían ser muchas, según se interpretasen las pistas de una forma u otra. Un mismo hecho podía dar lugar a dos verdades diferentes, como dos líneas paralelas de tiempo, y aun sabiendo que solo una de ellas era la verdadera... ¿cómo podríamos averiguarlo?
-Está bien, le acompañaré. Como usted dice, ambos podemos complementarnos a la hora de analizar pistas y hacer preguntas -le concedí a Daeric, mientras cogía mi bolso -. Pero creo que se equivoca en una cuestión. La realidad depende a veces de quien la interprete. Un hecho es un hecho, pero todos elaboramos una historia que precede al mismo y creamos un futuro para ella. Así es como funciona nuestro cerebro. Por eso, cualquier cosa que descubramos, será interpretable. Por eso los abogados ganan casos aun defendiendo a culpables, agente Daeric.
Cuando estaba delante de la puerta, Daeric me demostró dos cosas. La primera, algo que ya había entendido, el por qué de su marginación en la agencia. Y la segunda, algo que me enorgulleció; no se había rendido.
-Agente Daeric, el día en el que demuestre a los demás que no merece estar aquí, aislado, me gustaría estar presente, porque pienso que es un investigador excepcional. Su fe inquebrantable en hechos que hasta el momento no son demostrables, suponen para cualquiera que trabaje a su lado un desafío constante. No diría precisamente, ni que es aburrido ni que no es motivador estar aquí -le dije, sonriéndole.
Sabía que el día en el cual demostrase que algo imposible de aceptar para los demás, era real, tendría que cambiar mi manera de ver las cosas, pero eso no me molestaba. Ya había tenido que adaptarme y... me vería obligada a seguir haciéndolo durante el resto de mi vida.
Mientras salíamos, Daeric me habló de su plan. Polvos, anciano y Sarns.
-Me parece bien ir a Sarns por la noche, pero yo esperaría a hablar con el anciano a disponer de los ingredientes. Además, deberíamos hacer esa búsqueda en internet sobre los sitios en los que se habla de ellos y la gente que ha preguntado. Puede que así tengamos un nombre, ¿no le parece, agente Daeric?
La puerta se cerró detrás de nosotros y sentí que a pesar de haber dejado atrás el despacho, llevábamos encima todo lo que Daeric creía y pensaba. Era difícil no dejarse envolver por el misticismo y la fantasía... pero eso no resolvía casos; lo hacía la perseverancia y el trabajo.