El Punky parecía ponerse nervioso ante tanto interés sobre su persona:
- Eh Domingo... men... no me j*das... No me metáis en vuestros fregaos...- miró a Elías sorprendido por la pregunta - ¿Soares? Co*o... claro que sí: Mauricio Soares... el Portugués... ¿Qué co*o pasa con vosotros?- retrocedió un par de pasos apartándose de la mano de Domingo y miró al chapas - Oye, te entiendo Chapas, lo de tu abuelo fue chungo de co*ones, pero yo que tú no removía demasiado ¿sabes?
Después se volvió hacia Domingo:
- Mira tío, lo que yo sé sobre el Portugués es lo que saben todos: que está como una chota y que si le jo*es te puede hacer cosas más chungas que matarte. Si creéis que tuvo algo que ver con lo del gallego... Bueno... Pues que sí... Jo*er: movidas rituales de esa sabe un mazo pero ¿qué vais a hacer? ¿Ir a su casa a pegarle dos hostias? ¡Mierda tíos! ¡Qué no es un pringao como nosotros! ¡Es un Iniciado!- esto último lo dijo casi con reverencia - No tenéis p*ta idea, no sabéis de la misa amén...- miró nuevamente al Chapas - No te has enterado, ¿eh? Has tenido la suerte del pajarito, men, porque al Oliveira lo han encontrado esta mañana en las barranquillas frío... Que se cortó el cuello... Suicidio que dicen... Claro que sí... Y yo que me lo creo...
Miró a todos antes de retroceder un par de pasos más:
- Vosotros podéis ir a tocarle las narices al Portugués pero no le digáis que vais de mi parte. Yo me piro ahora mismo para Bilbo y me ando una temporada sin saber de movidas místicas, que sé cuando no me quieren... Mira Chapas, tú nunca me hiciste p*to caso pero tu yayo sabía mucho más de lo que aparentaba...
Como si recordase tras este ataque de verborrea la pregunta incial contestó:
- La casa del Sanatorio es un chalé que tiene el Portugués a las afueras de la ciudad. No muy lejos está el Sanatorio Esquerdo.. por eso le llaman así...
“Vaya, meditó el argentino, al menos hay una cosa que me ha quedado clara: el Portugués se llama Mauricio Soares. Y ese tal Oliveira al que le han rebanado el cuello y que era el que me sonaba, no sería más que otro de los subalternos del Brujo en esta especie de conjura internacional.”
Nada más concluir el drogadicto, Elías aprovechó para interrogarle de nuevo:
-¿Qué querés decir con eso de que “Soares es un iniciado”, qué sabés vos de esas cosas?
- Pues yo no sé nada, pero hay peña por ahí que dice que está en alguna movida masona o algo así... que mueve hilos... Y también dicen que cuanto menos se sepa de esos temas mejor...
El tipo se da la vuelta, dispuesto a largarse.
Domingo estaba acostumbrado a hacer interrogatorios. Los gestos, las reacciones, las expresiones corporales: todo eran señales que daban indicios. Las palabras eran meras envolturas pero la forma de decirlas nos indicaban en verdadero contenido. Ante la pregunta de Elías sobre el iniciado Hermo había dudado un instante, como si se diera cuenta de que se había ido de la lengua, y luego había contestado de una forma demasiado tajante. Aquel mierdecilla, aquel colgado sabía mucho más de lo que aparentaba sobre los tejemanejes místicos del Portugués. ¿Qué estaba pasando? ¿Repentinamente Carabanchel se había convertido en el maldito templo del Rey Salomón?
La Maca aplastó el cigarro entre el suelo y su tacón y exhaló el humo que quedaba en sus pulmones.
-Así que ese Soares del diario es el Portugués, el cual es un "iniciado" masón, o algo peor, y además lider de una secta. Por si fuera poco tenemos otro muerto, que sepamos. ¿Que co*o vamos a hacer? Esto nos viene grande... deberíamos estar locos para acercarnos al chalet del psicópata ese...
El policía frunció el ceño y casqueó los dedos para después mover los dedos hacia si.
- Eh! No tan rápido muchacho.
Se acercó al punky y le cogió del hombro girándole hacia él. Una vez volteado le cogió de ambos hombros y le miró fijamente.
- No me creo ni una palabra. Tu sabes mucho más de lo que nos estas diciendo y nos lo vas a contar, ¿verdad?
Se puso detrás del chico y le puso las manos en los hombros sujetandole fuertemente. Manuel estaba mirando al resto y Domingo le dijo algo al oído.
- No te oigo Hermo... Diles a mi amigos todo eso que te estas callando o me temo que tendremos que cancelar tu escapada a Bilbao.
Hermo parecía nervioso. Cuando Domingo se puso a sus espaldas reaccionó tan bruscamente que el policía ni lo vio venir: le clavó el codo en su estómago dejándolo momentáneamente sin habla. Sin dar tiempo a reaccionar a los demás salió corriendo a través del parque como si hubiera caído en una redada.
Domingo maldijo por lo bajo mientras recuperaba el aliento.
- Pero... ¿y a ese que le ha pasado? ¿de qué va esto? - preguntó desconcertado el Chapas al ver la reacción de su colega.
El viejo policía se agarró el estomago mientras veía correr al infeliz, impotente.
- Debí haberlo previsto - pensó.
Poco a poco fue enderezando el cuerpo.
- Ese cabrón sabe más de lo que nos ha dicho. Nos es la primera vez que veo esa expresión de la cara en alguien.
La rabia se iba apoderando de Domingo mientras pensaba como se le había escapado el punky.
La reacción de Hermo le cogió por sorpresa, como al resto. De todos modos, no sabía si estar de acuerdo con la última sentencia de Domingo: no le parecía que un tipo como el punky pudiese tener más información de la que les había dado, siendo tan sólo otro yanqui, como lo fue Héctor.
Abrumado por tanta expresión de violencia para una mañana, y comprobando que sus compañeros no parecían muy dispuestos a soltar la lengua, y también buscando aplacar al policía, decidió:
-Hay muchas cosas acá que desconozco: qué paso en realidad cuando fueron a la casa del Gallego y los atacó aquel chabón extraño, que mierda le paso a Domingo con el punky ayer ( punk al que me encontré en El Retiro, será verdad que el mundo es un pañuelo...), y estoy un poco cansado. Por favor, ¿me pueden llevar a casa? Quiero hacer acopio de fuerzas para acometer la cita de esta noche.
Él también tenía que hacer acopio de fuerzas y, más aún, poner en orden las ideas. Las preguntas del argentino de habían hecho pensar. Demasiadas coincidencias, quizá.
- Sí, vamos, hablaremos en el coche, de camino - dijo en tono quedo.
Caminó unos pasos hacia el coche pensando en todo lo que había pasado en pocos días. Se sentó en el asiento del conductor y apoyó la cabeza sobre el resposacabezas esperando a que todos entraran.
- Hermo era un buen amigo del Gallego. Cuando está cuerdo es un buen tipo pero, lamentablemente, le pierde la mierda que se mete - empezó a decir casi lamentandose.
- El otro día tuve un incidente en la patrulla. Manuel estaba pasado de mierda y tuvimos que intervenir - chasqueó la lengua y calló un rato.
- Habló de que alguien le perseguía y que tenía que ver con el tema del gallego y ... después ... fue la primera vez que vi al tipo ese de la gabardina gris.
Otra pista que terminaba de forma abrupta. El punky se había escapado, quizás asustado por lo que pudiera hacerle el portugués, quizás por la reacción de Domingo o quizás porque sabía más de lo que aparentaba. De cualquier modo ahora los tres se dirigían hacia el coche sin saber la verdadera causa de aquella reacción.
Doy por hecho que vais a llevar a Elías a casa. ¿Qué va a hacer cada uno esta tarde? ¿Os reuniréis nuevamente después? Dejad vuestras intenciones declaradas y abro las correspondientes escenas.
Elías irá a su casa. Le dirá a Adela que lo han atracado y que intentó defenderse. Ha tramitado una denuncia contra su agresor.
Se tomará sus medicinas y se echará a descansar, sin hambre, hasta una hora prudente. ¿El espectáculo en la Dama de Picas será sobre las diez, diez y media? Antes de despedirse de Domingo y Macarena los citará a esa hora en La Pérdida.
Macarena volverá a casa, si la lleva Domingo mejor.
Después se fumara un paquete de Ducados o dos, se cenará cualquier cosa que le quede en el frigorífico y volverá a la perdida para la hora en la que le diga Elías.
Domingo hará de taxista y volverá a su lugar de trabajo a hablar con Javier hasta la hora indicada (suponiendo que no le toque currar).