Partida Rol por web

- Bueno...ya he cumplido con lo mío. Ahora marcho... - mira a Josu y le dice - ...Tu amiga te manda recuerdos, dice que os veréis dentro de poco cara a cara...ve preparándote chaval, hasta yo le tengo algo más que respeto... - mira a Adele y sonríe - ...al menos sabes rodearte de algo más que caras bonitas...

Da un pequeño salto y alza el vuelo agitando sus negras alas. En pocos segundos toma la altura suficiente para que ya no sea posible verlo, justo cuando los operativos del GEOM empiezan a acercarse y deciden inmovilizar a Gavilán para evitar que despierte y pueda sembrar el caos.

Mis ojos se abrieron de par en par al contemplar cómo mi estrategia obtenía justamente el éxito que buscaba. Como una puta gaviota gilipollas estampándose contra un cristal, Gavilán se dio de morros contra el suelo, en una estampa que le alejaba de su imagen de Supermán facha y le acercaba un poco más al jodido Superlópez. Casi me le podía imaginar con un tupido mostacho. Casi*.

Lo tengo que reconocer, verle de aquella guisa me hizo sonreír. Por cómo se había estampado contra el suelo, y por todo lo que vino después. Un camión le cayó encima, arrojado a buen seguro por la morena, a quien no creía capaz de mover cosas tan a lo bestia. Y por si eso fuera poco, el angelito atravesó el propio camión para darle el golpe de gracia y dejar al superfacha fuera de combate.

La sonrisa, sin embargo, me duró poco. El Ángel Negro no tardó en despedirse, dándome recuerdos de parte de Sorgina, lo que agrió toda la satisfacción que sentía ante la que había sido una de las pocas victorias de mi vida.

No gano nunca ni al solitario, y me tenías que joder la celebración... -Mascullé mientras sacaba la cajetilla de tabaco, a la que tan sólo quedaba un mísero pitillo. Lo encendí y le di una larga calada, suspirando al exhalar el humo que me corroía los pulmones. Veía claramente la situación, y no era halagüeña. Ángel Negro estaba fuera de mis posibilidades en un combate directo, y si él le tenía algo más que respeto a Sorgina, eso significaba que no estaba ni siquiera lejos de poder hacerla frente. Estaba a tomar por culo de algo así. Todo el conocimiento esotérico que había acumulado a lo largo de los años no era nada comparado con lo que necesitaba para librarme de ella. Necesitaba mucho más- Bueno, pues aquí está todo el pescado vendido... -Comenté mirando alrededor, buscando a alguien en concreto, a Adele, la mujer que se había convertido a lo largo de toda aquella misión en una especie de compañera molesta de la que no podía librarme. Y no es que quisiera hacerlo, era sólo que a ella no le convenía seguir cerca de mí- ¿Te dejo en alguna parte? Creo que iré a ver a Valladares para cerrar los últimos flecos del encargo, ver si necesita ayuda con Lars, o si tiene intención de que sigamos con el plan que teníamos con Ángel Negro. Después me largaré con viento fresco, tengo cosas que hacer en el extranjero, lugares que visitar, gente a la que dar el coñazo y cosas que aprender... ¿Sigues necesitando ayuda con tu marido? Yo diría que alguien capaz de lanzar un camión por los aires es capaz de apañárselas bastante bien...

Parecía increíble, pero lo estábamos logrando, estábamos machando a Gavilán; siendo Ángel Negro quien terminó dejándolo inconsciente. Nada más ver que aquel combate parecía llegar a su fin, pensar en “combates” se me hacía muy extraño, pero sin duda era eso en lo que había participado; salí de donde me encontraba y volé hacia al detective y el metahumano que quedaba en pie.

Mientras me aproximaba, pude escuchar cómo Ángel Negro mostraba su intención de marcharse, pero antes de ello se dirigió a Josu; advirtiéndole de que pronto recibiría la visita de una mujer que aparentemente debía ser bastante peligrosa. Tras ello, el metahumano me miró, dejando caer con las palabras que pronunció que al detective no le vendría mal mi ayuda.

A Josu no pareció importarle mucho lo que aquel metahumano le había dicho antes de irse volando, aunque tratándose de él, tampoco me sorprendió; no llevaba mucho tiempo a su lado, pero ya le iba conociendo un poco.

- ¿En serio eso es todo lo que tienes que decir? - pregunté algo molesta, después de que me preguntara si me dejaba en alguna parte y expusiera qué tenía pensado hacer, terminando por sacar el asunto para el que le había pedido ayuda.

No parecía querer contar conmigo para lo que fuera que le tenía preparado su “amiga”, lo cual no me extrañaba, pero tampoco para ir a hablar con Valladares y cerrar los últimos flecos; como él mismo había dicho. Solté un suspiro meditando el tema de mi marido. Aún necesitaba su ayuda si llevaba a cabo mi idea inicial, pero puede que hubiera otra forma de hacer las cosas, después de todo el detective parecía estar deseando alejarse de todo aquello cuanto antes.

- No es tan sencillo, pero haz lo que tengas que hacer, ya me las arreglaré sola. - le dije sin animadversión alguna, después de todo, llevaba mucho tiempo sola en aquel asunto; y estaba saliendo sola de ello, ¿no?

Abrí mi bolso y busqué una tarjeta de la Corporación Montalbo, donde apunté mi número de teléfono con un bolígrafo.

- Ten. - dije tendiéndole la tarjeta al detective, aunque pronto reculé y me acerqué a él, metiéndosela en el bolsillo de la camisa; pues le veía muy capaz de no cogerla. - Si necesitas ayuda, del tipo que sea, llámame. Y no me vengas con que la gente que está cerca de ti acaba mal, si no fuera por ti, no seguiríamos vivos. - sonreí de manera tenue y le di un beso en la mejilla. - Gracias, Josu. - le dije esperando que no me respondiera con alguna capullada de las suyas, aunque sin duda era lo más probable. - Llévame a hablar con Valladares si no te importa, y haz el favor de arreglarte un poco, ya te he dicho que un héroe nacional no puede ir con esas pintas... - bromeé.

Os acercáis a donde está Valladares, lo veis dando órdenes pero en su cara hay sosiego. Por fin ha logrado tener controlada la situación, cerca de él están Inezumi y Parkour que hablan entre ellos y comentan las "últimas jugadas" de la aventura.

Os saludan con el brazo, y Parkour os dice algo de que os invita a una pizza más tarde...o algo así. Valladares os ve llegar y os recibe con una sonrisa.

- Parece que lo hemos logrado... - dice y notáis cierta emoción en sus palabras - ...gracias a vosotros dos sobre todo. Sin vuestra ayuda no habría sido posible. Aún quedan muchas cosas que solucionar y más que mejorar pero lo difícil está hecho...las fuerzas vuelven a su cauce normal. Saavedra ha recuperado el mando al cien por cien, se están practicando detenciones entre políticos, militares y civiles involucrados. Toca barrer la casa...

Podéis escucha que susurra algo con un hilo de voz:

- Y ella está a salvo para siempre...

Luego parece recomponerse ya que parece haberse emocionado, si eso es posible en un hombre como él y os dice:

- ¿Qué puedo hacer vosotros?

Si en ese momento el viejo teniente tuviera una botella de cava en la mano fijo que la abría para celebrarlo. Algunos del GEOM ya lo están haciendo a su manera. Han logrado "detener" a Gavilán, directo a la prisión de Aquera seguramente.

El extraño mosqueo con el que aparentemente reaccionó la morena me pilló completamente en fuera de juego. Enarcando una ceja, mis ojos volaron a izquierda y derecha, como si a mi alrededor fuera a encontrar la respuesta a aquella incógnita. ¿Había algo más que tuviera que decirle? ¿De qué iba todo aquello?

Al menos me dispensó del encargo con su marido, a pesar de hacerlo con aquellas enigmáticas palabras. ¿Que no era tan fácil? ¿Para una tía que podía leer la mente y lanzar camiones por los aires? Venga ya, yo en su lugar conseguiría un acuerdo de divorcio digno de una buscafortunas de Hollywood.

Igualmente me pilló en fuera de juego al entregarme prácticamente a la fuerza aquella tarjeta. Bien sabía lo que iba a decirle al respecto, aunque algo me decía que no necesitaba leer mi mente para ello. No obstante, me incomodó el modo en que habló de mí como si fuera un puto héroe. Yo no era un héroe. Alguien como yo no podía ser un héroe. Por ello, más aún al sentir que me daba un beso en la mejilla, gruñí ligeramente, apartando la mirada.

Supongo que sabes que, si te necesitase para algo, no me haría falta ese número, ¿no? -Me quejé antes de abrir el portal que nos llevaría hasta Valladares, ignorando deliberadamente su comentario acerca de mi aspecto.

Héroe nacional... puaj, asco de nación si eso fuera cierto...

A través del propio portal, antes de cruzarlo, vi ya a los dos ninjas urbanos al otro lado, comentando jugadas como si acabase de terminar el derbi entre el Madrid y el Barcelona. Hasta hablaban de invitar a pizzas. Valladares pasó el informe técnico de la situación, dando la impresión de que por ahí todo el mundo estaba muy ocupado.

Así que todo ha salido... ¿Cómo se dice? ¿Bien? No tengo costumbre... -Afirmé mirando alrededor con incomodidad, encendiendo mi mechero en busca de alguna señal de presencia mágica en los alrededores. Nunca me salía nada bien, y empezaba a ponerme paranoico, convencido de que en cualquier instante se jodería todo- ¿Conservan los materiales para el ritual que teníamos planeado para Ángel Negro? Porque estaría bien conservar todo eso a buen recaudo, por si más adelante es necesario. Ya veo que ahora mismo están todos muy ocupados... -Y dadas las circunstancias, tampoco es que joder vivo al angelito fuera una prioridad. Después del "favor" que nos había hecho, aunque fuera contratado por ella, podíamos darle un tiempo de gracia. Pero tarde o temprano, estaba seguro, sería necesario quitarle de en medio. Después de todo, era un mercenario, y a los mercenarios no acostumbraban a contratarlos lo que se dice "buena gente"- ¿Que qué puede hacer? Bueno, pagarme mis honorarios estaría bien. Triste es pedir, pero más triste es robar, ya sabe. -Comenté encogiéndome de hombros- No voy sobrado de liquidez, pero podría aceptar otro tipo de pago. Las pistas que seguía en España se me han agotado, así que quizás tenga que buscar a alguien en el extranjero que pueda ayudarme con mis movidas. Tengo un par de nombres, así que... si tiene contactos en Italia para empezar a moverme, algún tipo de alojamiento... ese tipo de cosas. Si no, la pasta me vendrá bien para conseguirlo por mi cuenta. -Expuse metiendo las manos en los bolsillos del pantalón- Tiene mi número por si necesita de mis servicios más adelante, ¿verdad?

La queja de Josu me dejó algo confundida, sin saber a qué se refería, pero tanto mejor si tenía más maneras de contactar conmigo. Además, el que se quejara de que ya podía contactar conmigo, era mucho mejor que el que directamente hubiera negado ir a pedirme ayuda en algún momento.

Abrió un portal y nos trasladamos junto a Valladares, donde el teniente parecía ocupado, pero mucho más sosegado. Cerca se encontraban Parkour y su amiga, saludándonos ambos con el brazo, a lo cual respondí del mismo modo. No así a aquella invitación que no logré escuchar bien, y que provenía del chico.

Me alegró ver sonreír a Valladares, pues aquello significaba que todo estaba bajo control, algo que no tardó en confirmarnos mientras nos daba las gracias; a pesar de que aún quedaba trabajo por delante. Escuchar aquel murmullo que hacía referencia a su sobrina me sacó una sonrisa. No pude evitar acordarme de mi abuelo ante ello. ¿Qué pensaría él de todo lo sucedido? ¿Estaría orgulloso de mí?

El teniente terminó preguntándonos qué podía hacer por nosotros, preguntando Josu por lo referido al ritual para capturar a Ángel Negro tras compartir su incredulidad sobre cómo habían salido las cosas. Tras ello solicitó sus honorarios por el trabajo, ya fueran pagados con dinero o con los recursos que necesitaba para continuar con sus investigaciones en el extranjero.

Cuando Josu terminó de hablar, preguntando a Valladares si tenía su número, aguardé a que el teniente le respondiera y me pronuncié.

- Hay algo que quizás podría hacer por mí... - comencé a decir bastante cohibida, sin estar siquiera segura de que aquello fuera posible, y bajando algo la voz para asegurarme de que tan sólo Josu y él me escuchaban. - Quisiera que mi identidad continuara en el anonimato, no quiero ni que el GEOM ni que IDESS, ni ningún otro organismo, tenga constancia de mi existencia. - solicité antes de hacer una pausa, tragando saliva con incomodidad antes de continuar explicándome. - Pero además de que no trascienda lo sucedido estos días, hay otra cosa... Quiero divorciarme, pero él no está de acuerdo, amenaza con revelar qué soy... ¿Podría...? ¿Podría usted hacer algo al respecto? - pregunté entre avergonzada e incómoda, omitiendo lo relativo a los malos tratos, al menos por el momento.

El hombre escucha lo que ambos comentáis y primero le contesta a Josu:

- Le pagaremos sus honorarios y la prima de peligrosidad...además de un plus por su discreción. Por ello no se preocupe, y sí tengo su número. - Sonríe - Sobre Italia...podría darle la dirección de alguno de nuestros pisos francos que usan nuestros operativos Ka. No son hoteles de cinco estrellas pero son sitios seguros y cómodos. Creo que a usted le valdrán. Sobre Ángel Negro guardaremos todo para el ritual y seguramente encontremos algunas muestras de su breve intervención que nos ayudarán a tener más datos de él. Por primera vez lo hemos visto en acción así que el GEOM tendrá más información.

Luego se gira hacia Adele, lo que le ha pedido es importante para ella. Un divorcio, una amenaza de desvelar que es una metahumana.

- Lo que me solicita es posible, nadie sabrá de usted en estos eventos aunque como su compañero será gratificada por ayudar en esta tarea. Personalmente me encargaré de supervisar que sus nombres no aparecen en los informes oficiales, tienen mi palaba.  - su voz suena sincera. Medita un poco lo siguiente, notas que en su cabeza se forman imágenes de cómo podría llevarlo a cabo ya que no usa su escudo psíquico para ocultarlas. - Creo que lo de su divorcio podremos solucionarlo, si usted no tiene inconveniente en que presionemos un poco a su futuro exmarido. Le haremos firmar un contrato de confidencialidad con unas cláusulas de cárcel por desvelar secretos de estado y multas millonarias que le harán permanecer callado. Para ayudar en dicha tarea usaremos a los abogados de la empresa de su jefa también para que vea mucho abogado y se asuste. Me han dicho que los bufetes que defienden a los Montalbo son muy agresivos y defienden a muerte los intereses que les ordene su jefa. Además tengo entendido que la considera indispensable, y es bueno tener gente poderosa de tu lado para estos pequeños asuntos.

Hace una pausa y añade:

- Pero a cambio de esto debo pedirle un favor señorita Arjona... - señala a Parkour y comenta - ...si va a quedarse por Madrid échele un ojo a ese joven. Tengo puestas muchas esperanzas en él, podría ser un gran héroe algún día pero es demasiado impulsivo...y demasiado niño todavía para este tipo de vida. Inezumi ya la tenemos vigilada cercanamente pero Parkour es alguien acostumbrado a desaparecer del radar...

No sólo iban a pagarme lo estipulado, sino que además Valladares iba a añadir una prima y concederme acceso a pisos francos en tierras italianas. Además, conservarían las cosas de Ángel negro y seguirían estudiándolo para más adelante. Todo había salido a pedir de boca, como se solía decir, y eso era algo a lo que no estaba acostumbrado. Más bien, lo habitual en mí era justo lo contrario. Por ello, me quedé un instante mirando a ninguna parte, terminando por sonreír mientras asentía.

De modo que es ésto lo que se siente... -Murmuré, realmente sorprendido por aquella sensación de victoria.

Apenas miré a Adele un momento cuando empezó a pedir por ella. Por un instante, al comprender a qué se había referido con que su divorcio no era tan sencillo, me imaginé a mí mismo haciendo mil cosas desagradables a aquel malnacido. Ser un justiciero era más la vocación de Parkour que la mía, pero en aquellos instantes podía comprender por qué lo hacía. Pero me causó un escalofrío pensar en lo mucho que llegaría a satisfacerme abrir un portal bajo los pies de aquel cabrón que le hiciese caer desde los cielos en caída libre.

Seguro que Ella se sentiría igual de satisfecha al verme hacer algo así...

Por suerte, parecía que Valladares podía perfectamente encargarse de todo. Abogados, acuerdos de confidencialidad, secretos de estado... Política y litigios, con pasta y prisión como amenaza, todo muy turbio pero muy conveniente.

¡Ja! Te va a tocar hacer de niñera del saltimbanqui, no te envidio. -Comenté con humor, encogiéndome de hombros- Pero en fin, después de aguantarme a mí te resultará un juego de niños. Valladares, mándeme esas direcciones cuando pueda. Estaré aún unos días por aquí, organizando mis cosas y emborrachándome. No necesariamente en ese orden. Morena... -Hice un gesto con la cabeza hacia Adele, alejándome de ellos dos con las manos en los bolsillos para acercarme a Parkour e Inezumi- Chicos, yo me abro. Me espera una botella de Chivas de 12 años, y aunque ha sido un placer pelear a vuestro lado lo cierto es que me dais dolor de cabeza con tanto saltito y voltereta ¿sabéis? -Comenté con gesto serio, antes de no poder evitar una media sonrisa que dejaba evidencia del humor tras aquel comentario- No os metáis en líos, ¿vale? Yo ya no voy a estar por aquí para salvaros el culo. -Me despedí, dándole al ninja urbano una palmada en la espalda, antes de apartarme de ellos y abrir un portal a mi refugio.

Lo de la botella de Chivas no era ninguna broma...

Valladares no tardó en responder a nuestras peticiones, comenzando con el detective, con quien se mostró muy generoso. A juzgar por la sonrisa y el asentimiento de este, parecía satisfecho con la respuesta del teniente. No sabía qué era lo que tenía que hacer en Italia, pero esperaba que tuviera suerte.

Tras Josu llegó mi turno. Estaba nerviosa. Noté perfectamente cómo se aceleraba mi pulso y se me secaba la boca. Era mucho lo que me jugaba con aquella respuesta, y cuando la escuché, solté un evidente suspiro de alivio. En otras circunstancias me habría inquietado el ver que Valladares sabía perfectamente cómo actuar ante aquella situación, resultándome sus palabras casi una constatación de que no era la primera vez que hacía algo por aquellos métodos, pero en ese momento sólo podía pensar en que el mayor de mis problemas, la pesadilla que tanto tiempo llevaba viviendo, se iba a esfumar de una vez por todas.

- No diría que me considera indispensable, pero supongo que no pondrá objeción en colaborar. - comenté con respecto al papel de mi jefa en todo aquello. - Muchísimas gracias, teniente, no se hace una idea de lo importante que es esto para mí. - dije comenzando a emocionarme, pero me esforcé en no llorar.

Sin embargo, Valladares no había terminado de hablar, pidiéndome algo a cambio de lo que me concedía. Al parecer, veía en Parkour e Inezumi futuros héroes, y teniendo ya a la joven vigilada necesitaba a alguien que echara un vistazo a su compañero; teniendo este la costumbre de desaparecer.

Acto seguido, el detective me hizo burla por ello, pero de un modo mucho más amable de lo que acostumbraba; hasta bromeó con lo poco llevadera que resultaba su actitud a veces. Seguramente la victoria y las concesiones de Valladares habían suavizado sus maneras, algo que probablemente le duraría poco, aunque eso era algo que yo ya no vería.

Me limité a sonreír de medio lado, y cuando Josu terminó de dirigirse al teniente y se despidió de mi, le dediqué unas últimas palabras.

- Gracias, Josu. Mucha suerte, y cuídate. - le dije antes de que se alejara, acercándose a Parkour e Inezumi, volviéndome hacia Valladares al quedarnos a solas. - Tenía pensado irme una temporada al extranjero cuando las cosas estén mejor por aquí, pero le echaré un ojo a Parkour mientras esté en Madrid, e intentaré seguirle la pista aunque me encuentre fuera. - le respondí a propósito de su petición, no tardando en añadir algo más. - Me gustaría ir a ver a mi hermana, pero hay algo que debe saber antes de que me vaya. Gavilán consume algún tipo de suero que le proporciona Lars. No sé si tendrá algo que ver con lo que tenían montado en el sanatorio, o se trata de otra cosa. - mientras aguardaba a si el teniente quería añadir algo, vi de reojo cómo Josu abría un portal y se marchaba, procurándome cierta tristeza el ver cómo se iba. - Supongo que también tiene mi número, así que ya sabe cómo contactar conmigo. Buena suerte, teniente. - terminé despidiéndome al concluir la conversación.

Me dirigí entonces hacia Inezumi y Parkour, deteniéndome frente a ellos con un gesto sereno. Todo había acabado, al menos por el momento.

- Vamos, os invito a comer algo. ¿Preferís cocina francesa o española? - les pregunté, aguardando la respuesta con una sonrisa.