Un turno de guardia tranquilo. Alberic no había callado ni por un momento, susurrando un torrente de palabras tras otro a tu lado. Quizás no poseía precisamente una elevada educación y podía llegar a ser harto cargante, pero se notaba que era un tipo de buen fondo, tan simple como parecía pero, al mismo tiempo, una persona que podía inspirar confianza.
Tras lo que consideraste un tiempo prudente de vigilia, acudiste a la tienda de campaña a despertar a Gunnar, quien se incorporó perezosamente con la intención de ocupar tu lugar de guardián al lado de la hoguera.
Alberic se echó a dormir en el amplio hueco dejado por Gunnar tras su salida. Tú te acomodaste en un rincón, si es que a dormir en aquellas condiciones podía denominársele "acomodarse". Al cabo de unos segundos percibías los inconfundibles ronquidos de vuestro nuevo camarada, sumido en el reparador sueño de los justos.
A ti, sin embargo, te costó dormir. Suponías que la presencia de Alenka en aquella tienda de campaña era el motivo. Era tal la frialdad de la mujer que a su lado parecía descender la temperatura. Sin embargo, Brenus parecía dormir como un lirón, pese al apretujamiento reinante al dormir cuatro en una tienda para tres.
Por fin tus ojos se cerraron, presa del cansancio, permitiéndote viajar al Velo en sueños.
A tu alrededor se formaron imágenes borrosas. Estabas en una tienda de campaña en el bosque, pero en un bosque extraño. Había silvanos salvajes quemados, plantados de hojas a raíz en vez de en la forma habitual. Las flores aparecían de colores imposibles, y la tonalidad del cielo era purpúrea en vez de azulada. Una mala copia de la realidad, como todas las que los espíritus reproducían en el Velo.
De entrada, creías hallarte a solas, pero al momento te percataste de que no era así. Había alguien sentado a la puerta de la tienda de campaña, en el exterior. Podías ver su borrosa forma tras la descolorida tela. La forma te era familiar, con su azulada túnica de maga y su larga melena lisa de color ala de cuervo.
Había dos personas en el grupo que podían permanecer conscientes en el Velo además de ti, y una de ellas estaba afuera, aguardando.
-Hace rato que te espero, Chía. Lo que sospechaba era cierto. Reconozco a un apóstata cuando lo veo. Pero eso no es lo que he venido a tratar aquí.
Sí, era ella, tan despierta y consciente como tú al otro lado del umbral. Y, como podía ser natural, quien te había contratado sabía muy bien a qué clase de persona había traído al grupo. Lo había sabido todo este tiempo aunque, por algún extraño motivo, no te había delatado, lo más lógico siendo ella una Maga del Círculo. ¿Qué demonios hacía en tus sueños, al otro lado del Velo?
El velo suponía un descanso aunque solo en apariencia pues parte de la mujer siempre se mantenía consciente, privada del verdadero descanso del que otros, los enanos, disponían al dormir.. pero a ella le iba bien, una vida de apóstata obligaba a ser discreta en lo que a su presencia se refería tanto fuera, en el mundo de la vigilia como en el velo.
Quizá por eso no pudo evitar sentir la punzada de pánico cuando vio a Alenka ahí, afirmando que durante todo el tiempo había sabido qué era ella.
-¿Entonces..?
Opciones de diálogo radial:
[Puño]: si has venido a por bronca..
[Lagrimita]: No puedes hablar como si todos los apóstatas son iguales, si supieras...
[Pulgar arriba]: sabía que esto pasaría
[Caballero de brazos cruzados]: déjate de rodeos entonces
[Cabecita confusa]: ¿ cómo lo has sabido?
[Opción especial]: así que es aquí donde pillas las bragas heladas ehh...
Alenka agitó su melena, desafiante, mientras situaba los brazos en jarras. Su rostro mostraba una media sonrisa de hiriente superioridad.
-No te preocupes, Chia. Si hubiese querido delatarte, ya lo habría hecho hace tiempo. Simplemente estoy aquí por el placer de una buena charla, nada más. Desde luego, nos habría venido bien tu magia en el combate contra los genlocks. Pero comprendo tus motivos. Quizás no todos sean tan condescendientes como lo soy yo.
Sin embargo, sus palabras, su tono al hablar y su expresión te parecían cualquier cosa menos convincente. Alenka no era mujer dada a simpatías, y era una maga del Círculo, muy orgullosa de serlo.
-Al grano- dijo, poniéndose seria de repente- Definitivamente, ese asno de Neruda no os paga bastante por arriesgar vuestras vidas luchando contra aberraciones como los engendros- ves cómo se sacude la arena de una bota, una arena de color azulado, otra discrepancia de la reproducción del mundo en el Velo- Probablemente obtendríais un pago de cincuenta monedas en soberanos de oro, que es cien veces más de lo que vais a ganar, si los niños fueran retenidos y se pidiera por ellos un rescate, en vez de ser escoltados de vuelta a Stenhold.
Cincuenta monedas de oro. Había dicho cincuenta monedas de oro. Con esa cifra bastaría para comprar tres docenas de buenos caballos de monta o una casa en la capital, en Denerim. Bastarían para vivir durante años, es más dinero del que jamás has visto ni verás.
Pero todo tiene un precio.
Lo de las bragas heladas me ha matado XD
-... el velo tiene que estar trastornándome- dijo pasándose una mano por la frente como si se quitase el sudor aunque lo único que logró fue apartarse de un modo bastante extraño la cabellera oscura que flanqueaba el rostro.-Extraña lealtad guardas para el arl, ¿no has pensado en las consecuencias de retener a unos niños?- sacudió la cabeza- ¿el cargo de conciencia para todos nosotros, Alenka?- hablaba mucho y muy fluido, quizá fuese cosa del Velo y sus curiosidades pero la voz de Chía sonaba clara, lejos del tono tenue y suave que usaba normalmente-Es mucho dinero, sí, pero no puedo permitir que caiga la desgracia sobre nosotros. ¿Qué seremos? Secuestradores, Brenus es un buen hombre, incluso el enano con sus...hm... cosas de enano- se cruzó de brazos bajo el pecho- Los dos enanos. No es un grupo malicioso-o eso quería creer- ¿qué ganas tú con eso? Dime que no es una especie de venganza personal, porque si es eso, tienes que poner en orden algunas cosas, maga.
conoces esa sensación de que te ha mirado una manifestación de tuertos y que la gente que te rodea tiene el sentido común donde no da el sol? Pues así es mi vida actualmente -_- perdona por el retraso, amor. ¿qué tal el trabajo?
Alenka se ríe ruidosamente. No parece desconcertada en absoluto por tu respuesta.
-Quizás debería matizar mejor mi oferta, pues creo que no he dejado del todo claro lo que pretendo hacer con los críos. Blaker es el escolta que acompaña a los niños desde Denerim. Sé de buena tinta que tiene algunas deudas que deben ser saldadas. Podría ser fácilmente convencido de pedir un rescate por los retoños siempre que su parte cubra sus deudas.
Alenka se aclara la garganta antes de proseguir.
-Y en cuanto a los niños, no pienso tocarles un pelo. Si las cosas van bien, ambos retoños ni siquiera sabrán lo que está pasando. Cuando nos reunamos, les diré que ha habido una incursión de engendros tenebrosos y que es demasiado peligroso que regresen a casa. Diré que el arl me ha ordenado implorarle a Ser Blaker que se los quede un poco más. Mientras tanto, regresaríamos a Stenhold con una nota de rescate de unos supuestos bandidos. Neruda pagará el dinero, todos ganamos lo que nos merecemos y sus hijos son devueltos sin el menor rasguño.
Su voz torna más vehemente en este punto de la conversación.
-Habéis conocido a ese hombre. Habéis visto cómo trata a sus semejantes, a todos cuantos le rodean. ¿Qué problema hay en repartir un poco su fortuna? vosotros tendréis vuestra parte, los niños regresarán ilesos y encantados y el arl pagará lo que os debería haber pagado desde un principio, que sois mercenarios, no esclavos en Tevinter. Además, ¿qué represalia podría haber? ¿Crees que el arl va a destinar a sus hombres a perseguir a unos supuestos bandidos mientras sus tierras son asoladas por engendros tenebrosos? Se limitará a pagar para librarse de un problema menor. Porque para él, sus hijos son un mero problema insignificante. Solo se preocupa de sus tierras y de que no las mancillen los engendros.
No te preocupes, tú postea cuando puedas y espero que la real life deje de darte por el saco. Yo, por mi parte, atacada en el trabajo nuevo. Aún estoy en periodo de prueba y ya han caído 2 de 17 que somos, así que estoy peleando por no perder mi plaza. Espero conseguirlo :)
-...hm- torció los labios pensativa, Alenka era persuasiva y sabía exponer sus ideas, pero a Chía le seguía reconcomiendo por dentro-tiene... sentido, más o menos eso no te lo voy a negar pero no estamos en este grupo tú y yo solas, ¿vas a hablar con el resto? Seguramente harán lo que digas- se cruzó de brazos con un gesto que parecía decir más bien "vamos, que no tienen narices a contrariarte"-Aunque lo de los engendros tenebrosos sigue siendo un problema tanto para el arl como para nosotros por el camino.
Guardó silencio un buen rato hasta que se decidió a preguntar.
-¿Por qué no me has delatado aún?- cierto que, por lo que había dado a entender, Alenka no tenía intención de delatarla pero teniendo en cuenta la posición de aquella maga era cuanto menos curiosa su inclinación a modo de "apoyo" hacia las habilidades de Chía.
Jo pues mucho ánimo, yo te apoyo desde el otro lado de mi ordenador a falta de otra forma!!!!
Alenka parecía bastante satisfecha por el resultado de su entrevista contigo. Las cosas parecían ir conforme a sus propósitos.
-Creo entender que no te negarías a seguir el plan si los otros estuvieran de acuerdo, ¿no es así? Muy bien, hablaré con el resto. Si consigo el apoyo de los demás, ¿te unirás a la causa?
De pronto se quedó callada, escuchando tu última pregunta.
-¿Que por qué no te he delatado? Ni siquiera lo había pensado. Supongo que es porque para mí los apóstatas no sois un peligro, como sí sois para el resto de la población. No os veo la demoníaca amenaza que dicen que sois. Yo misma he sido y sigo siendo maga del Círculo, pero creo que el talento de los magos debe acabar allí solo para ser potenciado, no para ser encerrado. Si surge la amenaza de que te conviertas en demonio, yo misma acabaré contigo sin pestañear. Pero que quieras acabar en la Torre o no dista mucho de ser asunto mío. Solo te delataría si descubriera que eres maga de sangre. Por lo demás, dejo que sea Andraste quien juzgue tus actos, que yo ya tengo bastante con cuidarme de los míos.
Chía quería entender a esa mujer... o al menos entender qué era la chispa que daba vida a los engranajes de su razonamiento puesto que era incapaz de prever por dónde iba a saltar cada vez que despegaba los labios.
Aunque por otra parte la propia Chía estaba a salvo de delación alguna siempre y cuando no intentase practicar magia de sangre. Como si me lo hubiese planteado, dijo para sus adentros con cierto cinismo aunque no por ello quitaba hierro a la declaración de Alenka sobre acabar con ella si la pillaba haciéndolo.
-Bien entonces- muy a su pesar, se sentía en deuda con aquella mujer por no delatarla ante todos y por lo tanto debía aportar un mínimo de confianza hacia ella- si convences al resto te apoyaré en tu empresa.
Todo estaba dicho y aclarado, solo quedaba ver lo que le deparaba el despertar.
-Muy bien, Chía. Veré lo que puedo hacer.
Muy sonriente, Alenka se desvaneció del Velo, regresando al mundo real. Por fin ibas a poder dormir aquella noche.
Fin de escena :)