Partida Rol por web

El Rescate de un Arl

05D. ¿Noche tranquila?

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11/02/2015, 16:30
Alenka

Una noche excepcionalmente tranquila. No parecía haber un alma por los alrededores, por lo que te permitiste recostarte en la tienda de campaña, dispuesto a descansar cómodamente. No había señales de peligro inminentes, de eso estaba claro. El engendro que había atacado al dicharachero Alberic debía de haber sido el último integrante de una patrulla o un hurlock extraviado.

Te quedaste dormido, profundamente dormido. El sonido de las llamas de la hoguera en el exterior surtían un efecto sedante en mitad de aquel silencio tan abrumador...

De pronto te despertaste, sobresaltado. Alguien venía del exterior de la tienda de campaña con paso tranquilo, casi andando de puntillas. Reconociste la figura alta y estilizada, con su larga túnica y su cabello color ala de cuervo. Era Alenka, la maga y vuestra supuesta "jefa" con la sangre más fría que el hielo perpetuo de las Montañas de la Espalda Helada. Sin decir una palabra se sentó a tu lado, sonriendo al ver que te hallabas despierto. Tras frotarse las manos para entrar en calor, procedió a hablar.

Era la suya una voz sibilina, mezquina, que no incitaba a la confianza. Pero allí estaba, solo el Hacedor sabría con qué ideas metidas en la cabeza, dispuesta a darte palique.

-Definitivamente, no os pagan bastante por arriesgar vuestras vidas luchando contra cosas como los genlocks, ¿no crees, Brenus?

Y volvió a quedarse callada, mientras se frotaba las manos al calor de la hoguera.

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15/02/2015, 14:26
Brenus Morrigan

Al fin llegó la noche y las estrellas danzaban en el oscuro cielo. Los turnos de guardia se habían organizado con bastante rapidez y por primera vez, Brenus podía dormir del tirón sin que nadie le molestase. También era cierto que el guerrero había tratado de no decir nada para ver si podía estaqueares. Funcionó. Sería su pequeño secreto.

Ya dentro de la tienda, Morrigan se recostó permaneciendo en silencio. Mientras dejaba que el sueño se apoderase de él, recordó estos primero días. Engendros, protección, barrancos mortales. Sin duda, esta era la vida de un mercenario. Todo por el dinero. Si quería sobrevivir, así debía actuar. Daba igual quiénes fuesen sus patrones, mientras pagaran. Así era su vida. De momento.

Poco tardó en quedarse dormido. El crepitar de las llamas si se escuchaba en profundidad era un relajan potente. En cuestión de minutos, Brenus inició su viaje al reino de los sueños. Muchos fueron los sueños que tuvo, pero de ninguno se acordó.

Sobresaltado se despertó. ¿Un sueño o la vida real? Una figura, la de una mujer, entró en la tienda.

- ¿Estoy soñando?- se preguntó a si mismo, aún con la visión borrosa, sin saber qué era real y qué no. Pero al ver que los pasos eran más fuertes y la figura borrosa se materializaba en la rocosa y fría Alenka, cuyo aspecto fiero posiblemente era una fachada ocultando su verdadera personalidad.- Bien hallada, Alenka- la saludó.

- Son los riesgos a los que nos enfrentamos día a día. Un día puedes estar enfrentándote a un ladrón y al día siguiente contra monstruos salidos de las entrañas de la tierra.- decía mientras se incorporaba.- Quizá no ganemos lo suficiente, pero yo no me quejo. Viajar de a un lado a otro permite conocer a todo tipo de personas interesantes. Es lo divertido de la aventura. Nunca sabes qué puede pasar.

Terminó ensanchando una gran sonrisa y mirando los ojos de Alenka.

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05/03/2015, 11:04
Alenka

Alenka agitó su melena, desafiante, mientras se cruzaba de brazos. Su rostro mostraba una media sonrisa de hiriente superioridad.

-Brenus, me admira tu honradez, por incomprensible que me resulte. Pero dicen que todo el mundo tiene un precio, ¿no es así? Quizás nunca has sabido apreciar el valor del dinero por no haberlo tenido nunca. Pero con el tiempo, podemos acostumbrarnos a todo. Contigo no me voy a andar con rodeos. Te he contratado porque tus habilidades en combate son prodigiosas. Quizás debamos hacer que tu capacidad para las finanzas vaya a la par. Tengo una idea que no podrás rechazar.

Tras una pausa dramática, destinada expresamente a causarte interés, se decidió a proseguir.

-Al grano- dijo, poniéndose seria de repente- Definitivamente, ese asno de Neruda no os paga bastante por arriesgar vuestras vidas luchando contra aberraciones como los engendros- ves cómo se sacude la arena de una bota mientras habla- Probablemente obtendríais un pago de cincuenta monedas en soberanos de oro, que es cien veces más de lo que vais a ganar, si los niños fueran retenidos y se pidiera por ellos un rescate, en vez de ser escoltados de vuelta a Stenhold.

Cincuenta monedas de oro. Había dicho cincuenta monedas de oro. Con esa cifra bastaría para comprar tres docenas de buenos caballos de monta o una casa en la capital, en Denerim. Bastarían para vivir durante años, es más dinero del que jamás has visto ni verás.

Pero todo tiene un precio.

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09/03/2015, 00:23
Brenus Morrigan

Alenka era una mujer peculiar, una de esas personas interesantes que el guerrero acababa de mencionar. Sus movimientos realzaban su esbelta figura, su cabello liso se movía grácilmente al son de sus cabeceos, en perfecta coordinación. ¿Un desafío? ¿Una prueba? ¿Qué ocultaban los ojos de Alenka? ¿Qué secreto escondía su mirada?

Bajo su apariencia fría como el acero, se aguardaba una mujer calculadora y mucho más peligrosa de lo que aparentaba. Sus palabras eran como filos que acariciaban lentamente la piel del guerrero, cual esclavo a punto de ser torturado. Un lenguaje que buscaba la aceptación, que buscaba a un igual que compartiese los mismos ideales.

Brenus levantó levemente una ceja al ver cómo la hechicera se soltaba en cuanto a las palabras. Vocablos más cercanos, más afables. Inteligentemente Alenka compuso un hechizo no mágico, que solo se bastaba de su mirada y cuerdas vocales. Realzó la figura de Brenus, pero nunca llegando a la misma altura. Ella era más, ella era la jefa y ella le había elegido.

La mujer hablaba en plural, sin duda buscaba una cooperación… y quién sabe si algo más. Algo le decía que él era el primer mercenario al que se había dirigido para proponerle aquello. Cierto era que Brenus nunca había tenido dinero suficiente como para retirarse. Ni siquiera su pobre familia había conseguido salir de la mugre, ni siquiera con la poca ayuda económica que Brenus ofrecía por sus trabajos.

Mientras le ofrecía tal proposición, Brenus se pasó su mano por su cabellera, terminando con una agitación de su cabeza para darle vida a su cabello. A su vez, su rostro cambió a uno más serio o que pretendía serlo. Sus ojos, inocentes, rompían con su apariencia seria. Alenka, la bella hechicera, le proponía un trato muy jugoso. Tanto su mirada como sus palabras le imploraban al guerrero que aceptase, que formara parte de su aventura.

Cuando Alenka terminó, Brenus compuso la misma media sonrisa que ella le había hecho al principio.

- Sin duda, es mucho más de lo que me podría imaginar en mi condición de mercenario.- respiró hondo mientras miraba el techo de la tienda- Y nunca será suficiente el pago que se nos corresponderá después de ver los desafíos harto complicados que nos han sobrevenido. Engendros, barrancos sin puentes… y lo que nos queda.- miró directamente a los ojos de Alenka, mientras se acercaba lentamente.- Probablemente obtendríamos tal cantidad y también probablemente, como consecuencia, seríamos víctimas de una persecución incansable, motivada por la venganza. ¿De qué serviría tener tanto dinero si luego ves peligrar tu vida? Sería una locura.

Se detuvo a escasos centímetros de la hechicera. Su voz había sido contundente y parecía rechazar la propuesta, pero de pronto retomó sus palabras, a modo de matización, con un cambio de timbre incluido.

- ¿Por qué delatarnos nosotros mismos?- ahora su voz era como un ronroneo, un susurro misterioso. Aquello simplemente era para que Alenka fuera la única que lo escuchase.- ¿Por qué no buscar un falso culpable? ¿Por qué no jugar con el engaño a nuestro favor?- proponía Brenus como variantes a la primera idea de Alenka. Opciones discretas que podrían evitar que peligrara su vida.- Seamos prudentes y probablemente nos saldremos con la nuestra.

Brenus sabía que jugaba con fuego, pero de algún modo u otro eso formaba parte del juego. De ahora en adelante, sus ojos deberían estar más abiertos y sus oídos atentos ante cualquier movimiento. Así era la vida del mercenario.

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18/03/2015, 14:09
Alenka

Alenka se ríe ruidosamente. No parece desconcertada en absoluto por tu respuesta.

-Quizás debería matizar mejor mi oferta, pues creo que no he dejado del todo claro lo que pretendo hacer con los críos. Blaker es el escolta que acompaña a los niños desde Denerim. Sé de buena tinta que tiene algunas deudas que deben ser saldadas. Podría ser fácilmente convencido de pedir un rescate por los retoños siempre que su parte cubra sus deudas.

Alenka se aclara la garganta antes de proseguir.

-Y en cuanto a los niños, no pienso tocarles un pelo. Si las cosas van bien, ambos retoños ni siquiera sabrán lo que está pasando. Cuando nos reunamos, les diré que ha habido una incursión de engendros tenebrosos y que es demasiado peligroso que regresen a casa. Diré que el arl me ha ordenado implorarle a Ser Blaker que se los quede un poco más. Mientras tanto, regresaríamos a Stenhold con una nota de rescate de unos supuestos bandidos. Neruda pagará el dinero, todos ganamos lo que nos merecemos y sus hijos son devueltos sin el menor rasguño.

Su voz torna más vehemente en este punto de la conversación.

-Habéis conocido a ese hombre. Habéis visto cómo trata a sus semejantes, a todos cuantos le rodean. ¿Qué problema hay en repartir un poco su fortuna? vosotros tendréis vuestra parte, los niños regresarán ilesos y encantados y el arl pagará lo que os debería haber pagado desde un principio, que sois mercenarios, no esclavos en Tevinter. Además, ¿qué represalia podría haber? ¿Crees que el arl va a destinar a sus hombres a perseguir a unos supuestos bandidos mientras sus tierras son asoladas por engendros tenebrosos? Se limitará a pagar para librarse de un problema menor. Porque para él, sus hijos son un mero problema insignificante. Solo se preocupa de sus tierras y de que no las mancillen los engendros.

Termina su discurso, triunfal, para luego emitir una enigmática sonrisa.

-Eso sí, en caso de que algo saliera mal, me siento intrigada respecto a ese "falso culpable" del que me hablas. Soy todo oídos, Brenus, todo oídos.

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24/03/2015, 20:52
Brenus Morrigan

No supo cómo tomarse la risa de Alenka cuando ésta soltó todas sus carcajadas. Dudaba que fuesen una burla por lo que acababa de decir, quizá simplemente una risa que le daba la razón a todas sus suposiciones. Aunque Brenus no era un mal tipo, no había visto con malos ojos cobrar tal recompensa. Eso era lo bueno del mercenario, según le contaron una vez, que no le debías lealtad a nadie, simplemente allá donde más dinero le ofreciesen.

Pese a ello, mantuvo la compostura e internamente rezaba para que nadie la hubiese oído. Después, compuso la mejor de las sonrisas cuando Alenka dejó de reír y dejó que matizase su plan de "secuestro". Al fin y al cabo, Brenus también se había adelantado en su proposición para cubrirse las espaldas y aún quedaban muchos cabos que atar.

El plan de Alenka tenía sentido y al escuchar el nombre del escolta a Brenus se le iluminó la cabeza: ahí tenía al primer candidato para el "falso culpable". Sin embargo, Brenus tenía algunas dudas.

- ¿Estáis segura de que pagaría? Si tanto le preocupan sus tierras y el peligro de los engendros  y considera a sus hijos un mero problema insignificante, quizá la noticia de su "secuestro" no le afecte, al contrario, le alegre. ¿Quizá habría que llevar algo que respalde esa nota? ¿Una prenda, algo material y de valor?

Hizo una pequeña pausa, para aclarar sus pensamientos.

- Y por otro lado, me da la sensación de que para que el plan funcione debe de haber un común de acuerdo entre todos. ¿Crees que se lo tomarán tan bien como yo? Quiero decir, alguno de ellos tiene un corazón noble y quizá no se muestre tan partidario a seguir el plan. Ya has visto, aparece de la nada un invitado con problemas y nos mostramos partidarios a ayudarle. ¿Por dinero o por ayudar de verdad, siendo la recompensa algo menos importante? En mi caso lo hago por ambas cosas, es difícil sobrevivir sin dinero.- matizó el guerrero.

Brenus hablaba con voz serena, sin llegar a ser suficientemente alta.

- En cuanto al falso culpable, quizá ese escolta pueda ser un candidato. Tu misma lo has dicho: ¿qué mejor persona que alguien que esté ahogado de deudas y cuidando los niños de un arl con dinero? Incluso podemos enseñar en esa misma nota de bandidos algo que le incrimine… como un sello, por ejemplo.

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27/03/2015, 13:51
Alenka

-No tengo intención de buscarme un culpable si puedo evitarlo, pero me gusta tu plan. Ser Blaker no es trigo limpio. Si ha aceptado ser escolta de estos críos es precisamente porque necesita dinero, así que podría ser nuestro culpable. Y sobre lo de que el arl vaya o no vaya a pagar... Claro que pagará. Puede que no le importen, pero a su mujer sí. Y aunque parezca mentira, esa estúpida mujer me cae bien. Es de corazón noble. Quiero el dinero del arl, no hacer daño a su esposa ni a sus dos mocosos. Me conformo con que Neruda suelte los cuartos con la misma alegría con la que patea a sus elfos.

Escucha atentamente tus palabras sobre la nota y la posible prenda.

-Es una buena idea- su sonrisa macabra te da escalofríos- Ya conoce mi letra, así que no la escribiré yo. ¿Sabes escribir, Brenus? Me gusta tu idea. Y una prenda... Sé exactamente lo que habremos de llevar.

Hay un objeto de su hija que sentirá pánico al verlo. Podría ser todo un escándalo si se descubre... Será perfecto, sencillamente perfecto.

-Creo que deberíamos buscar más apoyos dentro del grupo. ¿Crees conveniente que hable con el resto o llevamos este asunto más en privado?

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02/04/2015, 03:16
Brenus Morrigan

- Conozco los riesgos y a mi tampoco me gusta culpar a los demás, pero en casos así, cubrirte la espalda en muchas ocasiones te salvará la vida.- aunque en ocasiones también puede empeorarla- Pero claro, todo eso si algo saliese mal. Ni hasta el plan más elaborado se libra de sus defectos.

Tras esto, Alenka mencionó acerca de sus dotes de escritura. Hacía tiempo que no escribía en papel, pero aquello le recordó los viejos tiempos en los que vivía feliz, correteando casi sin ropa por los caminos y se sentaba junto a su madre en un robledal, mientras ésta le enseñaba algunas nociones.

- Sabía hace tiempo. La técnica del trazado fino y elegante. Sin duda, ahora estaré bastante oxidado, pues colgué la pluma y el papel, sustituyéndolo por mi arma. Tuve una buena maestra y sí, podría intentarlo.

¿Haría falta imitar el trazado de Blaker o con la improvisación bastaba? Ya lo preguntaría.

- Eventualmente habrá que ir hablando con ellos, pues es necesario el apoyo total. Quizá en un principio iría tanteándoles para observar si aceptarían sin más la proposición o si sería necesario convencerles de alguna forma. Claro que todo depende del tiempo que dispongamos hasta nuestro objetivo. Habría que tenerlo todo claro a nuestra llegada, sin ningún tipo de vacilación.

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04/04/2015, 23:26
Alenka

-Pretendo reunir antes del amanecer a todos aquellos que estén dispuestos a cooperar. ¿Te parece correcto, Brenus? Deberíamos ponernos en consenso antes de decidir si hemos de actuar. Y la idea de lo de un alma que cargue con todas las culpas me parece sencillamente perfecto. Veremos lo que opinan los demás, de momento tengo mucho que hablar con el resto.

Dicho esto, desapareció por donde había venido, dispuesta a hablar con cada miembro del grupo, ahora que te tenía convencido.

Aquella historia no había hecho más que comenzar.

Notas de juego

Fin de escena :)