Partida Rol por web

Habías decidido encargarte de buscar alimento. No habría de ser complicado hallarlo en mitad de un denso bosque, fuese procedente de frutas, vegetales o de animales salvajes. Disfrutabas de la caza en solitario, sin más compañía que la de tu arco y la de cierto arte a la hora de seguir rastros.

Sin embargo, alguien te seguía hasta darte alcance. Era Pellian, el elfo mago. Se había ofrecido a hacer la ronda, pero no le había surgido compañero con el que hacerla. Se le veía como pez fuera del agua entre los árboles, algo extraño en un elfo pero totalmente natural en un mago que llevaba años sin salir de la Torre del Círculo.

Deambulabais entre árboles, maleza mojada -poco apta para su consumo como leña- y arbustos de todo tipo. Apenas sí se veía ya luz en el horizonte. Pronto sería noche cerrada.
 

Habías decidido encargarte de vigilar, pero al momento viste que Chia se acoplaba a Garret para vigilar la zona sur, así que te iba a tocar patrullar solo. O al menos eso pensabas hasta que viste a Tásar dirigirse hacia el norte en busca de alimento. No habría de ser complicado hallarlo en mitad de un denso bosque, fuese procedente de frutas, vegetales o de animales salvajes.

Se te veía como pez fuera del agua entre los árboles, algo extraño en un elfo pero totalmente natural en un mago que llevaba años sin salir de la Torre del Círculo. Por el contrario, Tásar parecía desenvolverse por la zona con absoluta naturalidad.

Deambulabais entre árboles, maleza mojada -poco apta para su consumo como leña- y arbustos de todo tipo. Apenas sí se veía ya luz en el horizonte. Pronto sería noche cerrada.

El bosque era denso y dado que dentro de nada el sol se habría puesto, era difícil distinguir algo entre el juego de sombras que reinaba en aquel lugar. con un poco de suerte encontraste algo antes de que la noche se hasta adueñado de este sitio, de paso echaré un vistazo por si hay a algún enemigo cerca. Y en eso estaba cuando le pareció que alguien le seguía. Se giro arma en mano -bienvenido, ya pensaba que cazaría sólo - le dijo al tiempo que bajaba el arma al comprobar que se trataba de Pellian

El elfo se apoyó el cayado en el hombro y sonrió.

-Cazarás solo, pero he pensado que no te vendría mal otro par de ojos por si aparece algún engendro tenebroso. Tras de la emboscada del puente nos conviene ser cuidadosos.-

Hincó una rodilla en tierra y examinó lo que parecían unos hierbajos.

-Con un poco de suerte tambien podré renovar mi provisión de hierbas curativas.-

Durante un rato oteaste a tu alrededor, tratando de localizar alguna presa jugosa que llevarse al estómago antes de dormir. Aquello era un bosque, así que no sería demasiado complejo hallar vida dentro de la espesura.

Y la hallaste. Al echar la vista sobre unos árboles cercanos, pudiste ver una gran presa, quizás un ciervo o un venado. Pero no estaba de pie, ni siquiera estaba recostada en el suelo; estaba literalmente tendida e inmóvil, como muerta. Quizás estuviese malherida o descansando...

El caso es que tenías la comida delante de tus ojos, a poca distancia -no más de treinta metros de vosotros-, al pie de unos frondosos árboles no muy altos. Y a su vez, tu instinto te decía que era demasiado fácil como para pensar que no hubiese trampa ni cartón... De algo habría tenido que morir, evidentemente. ¿Una herida? ¿Cazado por un depredador de gran tamaño? ¿O por engendros? La pieza en sí constituía la más firme prueba de que debíais andar con pies de plomo, atentos a todo.

Pero era una pieza ENORME. Daría para comer a todo el grupo... Y para guardar raciones para la jornada siguiente. Era muy tentador.

Allí mismo, a escasos tres metros de ti, había unas hermosas raíces élficas que bien que podrían servir para preparar algunos ungüentos curativos. ¡Delante de tus narices se hallaban! ¡Gran fortuna!

No veías plantas comestibles, pero sí algunas que servirían para elaborar remedios medicinales, unas pocas plantas que ofrecían sus ramas para que te llevases algunas briznas en tu macuto sin añadir peso adicional al saco. Aquel bosque debía ser una mina de recursos sin explorar ni explotar, estabas casi convencido de ello.

Por otra parte, un sonido sibilante captado por tu agudo oído te extrajo de tus pensamientos. Procedía precisamente del punto al que Tásar no cesaba de mirar, abstraído de todo lo que no fuera aquella zona espesa de densos árboles de escasa altura. Parecían susurros humanos, pero no habrías puesto tu mano en el fuego por ello.

Todos sus instintos le decían que se trataba de una trampa, así que lo primero que hizo fue ir hasta donde estaba su compañero He encontrado una presa, pero todo parece indicar que se trata de una trampa. He pensado en acercarme dando un rodeo y ver de que se trata. Será mejor que adviertas a los demás - le dijo en un susurro

Pelian arrancó unas raíces del suelo, alzó la cabeza al tiempo que las metía apresuradamente y de cualquier manera en la mochila, se tocó una oreja, señaló a los árboles y miró inquisitivo a Tasar. En silencio, sus labios dibujaron una palabra ¿humanos?

Pelian asintió con la cabeza y apresuradamente se dirigió al campamento.

Llegas al campamento, en donde una preocupada Alenka te recibe con el báculo en mano, como si estuviera en guardia.

Te mira con cara de sorpresa al verte llegar.

-¿No te has cruzado con Garret? Acaba de partir en esa dirección. Por lo visto, Chia y él han localizado dos pares de huellas, unas humanas y otras que no lo son tanto. ¿No habéis percibido peligro alguno por vuestra zona? ¿Acaso está Tásar herido?

Te contempla el rostro, pero al no hallar en él la preocupación propia de alguien cuyo compañero hubiese caido tocado o muerto, descarta la idea.

-No, no es por eso por lo que has vuelto, eso está claro. ¿Qué haces aquí? ¿Qué está sucediendo?

- Tasar está bien. Oimos voces en el bosque y me envió a avisaros mientras el se acercaba a echar un vistazo. Todo el asunto apesta a trampa, deberíamos prepararnos.