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FERELDEN

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El mundo en que tiene lugar Dragon Age se llama Thedas*. Uno de los reinos de Thedas se llama Ferelden, que es un país del tamaño aproximado de Irlanda.

Se puede decir que hace relativamente poco tiempo que a Ferelden se la puede considerar una nación civilizada, ya que hasta hace pocos siglos no eran más que una asociación dispersa de tribus bárbaras. De hecho, el corazón de Ferelden sigue siendo el de un aguerrido guerrero, o por lo menos es el espíritu que se respira de uno a otro confín de sus tierras.

Por otra parte, Ferelden ha evolucionado mucho en el aspecto de igualdad de género: todas las profesiones y de todo rango están abiertas a hombres y mujeres por igual.

El Mar del Despertar marca el límite de Ferelden por el norte, al igual que el Océano de Amaranthine lo hace por el este.

Las montañas de la Espalda Helada bordean Ferelden al oeste.

La más grande y próspera ciudad de Ferelden se llama Denerim**, y se encuentra en la orilla nororiental del reino.

El corazón de Ferelden es el Bannorn central, su fuente de alimento. La zona oriental del país está cubierta por el Bosque de Brecilia, una peligrosa foresta. Las colinas Southron aislan al Bosque de Brecilia del sur del Ferelden central.

El lago Calenhad es un gran lago de agua dulce. Una de sus islas alberga la Torre del Círculo, en la que todo mago del reino debe ser educado para evitar ser marcado como apóstata.

Si echamos un vistazo a las montañas de la Espalda Helada podremos comprobar que en sus profundidades moran los enanos de Orzammar***, una de las dos ciudades enanas más importantes de Thedas.

Más allá de las montañas de la Espalda Helada ya salimos de los límites de Thedas, introduciéndonos en territorios del reino de Orlais.

Al sur de Ferelden se encuentran las Tierras Interiores y la Espesura de Korkari****. Las Tierras Interiores son un territorio áspero en el que viven los fereldenos más estoicos. La Espesura de Korkari es una zona peligrosa envuelta en niebla que es el hogar de los chasind, un pueblo bárbaro que no se unió a los fereldenos cuando estos abrazaron la civilización. Es desde la Espesura de Korkari desde donde provienen los engendros tenebrosos, y lo hacen en gran número.

A diferencia del resto de naciones de Thedas, en Ferelden los nobles no son vistos como superiores a los plebeyos. Su propósito es proteger el reino de toda amenaza. Las tierras son poseídas por hombres libres de Ferelden, que las ponen al servicio de banns (barones) a cambio de protección. Los hombres libres pueden modificar sus alianzas siempre que quieran, por lo que la nobleza es responsable de aquellos a quienes protege. Con fecuencia, los banns reclutan y nombran caballeros que los apoyen. Los caballeros ostentan el título de "Ser", sean hombres o mujeres. En ocasiones el rey encomienda a un noble que supervise una de las fortalezas de las afueras de Ferelden, por lo que a estos nobles se los conoce como "arls" y sus dominios se los conocen como arlingos.

La gran mayoría de habitantes de Ferelden son hombres y mujeres de raza humana. No obstante, también existen habitantes de otras razas: enanos y elfos. La mayoría de los enanos que vivan en la superficie son comerciantes o descastados de las grandes ciudades enanas.

Los elfos son una raza dispersa y oprimida. En el pasado moraron un territorio conocido como Los Valles, al oeste de las montañas de la Espalda Helada, pero una guerra religiosa iniciada por la Capilla devastó su tierra natal y desperdigó a su gente. En la actualidad, los elfos conocidos como dalishanos viven como nómadas en los bosques, en busca de sus tradiciones perdidas, mientras que la gran mayoría de elfos se apilan en guetos en las ciudades humanas como ciudadanos de segunda, son los elfos urbanos. A estos guetos de pobre estrato social se los llama elferías.

La Capilla es la religión dominante en Thedas, al menos entre los humanos. Es el credo oficial de Ferelden. Sus seguidores veneran a una única deidad llamada el Hacedor, y siguen las enseñanzas de su profetisa, Andraste.

La Capilla es la encargada de autorizar a los magos, y posee una orden marcial de templarios para mantenerlos controlados. Todos los magos poseen una conexión especial con el Velo, un reino extraterreno en el que moran espíritus benévolos y otros maliciosos. Todo elfo o humano puede ver el Velo en sueños. Los demonios que moran el Velo pueden llegar a poseer los cuerpos de los magos para entrar en el mundo material. La Capilla afirma que el Velo es el hogar de los muertos, aunque muchos disputan tal aseveración. Los enanos no sueñan ni pueden entrar en el Velo, y por consiguiente la magia es una facultad a la que los enanos no pueden aspirar. No existen magos enanos.