Todo el grupo se levantó y, tras desmantelar las tiendas de campaña y rehacer el petate, se reunió frente a la hoguera, en donde Chía y Pellian se dedicaban a asar los restos de la res que Alberic había capturado la jornada anterior.
En el grupo faltaban precisamente vuestro nuevo compañero enano, su camarada de corta estatura y Garret. Alenka partió a buscarlos, dando con ellos cerca de un riachuelo en el que se habían estado dando un chapuzón. Por fin todos os habíais reunidos tras una tensa noche, ahora rodeando lo que quedaba de una casi extinta hoguera, dentro de un ambiente aún más tenso de lo que cabría esperar.
Tásar repartió carne, arrancando pedazos con su cuchillo, y a fe de todos que aún había carne de sobra para repartir, por lo que podríais daros un buen banquete antes de partir hacia el lugar indicado en el que tendríais que recoger a los niños. A media jornada de camino, os había dicho Alenka. Llegaríais a ellos más o menos hacia la hora del almuerzo.
Libre parloteo, chicos, antes de que os mande a reuniros con los retoños.
Con mi creciente paranoia en ciernes solo puedo mirar de soslayo, mientras que como de mis raciones. Espero que este trabajo se termine rápido y pueda ir a por otra cosa. Después reviso mis flechas y mis armas, por si cuando nos juntemos con los niños tenemos problemas.
Gunnar mordisquea su pedazo de carne, ojo avizor. Parece más interesado en el recorrido de caras a su alrededor que en la carne en sí, cosa atípica en uno de los dos enanos que os acompañan.
De pronto, haciendo alarde de la escasez de tacto que lo caracteriza, arranca a hablar, dejándoos a todos un tanto descolocado.
Las cartas, mejor sobre la mesa.
-¿Y bien, amigos? ¿Qué tal vuestra reunión despertina? ¿Ya habéis decidido a cuál de los dos vais a apuñalar primero por la espalda?
Se le erizó la piel en cuanto escuchó la pregunta del enano y dejó a medio masticar el trozo de carne que tenía en la boca antes de tragarlo con dificultad.
-¿Me creerías si dijera que no tengo intención de mataros?- le preguntó sin incluir deliveradamente al resto en su pregunta. Todos habían dicho que eso de "eliminarlos" era un malentendido, que había otras vías pero Chía había dejado de confiar con la misma rapidez con la que se parpadea. Se encogió de hombros ligeramente-Aunque con intermediarios no hay forma de llegar a un acuerdo, siempre hay... diferencias que se pierden en la transmisión del mensaje-no creía que Alenka fuese a obviar ninguna de las opiniones de los que se negaban a sacar más provecho del mismo viaje pero que era capaz de hacerlo de eso no tenía ninguna duda.-mi madre decía "las cosas claras y las babas de mabari espesas"- dijo humedeciéndose los labios retirando así parte de lo que pudiese quedar de la pieza que comía- a mí no me pagan por dar la vida contra engendros tenebrosos. Por bandidos... hm sí, con ellos hasta se puede negociar pero está visto que alguien calculó mal los peligros de este viaje y yo, en la parte que me toca, no puedo hacer frente a eso. - sacudió la cabeza y parte de la melena se balanceó de un lado a otro en un intento vano de retirarla de los hombros-Mi vida no la puedo cuantificar en monedas pero sí lo que me va a costar sobrevivir a ello y las.. hm... consecuencias de lo que haya sufrido cuando esto termine- no iba a pensar en ser mutilada, no quería, la mera idea de ello le daban ganas de dejarlo todo y a todos y volverse a la pequeña librería.-si es cierto lo que afirma Alenka sobre esto no veo qué mal hay en retrasar la escolta de los niños y sacar un dinero extra. A ellos no se les hará ningún daño.
Gunnar no ha podido quedarse callado. ¡Maldita su necesidad de ir con la verdad por delante! Ahora me encuentro con que al parecer todos mis alegres compañeros han vendido su alma a la tal Alenka. Pero de perdidos al río, como quien dice y escupo en el suelo antes de contestar a Chia:- Pues porque el asunto de que nos habla Alenka, me huele especialmente mal. Porque me huele que nosotros vamos a terminar como cabezas de turco con una recompensa por tener nuestras testas pinchadas en un palo, mientras que ella se queda con las monedas del rescate.- Sonrío de forma cínica:- Si incluso me hizo la prueba de la sentadilla con esa moneda de oro... "Si está dispuesto a rebajarse por esa moneda, que no hará por un par más".- Miro al resto del grupo:- Pues no me rebajo a dejar mi pellejo en una empresa que tiene todos los visos de una trampa. Prefiero mil veces ganármelo, aunque sea luchando junto a Maese Alberic en un pueblo perdido.-
Comprendo tu preocupación.y no digo que la cosa sea fácil, ya que siempre hay la posibilidad de que cuando su padre les pregunte, al no coincidir las historias eso revele que hemos intentado engañarle, por eso creo que hay que pulir la historia. Respecto a Alenka, creo que sólo quiere lo mismo que nosotros, un pago justo
Brenus contempló el cielo, absorto en sus pensamientos. Se presentaba un día claro, sin apenas nubes que tapasen el brillante sol que bañaba la tierra. Los pájaros volaban libremente por el vasto cielo y su danza era observada por el guerrero de la guadaña. Mostró una sonrisa ante la perfecta coordinación de las aves, para luego suspirar.
Coordinación, muy necesaria para el éxito.
Una vez reunidos junto a la hoguera, Morrigan palpó la tensión en el ambiente. Y no era para menos. El silencio incómodo pronto fue roto por la acción directa del enano Gunnar. Sin previo aviso, el maese enano levantó el telón y destapó el pastel. Brenus disimuló una sonrisa al ver el comportamiento del enano. Un tipo directo. Sus palabras fueron seguidas por las de Chía, Garret y Tásar.
Ante tal situación, el guerrero debía andarse con mucho ojo en lo que iba a decir.
- Sin embargo, no debéis preocupados, creedme. Os puedo asegurar a ambos que la situación estará controlada y no se nos escapará de las manos, pero para que haya un éxito total, se requiere la colaboración de todos. Si estamos coordinados y nos cubrimos las espaldas, lo lograremos. Ya sabéis que la unión hace la fuerza.- hizo una pequeña pausa y continuó.- Además, nuestro cometido sigue siendo el mismo, pero con un ligero cambio para nuestro beneficio. No habrá ningún problema.
Tras las palabras del enano, Pelian dedicó una mirada llena de desconfianza a los confabuladores, y con un gruñido pasó a comprobar cuidadosamente su equipo. Cuando terminó alzó el rostro y por un segundo lanzó una mirada llena de odio a Alenka. Luego, mordiéndose el labio, bajó el rostro, se colgó el petate del hombro y adelantándose a sus compañeros se puso en marcha.
Al pasar junto a la hechicera se detuvo un instante y sin siquiera mirarla a la cara habló. - No olvides nuestro pacto. No interferiré en vuestros asuntos y a cambio no tendré que preocuparme por despertarme con un cuchillo en la garganta.
Dicho esto siguió caminando hasta la linea de árboles, donde a solas con sus pensamientos se apoyó a esperar a que sus compañeros terminasen.
Alenka contempló el resultado de la reunión, complacida.
Puede que el plan de sacarle los cuartos al arl no pueda seguir adelante, pero desde luego que me lo estoy pasando en grande.
-Como bien ha dicho Chía, no tengo intención de rebanarle el pescuezo a nadie si puedo evitarlo. Quiero más pasta, pero no dejar una ristra de cadáveres a mi paso. Soy avariciosa, no asesina.
Suspira, cerrando los ojos por un momento. Al volverlos a abrir, el rostro de la maga del Círculo vuelve a ser el de siempre: duro, decidido e inexpresivo, carente de toda emoción.
-Lo que sí tengo muy claro es que o hay consenso, o no procedemos con el secuestro. Lo que sí que no quiero es a nadie llevado a la fuerza a obrar. No por amor al arte, sino porque eso siempre me puede generar problemas. Y a los problemas es algo a lo que le tengo alergia.
Vida simple, decisiones simples.
-Así que poneos de acuerdo en si os gusta el plan o no. Y maese Gunnar, tranquilo. No temas por tu cuello más de lo que yo temo por el mío. Si quisiera matarte, ya estarías muerto.
Se tomó un segundo que aprovechó para olisquear el fresco aire de la mañana, el cual venía preñado con el aroma de la vegetación circundante. La tensión en la conversación hizo que se volviera a centrar en ella.
No era la reunión más amigable del mundo, de hecho se parecía a algunas que había presenciado.
Si todo sale bien, todos saldremos ganando. Ahora, si alguno tiene o quiere hacer una aportación al plan, me gustaría oírla.
Cohesión, objetivos comunes y confianza, sin eso estaba seguro que la cosa no iba a funcionar.
No era difícil notar la evidente tensión que se palpaba en el ambiente. Incluso las gélidas miradas denotaban la desconfianza entre unos y otros. Cualquiera diría que aquello era el preludio de una amarga y cruenta batalla. La cuerda se tensaba por momentos sin un claro ganador.
Los últimos momentos antes de decidir al vencedor. ¿Quién aguantaría y se alzaría victorioso en esta lid dialectal?
Por fuera, Brenus aparentaba calma, pero por dentro estaba disfrutando. Era divertido ver el conflicto de opiniones, el conflicto de moralidades, lo que estaba bien, frente a lo que estaba mal. Principios contra egoísmo. ¿Acaso el guerrero de la guadaña no tenía principios y un código moral propio? Por supuesto que los tenía, pero ante todo estaba la diversión. El riesgo.
- Yo no lo llamaría secuestro del todo, más bien un simple engaño. Los chiquillos ni siquiera se darán cuenta de lo que sucede a su alrededor.- hizo una pausa para rascarse la barbilla.- Ahora bien, entiendo vuestros motivos de desconfianza y no es mi intención enemistarme con nadie, por lo que si el plan sigue adelante, algo que yo sí haría, podremos beneficiarnos todos; y si no sigue, pues seguiremos con nuestra misión. Aunque una oportunidad así, no aparece todos los días.
-Lo que ha dicho Brenus tiene sentido y debemos tenerlo muy en cuenta- lo interrumpió Alenka, haciendo un firme ademán con su brazo derecho para llamar vuestra atención- Llevemos a cabo el plan o mantengamos el que habíamos firmado con el Arl, no debemos olvidar que en unos minutos debemos ir a por esos condenados mocosos. Bajo ningún concepto toleraría llevarle el cadáver de uno de sus hijos a Lady Marcia Neruda, que es mil veces más persona que el engendro de su marido. Y eso será lo que suceda si no partimos en breve hacia el punto de encuentro. Si hay engendros por el camino, y estoy segura de que los habrá, nos necesitarán sí o sí.
Echa un buen trago a su odre tras terminar de zamparse el último pedazo de carne que le había tocado para el desayuno.
-Así que poneos de acuerdo. Consenso y a cobrar un dineral en oro por devolverle a sus retoños, o devolverlos por la paga que nos han asignado. Pero en breve debemos partir, o no habrá niños que devolver.
Lo dicho, si hay consenso, más pasta. Si no hay consenso, prosigue el trato que habíais hecho con Neruda. Sea lo que sea, confirmad esta semana vuestra palabra final, que la semana que viene cambio de escena y prosigo con la acción. Ya no queda mucho de partida :P
Chasqueo la lengua y digo:- De perdidos al río, seguiré al menos para rescatar a los críos, pero si esto es una trampa luego no me vengáis con quejas.- Preparo mis armas y tenso mi arco. Espero salir vivo de todo este embrollo, que nos estamos metiendo por un puñado de monedas más. Cada vez me parece más tentador irme con los dos enanos a pesar de que el trabajo es peor pagado.
Pasando la mirada de uno en uno, Chía guardaba silencio. No tenía realmente mucho más que decir después de lo dicho y no tenía ni el carisma ni el aplomo para intentar convencer a nadie de forma definitiva ni tampoco para intentar forzarles a hacer algo con lo que no estaban de acuerdo... era una floja y sentía demasiado respeto por las opiniones de otro.
Mira donde te ha llevado el respeto de otros hacia ti
Se estiró un poco notando las quemaduras cicatrizadas estirarse a su vez a medida que la piel se tensaba. Frotó las manos contra la tierra y tomó su báculo.
-No tenemos muchas más vueltas que dar entonces, ¿verdad?- dijo mientras se incorporaba usando el báculo como apoyo para levantarse.
Entonces en marcha, todos queremos llevar esos niños sanos y salvos con su madre. -Tras decir esto recogió sus cosas y se preparó para partir, poco más había que decir
Al igual que el, Garret se olía una trampa. La historia del secuestro podría resultar un poco sospechosa si no había algo de sangre de por medio. Que ninguno de los escoltas resultase herido y los niños fueran secuestrados podía traer problemas. Así que algunas muertes en el grupo serían provechosas para el negocio. No le cabía duda de que Alenka había pensado en ello.
Pelian se sintió satisfecho. Los demás debían pensar que no estaba de acuerdo con el plan, así que eso le dejaba las manos libres para apoyar a quien mas le conviniera en cada momento. Si alguien intentaba impedir el plan, podría actuar contundentemente y no le verían venir. Y si la cosa se torcía, podría fingir que había estado en contra desde el principio.