Un turno de guardia tranquilo. No había un alma por los alrededores, por lo que te permitiste recostarte contra un tronco de un árbol, sin atreverte a dormir en la guardia, pero de forma relajada. No había señales de peligro inminentes, de eso estaba claro. El engendro que había atacado al dicharachero Alberic debía de haber sido el último integrante de una patrulla o un hurlock extraviado.
Las llamas producían un efecto hipnótico, sobre todo en medio de aquella impenetrable oscuridad y sin otra ocupación más que la de ver las llamas danzar sobre los troncos, con aquel sibilante crepitar que tan fácilmente podría llegar a amodorrarte si decidieras echarte una cabezada. Pero el deber era el deber...
De pronto, de una de las tiendas de campaña surgió una alta figura estilizada. Era Alenka, la maga y vuestra supuesta "jefa" con la sangre más fría que el hielo perpetuo de las Montañas de la Espalda Helada. Sin decir una palabra cerró la tienda y se condujo hasta sentarse cerca de ti. Tras calentarse las manos ligeramente, procedió a hablar.
Era la suya una voz sibilina, mezquina, que no incitaba a la confianza. Pero allí estaba, solo el Hacedor sabría con qué ideas metidas en la cabeza, dispuesta a darte palique.
-Definitivamente, no os pagan bastante por arriesgar vuestras vidas luchando contra cosas como los genlocks, ¿no crees, Garret?
Y volvió a quedarse callada, mientras se frotaba las manos al calor de la hoguera.
¡Merde alors! Lo cambio ahora mismo. Hoy estoy inspirada: me he dirigido a un jugador de otra partida llamándolo por su nick de Umbría en la escena de juego y con el nombre de su personaje en el off. Y aquí a ti como Gunnar. Espero no haber confundido todos los nombres en todas partes XD
Tras haber dormido un buen rato y sin sobresaltos no es que me importe mucho hacer la última guardia, al fin al cabo el ligero frescor de la noche me permite estar despejado. Pero para mi sorpresa, pues no creía que la maga se abstuviera de levantarse hasta que despuntara el sol, se acerca a mi y empieza a insinuarme lo dura que es mi tarea. ¡Como si no lo supiera! Pero no me gusta por donde van los tiros por lo que enarcando una ceja le digo:- Si por mi fuera haría que mi vida fuera lo más costosa del mundo, pero no todos tenemos una buena posicion que nos permite que nos valoren en su justa medida.- Le miro a los ojos y le digo:- ¿Por que?-
Alenka agitó su melena, desafiante, mientras se cruzaba de brazos. Su rostro mostraba una media sonrisa de hiriente superioridad.
-Garret, tú tienes un pasado, digamos, un tanto laxo en cuanto a la ley se refiere. No te he reclutado por tu salero para cantar canciones a la luz de una hoguera, sino porque sabía que tus habilidades me serían útiles. Estoy segura de que no eres un tipo remilgado como algunos de tus estirados compañeros, y que sabes apreciar el valor del dinero. ¿Me equivoco? Contigo no me voy a andar con rodeos. Tengo una idea que no podrás rechazar.
Tras una pausa dramática, destinada expresamente a causarte interés, se decidió a proseguir.
-Al grano- dijo, poniéndose seria de repente- Definitivamente, ese asno de Neruda no os paga bastante por arriesgar vuestras vidas luchando contra aberraciones como los engendros- ves cómo se sacude la arena de una bota mientras habla- Probablemente obtendríais un pago de cincuenta monedas en soberanos de oro, que es cien veces más de lo que vais a ganar, si los niños fueran retenidos y se pidiera por ellos un rescate, en vez de ser escoltados de vuelta a Stenhold.
Cincuenta monedas de oro. Había dicho cincuenta monedas de oro. Con esa cifra bastaría para comprar tres docenas de buenos caballos de monta o una casa en la capital, en Denerim. Bastarían para vivir durante años, es más dinero del que jamás has visto ni verás.
Pero todo tiene un precio.
No me gustan los magos y no me gustan los políticos, y Alenka reúne todo lo que no me gusta de todos esos grupos. Pero la cantidad es muy grande, demasiado grande como para ser verdad. Aunque no creo que el Arl le llegue la cabeza como para ponernos a prueba. Algo está maquinando, quizás un plan que termine con mi cabeza rodando:- No se que buscas Alenka, pero conmigo no cuentes. Quiero el dinero, pero quiero más a mi pellejo. Por lo que deja que termine la guardia en paz.- Soy cortante, y no sé si terminará todo el asunto mal diga si o no a su propuesta, pero me enfrentaré a las consecuencias. Nunca fui un cobarde.
Alenka se ríe ruidosamente. No parece desconcertada en absoluto por tu respuesta.
-Quizás debería matizar mejor mi oferta, pues creo que no he dejado del todo claro lo que pretendo hacer con los críos y quizás hayas malinterpretado mis intenciones o no te haya explicado convenientemente las posubles consecuencias. Blaker es el escolta que acompaña a los niños desde Denerim. Sé de buena tinta que tiene algunas deudas que deben ser saldadas. Podría ser fácilmente convencido de pedir un rescate por los retoños siempre que su parte cubra sus deudas.
Alenka se aclara la garganta antes de proseguir.
-Y en cuanto a los niños, no pienso tocarles un pelo. Si las cosas van bien, ambos retoños ni siquiera sabrán lo que está pasando. Cuando nos reunamos, les diré que ha habido una incursión de engendros tenebrosos y que es demasiado peligroso que regresen a casa. Diré que el arl me ha ordenado implorarle a Ser Blaker que se los quede un poco más. Mientras tanto, regresaríamos a Stenhold con una nota de rescate de unos supuestos bandidos. Neruda pagará el dinero, todos ganamos lo que nos merecemos y sus hijos son devueltos sin el menor rasguño.
Su voz torna más vehemente en este punto de la conversación.
-Habéis conocido a ese hombre. Habéis visto cómo trata a sus semejantes, a todos cuantos le rodean. ¿Qué problema hay en repartir un poco su fortuna? vosotros tendréis vuestra parte, los niños regresarán ilesos y encantados y el arl pagará lo que os debería haber pagado desde un principio, que sois mercenarios, no esclavos en Tevinter. Además, ¿qué represalia podría haber? ¿Crees que el arl va a destinar a sus hombres a perseguir a unos supuestos bandidos mientras sus tierras son asoladas por engendros tenebrosos? Se limitará a pagar para librarse de un problema menor. Porque para él, sus hijos son un mero problema insignificante. Solo se preocupa de sus tierras y de que no las mancillen los engendros.
Mientras sigue con la perorata hago que el fuego arda con más intensidad. ¿Les habrá contado lo mismo a todos los del grupo? Supongo que si. Todo suena muy bonito, demasiado y nunca me ha gustado las historias que no tienen una arista que debes saltar. Secuestramos a los niños que serán mimados hasta los extremos para que su padre que le importan poco o menos nos de la recompensa, que por supuesto pondrá precio a nuestras cabezas en cuanto la recibamos. ¿Que somos más que peleles en este asunto? Por lo que le remito mis dudas:- Creo que estás dando un barniz de cuento de hadas al asunto y eso no me gusta.- Mirandola fijamente con el ceño fruncido le explico:- ¿Por que necesitas a unos matados como nosotros para hacer algo así? Y yo te respondo a la pregunta, porque necesitas carne pal matadero que recibirán todos los golpes del asunto mientras Ser Blaker y tú recibiréis el dinero. Y lo que más gracia me hace es que pienses que un secuestro hará que ese hombre de quien tan mal hablas vaya a soltar la plata.- Le hago un gesto con la cabeza:- No creo que ni la mitad de mis compañeros a pesar de no conocerlos, hayan pensado en seguirte el juego. Por lo que yo tampoco lo haré. Márchate a dormir y haré como que no he oido nada.-
Alenka suspira contrariada.
-En fin, te creía más listo, Garret. Se ve que me equivoqué contigo. ¿Qué se le va a hacer? ¡Adiós a toda una vida resuelta para el grupo! Buenas noches, Garret, "ladronzuelo honrado donde los haya".
Se incorporó con absoluta indiferencia, como si el resultado de tus palabras le fuera completa y absolutamente indiferente, retornando a continuación a su tienda de campaña, en donde se acostó. Al cabo de unos instantes ya estaba dormida.
No hubo más percances en toda la noche.
Fin de escena.