Partida Rol por web

- Chia, ponte detrás de mi.- Gritó el mago adelantandose con el bastón en ristre al tiempo que un potente rayo de energía surgía con violencia del arma.

Obedezco las instrucciones que me han gritado todos mis compañeros, escondiéndome detrás de Pellian, avanzando a paso cansino mientras me llevo una mano al costado. La herida ha sido realmente profunda...

Puedo contemplar cómo los ataques combinados de Tásar y Pellian destrozan al hurlock y hieren al genlock que me había atacado. Acto seguido cierro los ojos. Apenas puedo ver nada con ellos abiertos, todo se nubla a mi alrededor. Nunca había sentido la muerte tan cerca... 

Ser Blaker se carga al otro niño al hombro y, siguiendo el ejemplo de Ser Bridget, salta por encima de las piedras, aterrizando de pie al otro lado. Acto seguido comienza a correr tras la valiente guerrera, esperando a que tengáis a los engendros entretenidos mientras ellos tratan de poner a los niños a salvo.

Saben que os deben la vida. De no ser por vuestra llegada, acorralados como estaban, a estas alturas ya habrían muerto. Todos ellos.

Alenka imita a Pellian, procediendo a emitir el poderoso ataque de la lanza arcana y, con ello, rematando al maldito genlock que atacó a Chía.

Ya solo quedaba un enemigo. Uno, y no parecía estar en buen estado, no tras los embistes de sus poderosos rivales.

-¡A por él! ¡Atacad! ¡Vamos! ¡Ya lo tenemos!- grita una eufórica Alenka, quien parece realmente exultante ante el fragor de la batalla.

El último de los engendros no quiere morir sin tratar de llevarse a alguno de sus rivales por delante. Es consciente de que posiblemente esté levantando el hacha por última vez, así que pese a su absoluta debilidad, al menos intenta golpear fuertemente a uno de los dos magos que han destrozado al último de sus compañeros.

Y lo consige. ¡Vaya si lo consigue! No calculó mal sus posibilidades al percatarse de que aquel maldito elfo no llevaba armadura que lo protegiese. Al menos lo había herido. Quizás más adelante otros rivales pudieran rematar lo que él había comenzado...

Poco a poco, la balanza se inclinaba en favor del grupo de mercenario. Habían logrado detener el avance de los genlocks, la mayoría yacían muertos en el suelo, mientras la sangre maldita salpicaba a la tierra.

Tras pegarle una patada al cuerpo sin vida del genlock al que acababa de despedazar se encaminó hacia el último de aquel pelotón. Pese a haber puesto a salvo a los niños, los engendros aún habían herido de gravedad a Chía y a Pellian. Y el que quedaba en pie aún tenía ganas y fuerzas para luchar.

-Estas cosas nunca se rinden…

En un abrir y cerrar de ojos, el guerrero de la guadaña cargó contra el último enemigo en pie, aferrando con fuerza su arma. Cuando se encontraba a escasos metros de él, dirigió el filo contra el cuerpo del genlock.

Y el último de los engendros cae en un charco de sangre por la gracia de la guadaña de Brenus.

El combate ha llegado a su fin.