Partida Rol por web

Onfale tomó la capa de mediano que le mostraba Fosco y, al igual que con el cinturón, sacó el último de los pergaminos de identificar que le quedaban leyendo su contenido.

-¡¡Ajna Abhimana!!

Al acabar el perfumista estaba agotado. Había tenido un día duro y su olfato se resentía.

- Esto es lo que puedo hacer por hoy. Tengo aún que estudiar el libro de Alice para aprender de sus conjuros. Te dejo el resto de los objetos para que los guardes. Mañana será otro día y podré dedicarle más tiempo a estudiarlos.

Parecía que la extraña adivina les estaba ofreciendo un trabajo absurdo. Recuperar armas para alguien que no las puede empuñar, pero lo que más me preocupaba no era el tema del trabajo o de la recompensa y visto que nadie se interesaba por el tema, me decidí a preguntar directamente.

- ¿Y qué hay de estos refugiados? Dicen que les desanimas de cambiar de lugar, pero aquí son vulnerables. ¿Por qué no deberían continuar su camino hacia un lugar más seguro?

Flame seguía dudando y de momento tenía algo claro. No trabajarás con vistana, se repetía una y otra vez, "no trabajarás con vistana"...

El caso es que Flame veía la situación complicada. Por un lado estaba el interés de aquellos objetos y por el otro seguían esos pensamientos en su cabeza. Además, la mujer seguía dando vueltas a la tortilla y no terminaba de hacerla. ¿Acaso no se había dado cuenta nadie que seguía andándose por las ramas y que no había sido capaz de contestar al tipo de armas que eran? Lo estaba ocultando y esos detalles son los que había dicho que no diría. Y si no lo decía es porque tenía algo que esconder. Solo confiaba en sus compañeros y que alguno de ellos quisiese disipar esas dudas que a ella misma se le habían planteado.

Disculpadme si la noticia os desconcierta, mi Señora - se dirijió de nuevo a la gitana, aunque parecía que esta la ignoraba totalmente- pero el Conde Strahd Von Zarovich, según nos ha contado el caballero Watcher, ha muerto. No podreis entregarle esas armas.

Decis que poseeis una magia poderosa -continuó la joven y angustiada bruja- ¿no tendreis, entre vuestros poderes, la cura para la licantropía? ¿O quizás una cura para la extraña enfermedad que me está destruyendo el alma? -concluyó, agarrandose fuertemente el pecho para enfatizar el dolor que sentía por dentro.

-Ya, ya, ya. ¡Claro!--se quejó el enano haciendo aspavientos con las manos, pero sin alzarse del cómodo tocón en el que estaba sentado--A ver si lo he entendido bien... porque me parece que te falta media horica de agua.

-Osea que la niña necesita unas armas custodiadas por bichejos que no sabe precisar y ha pensado que nosotros debemos traérselas porque sí. Así de fácil, ¿no? ¡Venga ya! ¿Estamos locos o qué? Después de todo lo que hemos visto hasta ahora sólo nos faltaba ir en busca de más problemas. Pero, ¿no os dais cuenta de que son ellos los que vienen a nosotros, que no es necesario crearlos?

El enano negó con la cabeza a la vez que extendía una mano y se reafirmaba con el dedo índice en la rotunda negativa:

-No, no, no. Señorita, si quiere usted algo, ahí tiene el camino. Es libre de ir a por sus armas para no envejecer. Nosotros pasamos de estas tierras y de sus estúpidos nobles. En serio, lo que único que nos importa es salir de aquí con vida. Y si de paso podemos ayudar a esa pobre gente, mejor. 

-Esto... ¡ah, sí! Eso, eso. Tampoco es que tengamos tiempo, pues también debemos ayudar a Leiath con su indisposición transitoria--concluyó el viejo medio avergonzado por haberse olvidado del bienestar de la bruja de Hala.

Fosco se frotaba las manos al recibir su capa y los anillos, aunque claro uno era de Onfale... Mañana sería otro día. Nada más coger la capa y los anillos la guardo al fondo de sus cosas para que nadie pudiese verla. Nada, nada... ese libro todo para ti... dijo desinteresado y esperando saber que es lo que hacía la capa.

Al leer el pergamino, las córneas de Onfale se vuelven grises, como si hubiese humo flotando dentro de sus ojos. Pero a parte de dar un poco de grimilla, el conjuro le permite al humano descifrar las hebras que forman la capa como si fuese un texto.

Se trata de una "capa de protección elemental". Una vez al día, a una orden¹, y durante seis míseros segundos², aquel que vista la capa obtendrá resistencia moderada³ a un elemento a su elección: frío, fuego, ácido, electricidad o sonido. Para que su poder pueda activarse, se debe llevar la capa al menos 24 horas antes de intentar usarla. Quitársela por un instante (por ejemplo para dormir, o para que la gitana no lo vea) supone una interrupción en esas 24 horas, y se deberá cumplir con el rito de vestirla todo ese tiempo desde el principio.

Como diría el Carnicero de Svarablia, vayamos por partes...

Mediano... Imagina un pasadizo y una trampa. La trampa consiste en un péndulo con los bordes afilados como un hacha, que sale de la pared para cortarte la cabeza. Un modo de evitar la trampa es no dar un fatídico último paso que te interponga en la trayectoria. Eso es lo que hacen estas personas aquí, esperando que la muerte pase de largo. Mañana ya será seguro, y daré orden de partir hacia el norte. Hacerlo hoy sería contraproducente.

Giorgia...-dijo a Leiath, pero luego aclara-Perdón... giorgio es una palabra vistana para referirse a aquel que no es vistana. Soy adivina, y sabré alcanzar mis objetivos a pesar de un pequeño contratiempo como es la muerte de Strahd. En cuanto a vuestros achaques...

Eva coge a Leiath de la mano, y la sostiene mientras sus miradas se cruzan. Es como si los ojos de la vistani la estuviesen sondeando.

Sí, puedo ayudarte. Pero mis servicios no son gratuitos. Y no aceptaré ningún pago, por muy valioso que sea, que no sean los Tres Colmillos... y me refiero a las armas, no trates de arrancarte los dientes. Así que... ¿te apuntas a la misión, muchacha?

¿Coincide ahora el trabajo que les ofrezco con sus objetivos, maese enano?

Fosco aparece alegremente para acercarse al grupo sin acercarse a la gitana, para escuchar el resto de la conversación. Se queda mirando las caras sin saber que hacer o decir. Se rasca la cabeza un par de veces intentando hilar la conversación y frunce el ceño porque no puede seguir el ritmo

Las respuestas de la gitana continúan siendo oscuras y poco clarificadoras, pero al menos se ha atrevido a dar una fecha para la partida del grupo, y una fecha no demasiado lejana. Las extrañas insinuaciones sobre la trampa y la muerte no reciben por mi parte respuesta alguna aunque no puedo evitar temer que sus poderes sean reales y mantengo la prudencia.

Las insinuaciones de que puede curar a la bruja terminan por convencerme de acometer la tarea que nos propone aunque no lo expreso abiertamente. Seguro que Leiath está dispuesta a emprender la labor y no la voy a dejar sola tras la valentía y sacrificio que ha mostrado desde que la conozco.

Un momento, un momento, un momento. Alzó la voz Flame para intervenir en la conversación que se estaba dando lugar. Un extraño dejavu pareció llegar a la cabeza de todos los que habían estado antes con ella. No habían pasado ni tres días, cuando Flame interrumpió una conversación del estilo, la cosa terminó con un duelo entre el mediano y el señor Septow y no pareció acabar mal. Aunque fuera por muy poco.

Flame se acercó a la vistani, ella ya la había conocido hacía tan solo unos meses, cuando la mujercita era tan solo una niña de la edad de la hija de Watcher aproximadamente. Tú estás interesada en que nosotros te hagamos un favor a ti, y como bien has escuchado a mis compañeros, no estamos muy por la labor de hacerlo. Ahora juegas con el alma de esta mujer que se ha abierto a ti y te ha contado sus problemas. Dices que eres una adivina, así que ya sabes lo que voy a decirte o lo que voy a proponerte. El caso es que no vamos a hacer nada por ti, ni yo, ni ninguno de ellos. Dijo señalando a sus compañeros y en especial a la bruja. Al menos no en principio. Luego lanzó una mirada seria a sus compañeros para que ninguno la reclamase. Haremos las cosas como te voy a decir, si dices que vas a poder curar la enfermedad de nuestra amiga, lo harás ahora. Ya he tratado con la gente de tu pueblo y sé como de traicioneros y vengativos son, y también sé de lo que sois capaces y hasta donde podéis llegar. El caso es que si es verdad eso que dices, y no nos estás mintiendo o jugando con los sentimientos de Leiath, la curarás ahora mismo. Y si vemos que logras lo que te pedimos, entonces yo misma me comprometeré a ayudarte. No es que tuviera garantías de que esto fuera a ser cierto, pero si algo no quería volver a vivir Flame era una maldición de una bruja vistani. No volvería a pasar por eso, así que sin lugar a dudas cumpliría sus deseos. Si la curas primero, haremos todo lo que esté en nuestra mano para cumplir tus peticiones y conseguirte esos tres colmillos de los que hablas. Cueste lo que cueste.

Eva Zarovan, se lo piensa un instante. Tanto le da a ella el factor de los sumandos, siempre que consiga sus objetivos.

Bien, por mí acepto. ¿Todos de acuerdo con la propuesta de la Espada Mellada?

Eso se le pasó por alto a los demás. Los poderes de la adivina parecen reales, teniendo en cuenta que el espadón está enfundado y a la espalda. Sino no podría haber predicho la llegada de las Espadas Gemelas Melladas: Azaron y Flame.

Yo no. Si esas armas pertenecieron a mi difunto Señor, tengo el mayor de los intereses en recobrarlas. Pero no tengo claro hasta que punto restituirá ese tesoro a Strahd, ni quiero tener tratos con un vasallo de Leo Dilisnya y su protegida. Y además, no puedo llevar a Lovina a esa empresa, ni me atrevo a dejarla atrás con todos estos desconocidos.

Mis disculpas, Lady Leiath: yo no ayudaré en la aventura de recuperar los Tres Colmillos. Le deseo la mejor de las suertes en su recuperación.

El Barón Fortich y la Capitana se alejan sin decir nada. No hay mucho que decir. No dejarán a los supervivientes de Vor Ziyden solos, es una cuestión de deber: los suyos están antes que la licantropía de una extranjera, por muy amable que haya sido. Y porqué no decirlo... fue la loca que casi lo echa todo a perder con su explosión de sonido en el almacén.

Leiath se puso colorada ante el descaro de la mujer guerrera. Pero ante su sorpresa, la gitana accedió a la propuesta de Flame. ¿En verdad iba a ser curada? ¿Desaparecerían aquellas horribles imágenes del troll agonizante? Un dévil rayo de luz iluminó la negrura en la que se había convertido la mente de la bruja los últimos dias, pero desapareció con la misma rapidez.

Aunque la gitana no fuese una simple charlatana y consiguiese curarla, iban a morir pronto de todas formas. La negrura del pesimismo volvia a hacer mella en la jóven.

Aun así, como la había enselado su madre, no debía perder las buenas formas.

Mi Señora -se dirigió una vez más a la gitana- en verdad seré más útil en cualquier empresa si me encuentro al ciento por cien de mis facultades. Os juro por Hala -continuó, agarrandose el medallón son el símbolo sagrado de su diosa- que cumpliremos nuestra parte del trato si vos cumplis la vuestra.

Por último se giró para contestar a Watcher.

No teneis porque disculparos. Si alguien tiene que disculparse esa soy yo ante vos, que no he podido hacer nada para mitigar el dolor que vos o vuestra hija soportais. Entiendo perfectamente que no querais llevar a la pequeña Lov a tan peligrosa empresa. Que Hala os acompañe y os ponga a ambos a salvo de tanto mal.

Fosco que por fin escucha algo de aceptar no sé que misión, cree que es el momento de meter su hocico. No, no, no quieta parada! Yo no me juego el pellejo por ti ni por nadie... Quieres tres espadas y mira, me parece genial. Las quieres pues es estupendo. Flame dice que si le quitas la "bicha" a Leiath accede ayudarte... Y oye yo lo aplaudo. dice tocando las palmas. Que la curandera se apunta, pues ya sois dos, oye! Y seguramente el maese Ulmo acompañe por cumplir, a Azaron le ate un juramento y alguno que otro se apunte (Klasius/Alice). Hace un intermedio. Como comprenderá por mi parte ya he cubierto el cupo de ayudas altruistas con promesas... dice mirando a Watcher. Y las cobraré! dice señalando a Watcher. Se vuelve otra vez a la bruja, o la adivina, o lo que quiera que sea la joven gitana. Si quieres mis servicios pues me darás una pequeña muestra de voluntad de que tu propuesta es seria. Vamos algo que me ayude a lograr tal empresa. Y si no, pues acompañaré a mis compañeros y cuando tenga la oportunidad escaparé con una de las espadas...* dice quitando cualquier tensión a sus palabras, como si dijese cualquier cosa sin importancia.

Onfale asintió a las palabras dichas por Flame pues desprendían una gran sabiduría. Extrañamente el mago se quedó callado, eso sí, esperanzado ante la posibilidad de que Leiath fuera curada. Se acercó a la bruja de Hala y posó su delicada mano en su hombro, como ya había hecho otras veces, en  muestra de apoyo. La intervención de Fosco le dejó helado y apenas pudo más que fulminarlo con la mirada.

¡Será descarado!

Ver su destino ligado al de un insignificante pero hábil mediano le daba escalofríos. Al menos se separarían de Fortich y Vanator aunque  no le hacía gracia que Wachter se fuera de rositas. 

- No tan rápido Wachter. Antes de separarnos, si es que eso ocurre, ¿no debería resarcirnos primero?- El mago rebuscó entre sus cosas para sacar una nota manuscrita por Victor.- El Sr. Hars- Dijo Onfale imitando el relamido tono del caballero.- Ha muerto  y se podría decir que por su culpa. No hubiera sido así de no habernos robado y haber hecho que tuviéramos que perseguirlo cual vulgar ratero a través de tierras infestadas de lobos. Pero los demás estamos aquí esperando, al menos, que concrete cómo va a compensarnos. - El perfumista miró a Alice, la más perjudicada de todos.- Las palabras se las lleva el viento, por muy noble que sea la boca de las que salen. Comprenderá que no nos fiemos ni un pelo de usted. Recuerde también que si no llega a ser por nosotros usted y su adorable Lov habrían muerto a manos de aquella fata.

Tras hablar con Victor se dirigió a la adivina, con un tono totalmente diferente, mucho más suave.

- Estoy de acuerdo con mis compañeros en concretar cierto pago por adelantado, como bien puede ser la curación de la maldición que aflige a nuestra querida sierva de Hala. - El mago no miraba a los ojos de la mujer.- El mediano tiene razón a pesar de su lenguaje. Cualquier objeto que pueda ayudarnos a conseguir la misión será mejor recibido ahora que a la vuelta. Pero la información también puede ser valiosa, e incluso más poderosa que que un buen arma. ¿Qué sabe  de esta niebla que nos persigue sin descanso? ¿Qué puede decirnos de los lobos, las fatas y los licántropos? ¿Está relacionado?

Al menos un problema menos se había solucionado (o eso esperaba). Leiath debía ya estar curada de la licantropía... claro que al precio de ir a por aquellas armas para la adivina. El guerrero se mantuvo en un segundo plano, esta vez dispuesto a escuchar que tenía que decir ante las preguntas de Onfale. 

El mediano no podía más que aplaudir a las palabras del mago Onfale. Watcher tenía que pagar y la bruja también si quería contratar sus servicios y si no pues... el mediano se agenciaba la espada y ya la vendería por ahí. Siempre hay alguien interesado en esas cosas.

-Por primera vez... creo... y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo con la malhumorada rubia de la gema en el rostro--afirmó el enano sonriendo para dejar ver los cuatro dientes cucados que le quedaban--Si sanas a Leiath de su aflicción, iré a buscarte esos juguetes. Palabra de enano blanco. ¿Ves, niña? Ya vamos entendiéndonos mejor.

Algo que te ayude en la empresa... algo que te ayude en tu empresa... veamos... uhm... ¡un escudero! Tú-dijo señalando a uno de los lugareños-No, tú no. Apártate.

Cuando aquel desconocido se apartó, detrás de él quedaba Rufus.

¡Tú! Fiel guardián, compañero leal,

el mejor amigo del Jinete es el perrro...

y su mejor aliado será un escuderrrro...

Un rayo salió de los dedos de la gitana. Cuando alcanzó al perro, este empezó a cambiar. Se puso sobre sus dos patas traseras, las delanteras se transformaron en manos, y el pelo menguaba dejando ver la piel.

Mmmh... creo que forcé demasiado la rima, pero a pesar de todo no quedó del todo mal. Quizás le quedó una cantidad exagerada de vello púbico, pero así no se le ve la cosita.