Partida Rol por web

Aquella noche saliste de la fiesta de casa de de Hellen en el Soho y sabías que debías llegar pronto a casa o tu padre se angustiaría, Londres era relativamente seguro de noche, por lo que no viste ningún problema en tomar uno de los atajos que tantas veces habías usado para visitar a Hellen.

Sin embargo, las grandes ciudades son en realidad seres vivos y como tales también cuentan con parásitos que se alimentan de ellas en especial durante la noche cuando el grueso de los anticuerpos duermen.

- Eh muchachos mirad que tenemos aquí, es una elfa. - dijo un sujeto con voz burlona mientras salía de entre las sombras seguido por otros dos.

Al verlos sentiste miedo e intentaste volver sobre tus pasos, pero ya era tarde otros dos matones te habían cerrado el paso, la mayoría de ellos eran humanos, pero también había un enano que esgrimía una gruesa cadena como arma.

En sus rostros sólo se podía ver ambición y lujuria.

- Jefe que tal si primero le robamos y luego nos divertimos con ella. - resonó la gruesa voz del enano mientras caminaba hacia ti.

Esto a Alex no le sucedería.

Fue su primer e incongruente pensamiento. Ese día no era Alex, la fiesta de Hellen estaba llena de gente y algunos eran amigos del Instituto, amigos que también conocían a aus padres. Por lo tanto no era Alex el que había ido a la fiesta, sino Laura, y Laura vestía de un modo femenino. Y ese tipo de cosas, por alguna extraña razón, no le pasaban a los chicos en la misma medida que a las chicas. De haber ido a la fiesta de alguien menos conocido habría ido como Alex, y quizás esto no le estuviese pasando.

Tras ese primer pensamiento el segundo fue de pánico, casi de entrar en shock. De abrir la boca en ese momento se habría notado, y quizás incluso se habría desmayado o habría empezado a llorar.

Pero ella contaba historias, así que como había hecho muchas veces en el colegio cuando tenía que exponer un tema, se imaginó encima de un escenario interpretando a otra persona. Le llevó unos segundos imaginarse a esa persona, una chica valiente y precavida. Metiendo la mano en el bolsillo sacó su móvil.

- Tengo abierta una llamada de voz con varias amigas, lo hacemos siempre cuando nos despedimos por las noches, y también tengo compartida la ubicación del gps. Alguna de ellas habrá escuchado esto, y en este momento estarán llamando a la policía y trasladándole el sitio exacto en el que estoy. Si sois listos saldréis corriendo antes de que llegue.

Le había salido perfecto, una voz confiada, contundente, y que decía la verdad... o eso parecía. La voz de una chica sin miedo alguno sabiendo que sus precauciones evitarían los peligros.

Las palabras de Laura hacen recular a la mayoría de los matones, quienes la observan dubitativos, no había absolutamente nada en el lenguaje corporal de la chica que les permitiera ver a través de su mentira.

Incluso los dos sujetos que bloqueaban la parte trasera del callejón retrocedieron un par de pasos sin saber que hacer.

Eres una zorra lista, muy lista ¿Cierto? Bien, entonces tus amigos están escuchando, pero dime. ¿Qué tan rápido crees que pueden llegar aquí?

¿Crees que lograrán llegar antes de que yo me divierta contigo. - replico el jefe intentando tomar control de la situación mientras avanzaba hacia la semielfa con los ojos cargados de rabia y lujuria.

- Jefe yo creo que esto no es buena idea. - dijo uno de los bandidos mientras observaba todo bastante preocupado

- Entonces lárgate, así podré disfrutar más tiempo de esta pequeña zorra. - respondió el líder del grupo mientras avanzaba hacia ti con paso firme y amenazante.

El líder era un humano bastante corpulento casi dos metros de alto, piel cobriza y cabello negro completamente desaliñado, apenas unos pocos segundos le bastaron para llegar hasta ti.

Su fetido aliento apestaba a marihuana, sus manos eran enormes y se avalanzaban hacia con evidente malicia mientra dos de sus compañeros recobraban la compostura y los demás abandonan el callejón a toda velocidad.

Tu corazón se acelera y de pronto puedes sentir que tu mano izquierda te arde, no sabes decir de que se trata, sólo que es una sensación que nunca antes has sentido.

Casi lo había logrado, solo casi. Había asustado a varios pero no a líder, un bicho alto y apestoso que se le había pegado y comenzaba a manosearla.

Había leído mucho sobre los efectos colaterales de una violación, el estrés post-traumático que sufrían algunas agredidas, el miedo de otras. Era el momento, quizás, de entrar en shock y no ofrecer resistencia, al fin y al cabo ella no era más que una chiquilla delgada y con poca fuerza. Y sin conocimientos en defensa personal ni nada parecido. Su mejor baza era el engaño y ya la había jugado.

Pero en el fondo, allá en el fondo, había un poso de rebeldía. Recordaba bien a su madre, a la primera, a la biológica. Y aquella madre era una mujer fuerte y decidida, una mujer que intimidaba a cualquier hombre cuando se lo proponía. Y aunque habían estado juntas muy poco tiempo, le había trasladado un orgullo, un amor propio, indelebles. Podría ser violada, pero desde luego no lo sería por caer en shock o por negarse a defenderse. Tendrían que vencerla. Seguramente lo harían sin mucho esfuerzo, pero prefería morir apalizada que vivir arrodillada.

El miedo se convirtió en rabia, en una furia asesina que jamás había pensado que tuviese, y cerrando el puño lanzó un golpe al gigantón que lo esquivó sin mucha dificultad. -Él, a cambio, levantó su mano derecha y la decargó con furia sobre su cara. Giró en el aire sobre sí misma antes de caer al suelo de espaldas mientras contenía un grito de dolor, su mejilla izquierda escocía como el demonio.

El hombre comenzó a aflojarse el cinturón del pantalón. Ella intentó levantarse y golpearle de nuevo pero él volvió a esquivarlo con facilidad y le lanzó otro bofetón, este de abajo hacia arriba, pero menos fuerte. Era consciente ya de su superioridad, de que había ganado, y no quería que su víctima pudiese perder el sentido. Necesitaba humillarla, necesitaba demostrarle que él mandaba y podía hacer lo que le diese la gana, y si ella perdía el sentido no lo disfrutaría.

El segundo bofetón la lanzó contra la pared. Ahora veía las estrellas, se sentía extrañamente ingrávida, mareada, y no sentía dolor alguno. Era como si por un momento ella misma y su cuerpo se hubiesen disociado. Ya no lo controlaba lo suficiente para intentar lanzar otro inútil puñetazo, pero al mismo tiempo su mente, libre de ataduras, actuó de forma más instintiva.

En vez de lanzar el puño, lanzó la palma abierta, sin distancia siquiera para tocarle, como si su mano simplemente expresase un deseo.

Y algo pasó. Una energía cálida y poderosa emanó de cada célula de su cuerpo, sintió como una especie de corriente eléctrica recorría cada centímetro de su piel, como cada pelo de su cuerpo reaccionaba, como cada pizca de aire de sus pulmones purgaba por ofrecer todo su oxígeno para poder salir cuanto antes.

Y gritó, un grito primario, de pura furia, de pura rabia, del deseo incontenible de vengar a todas las mujeres que en algún momento habían estado en la situación en la que ella estaba.

Y el grito se trasladó a través de la palma de su mano y golpeó al matón en la cara. Y esta vez fue él quien giró sobre sí mismo en el aire, con una una fuerza tan salvaje que dió un salto mortal antes de estrellarse contra el asfalto.

Laura lo miró, incrédula y con ganas de rematarlo al mismo tiempo. Su nariz se había aplanado y un pómulo estaba completamente hundido. Y aunque unos labios que se empapaban en sangre rápidamente le impedían verlo, parecía haber perdido todas las piezas dentales de ese lado de la cara.

Estaba sin sentido, quizás muerto. No le importó.

Su cuerpo volvió a materializarse, con todo lo que implicaba, especialmente el dolor en el lado izquierdo de la cara, allí donde había recibido las dos bofetadas. Se separó de la pared y dio dos vacilantes pasos, notaba un líquido caliente cayédole por el cuello, seguramente sangre. Y el pelo le cubría en parte los ojos. Nada de eso le importaba ya. Con una mirada de odio, homicida, miró a los otros hombres.
 

- ¿Quién es el siguiente?

De pronto una potente corriente de energía emerge de la mano de Laura la misma que impacta contra la pared, lo que fuerza al matón a retroceder, mientras sus compañeros observan la escena totalmente confundidos, pues nunca en su vida habían visto algo así.

Sin embargo, toda la rabia y dolor que Laura sentía no tardaron en convertirse en auténtico terror, pues cuando el matón se alejó de ella, este sufrió una extraña metamorfosis, por alguna razón las facciones del hombre se desdibujaron y se convirtió en algo que Laura sólo podría describir como un auténtico demonio con piel verde, dos enormes cuernos sobre su frente y ojos rojos como la sangre.

Maldita bruja, tu sí que sabes echar a perder una buena noche. - dijo el matón mientras sacaba un enorme cuchillo de su espalda y se preparaba a volver a la carga, esta vez con clara intención asesina.

Por alguna razón que no comprendías, los compañeros del hombre no parecían haber notado la transformación de su compañero, pues de lo contrario, dabas por seguro que ya se habrían hecho encima.

Sin embargo, la escena se vio interrumpida por el inconfundible es sonido de un golpe seco, una fuerza invisible parecía haber dejado inconsciente a los compañeros del demonio mientras el sonido de unos pasos empezó a resonar en el callejón.

El inexplicable cambio de tornas hizo que el matón se detuviera en el acto para mirar hacia la dirección de la cual venía el sonido, quedando totalmente expuesto, lo que fue aprovechado por Laura para descargar otro potente ataque sobre el siniestro ser y esta vez fue él quien giró sobre sí mismo en el aire, con una una fuerza tan salvaje que dió un salto mortal antes de estrellarse contra el asfalto.

Acto seguido, el sonido de unas palmas invadía la escena mientras una pequeña gnoma se acercaba a ti sonriendo ampliamente.

Buen trabajo me ahorraste la molestia, ahora vamonos antes de que despierte, ya luego vendrá alguien por él, por ahora lo importante es llevarte ante el concejo. - dice la pequeña gonma bastante animada y complacida a partes iguales por lo que le había ocurrido a aquel ser.

Condenados tieflings siempre complicándole la vida a otros, pero al menos esta vez se llevo su merecido y me ahorraste la pelea, soy Bimbelina Torres, pero tu puedes llamarme Bimb y esta noche seré tu guía hacia el otro lado del velo. - añade la menuda chica mientras te ofrece su mano para ayudarte a ponerte en pie.

- No tengo ni idea de lo que me estás diciendo. Pero si ese lugar al que me quieres llevar es un lugar seguro, y tienen hielo para que la cara no se me ponga como una sandía, pues adelante. Y algo para el mareo porque me ha dejado un poco atontada. Y ya de paso, si puedes explicarme qué he hecho...

¿En serio? Ustedes los normis son raros, acabas de ver a un tiefling en su verdadera forma y sólo te preocupas por tu rostro, tenemos algo mucho mejor que el hielo, pero este no es el lugar para hablar de ello, el maestro Lorian te va a explicar todo una vez que estemos en la academia. - dice la gnoma con su voz chillona.

Así que eres una bruja, vaya que ya no quedan muchas como tu y tu linaje es ¿Faérico, infernal o celestial? De seguro que no tienes ni idea, pero descuida en en la academia podrán ayudarte, ahora demonos prisa, pues si nos retrasamos más de lo necesario me meteré en líos.

Debemos cruzar el velo antes de la media noche o tendremos que esperar una hora completa antes de que la barrera se levante. - agrega la pequeña mientras se desplaza a una velocidad que no parece propia de alguien de su talla, en unos pocos minutos ya han salido del callejón y cruzado por dos callejuelas igual de estrechas y discretas, para llegar a la espada de una tienda de antigüedades, una vez allí vez a la gnoma dibujar una especie de símbolos raros en el suelo

- Seguro que me voy a arrepentir de esto... Linaje feérico, o eso me dijo mi madre, que las mujeres de mi familia servían al reino de las hadas. Solo que... bueno, me lo creí de niña, pero hace muchos años que no creía que nada de aquello fuese real.

Mil imágenes de su madre sacudieron su mente, y los cuentos que le había contado mil veces hasta habérseos grabado tan profundamente que ahora, muchos años más tarde, había podido ponerlos por escrito. Al evocar las palabras estas tomaron forma en la voz de su madre, cálida y tierna.

Pero la realidad era mucho más dura. Acababa de ser atacada, estaba mareada de dos tremendos golpes, confusa, desorientada, y el mundo real acababa de ponerse patas arriba. Y estaba siguiendo a una mediana que decía que la llevaba para salvarla y enseñarle cosas, pero en la que solo podía confiar a ciegas.

Y dijese lo que dijese aquella sabelotodo, sí, también le preocupaba su cara, le dolía un montón y tampoco tenía ganas de estar unos días con la cara inchada y tener que explicar la causa a todos los que le preguntasen. Y más si aquel tipo estaba muerto...

Cuando ingresas al círculo una potente luz multicolor te rodea y un instante después ya no sientes el suelo bajo tus pies y una fuerza irresistible te arrastra fuera de la realidad.

Por unos segundos la luz te ciega y cuando recobras la visión te encuentras en el linde de un gran bosque y frente a ti había una imponente fortaleza.